jueves, 27 de marzo de 2008

91. CHAYA - LA INOPERANCIA DE LA ONU EN GAZA



TENIS EN GAZA CON LA ONU DE ÁRBITRO


Por GEORGE CHAYA



"Lanzando bolas" contra civiles israelíes desde territorios de los que Israel se retiró y que no ocupa.


El Secretario General de Naciones Unidas Ban Ki-Moon parece incapaz de comprender que grupos terroristas bloquean la democracia en el Líbano, que Al Qaeda insiste en instaurar un califato en Irak, o que Israel está en guerra con Hamás, al que Estados Unidos considera entidad hostil y organización terrorista a pesar del pacifismo visceral adoptado por la Unión Europea.

En el caso que nos ocupa, el señor Ban Ki-Moon parece considerar el conflicto de Gaza una especie de juego de tenis, “tsunami violento sin fin” en la jerga diplomática, en el que Israel y Hamas se sirven pelotas alternativamente a través de la frontera buscando hundir al máximo al contrincante hasta llegar al juego y partido.

Pero el Secretario General considera que Israel no respeta las normas del juego, ya que sus servicios muestran "un uso desproporcionado y excesivo de la fuerza" en su lucha por derrotar al enemigo que ha jurado exterminarlo, y que no lo reconoce sino como objetivo a destruir.

El rais palestino Abú Mazén declaraba el mes pasado a la prensa egipcia que Hamas lleva a cabo acciones terroristas ocultándose tras los burkas y chadores de la población femenina de Gaza, desplegando sus lanzaderas de misiles en casas familiares utilizando a la población civil como escudos humanos.

El Secretario General de la ONU se manifiesta justamente “muy preocupado” por el gran número de mujeres y niños de Gaza que -como espectadores del proverbial partido de tenis- se convierten en víctimas inocentes de este juego mortal que se reitera día tras día entre ambos contrincantes. Para proclamar su “gran preocupación” por la escalada de violencia, Ban Ki-Moon ofrece "realizar todos los esfuerzos para poner fin a la violencia y establecer un período de calma”, llamando monótona e ingenuamente "a todas las partes a dar marcha atrás y detener este mortífero enfrentamiento".

Este patético liderazgo que en las últimas semanas ha encarnado Ban Ki-Moon evidencia definitivamente la incompetencia de Naciones Unidas, convertidas en un aparato burocrático del tamaño de la URSS. Si el señor Moon deseara por fin dejar su ridícula posición de autoproclamado árbitro de tenis para asumir las responsabilidades que le son naturales, existen muchas medidas que el señor Moon podría tomar para fortalecer a Naciones Unidas y evitar que acabe como su antecesora -la Liga de las Naciones‐ algo que por otra parte parece cada vez más probable.

Como primera medida, el señor Ban Ki Moon podría condenar inequívocamente como “actos de terrorismo” los ataques con cohetes desde Gaza contra Israel, algo que no ha hecho aún. Todavía no se ha escuchado a la ONU que lanzar misiles sobre civiles no está bien.

El señor Moon sabe además que como Secretario General de Naciones Unidas, tiene la obligación de implementar la protección del integrante de la organización atacado, Israel en este caso. Considerando su preocupación manifestada constantemente a través de comunicados vacíos y ridículos, se diría que en la organización de Turtle Bay hay unos integrantes que son más miembros de Naciones Unidas que otros.

Tampoco se entiende la preocupación verborrágica del Secretario si tenemos en cuenta que la ONU no invoca la petición de asilo temporal para quienes deseen salir de Gaza con respecto a los vecinos. En defensa de la ONU es necesario decir que la preocupación de la Organización de la Conferencia Islámica acaba también en este punto: nos preocupan profundamente nuestros hermanos y hermanas árabes, pero solamente en lo que a fines propagandísticos anti israelíes se refiere.

Si la ONU desea hablar de preocupaciones humanitarias, como dice el dicho, estamos en Pascua. Porque correspondería a Egipto abrir permanentemente su frontera habilitando un cruce especial para permitir ingresar a Egipto a quienes lo deseen; sucedió en la guerra de Kosovo, sucedió en el Líbano con la Sexta Flota americana. ¿No nos preocupan tanto los palestinos de Gaza?

Si Hamas tratara de impedir de alguna manera la salida de los civiles de Gaza, la ONU está obligad por el Derecho internacional ‐que tanto y tan selectivamente cita- a enviar una fuerza armada para abrir un paso seguro en la frontera con Egipto. Nada sabemos tampoco del Secretario en este extremo.

Todos estos puntos que vamos construyendo ilustran hasta dónde acaba de verdad la preocupación humanitaria de la ONU. Que cada uno saque sus conclusiones. Puesto que Naciones Unidas ha sido incapaz de definir el terrorismo hasta la fecha, tendría ahora la oportunidad de demostrar que sólo se trata de un asunto formal, y que oficiosamente está capacitada para ocuparse de los asuntos del mundo, como tan pomposamente afirman sus funcionarios. Si la ONU fuera además a ponerse a ello, Gaza es sin duda el lugar por donde empezar, dado que matemáticamente es el que más circulares de prensa le ocupa a la ONU desde principios del año. Pero nada de esto sucede. Corresponde al público juzgar la conducta del árbitro del partido.

Ello seria también un ejemplo aplicable a otras regiones, como el sur del Líbano, donde Hezbolá opera de manera similar ‐similarmente brutal‐ y donde, con la deserción del alto mando alemán en la materia en las páginas del Spiegel hace dos semanas, ya no hay nadie internacionalmente que defienda que UNIFIL ha servido para evitar que el grupo terrorista se rearme.

El partido no ha terminado aún, pero Naciones Unidas ya va perdiendo, para frustración del público del torneo.


FUENTE: DIARIO DE AMERICA - 27/03/08


COMENTARIO:

No son los comunicados instando a las partes a dirimir este conflicto con calma, el método eficiente para terminar con la violencia desde Gaza, porque hay un agresor y hay un agredido; si sirviera para algo habría que dirigirse al agresor, el agredido sólo se defiende. Como bien dice Chaya, si el "servicio" de este jugador de tenis es demasiado potente, es parte del juego que el sr. Moon permite con su inoperancia. Uno se pregunta cómo es que no se ha podido definir aún en la ONU qué es "TERRORISMO", porque si se partiera de esa premisa se podría detener fácilmente este conflicto y muchos otros que ocurren en todo el mundo. La respuesta es bien sencilla si nos preguntamos quienes votan, entonces entendemos por qué no hay consenso, ni en Gaza ni en ninguna parte donde el terrorismo, por falta de definición, sigue actuando contra civiles sin que puedan intervenir fuerzas internacionales para detenerlo. Si ni siquiera puede definir una palabra, ¿PARA QUÉ SIRVE LA ONU?

miércoles, 26 de marzo de 2008

90. LA VIOLENCIA EN UN MUNDO GLOBALIZADO



OTRA OPCIÓN PARA UN MUNDO EN PERMANENTE GUERRA


Es válido preguntarse si el mundo seguirá siendo violento o si podemos tener esperanzas de que algún día los conflictos podrán resolverse mediante el diálogo, la comprensión mutua de los intereses de cada estado y la cooperación entre los pueblos.

Creo que las nacionalidades son inevitables e indiscutibles, cada pueblo tiene "su" forma de resolver los problemas, inclusive los puede definir de manera diferente, dándoles una jerarquía que responden a su cultura e idiosincrasia, aún en estos tiempos globalizados. Se trata de comprender al otro y respetarlo en su singularidad, lo que es importante para Bolivia no lo es para Islandia, por ejemplo.

Las palabras que pronunció Angela Merkel en Israel demuestran que no son los pueblos los que verdaderamente deciden, sino que son sus líderes quienes pueden guiarlos con inteligencia y sensibilidad hacia el entendimiento. ¿Quién hubiera dicho que presenciaríamos a la canciller alemana, en su idioma, dirigirse al pueblo que fue víctima de su país tan pocos años atrás, diciendo que precisamente esa tragedia de la humanidad los uniría para siempre? Y que fuera escuchada y respetada. ¿Tenían que pasar tantos años para que este acontecimiento ocurriera? ¿O sucedió porque se necesitaba a una mujer para que dijera lo que se debía, de modo que fuera posible recomenzar la relación entre dos pueblos separados por el horror del holocausto?

No sé si alguien dijo algo semejante antes, de los muchos que tuvieron responsabilidades en Europa durante ese suceso que ella calificó como una vergüenza para el pueblo alemán, es posible, pero a ella se le creyó. Esa es la diferencia. Lo más importante de lo que se dice es cómo se recibe el mensaje, uno le quita o agrega verdad según cuánto lo creamos. Con esta idea es que me quiero referir a quienes mienten bien, tan bien que sus pueblos les creen y los siguen hacia los desastres que hemos presenciado a lo largo de la historia.

Y porque existieron y de vez en cuando aparece un buen mentiroso que promete lo imposible, como el dominio del mundo, es que la verdad debe estar respaldada no sólo por la unión de los pueblos civilizados sino por la fuerza que sostiene a la razón. Es de esperar que esa fuerza sólo sirva como poder disuasorio y que la aspiración de los pueblos sea la de respetarse mutuamente para que jamás deba ser empleada.

No podemos ser optimistas, sabemos que hay problemas en China; Kosovo es y será un polvorín quien sabe durante cuanto tiempo, Israel sufre sin poder encontrar la fórmula para pacificar su territorio, en todos lados hay conflictos de difícil solución. Pero tengo una pregunta: ¿Si éste es el mundo donde han gobernado los hombres, no será la hora de que sean las mujeres las que puedan resolver el problema de la violencia? Las mujeres no usan la fuerza, están preparadas por la naturaleza para defender a la especie, para discutir, disuadir y emplear otras muchas "artes", la fuerza es patrimonio de los hombres.

Me pregunto sobre las mujeres de esos países que las condenan a las cuatro paredes de su casa... ¿Si se desarrollaran en un pie de igualdad con los hombres sabrían, con más lucidez, cómo acompañar a sus pueblos hacia un estadio más elevado para la supervivencia de sus hijos en lugar de sacrificarlos detrás de una quimera? Esta mirada sobre la violencia puede ser insólita pero me parece que es válida como para detenernos a pensar de dónde viene la violencia terrorista: ¿son mujeres las que la idean y ejecutan? ¿O son obra de un mundo gobernado solamente por hombres?

ANA

Artículo recomendado:

LOS MUSULMANES PACÍFICOS
Por Walter E. Williams
LIBERTAD DIGITAL
http://revista.libertaddigital.com/articulo.php/1276234459

89. CARTA ABIERTA DE UN EX-MUSULMÁN



LA LLEGADA DESPUÉS DE UN LARGO CAMINO
ENCUENTRO DECISIVO CON EL PAPA.

LA CARTA


Querido Director, lo que te estoy por referir concierne a mi elección de fe religiosa y de vida personal que no quiere de manera alguna implicar al Corriere della Sera, del cual me honro de ser parte desde el 2003, con la categoría de vice-director ad personam. Te escribo por lo tanto como protagonista de mi vicisitud como ciudadano privado. Ayer por la tarde me convertí a la religión cristiana católica, renunciando a mi precedente fe islámica. Por fin ha visto la luz, por gracia divina, el fruto sano y maduro de una larga gestación vivida en el sufrimiento y el gozo, a través de la profunda e íntima reflexión y la consciente y manifiesta exteriorización. Estoy particularmente agradecido a Su Santidad el Papa Benedicto XVI que me impartió los sacramentos de la iniciación cristiana, Bautismo, Confirmación y Eucaristía, en la Basílica de San Pedro, en el curso de la solemne celebración de la Vigilia Pascual. Y he asumido el nombre cristiano más simple y explícito: "Cristiano".

Desde ayer, por lo tanto, me llamo "Magdi Cristiano Allam". Para mi es el día más bello de mi vida. Recibir el don de la fe cristiana en ocasión de la Resurrección de Cristo por mano del Santo Padre es, para un creyente, un privilegio inigualable y un bien inestimable. A los casi 56 años, en mi pequeñez, es un hecho histórico, excepcional e inolvidable, que marca un giro radical y definitivo con respecto al pasado. El milagro de la Resurrección de Cristo se ha reflejado sobre mi alma liberándola de las tinieblas de una prédica donde el odio y la intolerancia en la confrontación con el "diferente", condenado acríticamente como "enemigo", sobresalen sobre el amor y el respeto al "prójimo", que de todos modos siempre es "persona", así como mi mente se ha desembarazado del oscurantismo de una ideología que legitima la mentira y el disimulo, la muerte violenta que induce al homicidio y al suicidio, la ciega sumisión a la tiranía, permitiéndome adherirme a la auténtica religión de la Verdad, de la Vida y de la Libertad. En mi primera Pascua de cristiano no he descubierto sólo a Jesús, he descubierto por primera vez al verdadero y único Dios, que es el Dios de la Fe y la Razón.

El punto de mi llegada

Mi conversión al catolicismo es el punto de llegada de una gradual y profunda meditación interior a la que no habría podido sustraerme, ya que desde hace cinco años estoy obligado a una vida blindada, con vigilancia fija en mi casa y la escolta de carabineros en cada uno de mis movimientos, a causa de las amenazas y de las condenas a muerte que me han infligido los extremistas y terroristas islámicos, sean ellos residentes de Italia o activos en el extranjero. He debido interrogarme sobre las actitudes de aquellos que han emitido públicamente las fatwas, los responsables jurídicos islámicos, denunciándome, yo que era musulmán, como "enemigo del islam", "hipócrita porque es un cristiano copto que finge ser musulmán para dañar al islam", "mentiroso y difamador del islam", legitimando de tal modo mi condena a muerte. Me he preguntado cómo era posible que quien, como yo, ha luchado con convicción y valientemente por un "islam moderado", asumiendo la responsabilidad de exponerse en primera persona a la denuncia del extremismo y del terrorismo islámico, haya terminado después por ser condenado a muerte en nombre del islam y sobre la base de una legitimación coránica. Así es que tuve que tomar la determinación, más allá de la contingencia que registra la ventaja del fenómeno de los extremistas y del terrorismo islámico a nivel mundial; la raíz del mal es inherente a un islam que es fisiológicamente violento e históricamente conflictivo.

Paralelamente la Providencia me ha hecho encontrar a católicos practicantes de buena voluntad que, en virtud de su testimonio y de su amistad, se convirtieron en un punto de referencia en el plano de la certeza de la verdad y de lo solidez de los valores. (Cita a varios amigos y personalidades) Pero sin duda el encuentro más extraordinario y significativo en la decisión de convertirme fue el que tuve con el Papa Benedicto XVI, que admiré y defendí como musulmán por su maestría en poner el vínculo indisoluble entre fe y razón como fundamento de la auténtica religión y de la civilización humana, a quien adhiero plenamente como cristiano para inspirarme con nueva luz en el cumplimiento de la misión que Dios me ha reservado.

La elección y las amenazas

Querido Director, me has preguntado si no temo por mi vida, con la conciencia que la conversión al cristianismo ciertamente me procurará una enésima y más grave condena a muerte por apostasía. Tienes razón. Sé a qué me opongo pero enfrentaré mi suerte con la cabeza en alto, la espalda erguida y con la solidez interior de quien tiene la certeza de la propia fe. Y lo seré todavía más después del gesto histórico y valiente del Papa quien, desde el primer instante en que tuvo conocimiento de mi deseo, aceptó enseguida impartirme personalmente los sacramentos de iniciación al cristianismo. Su Santidad lanzó un mensaje explícito y revolucionario a una Iglesia que hasta ahora estuvo más que prudente en la conversión de musulmanes, absteniéndose de hacer proselitismo en los países de mayoría islámica y callando sobre la realidad de los convertidos en los países cristianos. Por miedo. El miedo de no poder proteger a los convertidos frente a su condena a muerte por apostasía y al miedo de las represalias por las confrontaciones de los cristianos residentes en los países islámicos. Y bien, hoy Benedicto XVI, con su testimonio, nos dice que hay que vencer al miedo y no tener temor alguno en afirmar la verdad de Jesús también con los musulmanes.

Basta de violencia

De mi parte digo que es hora de poner fin al arbitrio y a la violencia de los musulmanes que no respetan la libertad de elección religiosa. En Italia hay miles de convertidos al islam que viven serenamente su nueva fe. Pero también hay miles de musulmanes convertidos al cristianismo que están obligados a ocultar su nueva fe por miedo a ser asesinados por los extremistas islámicos que anidan entre nosotros. Por uno de esos "casos" que evocan la mano discreta del Señor, mi primer artículo escrito en el Corriere el tres de septiembre de 2003 se titulaba "Las nuevas catacumbas de los islámicos convertidos". Era una investigación sobre algunos neo-cristianos que en Italia denunciaban su profunda soledad espiritual y humana, frente a la contumacia de las instituciones del Estado que no protegen su seguridad y al silencio de la misma Iglesia. Me alegra que el gesto del Papa y mi testimonio hayan traído el convencimiento que ha llegado el momento de salir de las tinieblas de las catacumbas y afirmar públicamente su voluntad de ser plenamente sí mismos. Si no estuviéramos en capacidad aquí en Italia, en la cuna del catolicismo, en nuestra casa, de garantizar a todos la plena libertad religiosa, ¿como podríamos ser jamás creíbles cuando denunciamos la violación de tal libertad en otros lados del mundo? Ruego a Dios para que esta Pascua especial dé la resurrección del espíritu a todos los fieles a Cristo que han estado hasta ahora subyugados por el miedo.

Magdi Allam - 23 marzo 2008

FUENTE: CORRIERE DELLA SERA - 23/03/07

(Traducción libre y condensada por ANA)

COMENTARIO:


Creo que casi todos nacemos dentro de una religión, es generalmente una creencia familiar heredada, pero no todos deseamos permanecer en ella. Este es un caso atípico, deseaba permanecer, pero no pudo por las condiciones que le impusieron los que detentan el poder dentro de ella, hasta que perdió esa fe incorporada a su vida por herencia. Es un toque de atención para todos, pero particularmente para los que comparten esta fe y para los que podrían sentir su llamado. ¿Quien se atrevería a abrazarla si jamás podría disentir o alejarse sin pagar el precio de la persecución y la probable condena a muerte? ¿Es esto propio de una religión que proclama amor y paz? La cuestión fundamental radica en que cuando se educa a alguien en una religión, la pertenencia a ella no es fruto de una elección y en ésta no se puede elegir cuando se tiene libre albedrío. En esta carta se ve claramente la diferencia con otra religión como el cristianismo, se puede ser musulmán y vivir esa fe "serenamente", en cambio, los musulmanes conversos al cristianismo deben ocultarse para preservar su vida de las amenazas de los fanáticos. Hay un mundo dentro de cada religión que desconocemos pero que esta carta muestra con claridad, se puede heredar o convencer y hacer nuevos adeptos, pero no es posible apoderarse del corazón del ser humano para siempre. La necesidad de elegir, de pensar individualmente, de no aceptar la sumisión a los dictámenes de otros hombres, como obligación a una orden "divina" , puede ser inclusive una rebelión que responde al pleno ejercicio de la libertad, por la que se es capaz de correr todos los riesgos. Este hombre, como seguramente muchos otros que desconocemos, los está corriendo.

lunes, 24 de marzo de 2008

88. ¿QUÉ OCURRE CON LOS MUSULMANES MODERADOS?



CONVERSIÓN AL CATOLICISMO DE MAGDI ALLAM


En el post anterior nos informábamos del libro de Magdi Allam con fecha 25/07/07. Era una buena noticia, un musulmán moderado se atrevía a levantar la voz y criticar al islamismo fanático, y la comunidad italiana lo apoyaba. Sin embargo, pasados ocho meses, la nueva información es que este sábado, 22/03/08, Allam se convirtió al catolicismo y fue bautizado por el Papa en el servicio de Pascua del Vaticano.

Esto nos hace reflexionar sobre el tema. Pesan sobre él amenazas de muerte y está siendo protegido, pero eso no garantiza su vida. Evidentemente el proceso que lo llevó a la conversión debe haber sido largo y doloroso, imagino que no debe ser fácil abandonar una fe por otra. Lo importante ahora ya no es qué le pasó a él sino qué está ocurriendo con todos los demás musulmanes moderados que lo acompañaban en sus críticas al fanatismo musulmán. ¿Se permite ser un musulmán moderado o se está corriendo un riesgo que acobarde a los menos decididos?

Me parece que en el pasado todas las religiones deben haber tenido aspectos agresivos hacia sus propios creyentes y quizá más hacia los que profesaran otras religiones, la profundización de este tema es para entendidos. El punto a considerar es cuáles religiones evolucionaron hacia actitudes más tolerantes, más respetuosas de los derechos del individuo con respecto a la forma en que practica su religión, si la cambia por otra, si directamente deja de pertenecer a alguna o simplemente si pierde toda fe en un ser superior.

¿Es allí donde el islam se ha detenido en el tiempo? Entiendo que los moderados son los que tratan de actualizar su religión a esta etapa de la civilización en que su práctica debe ser libre y respetuosa del individuo y no una obligación muy precisa que si no se cumple tiene graves penas. Supongo que esa debe ser la diferencia entre moderado y fanático, el tiempo dirá quién vence dentro de esta religión y cultura, para bien de los que practican el islam y para aquellos que son amenazados si no lo practican.

ANA


FUENTE: YAHOO NEWS - 22/03/08


domingo, 23 de marzo de 2008

87. LOS VALIENTES MUSULMANES MODERADOS



LOS MUSULMANES MODERADOS CON MAGDI ALLAM


Artículo sobre el libro de Magdi Allam:
"¡VIVA ISRAEL!
De la ideología de la muerte a la civilización de la vida: mi historia"


Por SHAYKH ABDUL HADI PALAZZI
Secretario, Asamblea Musulmana de Italia


El periodista Magdi Allam, publicó recientemente un libro con el elocuente título de "Viva Israel. De la ideología de la muerte a la civilización de la vida: mi historia". En él Allam expresa una tesis de fondo en la cual los musulmanes moderados de Italia no pueden no reconocerse totalmente: esa en la cual un musulmán realmente moderado no puede menos que estar del lado de Israel, sin condicionamientos, porque la lucha cotidiana de Israel contra el terrorismo integrista es nuestra misma lucha, porque quien milita en contra de Israel milita al mismo tiempo por la barbarie y el cierre de los espacios de democracia en el mundo islámico y porque quien quiere hacer desaparecer a Israel de los mapas geográficos quiere al mismo tiempo borrar la existencia de los musulmanes liberales y conscientes, que tienen el coraje de resistir la avanzada del integrismo wahabita. Que la opción filo-israelí represente un imprescindible papelito tornasolado para distinguir a los musulmanes auténticamente moderados de aquellos que fingen serlo, es una tesis que el instituto cultural de la comunidad islámica italiana proclama en Italia y en el extranjero desde hace diez años, y no podemos menos que alegrarnos por el hecho que -después del 11 de septiembre- Allam la haya tomado sin reservas y difundido entre muchos de nuestros correligionarios.

Si una vasta parte de la opinión pública recibió favorablemente el libro de Allam, era de esperarse que ello despertara las iras de las organizaciones ideológicamente extremistas partidarias del terrorismo (UCOII)*, esos antisemitas declarados de extrema derecha y de extrema izquierda, sino también de todos los que en el enfrentamiento con Israel se nutren de los prejuicios más maliciosos. Sin embargo, en el libro Allam no se limita solamente a denunciar el peligro representado en la filial italiana de la organización filo-terrorista de los "hermanos musulmanes", sino que resalta el rol mortífero desarrollado por esos orientalistas de mediano o pequeño calibre que defienden la causa de los "hermanos musulmanes", y más aún, sostienen que ellos (aunque sin renunciar al terrorismo) se estarían de algún modo "abriendo a la democracia", y por lo tanto deberían ser ayudados, nada menos, a radicarse en el seno de la sociedad italiana con el apoyo cómplice de las instituciones. Entre los partidarios de esta poco singular tesis, Allam cita en particular a dos, Paolo Branca y Massimo Campanini.

Acerca del este último escribe: "El caso del profesor Campanini no es el único. La universidad italiana está llena de profesores que han crecido a la sombra de las mezquitas del UCOII, simpatizantes de los Hermanos Musulmanes, ignorante o irresponsablemente, conspirando con su ideología de muerte". Si Campanini ha anunciado su intención de querellar a Allam... por haber provisto una síntesis ajustada y cuidadosa de sus posiciones, Branca lo hizo peor. En lugar de rebatir las acusaciones, firmó una increíble petición en contra del libro de Allam, a la que se han adherido un centenar de los que -paradójicamente- creen que decir "Viva Israel" representa "una preocupante barbarización de la información".

En lugar de criticar las tesis de Allam expresadas en su libro, los firmantes han recurrido a una especie de "fatwa laica", a una excomunión colectiva apuntando a hacer "tierra quemada" alrededor del autor. La petición no contiene en efecto réplicas ni refutaciones razonadas, sino que son un ataque que apunta a la persona del autor. Al respecto, Pierluigi Battista habla de una actitud "que tiene el sabor de la intimación al silencio o, de todos modos, de un tratamiento especial que genera alarma social alrededor de un libro y un efecto de intimidación sobre un autor y su editor llamados, por así decir, a una mayor prudencia en el futuro".

No sorprende por lo tanto, encontrar -en el elenco de los firmantes del documento/anatema- la firma de los exponentes del integrismo católico filo-comunista y prejuiciosamente anti-israelí, al lado de aquellas del líder de la sección juvenil del UCOII, Khaled Chaouki, del ceramista ítalo-afgano Gabriele Mandel, notorio por sus profanadoras parodias del Sufismo y también él adherente del UCOII, o del veterano comunista Angelo D´Orsi, que además del libro de Allam querría mandar "a la hoguera" también a los de Giampaolo Pansa.

Frente a tal grosera tentativa de proscribir a un periodista y a un escritor, los musulmanes moderados no pueden más que confirmar su solidaridad con Magdi Allam, y decirle "Estamos otra vez contigo, a tu lado para denunciar a las organizaciones intregristas, y a tu lado para decir -por enésima vez- Viva Israel!, y para decírselo precisamente a aquellos que no quieren escucharlo".


FUENTE: L´OPINIONE (on line) - 26/07/07
*Unione delle Comunitá ed Organizzazioni Islamiche in Italia:
Unión de las Comunidades y Organizaciones Islámicas en Italia


(Traducción libre del italiano por ANA)


COMENTARIO:

De por sí el título del libro llama la atención cuando se sabe que está escrito por un musulmán. Un centenar de personalidades firmaron la petición representando a todo el arco político y religioso de la sociedad italiana, todos ellos mezclados en contra de las ideas políticas y creencias religiosas opuestas a las propias. ¿Cómo es posible que seres racionales de tan diversa extracción puedan ponerse de acuerdo "en contra de" cuando no hay nada que los una "a favor de"? Si tienen diferentes credos e ideas políticas, lo que les impide integrarse como grupo, no pueden compartir nada positivo. Sin embargo, allí están, todos juntos oponiéndose a quienes luchan por la democracia y la vida. Todavía hay valientes que levantan su voz y toman riesgos en la sociedad italiana; si esta actitud se multiplicara en el mundo entero, otra sería la historia que lamentablemente se está gestando.

Así y todo, a pesar de la violencia que presenciamos y de la que parecería que no podemos escapar, ésta es una esperanza que se concreta, las razones pueden resonar en las conciencias mucho más fuerte que el estruendo y el dolor que producen las armas. Hacia allí debe orientarse la humanidad, a que la guerra sea sólo de las ideas y por medio de las palabras.



sábado, 22 de marzo de 2008

86. POLÍTICA, CULTURA Y RELIGIÓN EN EUROPA


EUROPA, LA AUTODESTRUCCIÓN DE UNA CULTURA

La humanidad recorrió un camino muy largo y, aunque en cualquier proceso siempre hay avances y retrocesos, me parece que la Declaración de los Derechos Humanos ha sido un hito importantísimo para el avance hacia un mundo más justo. Por supuesto que no se cumple completamente en todas partes, pero marca una dirección hacia el progreso de cualquier sociedad y, si no se defienden las conquistas que se contemplan en ella, la humanidad inevitablemente involucionará. 


Lamentablemente, hoy estamos viviendo una etapa de confrontación entre quienes pretenden avanzar y quienes quieren retroceder, no sólo en sus propias sociedades, sino que su propósito es imponer al mundo libre valores que han sido superados por la modernidad, sin incorporar precisamente esos derechos.

No es fácil darse cuenta cómo se presenta este peligro. Bajo el argumento de la llamada "diversidad" occidente acepta graves violaciones a los derechos humanos y se permite que culturas agresivas y dominantes desplacen paulatinamente lo conquistado en países que reciben oleadas de inmigrantes, mano de obra barata, que traen consigo una cultura retrógrada que se impondrá con el tiempo si no se actúa preventivamente.

Esos inmigrantes deberían poder comprender que están abandonando sus países de origen precisamente porque esa cultura no les dio la vida digna que merece cualquier ser humano que trabaje, y que pueden incorporarse a otro país si aceptan los valores que se les ofrece a condición de abandonar prácticas que se han superado en la sociedad que los recibe. Esto es lo lógico, sin embargo, por razones políticas se los admite sin mayores precauciones, un voto es un voto y el número hace la diferencia para algunos políticos venales dispuestos a todo para obtener o conservar el poder. El resultado de esta política suicida ya se está viendo en Europa, aunque algunos elijan ignorarlo o no puedan verlo pero, si no se toma conciencia y no se hace algo para impedirlo, las consecuencias serán irreversibles y quienes pagarán el precio de esa irresponsabilidad serán las generaciones futuras.

ANA
ARTÍCULO RECOMENDADO:

IZQUIERDA E ISLAMISMO - DERECHOS PARA POCOS, SHARIA PARA TODOS


(GEES) (LIBERTAD DIGITAL Nº 49) 16/03/08


85. SCHVINDLERMAN - LA LEY EN LA GUERRA DE ISRAEL


UNA CARPA EN JERUSALEM

Por JULIÁN SCHVINDLERMAN


Imaginemos por un instante que en la Buenos Aires de 1994 se erige una carpa, con banderas de Hezbolá, en honor del terrorista suicida que voló la AMIA y mató a 85 personas ese mismo año. O que en la Nueva York de 2001 y en el Madrid de 2004 se hiciera lo mismo para homenajear a los que atentaron contra el World Trade Center y la estación de Atocha, respectivamente. ¿Podemos anticipar la reacción social y política ante semejante ultraje? Pues bien, en Israel ha ocurrido precisamente eso, y la respuesta de parte de la ciudadanía y de las autoridades ha sido tan alucinante como para que la ofensa inicial haya quedado en segundo plano.

El pasado día 6 Alá Abú Dheim ingresó en la yeshivá Mercaz Harav armado con una ametralladora y acribilló a sangre fría a ocho adolescentes, antes de ser abatido. La sociedad no había siquiera comenzado a asimilar la magnitud de la tragedia cuando los familiares del terrorista montaron una carpa en la parte árabe de Jerusalem para recibir las condolencias; una carpa que cubrieron con retratos del sahid y con banderas tanto palestinas como de Hamás y de Hezbolá, dos agrupaciones que llaman abiertamente a la destrucción de Israel.

Así, con una carpa abierta al público y a la vista del mundo entero, fue honrado impunemente un asesino de judíos en la capital de Israel. Hubo protestas, naturalmente, pero lo que llama la atención es la indecisión oficial y la empatía de parte de la sociedad. El ministro de Seguridad Pública, Avi Dichter, explicó que, legalmente, nada impedía a los deudos del terrorista montar una carpa de duelo, por lo que ésta no podía ser desmontada. "No tenemos la autoridad legal para cerrarla", indicó. Pero como sí existe una ley que prohíbe la manifestación de simpatías para con organizaciones terroristas, entonces había elementos para pedir a los deudos que retiraran las banderas de Hamás y de Hezbolá que agraciaban la escena.

El primer ministro, Ehud Olmert, mantuvo reuniones con otros altos cargos para debatir el asunto, y el Instituto Nacional del Seguro anunció que no cubriría los gastos del funeral, pero apuntó que tal decisión debía ser sometida al criterio de los expertos, "para ver si [podía] ser justificada legalmente".

No acabaron ahí las situaciones delirantes. "Necesitamos comenzar a pensar en un compromiso, y en cómo aceptar al otro y al diferente, incluso si no apreciamos sus costumbres", declaró a la prensa un padre israelí que había perdido a un hijo en un atentado, mientras que el parlamentario Dov Khenin aseguró que el desmantelamiento de la carpa sería un "castigo colectivo" y la ultraizquierdista Tali Fahima se allegó hasta la misma para dar el pésame a la familia Dheim...

Cuando ya había transcurrido casi una semana de la matanza, el ministro de Defensa, Ehud Barak, dio la orden de demoler la casa del terrorista.

Durante aquellos primeros días posteriores al ataque, mientras Israel ponderaba el detalle jurídico y evaluaba con minuciosidad científica la diferencia entre lo que era y no era legalmente permisible, para concluir que el hacer flamear banderas de agrupaciones terroristas era algo indebido pero no el rendir tributo a un asesino de israelíes en plena capital de la nación, las autoridades jordanas prohibieron sin más a unos familiares de Abú Dheim levantar en Ammán una carpa idéntica a la de Jerusalem. Poco tiempo antes, el Gobierno kuwaití había decidido deportar a unos individuos que habían participado en una manifestación conmemorativa del terrorista Imad Mughniyeh, asesinado en Damasco el pasado febrero.

Al traer estos ejemplos a colación no estoy sugiriendo que Israel adopte los patrones de comportamiento político de otros países de la región; sólo estoy notando la ironía de que dos naciones árabes han evidenciado una mayor firmeza ante la apología del terrorismo anti-israelí que el propio Estado judío.

Ciertamente, Israel es una democracia. Pero es una democracia en tiempos de guerra. Y no es mostrando sensibilidad y tolerancia como se derrota a un enemigo, que es de lo que se trata cuando se libra una guerra. La adhesión a la ley es un imperativo social; pero la ley debe dejar espacio para la acción en casos tan flagrantes de ofensa a la conciencia pública como la comisión de un acto terrorista y la posterior glorificación del autor.

Si con estas actitudes los israelíes buscan agradar al mundo, pueden olvidarse de ello. El mismo día del atentado contra la yeshivá Mercaz Harav, el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas adoptó una resolución de condena contra Israel por la escalada de violencia en Gaza. El texto de la resolución no hacía mención alguna a la matanza de Jerusalem. Treinta y tres países votaron a favor, y sólo uno, Canadá, en contra. Dieciséis naciones occidentales se abstuvieron, a excepción de Suiza, que, abandonando su tradicional neutralidad, votó a favor. En Nueva York, el Consejo de Seguridad no pudo reunir los votos necesarios para condenar el ataque de Jerusalén, luego de que Libia pusiera objeciones al texto de la resolución.

En cuanto a los palestinos, estaban demasiado ocupados celebrando la atrocidad como para tomar nota de la consideración israelí hacia los familiares del asesino. Miles de ellos salieron a las calles de Gaza a festejar, repartir caramelos y disparar sus rifles liberadores, o bien acudieron a la mezquitas para efectuar plegarias de agradecimiento.

Una periodista israelí advirtió de que, el mismo día del baño de sangre en Jerusalén, otro árabe murió en Israel, pero en circunstancias completamente diferentes. Se trataba de un joven beduino de 28 años, alistado voluntariamente en el Ejército israelí, que murió al pisar una mina en la frontera con Gaza. Temiendo represalias por parte de los palestinos o de la propia comunidad árabe de Israel, su familia decidió no divulgar su nombre y evitar el funeral militar con honores.

La paradoja trágica del caso es evidente: un árabe-israelí que dio su vida por su patria debió ser sepultado en secreto, bajo el hálito de la vergüenza, mientras que otro árabe-israelí que masacró a civiles indefensos fue despedido con orgullo. Esto dice mucho del sentimiento reinante en la comunidad árabe-israelí, sentimiento que el Gobierno nacional apenas ha contribuido a modificar con su desubicada delicadeza para con la carpa de la infamia.

FUENTE: SITIO DE J. SCHVINDLERMAN - 17/03/08

(ARTÍCULO PUBLICADO EN LIBERTAD DIGITAL)


COMENTARIO:

Suele decirse que el tonto no duda y el sabio si. Me parece que este artículo ejemplifica por qué Israel es hoy, a sólo 60 años de su creación, uno de los países más "seguros" para todos. No sólo llegan allí como a la tierra que les fue prometida los judíos de todo el mundo en medio de una guerra que probablemente no tenga fin, llegan los desheredados, los refugiados de todos lados: musulmanes, africanos, latinos, todos saben que serán amparados. Y llegan los capitales. ¿Cómo un país tan pequeño, reconstruido de la nada, en guerra con un enemigo mesiánico, puede atraer inversiones y lograr que su moneda sea hoy una de las más fuertes del mundo? Creo que la respuesta es que en Israel hay una ley y que se la respeta, aún en estado de guerra. Es cierto, parece alucinante leer lo que se discutía sobre la carpa, pero finalmente se hizo lo que corresponde con un enemigo, la diferencia con cualquier otro país es que se ponderó bien la situación, se tuvo en cuenta la ley y después se actuó. Esa es la diferencia entre salvajes y civilizados. Vivir una democracia y respetar la ley no es para todos, no es nada fácil y puede ser muy doloroso para las víctimas del terrorismo que acecha al ciudadano israelí, pero se somete a ella aunque proteste y discuta. Los que no están dispuestos a aceptar esos valores no pueden pretender incorporarse a la sociedad israelí, ni por las buenas ni por las malas. La injusticia con la que se lo presenta a la opinión pública mundial puede debilitar su imagen, pero por eso mismo, internamente, lo vuelve más decidido y seguro de los valores de su cultura milenaria y, paradójicamente, lo fortalecen.

jueves, 20 de marzo de 2008

84. STEINER - ESCENARIO MUSULMÁN EN MEDIO ORIENTE


UN ESCENARIO MUY COMPLEJO

Por Natalio Steiner (*)


Ese complejo escenario llamado Medio Oriente (en su definición geográfica) además del conflicto palestino-israelí vive tres guerras civiles árabes: la guerra inconclusa entre Al Fatah y el Hamas, el conflicto interno en el Líbano entre cristianos árabes y el Hizbollah y la guerra entre sunníes y chiítas con escenario principal, pero no único, en Irak.

Es imposible entender estos conflictos sin conocer el escenario en que se presentan. Medio Oriente, llamado también Próximo Oriente, comprende desde lo geográfico la tierra de Israel, la península arábiga y la Mesopotamia asiática. Desde lo político se le puede agregar el África musulmana y todos los países islámicos que llegan a China. Pero hay divisiones que pesan más que las políticas: viven en la región cerca de 450 millones de personas que hablan 25 lenguas y pertenecen a 50 grupos religiosos diferentes, por lo menos.

La pobreza y la injusta distribución de la renta petrolera, salvo raras excepciones, es el común denominador de la región. Hay cerca de 150 millones de pobres y excluidos de los cuales 44 millones ni siquiera tienen agua. El desempleo es de los más altos del mundo.

Es en este complejo panorama donde existe un gran entrecruzamiento de conflictos sin fin.

Las guerras en el mundo árabe-islámico han generado una enorme cantidad de víctimas algo que eclipsa a los muertos en el conflicto palestino-israelí. La rivalidad entre chiítas y sunnitas en Irak causó varios miles de muertos. Sólo en el 2007 llegaron a los 8.000. En Argelia, desde 1992, la guerra contra el fundamentalismo islámico dejó 150.000 muertos en 4 años y el interminable conflicto afgano (desde 1975) causa la muerte promedio de 4 personas por día llegando el número de refugiados en la región a 2.500.000. Sudán esta quebrado por guerras civiles de origen étnico que evolucionaron a religiosas aumentando la espiral de violencia. Desde 2003 hay más de 4.000.000 de refugiados sudaneses sin hogar permanente y otros 2.500.000 murieron en la guerra. Hace un tiempo Turquía invadió el norte de Irak en represalia a ataques de nacionalistas kurdos que buscan independizar regiones de Irak, Siria y Turquía para formar un estado independiente. Desde 1984 los guerrilleros kurdos mataron a 35.000 turcos.

La magnitud de los números enunciados ayudan a entender la dimensión de los conflictos. El mundo árabe-musulmán se desangra no por el conflicto palestino-israelí sino por el terrorismo, el genocidio, la corrupción de sus líderes y la pobreza endémica de sus sociedades.

El mundo árabe-musulmán vive varios enfrentamientos simultáneos. Por un lado por la presencia de gobiernos nacionalistas laicos y prooccidentales como Jordania, Egipto y Marruecos con agrupaciones extremistas que intentan socavar el poder y por el otro, el avance chiíta en la región impulsado por Irán (los chiítas son sólo el 15% de los musulmanes).

La invasión de EE.UU. a Irak destapó una olla ya en ebullición pero aún así entre chiítas y sunnitas se matan más entre ellos que luchando contra el invasor. Los riesgos son muchos. Los conflictos entre Israel y el mundo árabe, la guerra interna en Irak y el conflicto en Afganistán podrían unirse y conformar una mega crisis regional. Sin embargo el conflicto más serio en la región es la difusión de la Yihad como elemento aglutinador y unificador del pensamiento islámico.


COMENTARIO:

Este editorial puntualiza claramente que el problema de la violencia en Medio Oriente no debería enfocarse en el enfrentamiento entre árabes palestinos e Israel. La violencia verdadera está, por muchas causas, dentro del mundo islámico y es el escenario mayor que lo incluye. El fanatismo islámico de un sector actúa en contra de todos los otros de su misma identidad religiosa aunque dividida en sectas que luchan por el poder.

Es tan intensa su capacidad de captación desde temprana edad para formar a futuros terroristas que el chiísmo, sólo un 15 % del total tiene en jaque al mundo, pero se suma a los demás fanatismos islámicos en contra de los "infieles". No es difícil reconocer estos hechos, basta mirar el mapa del mundo donde hay violencia, leer las cifras, identificar a los protagonistas en pugna para entender la realidad.

Sin embargo, el mundo se esfuerza, y lamentablemente lo consigue, para señalar al conflicto árabe palestino-israelí como la causa de todos los males, más todavía cuando condena a Israel porque se defiende de esa violencia fácil de ver en ese escenario mayor, donde este diminuto país no está presente. Esa injusticia y/o error tiene muchas explicaciones, pero fundamentalmente indica que Israel no es una amenaza para nadie, el islamismo fanático si...

ANA

(*) Lic. NATALIO STEINER (Prof. Historia Judía): co-director y fundador del PERIÓDICO "COMUNIDADES", docente, periodista, conferencista, ensayista, columnista y colaborador de diversas publicaciones. Más de 1.100 conferencias dictadas. Co-autor del libro: "Para que el Mundo No Olvide" (2007).

83. EN CONTRA DEL ISLAMOFASCISMO


LOS CAMPAMENTOS DE ENTRENAMIENTO DE OSAMA BIN LONDON


Por ROBERT SPENCER



"52. Esos me los desayuno todas las mañanas". Son palabras del predicador islámico de Gran Bretaña Mohammed Hamid, al que le gustaba llamarse "Osama bin London". Hamid se refería a las 52 personas víctimas de jihadistas islámicos en los atentados de Londres de julio del 2005.


Estaba presumiendo de sus propios planes para, presumiblemente, desayunar, comer y cenar, muchos más muertos. Un funcionario de policía, hablando de las grabaciones de vigilancia realizadas de conversaciones en el interior de la residencia de Hamid, decía, "Hay conversaciones constantes de encontrar y matar infieles".

Hamid era un integrante de "los siete de Londres", una banda jihadista que estableció campamentos de entrenamiento en el campo británico en los que se preparaban para ataques a gran escala contra los británicos no musulmanes y que incluso se preparaban para abrir campamentos de entrenamiento también en Estados Unidos. Dos integrantes de la banda se declaraban culpables de los cargos de terrorismo este martes, pero el caso está lejos de haber terminado. Sus implicaciones tendrían que estudiarse escrupulosamente por parte de funcionarios del gobierno y de las fuerzas del orden.

La creación de campamentos de entrenamiento jihadistas en el campo rústico británico plantea cuestiones inquietantes sin respuesta fácil: ¿cuántos más hay? ¿Cómo se pueden detectar? Preguntas como estas deberían conducir a consideraciones de la sensatez de la presente política de inmigración sin consideración, y de la lealtad de la comunidad musulmana en general en Gran Bretaña, preguntas que nunca han sido respondidas satisfactoriamente. La denuncia de la ideología supremacista islámica jihadista, afirma el autoproclamado "ex-islamista" británico Ed Husain, "ese radicalismo, ese extremismo, esa mentalidad `nosotros-y-ellos´ empieza aquí, en nuestras calles en Gran Bretaña".


¿Por qué empieza en las calles de Gran Bretaña, y qué se puede hacer al respecto? Según Associated Press, "Hamid, natural de Tanzania, seleccionaba reclutas de las principales mezquitas invitándoles a reuniones fundamentalistas en su casa y después realizando una criba que asistía a los campamentos, afirma la policía". Aun así, donde quiera que los funcionarios de las fuerzas del orden se han aventurado en el asunto de monitorizar las actividades que tienen lugar dentro de las mezquitas, se encuentran con un bombardeo de indignación y críticas. El problema central es que, con todas sus rimbombantes condenas del terrorismo, los musulmanes pacíficos de Gran Bretaña y América no han hecho acto de aparición en gran número para denunciar a aquellos que ostentan sentimientos jihadistas, y mucho menos para desvincularse de ellos y expulsarles de sus mezquitas. No hay barrera de separación en la comunidad musulmana británica o americana entre los musulmanes que aceptan el pluralismo occidental y que simplemente desean llevar vidas comunes, y aquellos que ostentan la misma ideología de la jihad y la destrucción o la subyugación de los infieles a la que "Osama bin London" había dedicado su vida. No existe una manera fácil o fiable de distinguir a un musulmán que pudiera estar trabajando para rematar la muerte de los atentados de julio del 2005 en Londres de uno que aborrezca la idea misma.

En un entorno así se necesitan métodos nuevos. Pero tanto en Gran Bretaña como en América, los legisladores y los jueces siguen trabajando contra las iniciativas legítimas y legales anti-terror. A mediados de febrero en Gran Bretaña, un juez revocaba la condena de cinco musulmanes que se bajaban material pro-jihad de Internet. Y en América, después de que la Cámara Demócrata dejase expirar una ley de seguimiento la pasada semana, si las compañías de comunicaciones registran las llamadas telefónicas de jihadistas mientras planean ataques terroristas, los jihadistas pueden demandar a las compañías y llevarlas a los tribunales. El Director de Inteligencia Nacional Mike McConnell y el fiscal general Michael B. Mukasey se dirigían la pasada semana al Comité de Inteligencia de la Cámara: "Hemos perdido información de Inteligencia esta pasada semana como resultado directo de la incertidumbre generada por la no aprobación de la ley por parte del Congreso. A causa de esta incertidumbre, algunos socios han reducido la cooperación".

Por supuesto, no todo musulmán de Gran Bretaña o Estados Unidos caerá presa de "Osama bin London" o similares. Pero el caso de los siete de Londres manifiesta una vez más que contra más funcionarios de las fuerzas del orden se basan en la premisa políticamente correcta de que entre los musulmanes de Occidente hay poca o ninguna simpatía hacia la jihad global, más riesgo corremos los demás. Esta semana, la cadena ABC enviaba a dos actrices -una vestida de mujer musulmana con velo y la otra interpretando el papel de una Secretaría "islamófoba" que la trataba de manera grosera- a una tienda de Waco, Texas, con el fin de recoger pruebas de la xenofobia y el racismo americano. Un documental mucho más dramático se podría realizar a partir del caso de los siete de Londres, jóvenes musulmanes de Gran Bretaña que trabajan realmente para la muerte violenta de sus conciudadanos no musulmanes. Y a nadie de la ABC se le pasó por la cabeza al parecer que el hecho de que demasiados musulmanes se sometan a formación así -Incluso en Occidente- puede ser responsable de parte de la frustración y el resentimiento que surgía de algunas personas desagradables en su documental de "islamofobia".

Los musulmanes de Gran Bretaña y Estados Unidos se han retratado con destreza durante años ya como las víctimas de un recelo injustificado. El caso de los siete de Londres es simplemente el más reciente en indicar que mucha más claridad, mucha más honestidad y mucha más transparencia deberían surgir por su parte si de verdad quieren desactivar tal recelo. De lo contrario, algún "Osama bin London" nuevo rematará finalmente el recuento de muertos de julio de 2005 y su espantoso logro ejemplificará para siempre el ataque contra inocentes que puede y debe ser evitado, y un paso más en el camino a la desintegración de Occidente frente al ataque jihadista. Esto se puede evitar, pero cada vez es más tarde.

FUENTE: DIARIO EXTERIOR - 20/03/08



COMENTARIO:

El autor ejemplifica cómo está vigente en occidente la vieja frase "tapar el cielo con las manos". El islamofascismo es un hecho indiscutible, los atentados terroristas y amenazas así lo evidencian; si no se lo quiere ver no significa que no exista. Es comprensible que muchos musulmanes de cualquier parte del mundo que no comparten sus propósitos, no puedan denunciarlo o apartarse públicamente de él, bajo pena de caer víctima de los que lo practican tanto en occidente o en sus países de origen; los fanáticos no discriminan entre propios y ajenos. Es deber y obligación de cada país controlar y neutralizar la acción del islamismo fanático, si occidente y su democracia suicida lo impiden, no sólo desprotege a los que son considerados "infieles", sino que permiten que estén en la misma bolsa los musulmanes que no pueden diferenciarse de estos lunáticos. ¿Acaso no se investiga y controla a cualquier organización terrorista que no tiene un contenido religioso como argumento? Esta es una discriminación absurda que no tiene justificación. De este error nace inevitablemente la penosa, injusta y criticable "islamofobia".


miércoles, 19 de marzo de 2008

82. EL MEJOR CANDIDATO PALESTINO



¿QUÉ SE PREFIERE CUANDO SE VOTA EN PALESTINA?


Leemos hoy que Barghouti, un convicto por terrorismo con varias cadenas perpetuas en Israel, sería más votado que cualquiera de los dos líderes palestinos actuales. Más llamativa aún es la información que él, en prisión, estaría considerando presentarse como candidato porque según las encuestas obtendría los votos de una gran mayoría. Esta información es sorprendente, pero más sorprendente sería que Israel decidiera liberarlo porque creyera que Barghouti habría cambiado hacia una posición más moderada, y porque ese consenso indicaría que tendría más control sobre la población palestina ante posibles acuerdos.

Me parece que la conclusión es bastante obvia, el grueso de la población quiere lideres más duros; aunque esto se puede analizar de muchas formas es poco probable llegar a cualquier otra. No parece lógico pensar que prefieren a Barghouti porque se ha moderado -entre los dos grupos actuales tiene más intención de voto el más duro, Hamás- sino porque representa la posición más extrema, además de ser un símbolo de unión entre ambas facciones ya que no estuvo involucrado en la lucha que las dividió. Pero es un terrorista, alguien que mató indiscriminadamente a civiles, entre ellos niños inocentes, ¿cómo puede ser el mejor candidato? ¿Cómo un pueblo puede elegir a un individuo así, como el que mejor los representa? ¿Cuáles son entonces sus aspiraciones?

Creo que no se puede pensar que estarían eligiendo democráticamente a un líder para desarrollarse, progresar, crecer como sociedad, inclusive para lograr acuerdos con Israel, sino que vuelven a elegir más de lo mismo que los llevó a la brutalidad del Hamás en Gaza con su propia gente. ¿Qué puede hacerles pensar que Barghouti será menos violento con estos antecedentes? ¿En qué lugar del mundo un condenado por terrorismo puede estar en condiciones de ser elegido y mucho menos ser preferido por una mayoría? No hay explicaciones políticas que puedan exculparlo y justificar esta preferencia.

El mundo exige paz para la región sin querer ver que no hay liderazgo palestino para ella, lamentablemente, todo indica que por más que se intente un entendimiento, el pueblo palestino no genera entre sus dirigentes a quien los guíe hacia una convivencia y cooperación productiva con Israel, sino que el camino que siguen eligiendo es el de la confrontación, para desgracia de ambos pueblos.

ANA


lunes, 17 de marzo de 2008

81. RECORDACIÓN: ATENTADO TERRORISTA


OCURRE EN EL ORIENTE

Por JULIO MARÍA SANGUINETTI

Ex Presidente de la República de Uruguay


La simplificación vulgar presume que la guerra que hoy afecta a Israel y El Líbano es algo nuevo. En el propio mundo árabe se está hablando hoy de la 6ª Guerra. La verdad histórica nos dice que ella empezó el mismo día del nacimiento del Estado israelí, en 1948, y no ha cesado aún, con la alternancia de períodos de fuego y sangre con otros de diplomacia armada. No ha habido un día de sosiego, desde aquel lejano tiempo en que, bajo el influjo emocional del Holocausto perpetrado por los nazis contra el pueblo judío, la organización internacional se decidió a reconocerle un hogar que le diera asiento, en el que pudiera reencontrarse con sus tradiciones ancestrales y construir su nuevo tiempo.

Esa idea que ganó espacio en el mundo civilizado, necesitó, desde el primer día, de la voluntad de lucha del pueblo israelí. Fueron entonces los gobiernos árabes los que no aceptaron ni siquiera la creación del otro estado, el palestino, y desataron una guerra dirigida a impedir que aquel balbuceante Estado judío se consolidara. Esa guerra, esa misma guerra, es la que hoy continúa, con un conjunto de Estados u organizaciones islámicas que propugnan su desaparición, bajo la misma horrenda consigna repetida por tantos labios y que en los últimos meses ha reflotado el Presidente del Irán en su versión original: ¨Borraremos a Israel de la faz de la tierra".


Nadie de buena fe puede ignorar que este es el hecho central del conflicto, aunque los escenarios hayan ido cambiando. Todo lo que transcurre alrededor es accesorio a esta circunstancia nuclear: en el mundo árabe siguen existiendo grupos islámicos, que son gobierno en algunos Estados como Irán y Siria, cuya política es la destrucción de Israel y el exterminio del pueblo judío.

A partir de esa definición, que parece ignorarse, no hay duda de que el escenario ha ido modificándose y presenta hoy caracteres propios.

Israel ya no es el mismo débil Estado de 1948. Pero tampoco es la vigorosa nación militarizada de "La guerra de los 6 días" de 1967 o de la de Yom Kippur en 1973. Su éxito ha sido darle bienestar y cultura a su gente.

Como consecuencia, cada vida duele más y la movilización de sus jóvenes es un sacrificio que crece día a día. Frente a unos enemigos que siguen pobres pese a la riqueza petrolera de sus Estados y sus élites, y que -en esa pobreza y la ignorancia que ella provoca- son fácil presa para un extremismo violento e ilimitado.


Los Estados árabes tampoco ya son lo mismo. Egipto, Jordania, la Arabia Saudita, han crecido, se han desarrollado y han pactado -expresa o tácitamente- la paz con Israel hace muchos años. Y cuesta imaginar que retornen a la guerra. Pero están amenazados desde adentro por esas corrientes fundamentalistas que resquebrajan su unidad nacional y aspiran a conquistar el poder, por las buenas o más bien por las malas, en una región donde no hay sistemas democráticos. Frente a ellos los Estados fundamentalistas, Irán, Siria, inmensamente ricos por su petróleo, arman una nueva guerrilla, el Hezbollah, que no representa una reivindicación territorial, o un pueblo en busca de destino. El enfrentamiento de hoy es con esa organización, cuyo único objetivo es, lisa y llanamente, la destrucción de Israel.

Los palestinos, a su vez, también han cambiado. Tienen ya su propio Estado, reconocido por Israel, e intentan una débil experiencia democrática, con un gobierno de quienes integraron una organización terrorista y hoy tratan de reconvertirse. Israel unilateralmente les ha devuelto la franja de Gaza, pero ellos no han podido controlar a lo que, desde allí, al día siguiente de recibir graciosamente ese territorio, han vuelto a disparar cohetes contra la población judía de la zona. Todo ese pueblo palestino, que quiere la paz, porque incluso vive del trabajo que Israel le ofrece, es peón de estrategias que le son ajenas: le usan de bandera quienes quieren la guerra, le tironean hacia un lado y hacia el otro las facciones religiosas que dividen el mundo islámico y son idealizados por los occidentales que por una razón u otra asumen un pacifismo cómplice con el terrorismo, mientras sus presuntos protectores -enriquecidos- no les brindan el amparo que fácilmente podrían regalarles. Esos palestinos saben que tendrán que entenderse con los judíos y los israelíes y saben también que tendrán que convivir con ellos, por los siglos de los siglos…

Europa, rica, bien comida y bien vivida, da volteretas en nombre de intereses variados. Le teme a sus minorías islámicas y en consecuencia, no está dispuesta a decir una palabra a favor de Israel.

Tampoco arriesgaría un soldado propio porque su impotencia militar ya es definitiva luego de que en Kosovo, en su propio suelo, hubo de acudir a los norteamericanos para que salvaran -paradoja- a una minoría islámica amenazada de extinción.

Simplemente juega un rol político que maneja publicitariamente, pensando egoístamente en sus electores internos, sus intereses económicos en la región y la tranquilidad de sus barrios de inmigrantes. Hace pie en los errores norteamericanos, algunos monumentales como esa guerra sin fin ni destino del Irak, e intenta salvar su rostro ante unos y otros sin arriesgar nada.

El otro gran actor, este sí que fundamental, es el extremismo. El islamismo radical jihadista viene creciendo hace años, el mundo chiíta va imponiendo su visión primitiva del mundo y ha logrado golpear no sólo a Israel sino al corazón de Occidente.

Los atentados contra Nueva York y Madrid le han dado conciencia de su poder. Ahora tiene de rehén al pobre Líbano, una vez más víctima de conflictos que le son ajenos. Los oportunistas temerosos de Occidente prefieren refugiarse en la teoría de que esas bombas se las debemos a Bush y a Aznar, desconociendo que ellas estallarán contra todo aquel que no se resigne a que triunfe su visión teológica intolerante, racista, esclavista de la mujer y enemiga de las libertades individuales.

La guerra es siempre un exceso y los muertos nos duelen a todos. Podemos discutir la anécdota puntual, quien tiró primero o quien tiró después, quien dañó más o menos civiles (que siempre caen en la atrocidad bélica).

Pero no nos equivoquemos: más allá de las víctimas, en ese escenario del Cercano Oriente, vuelven a enfrentarse los valores autoritarios de la religiosidad fanática contra los principios de quienes creemos en la libertad política, en el Estado de Derecho, en la vida democrática, en la plenitud de los espíritus que sólo la sociedad abierta ofrece.


FUENTE: EL PAÍS, URUGUAY - Octubre 2007

COMENTARIO:

Hoy, 27 de marzo de 2008, se recuerda el atentado a la Embajada de Israel en Buenos Aires perpetrado en el año 1992, me parece que este texto corto pero claro explica por qué sigue habiendo atentados y asesinos impunes.

El Dr. Sanguinetti nos brinda su interpretación de la realidad que estamos presenciando en el mundo y creo que su valor reside en que la dice una personalidad independiente, sin pertenencia alguna a un grupo social, religión o país que haya sido involucrado en esta guerra. Para leer y releer, brillante por su poder de síntesis.

80. CHAYA Y SU PROPUESTA PARA LÍBANO


LA DESCONEXIÓN DEL LÍBANO

Por GEORGE CHAYA

La separación formal del Líbano en dos estados, un estado democrático, liberal y multiétnico conformado por cristianos, sunitas y drusos, y un estado fundamentalista chiíta, no debería descartarse sin ser estudiada profundamente por organismos internacionales y cancillerías de países libres y democráticos.

Arrojar luz sobre la situación actual resolverá la ineptitud permanente de Naciones Unidas y la debilidad de la sociedad política libanesa. La segregación del Líbano es una alternativa viable por los siguientes aspectos:


Cada estado finalmente alcanza sus aspiraciones nacionales y culturales. Tras 30 años de ocupación y adoctrinamiento sirio-iraní, está claro que los chiítas libaneses son catapultados a un pasado alternativo y reinventado a peor como devotos pro-iraníes. Miles de chiítas han cortado lazos con la economía, la cultura y el gobierno central libanés. El resto de los ciudadanos, todavía -y como pueden- forman una mayoría que mantiene viva su idiosincrasia y sus deseos de ser libaneses.

Hezbolá logra sus deseos creando su estado islámico y podrá continuar librando sus estériles guerras contra quien desee sin sentirse presionado por nadie. No es posible forzar ni convencer a los seguidores de Hezbolá de que muestren o acepten una "lealtad irreal" hacia el Líbano, y es injusto imponer la sharía a todos los libaneses. A mi juicio, la doctrina norteamericana del "tierra por paz" también es estéril en el Líbano, puesto que Hezbolá controla ya de facto el Líbano meridional hacia el sur del río Litani y todo el sur del país, muy a pesar de las tropas del FINUL. Siria queda satisfecha, con lo que ONU y Occidente evitan el constante ridículo en sus negociaciones (¿ensoñaciones?) con el régimen anexionista de Damasco. Israel debería quedar satisfecho también, puesto que la presencia del nuevo estado libre del Líbano significa acuerdos de paz y comercio, y la presencia de un estado chiíta radical ilustra la relevancia de los Altos del Golán o las Granjas de Shebba.

La comunidad internacional se beneficia de la estabilidad de buena parte del Líbano y oculta su vergüenza -habida cuenta de su ineptitud en el cumplimiento de sus obligaciones transnacionales-. Al mismo tiempo, la lección de Irak es sin duda un mensaje inequívoco de "es mejor confiar en un estado más pequeño, firmemente aliado, un estado étnico o ideológico homogéneo y afín, que en un gobierno central débil con un control teórico de la totalidad del país".

La alternativa de un estado libanés federal como opción para evitar la partición es también inabordable en este momento político, puesto que un estado federal asume un acuerdo de mínimos en materia de defensa y preservación de su gobierno central, y lo mismo para políticas nacionales, internacionales, sociales y económicas. El desacuerdo en todos estos aspectos es insalvable.

Tampoco procede la discusión acerca de que el Líbano es demasiado pequeño para ser dividido. Luxemburgo, un estado del tamaño del Líbano, es próspero y su ciudadanos viven en paz. Hong Kong prosperó desde su minúscula posición. Chipre –griego- lo está haciendo absolutamente bien a pesar de su división. Podemos hacerlo también. Es preferible que "la espada are la tierra y no la garganta de las personas".

El nuevo estado-califato de Hezbolá acabará igual que Gaza, como parias y sin ley, ofreciendo vidas miserables a sus ciudadanos, o como Chipre –turco- reconocido por nadie en el mundo excepto los 2 miembros del eje del terror: Siria e Irán.

Los únicos perdedores serían los ciudadanos libaneses cuyos hogares cayeran del lado incorrecto de una nueva frontera, y ellos deben ser ayudados y subvencionados para reacomodarse dentro del estado libre del Líbano. La partición se debe hacer de una manera pacífica, como se hizo en Checoslovaquia. Los compromisos deben asumirse por ambas partes. Hezbolá deberá abandonar su presencia cercana a la capital y los suburbios meridionales, sería compensado con las aldeas sunitas, drusas y cristianas en el Valle del Bekaa que quedasen del lado de Hezbolastán. El ejército puede también ser dividido pacíficamente y sus miembros alistarse del lado que deseen. Es mejor tener un ejército pequeño, moderno y equipado que nos defienda verdaderamente a un ejército de 60.000 efectivos que permanece inoperante "por el miedo a las divisiones religiosas".

La partición del Líbano es ya una realidad que aguarda y necesita simplemente ser reconocida por Naciones Unidas. La pregonada "unidad nacional" es una gran farsa plagada de hipocresía que no tiene ningún futuro mas allá de una confrontación cruenta. Hezbolá ha erigido su propio estado y desde 1982 mantiene su ejército independiente, sus propias finanzas y estructuras económicas, su propia política exterior, maneja sus servicios sociales con alto nivel de populismo y asistencialismo, en definitiva, todo lo que el dinero iraní puede comprar.

Quizá en dos o tres generaciones podamos dialogar y celebrar negociaciones de reunificación, tal vez nunca más volvamos a unirnos. Ese no es el problema hoy. En el Líbano llevamos esperando un siglo a la unidad real entre cristianos, suníes y drusos. No podemos esperar otro siglo de guerras y tribulaciones. Debemos continuar con nuestro sueño de construir una verdadera Nación en paz, libertad y democracia, incluso con dimensiones territoriales más reducidas, incluso sin ellos.

George Chaya es analista político internacional de origen libanés y especialista en contraterrorismo y conflictos religiosos.

FUENTE: DIARIO EXTERIOR - 12/10/07


COMENTARIO:

Esta propuesta sería una solución para que finalmente se pacificara el país, algo posible si las fuerzas en pugna se separaran. La pregunta que surge es si cada uno de los que tienen el poder aceptará ceder al otro una parte del todo o si alguno de ellos prefiere la guerra eterna como una forma de vida. Y parecería que este debe ser el escollo que habría que sortear; quizá podría llegarse a algo positivo por medio de un plebiscito controlado por algún organismo internacional y sea el pueblo quien pueda elegir su futuro, no sus líderes políticos.



domingo, 16 de marzo de 2008

79. SCHVINDLERMAN ¿COLOMBIA ES COMO ISRAEL?


COLOMBIA COMO "EL ISRAEL DE LA REGIÓN"

Por JULIÁN SCHVINDLERMAN


COMENTARIO:

Cuando un tonto habla ayuda a hacer una analogía que hace comprensible el otro conflicto que el mundo no quiere ver como realmente es, Schvindlerman no iba a desaprovechar la oportunidad y todo se vuelve más claro.


La reciente operación militar colombiana contra las FARC en Ecuador, la incursión militar turca contra el PKK en Irak, el avance israelí contra posiciones de Hamas en Gaza, y la un poco más lejana intervención norteamericana contra Al-Qaeda y los talibanes en Afganistán, han sido todas ellas instancias de autodefensa nacional ante provocaciones terroristas surgidas de territorio hostil. En todos estos casos, los terroristas actúan desde bases de operaciones en zonas-refugio provistas por estados o entidades cuya soberanía nacional es vulnerada al momento de la represalia. Invariablemente, la familia de las naciones tiende a protestar ante las respuestas defensivas de las democracias a la par que ignora las agresiones originales motivadoras de esas respuestas en primer lugar. Pero es importante tener presente que no hay principio o ley internacional alguna que obligue a una nación a esperar temerosa la siguiente atrocidad que está siendo planeada en el santuario de una entidad vecina, conforme ha explicado el profesor William O´Brien de la Universidad de Georgetown unos quince años atrás en su libro Law and Morality in Israel´s War with the PLO; un concepto aplicable a todas las instancias arriba mencionadas.

Parte del problema yace en una pobre comprensión de las realidades de lo que luchar contra terroristas implica, así como en un desubicado romanticismo referido a la naturaleza y propósito de las agrupaciones insurgentes. Un cable de la Associated Press describió a las FARC como unos “rebeldes que han estado luchando por más de cuatro décadas por una más justa distribución de la riqueza en Colombia” y decía que el tráfico de drogas y la toma de rehenes “no han ayudado a su reputación”. Esta verdadera gema de maquillaje periodístico apenas es atípica, y similares y repetidas caracterizaciones acerca de los movimientos terroristas que dan combate a las democracias en distintas partes del globo han ido gradual pero certeramente minando el entendimiento público a propósito del fenómeno del terrorismo y de las vicisitudes de la guerra contra el mismo.
Casi todos los países latinoamericanos -para su propia vergüenza- han condenado a Colombia y así dificultado su campaña contra las FARC, agrupación que, a su vez, todavía no han podido definir de “terrorista”. Cuando Hugo Chávez, en su infinita vocación para la provocación, afirmó “no vamos a aceptar por nada del mundo que Colombia se convierta en el Israel de esta tierra”, inadvertidamente nos brindó un alerta relativo al presente geopolítico latinoamericano. “En tal sentido”, observó Shimon Samuels del Centro Wiesenthal, “si siguiéramos la lógica del presidente de Venezuela, queda claro que si Colombia fuera ´el Israel de la región´, Chávez toma partido por el terrorismo”. Efectivamente, si Colombia es Israel, entonces las FARC son Hamas, Ecuador es Gaza y Venezuela es Irán. No vamos a forzar demasiado la analogía, tan solo esperemos que Brasilia, Santiago y Buenos Aires entre otros, tomen nota del daño que hacen al centrar su atención en las medidas defensivas de Bogotá en lugar de condenar categóricamente a las actividades criminales y terroristas de las FARC y sus patrones.

Colombia bien podría hallar consuelo en los dilemas de Israel y la absoluta indiferencia internacional ante los mismos. Israel abandonó la Franja de Gaza con la esperanza de que el fin de la llamada ocupación pondría fin a la violencia palestina. Eso no pasó. De hecho, la violencia se acentuó. Solamente durante el 2007, más de tres mil cohetes fueron disparados desde Gaza contra Israel. Según datos presentados por el embajador Dore Gold del Jerusalem Center for Public Affairs, desde la desconexión de Gaza en 2005, los ataques con cohetes contra poblados israelíes creció más del 500%. Antes de 2006, el número de ataques con cohetes rara vez llegaba a los cincuenta al mes. Para comienzos de 2008, la capacidad palestina de lanzar cohetes llegó a cincuenta por día. Hamas comenzó lanzando cohetes Qassam que tienen un alcance de 10km, lo que atormentó las vidas de los 20.000 residentes de Sderot. Ahora los palestinos han usado el cohete Grad (de fabricación iraní) con alcance de 15 km, y así llegaron hasta la ciudad de Ashkelon con 160.000 habitantes. Si los palestinos logran contrabandear los cohetes iraníes Fajr, con alcance de 45km, la reocupación de Gaza será posiblemente inevitable. (En rigor, esto debió haber ocurrido luego del aterrizaje en Sderot del primer Qassam palestino). Para evitar el retorno israelí a Gaza o las actuales incursiones temporales en la franja, todo lo que debe hacer Hamas es desistir del lanzamiento de más cohetes. Sin ataques, no hay represalias. A pesar de la simpleza aritmética de la ecuación estratégica, es Jerusalén -no Gaza- la receptora de la indignación global.

En momentos en que los israelíes le dan la agria bienvenida a los colombianos al club de los incomprendidos, no nos queda sino esperar que, si no por principio de justicia moral al menos motivados por el pragmatismo, las naciones del mundo libre se desharán de las ilusiones que albergan sobre el terrorismo. Después de todo, nadie necesita uranio para alcanzar la igualdad social.


FUENTE: SITIO DE J. SCHVINDLERMAN (ARTÍCULO PUBLICADO EN COMUNIDADES)

sábado, 15 de marzo de 2008

78. VIOLENCIA RELIGIOSA EN INGLATERRA


MÁS TOLERANCIA MUSULMANA

Por DEBBIE SCHLUSSEL

Uno de los síntomas de la creciente presencia islámica y, por tanto, del extremismo y la violencia, en Gran Bretaña es el número creciente de ataques contra aquellos que muestran abiertamente su afiliación religiosa.


COMENTARIO:

El fenómeno de la violencia por motivos religiosos se está produciendo en todo el mundo. Es lógico preguntarse qué hacen los gobiernos para combatirla y si los pueblos que la padecen son informados por los medios, con claros signos de alarma. Y si no es así se debe preguntar por qué, no se puede ignorar cuál es el futuro si no se enfrenta debidamente el problema.


Lo vimos en Francia, donde una mujer judía fue obligada por musulmanes a tragarse su gargantilla de estrella y otras personas son atacadas violentamente. Y ahora se está empezando a ver en Gran Bretaña en ataques contra los cristianos.

La Iglesia de Gran Bretaña está comenzando a aconsejar al clero retirarse sus alzacuellos cuando no están oficiando con el fin de reducir el riesgo de ataques. El colectivo Churchwatch afirma que los religiosos están siendo atacados con mayor frecuencia que el resto de los profesionales, según explica su director Nick Tolson. Cinco sacerdotes fueron asesinados en los 10 últimos años y un estudio académico de 2001 concluye que alrededor del 12% del clero sufre alguna forma de violencia. En una encuesta llevada a cabo en Londres el año pasado, casi la mitad de los sacerdotes afirmó haber sido atacado el año anterior. Un vicario de Willesden, al noreste de Londres, afirmaba el lunes en BBC News que su vicaría fue ametrallada.

"El argumento contra esta medida es que el vicario es testigo de su comunidad. El alzacuellos es el modo de decir, ´hola, soy el vicario´. Eso está bien cuando eres el vicario. Cuando estás solo, y cuando no estás oficiando, no hay necesidad de llevar los alzacuellos. Todo lo que hace es atraer a la gente para ver el alzacuellos, y si están motivados por la violencia, sitúa al clero en una posición muy difícil". Ahora los alzacuellos se han convertido en las nuevas estrellas amarillas de David.

Mientras que constantemente escuchamos el mito islamista de que las mujeres islámicas con pañuelo no son tratadas mal, la verdadera historia es que si muestras abiertamente que eres cristiano o judío en una zona musulmana de Occidente (como Birmingham, Inglaterra, o Dearbornistán, Estados Unidos), entonces es cuando experimentas la escena real de discriminación y violencia.

Para los que crean que esto es solamente un fenómeno europeo, seguid soñando.

En el verano de 2002, musulmanes adinerados procedentes de la familia Issa de Ann Arbor atacaban a un estudiante judío de la Universidad de Michigan, Danny Aghion (cuya familia había escapado de Egipto para huir del trato similar allí) por estar llevando una kippa. Aunque iba a pie, los musulmanes le persiguieron con el coche arrojando botellas de cristal. En el 2003, un grupo de musulmanes apaleaban al estudiante de la Universidad de Michigan Ricky Dorfman por llevar una camiseta pro-Israel a una bolera. En el mismo año, una estudiante de Ann Arbor era apaleada por musulmanes a causa de llevar un anillo con la estrella de David. Le rompieron varias costillas y necesitó de cirugía reconstructiva facial.

Debido a estos y otros ejemplos de tolerancia musulmana, oculto de manera rutinaria mi joyería hebrea cuando salgo o cuando comparezco en público. Nunca sabes lo que hará el extranjero ilegal musulmán (al que el servicio de inmigración nunca detendrá) para demostrar su tolerancia cuando eres la siguiente en la cola de la gasolinera.

Por tanto, para aquellos que creéis que lo que sucede en Gran Bretaña nunca saldrá de Gran Bretaña, yo digo: no; YA está aquí. Despertad.


FUENTE: DIARIO EXTERIOR - 12/10/07

viernes, 14 de marzo de 2008

77. LINOVESKY ¿CALIFATOS O COLIFATOS?


LOS COLIFATOS DEL CALIFATO

Bien por la lengua castellana, o por el lunfardo

por MARIO LINOVESKY


COMENTARIO:

Notable recreación de la política internacional en clave de humor, que informa, instruye y aclara mucho de lo que no sabemos. El análisis serio puede ser entendido, discutido, rechazado, aprobado, hay idas y vueltas, pero bien se dice que del ridículo nadie vuelve. En fin, relatar la realidad que percibe el autor para explicarla más rápida y contundentemente, no lo hace quien quiere sino quien puede. Desopilante.


Bien por la lengua castellana, o por el lunfardo (habla que originariamente empleaba, en la ciudad de Buenos Aires y sus alrededores, la gente de clase baja). Parte de sus vocablos y locuciones se introdujeron posteriormente en la lengua popular y se difundieron en el español de la Argentina y el Uruguay, en este caso, que nos arrima unos parónimos que para qué les voy a contar. Así, en tanto el integrismo islámico, o islamo-fascismo (para no andarnos con denominadores ambiguos), viene avanzando aquí y allá en pos de instalar un Califato Universal, el lunfardo pone a nuestra disposición un término de similar fonética a Califato: “colifato”, que describe radiográfica e indubitablemente a esa tropa enardecida. Califato y colifato, dos palabras que vaya si no suenan parecidas, casi iguales. Y colifato, además, es el calificativo que nos viene en esta ocasión como anillo al dedo, para describir el estado mental de estos deschavetados que propenden a instalar el tal Califato y el de aquellos que por desidia, cobardía o acomodo, les dan pie para que puedan consumarlo. Porque según esa lengua ayer marginal y hoy de uso común, colifato sería uno de esos individuos con las neuronas totalmente desordenadas, con tendencia al caos mental y a hacer barbaridades, sin medir las consecuencias claro; bah, un loco o loquito, si queremos que bien se entienda.

Por tal motivo, me propuse exponer a la consideración pública mi parecer sobre esos colifatos, claro que acotándolo a quienes, en los cinco continentes, tienen puestos sus afanes en la mencionada empresa. Ya que el lunfardo para otros, no menos extraviados, nos presta una diferente palabreja, pero de parecido significado a colifato: “piantado”; que pese a la fuerte analogía que enlaza a ambos términos hace que difieran entre si en su calidad, puesto que mientras el conceptuado como colifato es un caso perdido, el piantado es al menos remediable. Eso por una segunda acepción de piantado, que también permite ser traducido como echado, expulsado o el que por las suyas y sin presión palpable alguna, se va de determinado sitio o cargo. Y conviene discriminar entre uno y otro vocablo y entre uno y otro incriminado, porque existe entre ellos una sutil diferencia. O no tan sutil si se quiere. Ejemplo de ella es George W. Bush, ese monstruo loco y asesino, genocida, torturador, violador de viejitas y otras cuantas yerbas, reputado por el integrismo islámico, el progresismo y los que se dicen de izquierda como el más grande flagelo que haya azotado jamás el planeta; olvidándose quizá por conveniencia de un tipejo llamado Hitler, de sus camaradas (de los de la izquierda) Stalin y Pol Pot y de otros cuantos con o sin barba, que de matar a sus semejantes sabían y algunos todavía saben, un montón. Pero detengámonos en Bush ya que tantos así lo apetecen y veamos donde está la mencionada sutil diferencia. Pues sí, Bush, a quien personalmente no quiero ni un poquito, valga la aclaración, es lo que se llama un piantado, si lo traducimos por loco o extraviado, pero al mismo tiempo es removible; o sea que se lo puede piantar (echar), cosa que sucederá en poco tiempo más y que le da cierta ventaja sobre los colifatos. Encima, ni siquiera es dictador o tirano, al menos con su propio pueblo, caso contrario no asistiríamos al penoso espectáculo que nos brindan los Noam Chomsky y otros de parecida ralea, insultándolo más y mejor y sin que nadie siquiera los calle o amoneste.

Frente a él están los colifatos o colifas de verdad y estos si son de temer, además que difíciles de remover, ya que por nada del mundo piensan deshacerse, ni por un ratito siquiera, de sus lugares privilegiados y del poder. En nuestra América Latina por caso tenemos al desequilibrado Chávez, que a más de desequilibrado resulta ser un sujeto asaz patético. Quienes hayan seguido de cerca sus últimas actuaciones, lo habrán corroborado. Ya que aparte de haber sumido en la miseria a gran parte de los venezolanos, excluidos por supuesto los que lo adulan o le convienen, de haber eliminado a sus opositores a fuerza de palazos y de plomo, de haber coartado la tradicional libertad que Venezuela tenía, de cualquier modo no se priva en sus pretensiones por aparecer simpático y campechano, aún cuando su connatural y característica pose de matón de opereta debería desalentar a cualquiera como él, tan sólo de intentarlo. Porque mientras introdujo a los personeros de Jizbalá en sus selvas para que hagan con los indígenas lo que les venga en antojo, en tanto financia a los narco-terroristas de las FARC y les permite el uso de territorio venezolano para sus malandanzas, al mismo tiempo provoca el disgregue del sur del continente, declarando o haciendo como que declara la guerra a la república soberana de Colombia, que es la que los sufre y combate. Siendo expresión máxima de su patetismo comentado, la bufonada que hizo no sólo insultando soezmente al otro mandatario, encima vecino suyo, sino además ordenando el envío de batallones venezolanos a la frontera que tiene con el país de ese mismo presidente… durante su agobiante y ridículo programa de televisión. Trabajo para Ripley y para los psiquiatras más avezados este tipo.

Bien, por esta geografía amerindia tenemos más, pero por ahora con tamaño personaje nos basta y sobra para representarlos. Crucemos entonces el charco y dejemos en el viaje de lado al África, ya que es un continente destinado para los cachetazos y por tal, dada su mayoría de gente hambreada y sufrida, por el momento inimputable. Sigamos por lo tanto nuestro vuelo, puesto que por comodidad y falta de tiempo hacemos el periplo en avión, e internémonos en Europa, donde tampoco merece demasiado la pena detenerse. Ya que es tal el deterioro moral del Viejo Continente y está tan invadido por la desordenada inmigración musulmana, que, de no haber una rápida y contundente reacción de sus ciudadanos racionales, su destino, más temprano que tarde, será convertirse en la primera hijuela (cosa ajena y subordinada a otra principal; sucursal) del Califato. Siendo que para colmo uno de sus principales mentores (otra vez del susodicho Califato), el español Rodríguez Zapatero, acaba de ser reelegido como presidente ibérico y podrá seguir adelante con su Alianza de Civilizaciones, o sea prosternándose ante los ponebombas que le regalaron su primer mandato, asesinando a mansalva a sus compatriotas. Y antes de él y de Moratinos, a mediados del siglo pasado estuvieron los franceses, quienes en aras de demostrar su inclinación fraternal, democrática y progresista, prohijaron y protegieron al Ayatolláh Khomeini, con los resultados ya conocidos, facilitando así la instalación, en un futuro cercano, del nombrado (otra vez más) Califato. Y hoy lo tienen cerca suyo Inglaterra, Holanda y otros (la mayoría de los países europeos), cuyos territorios están copados por adeptos al Islam y de los que (de esos países) se teme seriamente que pierdan su estabilidad y representación pro-occidental y moderna. Pero son tantos, que más vale abandonar la tentación de nombrarlos, dado el tiempo que ello nos insumiría.

Sigamos viaje entonces y aterricemos en Oriente Medio, sitio que contiene la cuna del tal Califato y donde encontraremos a sus colifatos propulsores en la cantidad que nos venga en ganas. Pero antes que nada analicemos a Israel, el bastión hasta hoy inexpugnable para impedir la creación y expansión de ese Califato. Lugar en el que también (lamentablemente) encontraremos colifatos al por mayor. Aunque en este caso se nos presenta una situación dual, porque si bien los podemos encasillar como colifatos, tampoco les sienta mal el mote de piantados, ya que la mayoría de los ciudadanos los quieren piantar o echar. Y esto es así porque allí trabaja de Premier un tal Ehud Olmert y cohabitan en su gobierno unos tales Jaim Ramon y Ehud Barak. El uno por incapaz, el segundo porque quiere negociar y si se lo exigen mucho dividir Jerusalem y el tercero por irresoluto, aun cuando se oponen al Califato, por esos, sus comportamientos, clasifican tranquilamente para ser considerados colifatos. En mayor grado el Primer Ministro por supuesto, que trató de minimizar el terror de los pobladores de Ashkelon ante el lanzamiento de cohetes desde la Franja de Gaza y casi les ordenó que se acostumbren a ello y no hagan tanto aspaviento. Desde luego que hay muchísimos más, rabinos, opositores, pacifistas y otros, pero estos tres, por su relevancia, se llevan con justicia las palmas.

Y volvemos a cruzar la frontera, pero esta vez, que espero será la última, para internarnos en un extraño reino, al que llamaré: “la tierra de la permanente involución”. Todo en ese lugar va para atrás, dirigiéndose directamente al establecimiento del Califato, el norte que le impusieron a su feligresía Alá y Mahoma de común acuerdo, esto, según Mahoma. Si aún no lo han conseguido, es porque al lado, hace casi 60 años se ha instalado un país, Israel, uno de los más insignificantes (en territorio) del planeta, que sin embargo les ha plantado cara y, en cada guerra que le declararon, les ha dado unas soberanas palizas. Bien, en esa tierra de la permanente involución, sobrevive malamente, por obra de las conveniencias políticas de sus hermanos islámicos, un pueblo surgido de la inventiva árabe (creadora del álgebra se dice y promotores de la albahaca) y que no puede mostrar evidencias de haber existido antes de 1964: “el palestino”. Aún así, sus engendradores les han dado tantas ínfulas, que esta gente se lo ha tomado en serio y cree que le asisten derechos divinamente otorgados. De tal modo, ante cualquier cosa que se les dio o dé, ellos siempre han exigido o exigirán mucho más, mostrando por último su lunática pretensión: que los israelíes les dejen todo lo que han edificado a través de décadas y se vayan. Para conseguirlo, recurrieron al terrorismo y abrazaron la cultura de la propia muerte, en tanto que al mismo tiempo logren llevarse consigo a muchos judíos. Colifatos totales, en los pasados días se publicaron en un diario español las declaraciones del hermano de Ismail Haniye (que no sé como se apoda ni me interesa saberlo), sobre la lucha irredenta que están llevando ambos a cabo junto a su banda de criminales, llamada Hamás. Y se refirió justamente a esa cultura de la propia muerte, para la que según él están preparados 1.500.000 suicidas o sea toda la población árabe de Gaza. Un tanto exagerado el hombre y sólo por redondear la cifra, porque debió haber declarado como mucho 1.499.998 suicidas, puesto que él y su valiente hermano siguen escondidos, en clara demostración que convertirse en shahids no entra todavía en sus planes. Colifatos sí, pero no tontos los hermanitos.

Concluyendo: en este mundo del Islam podemos encontrar la cantidad de colifatos que queramos, más que en cualquier otro sitio y esto sin llegar a Irán, donde alcanzan un número superlativo. Y si analizamos a su presidente, el tal Ajmadinejad, difícilmente vaya a alcanzarnos para calificarlo el solo apelativo de colifato, sino que deberemos agregarle el de orate, loco, lunático, desequilibrado, ido, chiflado, maniático, tocado, perturbado, trastornado, delirante y un tan desesperanzador, como largo etcétera.

Pero no nos preocupemos nosotros, los normales, porque todo lo antedicho en verdad carece de relevancia. Riámonos de esas amenazas vacuas y permitamos que los integristas se sigan armando hasta los dientes, así se entretienen en algo. Inclusive, quedémonos quietos y dejemos que alcancen poder nuclear. En todo caso, desaparecerá Israel por haberse metido donde no debía, ya que con el resto del mundo no se animarán. ¿No se animarán?, ¿seguro?. Bueno, si vamos a andar temiendo de nuestra propia sombra, habiendo tantas cosas interesantes de las que ocuparse, ahí sí que estamos fregados. Ya que lo único que nos falta, es que perdamos el sueño por lo que nos dicen unos pocos alarmistas. Y menos hoy, vamos, que en la Bombonera juega Boca y hay corrida de toros en Madrid.


FUENTE: EL RELOJ - 14/03/08