domingo, 19 de agosto de 2012

1073 - EE.UU. E IRÁN



¿ACTUARÁ ESTADOS UNIDOS CONTRA IRÁN?

Por DORE GOLD

En el debate interno en Israel sobre el tema de Irán, muchos generalmente asumen que, al fin de cuentas, EE.UU. va a destruir la infraestructura nuclear de Irán, cuando sea evidente que las sanciones y las negociaciones han fracasado. Pero ¿es una suposición confiable? Es cierto que el presidente Barack Obama dejó en claro en marzo pasado durante su discurso en AIPAC que iba a usar "todos los elementos del poder estadounidense para presionar a Irán y evitar que adquiera un arma nuclear". Sin embargo, con la excepción de la guerra de Irak en 2003, que se inició a raíz de los ataques del 9/11, los antecedentes históricos indican que en el pasado EE.UU. no ha utilizado la fuerza militar contra estados canallas para detener el desarrollo de armas nucleares.

El 8 de agosto, en la publicación Haaretz, el ex embajador de Israel en EE.UU, Salai Meridor, advirtió que no se puede asumir que Washington actuará en el caso iraní. Él observó correctamente que en el pasado EE.UU, de hecho, condenó el ataque de 1981 al reactor nuclear iraquí y se negó a emprender una acción militar contra el programa nuclear sirio. Él no descarta por completo la posibilidad de que EE.UU. vaya a actuar, pero señala que no es del todo cierto, ya que cuando las administraciones anteriores tuvieron que enfrentar una decisión, llegado el momento de la verdad, optaron por aceptar la nuclearización de estados canallas antes que empezar una guerra.

El caso de Corea del Norte se destaca como un ejemplo en el que EE.UU. no tomó medidas contra un peligroso estado canalla que estaba desarrollando capacidad en armas nucleares. En marzo de 1994, Corea del Norte bloqueó a los inspectores de la Agencia Internacional de Energía Atómica (OIEA) para impedir que inspeccionaran su reactor nuclear en Yongbyon. Para junio, parecía que los norcoreanos estaban a punto de tomar las barras de combustible gastado del reactor para extraer suficiente plutonio para cinco o seis bombas.

La ONU impuso sanciones económicas a Corea del Norte. El Presidente Clinton escribió en sus memorias que él estaba decidido a detener a Corea del Norte para que desarrollara un arsenal nuclear, "aun a riesgo de guerra". El Pentágono planeó destruir el reactor de Yongbyon, pero al final se corrió de sus amenazas. Lo mismo que hoy, los altos funcionarios de Estados Unidos dijeron que todas las opciones estaban sobre la mesa, pero hasta allí llegaron. Las negociaciones que se iniciaron con Corea del Norte condujeron a la firma del "Acuerdo Marco", que los norcoreanos violaron en pocos años. Entonces se vio claramente que Washington no había presionado lo suficiente.

La debilidad del "Acuerdo Marco" fue revelado en diciembre de 2002, cuando Corea del Norte retiró los sellados de la OIEA de los contenedores con las barras de combustible gastado y con ellas comenzó a producir plutonio. En los meses que siguieron, el gobierno de Bush no tomó ninguna medida firme. Luego Corea del Norte expulsó a los inspectores de la OIEA y anunció a principios de 2003 que se retiraba del Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP). Cuatro años más tarde, el 8 de octubre de 2006, Corea del Norte llevó a cabo su primera prueba subterránea de una bomba atómica.

En consecuencia, el Consejo de Seguridad aprobó una dura resolución sobre Corea del Norte, pero EE.UU. no tomó ninguna medida para eliminar su infraestructura nuclear. Comenzaron las negociaciones de las seis partes que llevaron a otro acuerdo en 2007 que era similar al "Acuerdo Marco" de 1994. Por su parte, fue claro que Corea del Norte no se impresionó por la reacción occidental a su prueba atómica. Por lo tanto, llevó a cabo un segundo ensayo nuclear el 25 de mayo de 2009, cuando el presidente Obama ya estaba en el cargo.

¿Por qué EE.UU. no ha tomado medidas más enérgicas contra Estados delincuentes que cruzan el umbral nuclear? En primer lugar, está la cuestión de la inteligencia. Incluso una superpotencia como EE.UU, puede no tener información bastante clara que le permita detectar que un estado como Corea del Norte, que está aislado del mundo, está a punto de llevar a cabo una prueba nuclear. Esto también es un problema para las agencias de inteligencia estadounidenses en un país como Irán.

De hecho, hace apenas dos años, Robert M. Gates, que era entonces el secretario de Defensa, fue citado diciendo acerca de los iraníes: "Si su política es ir al límite, pero no montar un arma nuclear, ¿cómo saber si no lo han hecho? En realidad no sé cómo podría verificarse". Los comentarios de Gates fueron importantes. Él era un ex jefe de la CIA y tiene un profundo conocimiento de los límites reales de la inteligencia.

El problema que Gates describe explica por qué es difícil actuar contra los Estados que estén desarrollando armas nucleares si no se sabe si están tomando los últimos pasos hacia una bomba. En sus memorias, el ex vicepresidente Dick Cheney añade que desde la guerra de Irak, la comunidad de inteligencia de EE.UU. tiene miedo de repetir el mismo error de confiar en falsa inteligencia, lo que afecta su toma de decisiones, incluso cuando exista una "sólida" información, lo mismo que en el caso de Siria.

Según el relato del presidente Bush, mientras el director de la CIA, Mike Hayden, decía que tenía "mucha confianza" en que los sirios estaban construyendo un reactor nuclear, como no podía encontrar las instalaciones para el desarrollo armamentista con el plutonio que el reactor había generado, sólo tenía "baja confianza" de que los sirios tuvieran un programa de armas nucleares. Bush llegó a la conclusión de que EE.UU. no podía actuar contra los sirios con una imagen tan borrosa de la inteligencia. Según fuentes extranjeras, fue Israel quien tuvo que atacar.

Por lo tanto, los que toman las decisiones en Estados Unidos, comprensiblemente exigen un nivel de certeza que las agencias de inteligencia no siempre pueden proveer. Antes de actuar, Obama querrá saber cuán cierta es la información que Irán ha enriquecido uranio a un grado de uso armamentista, si ha ensamblado una ojiva nuclear y si la ha montado en un misil Shahab-3.

Una segunda limitación que influye sobre EE.UU. es el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y la dependencia estadounidense de la aprobación multilateral. El presidente Obama justificó en varias ocasiones ante el Congreso la participación militar estadounidense en Libia diciendo que tenía autorización de la ONU. Siguiendo la política de la administración, el secretario de Defensa Leon Panetta dijo al Comité de Servicios Armados del Senado el 7 de marzo, que en el caso de Siria, antes que EE.UU. pudiera quedar involucrado militarmente, "nuestro objetivo sería obtener el permiso internacional." Desde ese momento, rusos y chinos han demostrado que están dispuestos a bloquear un consenso en el Consejo de Seguridad, sobre una resolución que llame a detener el derramamiento de sangre en el levantamiento sirio.

Dado este entorno internacional, las posibilidades de que EE.UU. pueda recibir autorización de las Naciones Unidas para tomar medidas contra el programa nuclear de Irán son prácticamente nulas. EE.UU. tendría que actuar al margen de la ONU, lo que ha hecho en varios casos notables, como en Kosovo, bajo la presidencia de Clinton. En el caso de la administración de Obama requeriría una clara ruptura con políticas anteriores.

Por último, hay que recordar que EE.UU. es una superpotencia con compromisos globales. Eso significa que tiene prioridades en conflicto, que limitan su capacidad para asumir misiones contra Estados delincuentes que se encuentren en la última fase del montaje de armas nucleares. El gobierno de Bush se centró en Irak y Afganistán, lo que sin duda afectó su acercamiento a Corea del Norte y después a Siria. Tal vez, en un futuro próximo, el gobierno de Obama participará en el apoyo a una intervención internacional contra el régimen de Assad en Siria y no se concentrará en la cuestión iraní.

Luego está la cuestión de las fuerzas de avanzada de Estados Unidos desplegadas en todo el mundo. Durante la administración Clinton se daba por entendido que un ataque contra Corea del Norte podría llevar a una represalia contra las fuerzas terrestres de Estados Unidos que protegían a Corea del Sur a lo largo de la Zona Desmilitarizada. Durante el debate sobre si EE.UU. debía quitar el reactor nuclear de Siria, se planteó el riesgo de las represalias sirias contra las fuerzas de EE.UU. en Irak. Así, mientras que EE.UU, sin duda, tiene el poder militar para impedir la adquisición de armas nucleares por parte de los estados más peligrosos del mundo, u organizaciones, en repetidas ocasiones las sucesivas administraciones se han mostrado renuentes a utilizar sus enormes capacidades militares para tales efectos, por las circunstancias internacionales que debían enfrentar.


FUENTE:
ME&T-DORE GOLD-AMÉRICA-IRÁN-19/08/12

Source:
http://www.israelhayom.com/site/newsletter_opinion.php?id=2425Source

REFLEXIÓN:

La información de este artículo es valiosa porque es historia, y la historia, aunque no siempre diga toda la verdad, nos da indicios de lo que puede ocurrir.

Estados Unidos se toma su tiempo cuando no lo afecta directamente, por ejemplo, con Corea del Norte. No actuó porque no quiso tener problemas con su gente instalada en la frontera con Corea del Sur. Esperó y sigue esperando hasta que Corea del Norte caiga como pera madura; hace poco le ofreció comida -porque están muertos de hambre- a cambio de que detuviera las pruebas nucleares, casi llegaron a un arreglo pero Corea del Norte prefirió que su pueblo siguiera hambreado, hasta hay casos de canibalismo.

Por el ataque a las torres aprovechó para atacar a Irak, cuando todos los que habían intervenido en el atentado eran ciudadanos de su socio, Arabia Saudita, por razones para las que cada uno tendrá una explicación. Saddam Hussein era un salvaje como todos en la región, pero no escuchó las advertencias a tiempo. Así le fue.

No podemos ignorar que cuando Estados Unidos quiere actuar -y le conviene- no pide permiso. Si no tiene una causa que lo afecta directamente en su propia isla, la inventa. Eso es historia.

Al pedir permiso para actuar en Siria, nos hace recordar al fumador cuando pregunta si puede fumar, es para que le digan que no, el que pregunta pierde. ¿Qué consiguió no actuando a tiempo? Que ahora están todos allí, Al Qaeda, los kurdos, las fuerzas suníes de los países del Golfo con Arabia Saudita a la cabeza, Turquía. Un embrollo que se pudo evitar si simplemente hubiera parado a tiempo la masacre por razones humanitarias. Pero había que poner soldados y liderar una fuerza internacional que rogaba que lo hiciera para impedir la destrucción de un país por un sátrapa que no se detuvo ante nada. Ahora Siria es tierra de nadie y las "armas de destrucción masiva" no se sabe si pueden ir a parar a manos de Hezbolla. Calculan que para impedirlo tienen que poner una fuerza de 60 mil hombres y, además, están involucradas dos potencias como China e Irán que se oponen a toda intervención.

Si lo hubiera hecho a propósito no lo habría pensado mejor para que otro país se autodestruyera. Porque el desastre no es solamente la gente asesinada por ambas partes, sino la destrucción de familias, ciudades, las venganzas, las represalias. Los cristianos ya fueron amenazados por las fuerzas del Ejército de Liberación Sirio (suní) para que se vayan. Los cristianos vivían aceptablemente en Siria, ahora todos tienen que irse. Quién sabe qué será de Siria.

Esto es lo que está pasando con ese árabe supuestamente europeizado -que actuó como su padre- a quien Obama pensaba que podía sacarlo de su asociación con Irán. Hasta poco tiempo atrás, antes de las primaveras árabes, todavía lo cortejaba. Cuando las cosas se van resolviendo de la peor manera posible no es posible encontrar excusas, los soldados los va a tener que poner igual por el problema de las armas de destrucción masiva -inevitablemente- y el enfrentamiento con China y Rusia sigue pendiente. ¿Qué pasará cuando tenga que tomar una decisión? Si es que toma alguna.

El tema de Irán es otra cuestión. Irán lo amenaza, dice que destruirá a la potencia (EE.UU.) que dominó a la vieja nación árabe, que ésta es otra época y, en primer plano, amenaza a Israel con exterminarlo, ¡nada menos!.

Y se repite la historia, Obama no recoge el guante, espera, Irán está lejos y prefiere seguir acogotándolo con sanciones, las que, históricamente, nunca dieron resultado.

Pero Israel está demasiado cerca de Irán, y no está en la situación de EE.UU. No tiene tiempo, no es un isla rodeada de agua, sino una "isla" rodeada de fanáticos y, desgraciadamente, por experiencia propia, cree en las amenazas de los desquiciados. Conoce la región como no la conoce Obama ni todos sus asesores, es lógico, está allí y le va la vida. Cómo no va a saber que los gestos de buena voluntad, las concesiones, las palabras, no sirven en Medio Oriente. Lo aprende todos los días. Se empeña en comunicarse verbalmente pero sabe que debe usar las mismas armas del enemigo. No delira como muchos, que hablan su propio idioma y no entienden el idioma del otro. Israel no es autista.

Cuando lo escupen sabe que no está lloviendo y está recogiendo el guante. No sabemos qué hará, cómo, ni cuándo, pero para quienes amamos a ese país pequeño en tamaño y enorme en sus logros, tenemos confianza en que sabe mejor que Obama qué pasa en la región y a qué se expone.

Para calmar los nervios que nos provoca esta situación que se alarga más de lo razonable, lean
este artículo. Alivia la angustia.

ANA

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