viernes, 30 de septiembre de 2011

926 - KLEIN HALEVI - ISRAEL: LA CULPA Y EL PERDÓN


NADA DE DISCULPAS: ISRAEL NO TIENE LA CULPA DEL CRECIMIENTO DE SU AISLAMIENTO

Por YOSSI KLEIN HALEVI



Ahora que se va a proceder a votar en la ONU el reconocimiento de un Estado palestino, y que antiguos aliados en la región del Estado judío (como Turquía y Egipto) son abiertamente hostiles, gran parte de la comunidad internacional está culpando a Israel de su propio aislamiento. Si tan solo Israel hubiera pedido disculpas a Turquía por haber matado a nueve de sus "pacíficos" activistas nacionales que viajaban, el año pasado, en la flotilla hacia Gaza, prosigue ese argumento, el primer ministro Recep Tayyip Erdogan no estaría ahora amenazando con enviar buques de guerra frente a las costas israelíes. Si Israel se hubiera disculpado ante Egipto por la muerte accidental de seis de sus soldados, cuando helicópteros israelíes entraron en territorio egipcio persiguiendo a terroristas, una multitud en Egipto no habría saqueado la embajada israelí en El Cairo tras negarse, los líderes egipcios, a responder a las llamadas desesperadas de los dirigentes israelíes. Y solo con que Israel hubiera detenido la construcción en los asentamientos y ofrecido a los palestinos una solución justa, ahora no estaría ante el intento de propiciar una solución impuesta por la ONU en vez de un proceso de negociación.

Esa convergencia en las culpas se produce en un momento de vulnerabilidad espiritual para los judíos. Esta es, después de todo, nuestra temporada de contrición. Como nos acercamos a Rosh Hashaná (Año Nuevo Judío), se intensifica el proceso de autoexamen. Y como la tradición judía pone de relieve, la base de la penitencia es disculparse. Antes de buscar el perdón de D-os, hemos de buscar el perdón de aquellos a quienes hemos ofendido o herido, incluso sin saberlo.

Sin embargo, y ante la atmósfera actual, los judíos harían bien resistiendo la tentación de echarse la culpa. Las disculpas tienen la intención o el objetivo de curar o sanar. Sin embargo, los que exigen las disculpas de Israel no están buscando la reconciliación. Al contrario, tratan de tipificar como delito al propio Estado judío y de anular su derecho a defenderse.

Si las disculpas son necesarias, deben basarse en los datos verdaderos. Erdogan comenzó a desmantelar la alianza turco-israelí mucho antes del incidente de la flotilla a la que luego tomó como pretexto para romper los lazos con Israel. Su objetivo no es restaurar las relaciones turco-israelíes, sino reforzar su imagen en el mundo musulmán como líder que humilló a Israel. Sin embargo, imbuidos del espíritu de penitencia propio de este tiempo, Israel podría ofrecer a Erdogan la siguiente solución: le pedimos disculpas por la pérdida de vidas y usted se disculpa por fomentar que los yihadistas turcos traten de violar el cerco legal y moral de Israel contra el régimen terrorista en Gaza.

Lo mismo sucede con Egipto, Israel se disculpa por la muerte accidental de soldados egipcios, aunque aún no está claro si fueron muertos por fuego israelí o por un suicida palestino, mientras que Egipto se disculpa por la atmósfera de odio instigada por el gobierno contra Israel como, por ejemplo, una de las últimas portadas de una de las revistas más importantes (y gubernamental) de Egipto, que retrata a Netanyahu vestido de Hitler.

La cuestión palestina es mucho más complicada. Israel, el mundo árabe y los líderes palestinos comparten, juntos, la culpa por la tragedia palestina. Bajo el hecho de las circunstancias -en una atmósfera de mutua penitencia- Israel se disculparía por su papel en el desplazamiento y la ocupación de los palestinos. Y los palestinos se disculparían por su papel en el fomento del rechazo, dentro del mundo árabe, al regreso a casa del pueblo judío, fomentando la renovación del antisemitismo a una escala global. Y luego, cada parte perdonaría a la otra por haber estado tan atrapada en su propio trauma que no pudo reconocer el trauma de la otra.

Pero Israel no es el culpable de la falta de paz.

Quiero ver a mi gobierno declarar la congelación de los asentamientos, transmitir el mensaje a los palestinos y al mundo árabe que no tiene interés en mantener la ocupación, aparte de las obvias necesidades de seguridad, y que el pueblo judío no volvió a casa para negar a otro pueblo su propio sentido de hogar.

Sin embargo, la congelación de los asentamientos, esencial para nuestra propia integridad, no llevó de vuelta a los palestinos a la mesa de negociaciones. Los diez meses en que se detuvo la construcción de los asentamientos por parte de Netanyahu no tenían precedentes, y esa es la expresión que utilizó la secretaria de Estado Hillary Clinton. Sin embargo, la Autoridad Palestina continuó boicoteando las conversaciones.

¿Podría ofrecer Netanyahu a los palestinos un estado a lo largo del equivalente a las fronteras de 1967? Mi opinión es que sí pero a cambio de la aceptación palestina de un Estado judío y del abandono de su demanda de un retorno de los refugiados a Israel. Y me gustaría que, explícitamente, lo ofreciera, incluso si eso significara arriesgar su coalición.

Pero, en verdad, la cuestión sobre lo que Netanyahu podría hacer resulta irrelevante. Ya se les ofreció el equivalente a las fronteras de 1967 por parte de los ex primeros ministros de Israel, Ehud Barak y Ehud Olmert. Los dirigentes palestinos rechazaron sus ofertas porque se negaron a renunciar al "sagrado" derecho de retorno, tal como el presidente de la AP Mahmoud Abbas lo denomina. Lo que traducido significa el "derecho sagrado" a destruir al Estado judío a través de su subversión demográfica. El gobierno de Netanyahu no es la causa de la ruptura del proceso de paz, sino su resultado.

La tentación existente en los judíos de auto-recriminarse está profundamente arraigada en la psicología sionista. El sionismo, después de todo, fue una revuelta contra el fatalismo judío. Si esa situación era insostenible, entonces parece claro que la culpa la tenía la falta de iniciativa judía. "Si ustedes lo quieren", dijo el fundador sionista Teodoro Herzl, "no será un sueño"

Derechistas e izquierdistas israelíes están de acuerdo en que Israel puede determinar unilateralmente su propia realidad, con independencia de las circunstancias externas. Si Israel carece de seguridad, se insiste desde la derecha, eso es porque no proyectamos la suficiente energía y capacidad de disuasión. Y, si Israel no tiene paz, se insiste desde la izquierda, se debe a que no fuimos lo suficientemente generosos en nuestras concesiones.

Derecha e izquierda eluden, implícitamente, la responsabilidad de los árabes como un factor independiente, con su propia voluntad y su propia agenda. Pero ¿qué pasaría si el mundo árabe no acepta la legitimidad de Israel? ¿Qué pasaría si el Oriente Medio está experimentando transformaciones que tienen poco, o nada, que ver con lo que quiere Israel?

Este Rosh Hashaná voy a pedir perdón por mis pecados y por los pecados colectivos de Israel, como requiere la liturgia. Pero me negaré a disculparme políticamente para que esas disculpas no puedan manipularse en mi contra. No hay ninguna obligación religiosa de colaborar en mi propia demonización.

No voy a buscar el perdón de aquellos que niegan mi derecho a existir.


FUENTE: CIDIPAL-KLEIN HALEVI-NADA DE DISCULPAS-22/09/11


COMENTARIO:

Aquí se mezcla la cultura, la religión, la liturgia, la tradición, las costumbres, la historia y finalmente la política ¿cómo conciliar tantos aspectos importantes de la vida de los israelíes? El autor nos explica todos ellos en el contexto de hoy sobre el problema entre israelíes y palestinos hasta que, finalmente, encuentra su propia respuesta.

Me parece que no todos tenemos en cuenta tantas variables cuando actuamos y debemos decidir sobre algo. Generalmente nos guía una lucha por el poder a secas más que cualquier otra cosa. Los israelíes se dividen según cuál de esos aspectos es más importante cuando debe tomar partido.

Así es cómo, según las características de cada pueblo, encontramos que para algunos la economía, la religión o la carencia de un destino propio como pueblo único, los hace actuar diferente.

Sin embargo, se puede hacer, Estados Unidos ha logrado hacer valer su corta historia, una que los norteamericanos tienen presente en la vida cotidiana; ante cualquier embate hacia la libertad del individuo, se reclaman; "¡Eso no es América!". Hay mucho que reprocharles en su política exterior, pero también mucho que agradecerles cuando exponen la vida de sus soldados por la libertad de todos. Para bien o para mal todavía representan el valor de la libertad individual, sólo limitada por su obediencia a la ley que ellos se esmeran por mejorar. Quien aspire a formar parte de su país debe adaptarse y jurar fidelidad a sus valores. Si eso no se aplica a rajatabla estarán en problemas, ningún gobierno debería olvidarlo.

Personalmente estoy descubriendo el valor de las tradiciones, una forma de formar una identidad única, algo bastante difícil en un país como el mío donde la inmigración a dejado una fuerte huella. En ese sentido no se puede competir con un pueblo como el judío, con miles de años de antigüedad que ha acumulado tanta historia sobre sus espaldas y su memoria colectiva.

O quizá la influencia de tantas culturas son parte de la esencia de nuestra identidad en nuestra corta historia, la de un país de grandes dimensiones que necesitaba ser poblado.

No obstante, tener un entorno hostil, como es el caso de Israel y los israelíes, seguramente hace que todas esas divisiones dejen de tener tanta importancia a la hora de defender su hogar, el único hogar verdadero del pueblo judío.

Y que la conclusión a la que se llega responda no tanto a sus variables y posibles desavenencias internas sino a la reacción frente al peligro que lo rodea. Es posible que si no fuera así, estas internas serían mucho más encarnizadas de lo que son.

Porque no importa qué crea Israel es lo mejor que se puede hacer para avanzar hacia la paz, por mucho que ofrezca y razone no puede decidir qué elegirán hacer sus vecinos; importa el mandato que ellos traen en su cultura, que no se adapta en Israel ni en ninguna parte del mundo. Eso lo sabe Israel y no quiere saberlo el mundo, hasta ahora.

Finalmente, lo que importa es sobrevivir con la propia identidad, de eso se trata cuando hablamos de Israel.

ANA


4 comentarios:

  1. ¿Nadie recuerda el papelón escandaloso de Erdogan en Davos en 2009? sí, cuando humilló a Peres y se retiró "indignado". Eso fue antes de la flotilla... ¿no entienden que cualquier excusa le viene bien a los moros para culpar a los judíos?

    ResponderEliminar
  2. Hola Anónimo:
    Nadie se acuerda de esa escena de Erdogan, yo recuerdo la expresión de sorpresa de Peres, ¡no lo podía creer! Tampoco se recuerdan otras muchas supuestas humillaciones, pero son para la "gilada" (en argentino son los tontos). En realidad el verdadero indigno es quien humilla al que puede humillar... Pero los árabes se contentan con eso y mientras Israel crece, ellos se sienten "importantes" y siguen su constante ruta hacia atrás, como la que está emprendiendo Turquía con Erdogan. A veces creo que con sólo esperar, seguir aguantando, verán cómo se van eliminando entre ellos. Y también quedarán en pie los que consiguieron aguantar tanta locura de su dirigencia.
    Ahora Netanyahu acepta la propuesta de la Liga Árabe apoyada por los europeos, jugándose a que los palestinos no van a reconocer al Estado Judío de Israel y todo seguirá igual. Es peligroso pero ¿qué otra cosa puede hacer Netanyahu? Obligado tiene que aceptar so pena de ser considerado un halcón, pero sigue construyendo en Jerusalén.
    Lo que importa son los hechos no el teatro al que están tan acostumbrados los árabes. Obama lo desairó cuando fue a verlo, lo dejó plantado mientras iba a comer con su familia, así como también desairó a Peres cuando lo visitó. ¿Dónde está Obama ahora? Luchando para que lo reelijan y arrepintiéndose por haberse jugado por el mundo árabe que hoy lo odia más que nunca. Los árabes se están matando entre sí, no para sacarse una dictadura de encima sino para poner a otra que quizá sea peor.
    El mundo se viene abajo, todos pierden, la economía está descontrolada, pero Israel sigue creciendo. ¿Como explicar el milagro de Israel? Una larga historia de humillaciones mucho peores que esa pero con la certeza de tener un destino por el que vale la pena soportar las mentiras, trabajando, aguzando el ingenio.
    ¿Qué país habría soportado ocho (8) años de misiles sobre su suelo y cuando finalmente decide escarmentarlos lo critican? Yo aprendí que los judíos saben aguantar si no tienen más remedio, hacen acuerdos que durarán lo que los árabes quieran y cambiarán de socios, pero sobrevivirán a pesar del mundo irracional en el que viven.
    Y esas serán anécdotas con las que los árabes se regodearán mientras comen dátiles bajo el sol abrasador del desierto, mientras ellos, con una mezcla de humildad, orgullo y conmiseración, seguirán ofreciéndoles una paz que ellos no quisieron ni nunca querrán. Saludos.

    ResponderEliminar
  3. Hola Ana,Yo creo que el tiempo en que los judios.eran las victimas se acabo,Despues de todo,Si alguien tiene que disculparse,es Europa mirando a otro lado,cuando eran masacrados por cientos de miles.en los campos nazis,Israel no se aisla,Lo que se trata es de aislar a Israel, Esa es la nueva estrateguia de los paises arabes.un saludo

    ResponderEliminar
  4. Hola Agustín:
    Así es, ese tiempo se acabó. Y porque se acabó se defiende aunque no sean muchos los que lo acompañen, pero algunos hay y son importantes. Los árabes tienen buena prensa, el miedo no es tonto pero no cambia las cosas, los atacan igual. Nadie quiere que le vuelen embajadas, diarios, escuelas o lo que sea vulnerable. Israel tampoco y hace lo que está a su alcance para no serlo. Pero no son las palabras la forma en que se protegerá, eso es posible para quienes están lejos y han optado por apaciguar a los fanáticos. Israel no tiene más remedio que hacerse cada vez más fuerte y temible, y trabajar para mantener a raya a sus enemigos. Saludos.

    ResponderEliminar

Deja tu comentario