LA ENFERMEDAD TRIBAL DE MEDIO ORIENTE
¿Por qué está Oriente Próximo tan enfrentado con la vida moderna, rezagado en todo, desde niveles de alfabetización hasta el nivel de vida, del peso militar al desarrollo político?
Por DANIEL PIPES
Un nuevo texto exhaustivo de Philip Carl Salzman, el profesor de la Universidad McGill, con el título engañosamente simple de Cultura y conflicto en Oriente Próximo (Prometheus) ofrece una interpretación destacada y original de los problemas relativos a Oriente Medio.
Salzman, antropólogo de profesión, comienza delineando los dos patrones de conducta que han dominado históricamente Oriente Próximo: la autonomía tribal y el centralismo tiránico. El primer patrón, argumenta, es característico de la región y clave para comprenderla. El autogobierno tribal se basa en lo que Salzman llama oposición equilibrada, un mecanismo en el que los habitantes de Oriente Próximo, residentes en desiertos, montañas y valles, protegen la vida y sus recursos confiando en sus extensas familias.
Este sistema inmensamente complejo y sutil se reduce a (1) cada persona cuenta para su protección con los parientes paternos (llamados agnatos) y (2) se enfrentan entre sí las unidades de agnatos de igual tamaño. De esta manera, el núcleo familiar de una familia se enfrenta a otra familia nuclear, un clan se enfrenta a otro clan, y así sucesivamente, hasta el nivel meta-tribal. Como resume estas confrontaciones el conocido aforismo de Oriente Próximo, "Yo contra mi hermano, yo y mis hermanos contra mis primos, yo y mis hermanos y mis primos contra el mundo”.
En el lado positivo, la solidaridad de afiliación permite una independencia digna de los estados represivos. Por el negativo, se sobreentiende un conflicto sin final; cada colectivo tiene múltiples enemigos jurados y feudos que a menudo se prolongan durante generaciones.
La autonomía tribal ha movido la historia de Oriente Medio, como observaba hace seis siglos el eminente historiador Ibn Jaldún. Cuando un gobierno se tambaleaba, se constituían enormes confederaciones tribales, abandonaban sus áridos parajes, y se hacían con el control de las ciudades y los terrenos agrícolas. Habiendo controlado el estado, las tribus explotaban su poder de manera desenfrenada para impulsar sus propios intereses, explotando con crueldad a su población súbdita hasta que ellos a su vez se tambaleaban y el ciclo empezaba de nuevo.
La aportación de Salzman se encuentra en actualizar a Ibn Jaldún, demostrando cómo el patrón dual de autogobierno tribal y centralismo tiránico sigue definiendo la vida cotidiana de Oriente Medio, y utilizarlo para explicar los rasgos más característicos de la región, como las autocracias, la falta de escrúpulos políticos o el estancamiento económico. De igual manera, explica la guerra de aniquilación contra Israel y, más en general, las sangrientas fronteras del Islam, la extendida hostilidad hacia los no musulmanes.
El patrón dual explica hasta aspectos claves de la vida familiar de Oriente Próximo. El imperativo de añadir más agnatos que el vecino de uno, argumenta Salzman, significa desarrollar tácticas para sobrepasar las filas de su descendencia masculina. Esto tiene varias implicaciones:
Casar a las hijas de uno con primos como medio de que la familia se beneficie de su fertilidad.
Practicar la poligamia con el fin de beneficiarse de la fertilidad de múltiples mujeres.
Vigilar a las mujeres de las demás familias, esperando sorprenderlas en un acto inmoral obligando de esta manera a sus parientes masculinos a matarlas y perder su fertilidad.
Este último punto sugiere que la oposición equilibrada explica en gran medida la costumbre bien conocida de los habitantes de Oriente Próximo de los "crímenes de honor", en los que los hermanos matan a las hermanas, los primos asesinan a las primas, los padres asesinan a las hijas, y los hijos matan a las madres. Llamativamente, las indiscreciones de la mujer son toleradas dentro de la familia y conducen a los crímenes casi exclusivamente cuando se conocen fuera de la familia.
Más ampliamente, la oposición equilibrada significa que Oriente Medio carece de los principios abstractos en virtud de los cuales medir las acciones "en función de un criterio general, al margen de la afiliación a agentes particulares". En su lugar, un intenso particularismo exige a un miembro de la familia apoyar a un pariente cercano contra el padre, al margen de quien pueda ser el culpable. Los miembros de tribus y los súbditos pueblan la región, no los ciudadanos. Que la mayor parte de los habitantes de Oriente Próximo conserve esta mentalidad de ellos-contra-nosotros sentencia el universalismo, el estado de derecho y el constitucionalismo. Atrapados en estos patrones arcaicos, escribe Salzman, las sociedades de Oriente Próximo "salen mal paradas en la mayor parte de los criterios sociales, culturales, económicos y políticos de evaluación". Mientras la región no se moderniza, constantemente se queda más atrás.
Solamente podrá avanzar rompiendo el arcaico sistema de la afiliación solidaria. "Esto no es posible a través del reemplazo de los grupos tradicionales con grupos recién concebidos [como partidos políticos], sino con la sustitución del grupo por el individuo".
El individualismo hará progresar a los habitantes de Oriente Próximo, no obstante, solamente cuando "aquello de lo que están a favor sea más importante que aquellos en contra de los que estén”.
Este cambio fundamental podría tardar décadas o incluso siglos en alcanzarse. Pero el exhaustivo análisis de Salzman permite comprender la extraña enfermedad de la región e identificar su tratamiento.-
FUENTE: EL RELOJ - 28/01/08
Comentario:Hay muchas teorías sobre el desarrollo de algunas regiones y el estancamiento de otras, ésta puede ser una de ellas. El lugar, las exigencias del entorno físico o social ¿será una gran influencia en la laboriosidad de un pueblo y en la formación de su cultura y hábitos? Este artículo es un ejemplo que podemos extrapolar a otros países o sociedades. En los países que tienen climas más fríos, ¿sus ciudadanos son más laboriosos? ¿Podría ser Japón lo que actualmente es si el trabajo arduo no fuera una exigencia imprescindible para la supervivencia de una población enorme en tan pequeño espacio? ¿El milagro de Israel sería posible si la necesidad de sobrevivir durante milenios a un entorno hostil, no hubiera obligado al pueblo judío a aguzar el ingenio y ahora, con un pequeño territorio, desarrollarse de una forma que supera ampliamente todos los pronósticos? Por el contrario, los países ricos que lo rodean, no pueden aspirar al progreso que les permitiría su riqueza, anclados aún en costumbres y ritos que esas sociedades, en su conjunto, aún no han podido superar. Lamentablemente la sociología no es una ciencia exacta y, aun cuando se pudiera hacer un buen diagnóstico, no hay remedio que pueda curar lo que sólo podrá superarse con el tiempo.-
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