sábado, 21 de noviembre de 2009

478 - ELYAKIM HAETZNI SOBRE LA PAZ


LA PAZ NO ES UNA OBLIGACIÓN

"PEACE IS NOT A MUST"

Los acuerdos informales son el único enfoque viable en nuestro conflicto de suma cero. (*)

Por ELYAKIM HAETZNI



(TRADUCCIÓN LIBRE DE ANA)

En su reciente artículo de opinión-ED del New York Times, Thomas Friedman presentó la idea que ni los israelíes ni los palestinos están interesados en un proceso de paz, y que la presión americana sobre ambas partes simplemente les dificulta llevarse bien por su cuenta por la carencia de cualquier otra opción.

Bueno, bienvenido al club. Después de todo, esto es lo que la derecha ha estado advirtiendo todo el tiempo: planes de paz imposibles que arrancan miles de "víctimas de la paz." No obstante, esperemos que Friedman no se detendrá allí y procederá a ir más profundamente en la raíz del problema, comenzando por las razones del por qué la idea de paz de la izquierda era un caso perdido.

El acuerdo ofrecido a los árabes por el "bando de la paz" es simple: 1948 a cambio de 1967. Nosotros les daremos todo lo que conquistamos en la Guerra de los Seis Días, y a cambio ustedes reconocerán la existencia del Estado Judío y la Línea Verde (la línea de 1948) como una frontera legal. Es decir, ustedes abandonarán gran parte de la tierra de Palestina, los hogares que tuvieron, y su sueño de retornar a ellos. Ustedes desistirán de todo por lo que han luchado en guerras y terrorismo.

Los árabes rechazaron este acuerdo desde el principio, y este argumento persiste solamente entre los judíos. Los árabes, basados en sus ideas nacionales, culturales y religiosas, no pueden firmar un acuerdo que bajo su punto de vista convertiría a un estado musulmán en uno judío; un estado árabe en uno israelí.
Cualquiera que lo haga, lo pagará con su vida.

Un líder árabe auténtico tampoco abandonará el derecho al retorno de los árabes musulmanes al corazón de la "casa del islam". Arafat en el 2000 y Abbas en el 2009 llegaron hasta este obstáculo y se echaron atrás. Los ciegos americanos e israelíes fallaron en entender por qué.

Una posición realista con respecto a los árabes requiere un enfoque diferente:

1. No reconozcan nuestra existencia y ciertamente tampoco nuestra existencia como una entidad judía; como nosotros ya existimos no necesitamos de tal reconocimiento. Ello no nos dará nada. "Reconocimiento" no es un tipo de mercancía y no ofrecemos nada por ella.

2. No abandonen Haifa y Jaffa. Firmar tal acuerdo les dolerá mientras que a nosotros no nos garantiza ningún beneficio. Nosotros sabemos que si algún día nos debilitáramos ustedes retomarían la Palestina de 1948 aunque declaren miles de veces que renunciaron a ella. Por lo tanto, "renunciación" tampoco es un tipo de mercancía.

3. No entablen negociaciones con nosotros y no firmen un acuerdo a través de los cuales ustedes no pueden obtener más que 1967 a cambio de 1948. Esto simplemente creará frustración y decepción y será una catástrofe para ambas partes. Mantendremos vínculos, entendimientos e inclusive amistad "bajo la mesa", de hecho y no de derecho.
Tendremos un modus vivendi en lugar de una "paz" formal.

Nuestra relación oficial con Jordania ha sido caracterizada por el Rey Abdullah como una "paz fría". Parece que los vínculos secretos que prevalecieron previamente eran mejores. Cuando se trata de dar y recibir, judíos y árabes se llevan muy bien, desde el comercio hasta temas como la salud y desde asuntos como la recolección de residuos hasta compartir conocimientos y hacer proyectos en conjunto.

Lo que sea que valga la pena considerar valioso para las partes, porque es necesario para ambas, va bien mientras se gestione bien lejos del ojo vigilante de los medios de comunicación y de la opinión pública, como también bien lejos de los políticos y de las mentiras acordadas.

El plan de Salam Fayyad de declarar unilateralmente un estado palestino deriva de la incapacidad de firmar acuerdos. Es preferible para él tener un estado de facto en la tal llamada Área A, que ser percibido como una persona que renunció a derechos y exigencias sagrados.

Es difícil para nosotros internalizar el hecho que el conflicto con los palestinos es un juego de suma cero: cada parte siente profundamente en su alma que ésta es su tierra, y éste es el único conflicto en la historia donde ambas naciones reclaman la misma ciudad como su capital. Sólo un tonto o un estafador buscaría una "solución", un término tomado del reino de la matemática, como si el "proceso de paz" nos recordara a la química, como si aquí estuviéramos manejándonos con una ciencia exacta.

En la vida, no todo tiene solución.

(*) WIKIPEDIA: "TEORÍA DEL CONFLICTO"

NEXOS ENTRE LA TEORÍA DEL CONFLICTO Y LA TEORÍA DE LOS JUEGOS

De la confluencia entre la teoría del conflicto y la teoría de los juegos ha derivado una rica distinción entre juegos de suma cero (puro conflicto), juegos de suma positiva (pura cooperación), y juegos mixtos (de cooperación y conflicto). Éstos últimos son los que abren el espacio a la negociación.

En la vida real es prácticamente improbable que se presente una dinámica social que se comporte únicamente como juego de suma cero (conflicto puro) o juego de suma positiva (pura cooperación). Siempre existen aspectos abiertos a la negociación, tanto en las situaciones más conflictivas como en las más pacíficas.

Pero se ha dicho que lo que si existe en la vida real, son mentalidades que consideran los conflictos como de suma cero o de suma positiva. En el primer caso, el conflicto tiene una alta probabilidad de terminar en tragedia. En el segundo caso el conflicto tiene una alta probabilidad de terminar en explotación.
FUENTE:

YNET NEWS-OPINIÓN-ELYAKIM HAETZNI-17/11/09

COMENTARIO:

Este artículo tiene la particularidad de ser realista. Explica por qué todos estos intentos de hacer acuerdos de paz sólo llevan a una nueva decepción.

Para mi falta la palabra AHORA. Una palabra importante que otros grupos la exigen. Porque la paz será siempre una obligación para cuando no se eduque a las nuevas generaciones palestinas que los judíos son invasores, que les han robado sus tierras y que descienden de cerdos y monos. Hasta que eso cambie ¿cómo se pretende que haya paz entre estos pueblos? Es absurdo.

No creo en los desentendimientos eternos, o por lo menos no me permito creer en ellos, soy una optimista.

La paz no es posible AHORA, es inútil que algunos la exijan y otros la propongan, es como querer ponerse un zapato chico en un pie grande, no será posible por más que se insista, ambas partes salen lastimadas, además de no lograr el objetivo.

Pero sí se puede trabajar en cooperación e ir derribando los mitos, de a poco, educando con la verdad que por más que cada uno crea que tiene la suya, con sólo recurrir a lo que dice la historia no hay mucho sitio para la duda.

Hay datos muy concluyentes que no son aplicables sólo a la región en disputa. Si hay árabes israelíes en Israel, ¿por qué no puede haber judíos en Cisjordania o Gaza y en el resto de los países árabes musulmanes, y si algunos quedan, lo mismo que cristianos y otras religiones, son acosados o discriminados?

¿Por qué hay mezquitas en Occidente y también en Israel y no hay sinagogas en los países musulmanes y mucho menos en Gaza (donde la que había fue destruida al retirarse Israel) como tampoco en Cisjordania?

Esta falta de reciprocidad no pasa sólo en esta región, pasa en todos esos países. Y eso nos dice mucho. Para que haya entendimiento entre estos dos pueblos debe haber reciprocidad. Creo que es mucho más factible aquí que en cualquier otro país musulmán, porque los árabes palestinos han visto y vivido cómo es una democracia verdadera. En los otros ignoran que existe otra forma de vivir, libre y democrática, donde cada individuo goza de los mismos derechos, cuando en esos países la ignorancia los mantiene en un plano inferior. Sólo los poderosos gozan de la vida, los demás la padecen.

En la región, la cooperación y una educación donde el odio y la mentira deje de sembrarse en el corazón y la mente de las nuevas generaciones palestinas hará que lo que AHORA no es posible, sea la meta que de ponerse en práctica hará que en el futuro, la paz lo sea.

Creo que la imposición de una paz no genuinamente consensuada sólo traerá más violencia y, POR AHORA, no hay consenso.

ANA


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