jueves, 14 de agosto de 2014

1361 - AGUINIS Y LOS LAMENTOS TARDÍOS DE UN MUNDO QUE SE ARREPENTIRÍA


MARCOS AGUINIS - ITON GADOL
¡PERDÓN, ISRAEL! POR MARCOS AGUINIS

Itongadol.- Si la ferocidad judeófoba se hiciera realidad y pudiese barrer al Estado de Israel de la faz de la tierra, es probable que se escriban artículos como el que sigue. Por razones de espacio, sólo llega hasta los Acuerdos de Oslo.

Empezaría así:

¡Qué lástima! ¡Qué tragedia! ¡Qué error!

Desapareció Israel y se produjo un agujero negro que no se sabe cómo rellenar. No aprendimos de Europa: asesinó a 6 millones de judíos con profundo arraigo e importó muchos más millones de musulmanes que, en gran parte, son agresivos y se resisten a integrarse.

¡Perdón, Israel! No advertimos que durante dos mil años de exilio anhelaste resucitar. Y lo empezaste a hacer con renovada fuerza hacia fines del siglo XIX con el idealismo sionista. Un idealismo joven, ilustrado, sufriente y constructivo. Oleadas entusiastas se alejaron de los pogromos o abandonaron comodidades para arar en el desierto, secar pantanos y forestar entre las piedras. Nada quitaron a los pocos vecinos árabes que vivían en la antigua Judea y Samaria, abandonadas y despreciadas por el arcaico imperio otomano. Al revés, el progreso que produjeron atrajo a muchos egipcios y sirios. Es decir, no sólo hubo inmigración judía, también la hubo árabe, que siguió a la judía.

¡Perdón, Israel! Porque no reconocimos que mucho antes de tu independencia luchaste por ella al combatir contra el imperio otomano en la Primera Guerra Mundial, confiando en que los ingleses –más ilustrados y modernos– ayudarían a tu completa resurrección, como prometieron en su Declaración Balfour. Pero los ingleses pronto traicionaron su palabra. Toleraron pogromos en Tierra Santa y aceptaron que el muftí de Jerusalén importara el nazismo y el antisemitismo que pactó con Hitler y Ante Pavelic. Además, Gran Bretaña bloqueó la inmigración judía con impiadosos libros blancos y saboteó la autodefensa judía al quitar armas a sus guardianes. Fue perverso. Pero pese a esas dificultades los sionistas continuaron desarrollando el país con rutas, escuelas, nuevas poblaciones, bosques, arte, cultivos, hospitales, centros de educación superior e instituciones democráticas.

¡Perdón, Israel! Porque ayudaste con mucho sacrificio a los Aliados en la Segunda Guerra Mundial. Pero los Aliados ni siquiera bombardearon los campos de exterminio ni las vías que conducían a ellos. Y después de la guerra ni siquiera apuraron tu independencia. Al contrario, hubo que sudar en las Naciones Unidas para conseguir algo. En esa instancia, la ilusión soviética de que Israel podría ser un Estado comunista produjo la histórica Declaración Gromyko. Entonces se llegó al 29 de noviembre de 1947, en que una mayoría de los países miembros votaron la partición de Palestina en dos Estados: uno árabe y otro judío. Al Estado judío se le otorgaba la parte más desértica del país y se fijaron sus fronteras lejos de Jerusalén. Pese a ello, los judíos aceptaron y celebraron la resolución.

No la aceptaron los árabes. Además, prometieron “arrojar los judíos al mar” y dejar empequeñecidas las matanzas de Gengis Jan. Quienes dudan o niegan esto que relean la prensa de entonces.

¡Perdón, Israel! Porque en aquellos meses decisivos el mundo se negó a ayudarte. Ningún país accedió a venderte armas debido a que estaban seguros de tu derrota y, como cadáver, no las podrías pagar. La comunidad judía de Tierra Santa tuvo que defenderse con uñas y dientes, sola, frente a seis feroces ejércitos enemigos.

¡Perdón, Israel! Porque no escuchamos tu Declaración de Independencia, que ofrecía paz a los árabes; y esto no fue machacado en contra de la agresión que sufrías. ¡Los ejércitos invasores no fueron condenados! A la inversa, hasta había oficiales ingleses y nazis en sus filas.

¡Perdón, Israel! Porque en la desesperada defensa que debías realizar bajo condiciones tan adversas se produjeron refugiados árabes. Y no se realizaron esfuerzos para reubicarlos, compensarlos e integrarlos, como se hizo con las decenas de millones de refugiados alemanes, griegos, indios, pakistaníes y de otros países que habían sufrido guerras. Por el contrario, se decidió mantenerlos encerrados en miserables campos de concentración para utilizarlos como un futuro instrumento de guerra contra Israel. Hasta se les prohibió comprar propiedades en sus nuevos países de residencia. Perdón, Israel, porque no fue denunciada con fuerza esta cínica discriminación que practican los mismos Estados árabes contra los árabes provenientes de Palestina. Son los únicos refugiados a los que se niega integrarse en los lugares donde residen; para que algún día te ahoguen, Israel.

¡Perdón, Israel! Porque no hubo protestas contra la expulsión de enteras comunidades judías que perpetraron los países árabes. Ochocientas mil personas debieron dejar sus hogares con lo que tenían puesto. Era en venganza por haber sufrido una derrota humillante. Y, de paso, convertir en realidad el anhelo nazi de territorios Judenrein. Había caído el nazismo, pero no su máxima ambición.

¡Perdón, Israel! Porque en aquellos años muy difíciles Occidente mantuvo el embargo de armas sólo contra ti, debido a que ese embargo no funcionaba con los árabes. El único país que entonces se atrevió a contradecirlo fue Checoslovaquia. Tu defensa era frágil, Israel, y estabas pasando por graves problemas internos. ¡Hay que recordar! Recibías largas columnas de sobrevivientes del Holocausto, que llegaban enloquecidos y trastornados, y que antes Gran Bretaña no les permitió desembarcar. Recibías a los centenares de miles de refugiados judíos que llegaban de los países árabes. No tenías suficiente comida y tuviste que imponer el racionamiento. Simultáneamente, debías seguir vigilando tus fronteras, que no era tales, sino precarias líneas de cese del fuego.

¡Perdón, Israel! Porque el mundo no exigió que las porciones de Palestina que quedaron en manos de Jordania y Egipto se convirtiesen en un Estado árabe palestino. No. Judea, Samaria y Jerusalén Oriental fueron anexadas por Transjordania, que cambió su nombre debido a esta transgresión, pasándose a llamar Jordania (ambas márgenes del río Jordán). Y Egipto se quedó con Gaza. Ni una sola protesta contra este robo a los habitantes árabes de Palestina por parte de sus mismos hermanos. Ni una.

Durante casi dos décadas no se habló de un Estado árabe palestino, sino solamente de destruir a Israel. Para colmo, mientras en Israel su pacífica población árabe se integraba y mejoraba el nivel de vida, en los campos de refugiados palestinos se padecía hambruna, enfermedad y un cultivo incendiario del odio. Fortunas se gastan en esos campos, pero no para resolver su dolor, sino para mantenerlo. ¡Perdón, Israel! Porque el mundo no insiste en este punto.

FUENTE: ITON GADOL-AGUINIS-PERDÓN ISRAEL-13/08/14

REFLEXIÓN:

No es fácil encontrar argumentos nuevos, convincentes, para defender y hacer entender la permanente lucha de Israel por sobrevivir. Casi todo se ha explicado de distintas formas y ser original se torna una tarea casi imposible. Aguinis eligió ésta, tan dramática como clara para los que sin saber la verdadera historia opinan sin conocerla.

Y no es fácil porque una foto, un titular en un medio de comunicación masiva, de esos que ese supuesto mundo arrepentido en este momento se esmera en mostrar, es muy eficiente. La gente se inclina siempre por el que sufre, el perdedor, sin preguntarse por qué se encuentra en esa situación. Nadie, nadie puede imaginar siquiera que la mejor arma de la dirigencia actual -y desde que se creó el estado de Israel- de los árabes palestinos es sacrificar a su gente, victimizarla, de modo de poder sujetar la legítima defensa de Israel para proteger a su gente, su país, su historia. ¿A quién se le ocurre que una persona normal y compasiva, elegiría una táctica tan perversa como poner a sus hijos en primera fila, para que les maten lo mejor que tiene un pueblo: el cambio generacional con una población bien educada, preparada para tomar la posta? A nadie.

El mejor ejemplo de lo que está ocurriendo hoy con el enfrentamiento entre Hamas e Israel y que no nos da esperanzas sobre la paz se puede comprobar en este video de MEMRI:


VIDEO - Israel ama la vida, la muerte por Allah es nuestro deseo más sublime

Este personaje dice: "Los israelíes corren a sus agujeros..." ¿y qué hacen los líderes de Hamas en Gaza o los de Hesbollah en Líbano? (¡Animémonos y vayan!) También se esconden ¡y son los supuestos combatientes! Ellos sacrifican a sus civiles que no tienen elección. La mejor muerte por Alá es la de los "otros", no del que habla. Esta supuesta "valentía" es evidente y está al alcance de todo el que quiera saber la verdad. Si alguien quiere verdaderamente tener peso en la historia de la humanidad trabaja, estudia y aporta a ella con más progreso. Estos seres desviados sólo quieren imponerse a través de la violencia, como en la antigüedad. También entonces eran tribus que avanzaban matando, esclavizando y sometiendo pueblos.

No les será fácil, más bien será imposible, aquel salvajismo fue derrotado y también lo será hoy.

La pregunta que cada uno debe hacerse: ¿Otra vez una nueva generación internacional sacrificará a los judíos para darse cuenta que son los próximos en la lista?

No se lo pregunta Israel. Por ser un pueblo pequeño no pudo conservar su territorio en épocas donde las batallas se libraban con ejércitos grandes. Pero sobrevivió conservando su identidad, tradiciones y religión -cuando otros pueblos pequeños desaparecieron- hasta que logró volver y hacerse fuerte a costa de trabajo e ingenio. Hoy no es importante el tamaño ni el número. Aunque es acompañado por pocos ahora luchará en igualdad de condiciones, esta vez puede, aunque la mayoría todavía no lo comprenda.

ANA


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