martes, 24 de marzo de 2015

1437 - ELECCIONES EN ISRAEL



¿A QUIÉN LE CREYERON LOS ISRAELÍES?

Se suelen cuestionar las imperfecciones de la democracia, pero nadie duda que es mejor que cualquier otro sistema de gobierno, en particular el acto electoral con todas sus fallas. Hay fraudes, a veces hasta los muertos votan, ayuda tener más dinero para propaganda, la imagen de un candidato puede conseguir más votos que sus ideas, el que miente bien engaña mejor, cuando la reelección es posible, el poder del estado es aplicado exitosamente para ser reelegido. Todas son fallas de la democracia, pero sigue siendo el mejor sistema, cada voto vale y el pueblo puede elegir. No es poco.

Y finalmente cuando gana un candidato, decimos que el pueblo habló y "la voz del pueblo es la voz de dios" y nos conformamos o alegramos con el resultado. 

No conozco la política interior de Israel, no conozco los partidos partidos políticos ni sus tendencias ideológicas, pero entiendo que Netanyahu es considerado un político de derecha. Me parece raro que un representante de la derecha israelí haya sido elegido cuatro veces -el más elegido después de Ben Gurión- cuando las encuestas dicen que la izquierda israelí es muy importante y numerosa.

¿Entonces, cómo es que Netanyahu sigue ganando?

Creo que la respuesta debe estár relacionada con su actitud en los foros internacionales más que por su política interior. Los judíos no necesitan un sexto sentido para detectar cuando peligra su supervivencia.

Este mundo de hoy tiene problemas graves, del mismo tipo que tuvo hace setenta años cuando apaciguó a quien quería dominarlo en lugar de decidirse a combatirlo y vencerlo. Y parece que la historia se repite.

Hay datos ciertos, el fanatismo islámico está avanzando en todo el mundo, también es un peligro en Europa. Y Obama está muy enojado con Netanyahu, el mundo lo felicitó por ganar esta elección, menos Obama.

¿Es que los israelíes están contentos porque Netanyahu enfrenta y se distancia de Obama por su política exterior con respecto a Irán? Por supuesto que no, siempre se consideraron el mejor aliado de Estados Unidos en Medio Oriente, ahora esa alianza histórica está debilitada. Un nuevo Chamberlain se resiente porque el pequeño estado con buena memoria alerta sobre el peligro que se cierne sobre todos, pero primero sobre sí.

Los judíos saben sobre ideologías, saben que sería mejor un gobierno que estuviera más acorde con las antiguas banderas del socialismo sionista pero saben mejor, que Netanyahu está evaluando con realismo la situación actual de un mundo ciego y sordo ante el peligro, como en el pasado.

Obama sigue adelante con su acuerdo con Irán a pesar de todas las advertencias mientras Irán se burla de su credulidad, el bazar persa funciona con Obama y el presidente del país más poderoso de la tierra cree que porque lo es, no se equivoca, mucho menos si quien lo cuestiona es el presidente del pequeño estado díscolo.
 
A Netanyahu lo han acusado de mentiroso y difícil de manejarse con él como lo cita y defiende Caroline Glick en este artículo, no es carismático aunque muy buen orador, no es de izquierda pero seduce a los propios con buenos argumentos en contra de la posibilidad que Irán se salga con la suya.

También el resto de los países árabes sunitas temen a un Irán nuclear, pero muchos países europeos prefieren hacer la vista gorda y esperan que las sanciones pronto se levanten y les sea posible hacer buenos negocios con el amenazante estado chiíta.

Obama no se ha privado de hacerle desplantes a Netanyahu, también a Peres -una falta de respeto inexcusable- pero Netanyahu sigue adelante con su principal misión, hacerse escuchar por el mundo entero cada vez que tiene una audiencia con proyección internacional.

Entonces podemos deducir que fue elegido no por lo que hace puertas adentro, es difícil conformar a siete millones de israelíes que se sienten "presidentes", sino porque es la voz y la acción que está defendiendo incansablemente la supervivencia del país de los judíos. Y cuando se trata de amenazas, sólo los judíos las toman en cuenta seriamente, saben que a las palabras siguen los hechos. Y que no permitirán que la negra historia que padecieron se recree con otro enemigo letal.

Los isrealíes pueden pensar diferente pero, a la hora de la verdad, han preferido a quien ha puesto la prioridad en neutralizar a quien desea su destrucción. Le han creído a Irán y también le creyeron a Netanyahu.

ANA

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