miércoles, 1 de enero de 2014

1226 - 2014 - UN AÑO DIFÍCIL



LOS DESEOS DE PAZ Y JUSTICIA NO ALCANZAN PARA MEJORAR A ESTE MUNDO

La violencia continúa en Siria desde hace más de tres años con más de 130.000 muertos, aunque en realidad se desconoce la cifra y no parece que pueda tener un pronto final. Corea del Norte acaba de ejecutar a 80.000 personas y sigue amenazando a quien se le enfrente. Cohetes son disparados sobre Israel desde el Líbano, no se sabe si la ONU podrá detener estas agresiones para que Israel no replique. Gaza no se queda atrás, como si no hubiera aprendido todavía que Israel se defenderá. Los atentados en Rusia siguen sucediéndose con muchos muertos y heridos -realizados por suicidas- y quién sabe cómo reaccionará el gobierno ruso. Los que pueden huyen de los países árabes y africanos donde la violencia no distingue entre combatientes y civiles inocentes: hombres, mujeres, niños y ancianos. Van a donde pueden y ocurren tragedias como cerca de la Isla de Lampedusa en Italia. No están las cosas mejor en Egipto, allí continúa la efervescencia entre opuestos y la gente sigue muriendo, la política es violencia, no pactos, respeto y entendimiento entre diferentes. Lo mismo en Líbano donde siguen los atentados como si no hubiera otra forma de resolver los conflictos internos. En Sudán hay también enfrentamientos, Irak es escenario de atentados que no cesan. Irán firma por un lado pero sigue con sus planes de energía nuclear bélica como si supiera que las potencias mundiales no están dispuestas a detenerlo.

Los países hacen lo que pueden para proteger a los heridos, como Israel con la víctimas sirias, Turquía con sus campamentos de refugiados sirios o Europa que recibe como puede a los fugitivos, cuando lo hace... Pero los refugiados se han convertido en un verdadero problema para quienes no pueden ignorar el sufrimiento de tanta gente que no tiene a dónde ir, no es fácil recibirlos sin que provoquen una desestabilización demográfica y económica de quienes los acepten y es imposible rechazarlos.

Tanta desdicha no puede ser contenida por los buenos deseos de un Papa que sólo puede ofrecer oración y palabras que no son escuchadas. Tampoco logran mucho los países que no quieren tener una posición más activa y disuasoria por medios más eficaces como sería una amenaza creíble de intervención militar, lo único que entienden los violentos de este mundo.

En esos países matan a su propia gente, disparan contra otros países, no hay diálogo entre opuestos y el dinero que reciben de los contribuyentes de las potencias son aplicados a armamento, nunca a mejorar la vida de sus pueblos.

Y lo peor de todo, con las guerras los más fuertes de todo el arco político internacional tienen una cuota de ganancia, comprando armas para matar o vendiéndolas para que se maten, menos la pobre y desprotegida gente, los que no tienen poder, los que pierden la vida y la ínfima cuota de tanto que hay en el planeta y que sólo les permite sobrevivir.

No es de extrañar entonces, que cuando vemos los fuegos artificiales con que el mundo recibió a este año podamos dejar de pensar en aquéllos, que cuando ven sus cielos surcados por colores y escuchan los estruendos, huyen cuando y a dónde pueden.

Para ellos no hay alegría ni esperanza, para nosotros no hay consuelo.

ANA

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