viernes, 28 de noviembre de 2014

1422 - LOS MÁRTIRES CRISTIANOS DE HOY SON LOS JUDÍOS DE AYER


Shama Bibi (izquierda) y Shahzad Maseeh, una pareja cristiana y padres de tres niños, fueron quemados vivos por una turba de linchamiento de musulmanes en Pakistán causada por una falsa acusación de blasfemia.

MATAR CRISTIANOS: EN PAKISTÁN, UN CRIMEN PATROCINADO POR EL ESTADO

Killing Christians: A State-Sponsored Crime in Pakistan (EN ESPAÑOL)

Por MOHSHIN HABIB

La turba los golpeó y les rompió las piernas para que no pudieran huir. "Ellos los tomaron por los brazos y piernas y los mantuvieron por encima del horno de ladrillo hasta que sus ropas se incendiaron. Luego los echaron en el interior del horno." Javed Maseeh, portavoz de la familia, a la NBC News.

El ataque no fue un caso aislado. Más bien parece ser parte de asesinatos sistemáticos, comunidad por comunidad.

Imagine que usted es una persona de fe cristiana que vive como ciudadano en la República Islámica de Pakistán: cada momento de su vida está en riesgo. Imagine a un musulmán paquistaní gritando que usted ha quemado una página del santo Corán cuando usted no lo ha hecho; o lo acusa de haber profanado al profeta Mahoma: no tiene casi ninguna posibilidad de salvarse. Estaría fuera de cuestión proporcionar evidencia alguna o prueba en su contra. Usted sería asesinado, ya sea por la multitud o por el sistema legal del país.

Si usted fuera uno del 3% de la minoría cristiana de Pakistán, temería todo el tiempo por su vida entre la mayoría de musulmanes; cualquiera de ellos podría gritar y señalarlo como hacían los colaboradores de los nazis contra los judíos durante la Segunda Guerra Mundial. Inevitablemente usted sería golpeado hasta la muerte por sus compatriotas.

Este mes en Pakistán, una pareja cristiana y su hijo no nacido fueron quemados hasta la muerte por la falsa acusación de quemar páginas de un Corán.

Los aldeanos locales, llamados a través de los altavoces de la mezquita, llegaron por centenares. Destrozaron la habitación donde Shama Bibi y su esposo, Shahzad Maseeh, se habían refugiado y se llevaron a la pareja por la fuerza.

La turba los golpeó y les rompió las piernas para que no pudieran huir. Luego los mantuvieron sobre un horno abierto hasta que sus ropas se incendiaron. "Los tomaron por los brazos y las piernas y los mantuvieron por encima del horno de ladrillos hasta que sus ropas se incendiaron. Y luego los tiraron en el interior del horno", según Javed Masseh, un portavoz de la familia. Como la ropa de Shama no se quemaba, la multitud la envolvió en algodón "para que se incendiara más rápido."

Como es habitual en estos casos, un hombre musulmán dijo que había sido testigo que Shama Bibi, de 24 años, una madre cristiana de tres niños y con cuatro meses de embarazo, quemaba páginas de un Corán. El acusador fue a los pueblos vecinos en el distrito de Kasur e incitó a los musulmanes contra ella y su marido. El 12 de noviembre de 2014, alrededor de 1.000 a 2.000 personas de cinco pueblos cercanos se reunieron en el horno de barro del pueblo de Chak (al sur de Lahore), donde la pareja vivía y trabajaba obligados por contrato.

Mientras los Masseh estaban muriendo quemados, clamando su inocencia, la multitud gritaba "Allahhu Akbar!" ("Alá es más grande!"), "Muerte al blasfemo!" y "Mata a los cristianos infieles!"

Los asesinatos fueron consecuencia de reportes que decían que Shama Bibi había llevado a cabo un ritual de limpieza en la noche del domingo, después de la muerte de su suegro. En realidad ella había recogido algunas posesiones innecesarias del fallecido y las quemó.

Este incidente no es un caso aislado. Más bien parece ser parte de asesinatos sistemáticos, comunidad por comunidad.

Los habitantes de un país aprenden su forma de vida a la luz de las leyes del país. Muchas personas alrededor del mundo consideran que el sacrificio constante de los cristianos en Pakistán está moralmente apoyado en la destructiva ley del país sobre la blasfemia, que usa y a menudo abusa de quien haya blasfemado o no. El Código Penal de Pakistán afirma que la profanación del Corán se castiga con cadena perpetua en virtud del artículo 295c, mientras que insultar a Mahoma puede merecer la pena de muerte.

El primer ministro de Pakistán, Nawaz Sharif, en reacción ante el asesinato de la pareja, dijo: "Los asesinos de la pareja cristiana serán llevados ante la justicia. Es inaceptable. Un Estado responsable no puede tolerar la ley de la calle y el linchamiento público con impunidad."

Muchos, sin embargo, suponen que la declaración de Sharif no es más ser que basura repetida mecánicamente. El Padre James Channan, coordinador de la Iniciativa de Religiones Unidas y director del Centro para la Paz de la Orden Dominicana en Pakistán, dijo: "Nuestro gobierno actual tiene el peor récord por no castigar a los culpables de estos casos. Todos ellos son puestos en libertad después de corto tiempo. Hay una gran pregunta para nosotros: ¿Dónde está la justicia?". Él declaró lo que hace tiempo se sabe, que las controvertidas leyes de blasfemia de Pakistán han sido objeto de abusos generalizados y fueron frecuentemente invocadas para ajustar cuentas personales.

El presidente del Congreso Cristiano de Pakistán, doctor Nazir Bhatti, dijo: "Hay casos de blasfemia registrados en más de una docena de estaciones de policía. Mientras que los tribunales han ordenado la detención del jefe de una estación multimedia y de otro artista musulmán de un canal de televisión, éstos están disfrutando de escolta policial y asistiendo a reuniones, y nadie se atreve a detenerlos. Pero por una falsa acusación de blasfemia la policía pone a cristianos tras las rejas y los tribunales les aplica penas de muerte. Esa práctica indica que las leyes contra la blasfemia sólo están legisladas para apuntar a las minorías religiosas en Pakistán".

Agregó que en Pakistán, las leyes de blasfemia son una licencia para matar a los cristianos a manos de los musulmanes.

"Los incidentes de violencia contra los cristianos en Pakistán y la comunidad Ahmaddyia han aumentado en un 200% después que el PML alcanzara el poder en la provincia de Punjab," dijo el Dr. Bhatti. El ministro principal de la provincia de Punjab, Shehbaz Sharif, de la Liga Musulmana de Pakistán [PML], es el hermano menor del actual primer ministro de Pakistán, Nawaz Sharif, conocido comúnmente como el León de Punjab. Tanto el primer ministro Sharif y su hermano eran extremadamente leales al difunto general Zia-ul-Haq, quien era el único responsable de la introducción de las leyes contra la blasfemia más severas a principios de 1980. En el período 1984-2004, 964 personas fueron acusadas de blasfemia, incluyendo a 119 cristianos. Entre los acusados de blasfemia 35 personas fueron asesinadas extrajudicialmente. Alrededor del 81 por ciento% o de dos millones de la población cristiana de Pakistán vive en la provincia de Punjab.

Por otra parte, las escuelas madrazas fundamentalistas de Pakistán se han convertido en un poder influyente que apoya las leyes contra la blasfemia. Pakistán tiene 16.059 escuelas secundarias y 15.725 madrasas. La asistencia total a las madraza se sitúa en 1,5 millones de estudiantes, mientras que las escuelas comunes tienen 1,6 millones de estudiantes. Estas escuelas religiosas están produciendo una cosmovisión particular llamada Alem-e-kufr (el mundo de los infieles). El concepto de estas escuelas religiosas es: "El mundo se divide en dos partes antagónicas: El mundo islámico y el mundo infiel. Con poco terreno común entre los dos, el choque es eterno, natural e inevitable, porque las fuerzas del mal y las fuerzas del bien están predestinadas a estar en guerra. Occidente está tras nosotros, quiere destruir a los musulmanes, al Islam y a nuestra cultura".

Lamentablemente, el liderazgo y los medios de comunicación de Occidente ni siquiera se dan cuenta que tres millones de cristianos en Pakistán viven con temor por sus vidas. Mientras que algunas organizaciones internacionales están luchando para hacer que las leyes contra la blasfemia se vuelvan obsoletas, los líderes más poderosos del mundo han estado, en su mayoría, en silencio sobre estos crímenes.

El Dr. Nazir S. Bhatti señaló en una carta al presidente de Estados Unidos, Barack Obama, que la Administración de Estados Unidos -el custodio de los derechos humanos, la libertad y la libertad de palabra y de expresión en todo el mundo- ni siquiera se molestó en condenar el horrible asesinato de la pareja cristiana por parte de extremistas islámicos en Pakistán. Por otro lado, el Departamento de Estado de Estados Unidos nunca hizo comentario alguno sobre la persecución o el genocidio de cristianos.

FUENTE: GATESTONE-KILLING CHRISTIANS-MOHSHIN HABIB-27/11/14

TRADUCIDO POR ANA

REFLEXIÓN:

Éste no es un caso aislado que ocurre sólo en Pakistán, comparten esas costumbres con otros países musulmanes. Cristianos y no musulmanes son perseguidos, las iglesias son quemadas y sus fieles son acusados de blasfemia como en Pakistán. Además, las iglesias en países musulmanes no pueden ser reparadas ni reconstruidas, los fieles de otras religiones no deben mostrarse para no ser objetos de este tipo de persecución.

En Egipto raptan a niñas cristianas que vuelven algún día "convertidas" al islam, si tienen suerte. Los cristianos son muchos, no hay manera de huir a países más seguros.

El retroceso de esta religión en manos de los integristas musulmanes que quieren que todos sus fieles vuelvan a un pasado remoto, es lo que estamos viendo con los seguidores de la conducción del Estado Islámico que se apoderó de parte de Irak y Siria. Y han conseguido fieles de cultura occidental que están viajando a Irak para luchar por lo peor que puede tener una religión, la violencia para amedrentar a propios y extraños y forzar a sumarse a su versión del islam que no todos los musulmanes comparten.

Lo que vemos es el resultado de una posición dialoguista en lugar de la abierta denuncia contra este salvajismo que acaba de ocurrir en Pakistán. Ni una palabra de protesta, ni una línea por estos pobres seres que no han podido eludir un destino que ninguna persona merece.

Cuando se dice que trabajaban bajo contrato significa que no podían romperlo, que estaban obligados, como esclavos, a trabajar hasta pagar una deuda. Estaban en condiciones de servidumbre quien sabe por cuanto tiempo. No pudieron escapar a ese destino cuando sus compatriotas viven en un estado de locura, ellos eran extraños porque no tenían su religión.

Los nazis hicieron esto con quienes consideraban que no eran merecedores de respeto simplemente por ser seres humanos, y tampoco el mundo se alarmó, tampoco salió a salvarlos hasta que la locura tocó a su puerta.

Ahora vemos estas barbaridades que se ocultan bajo palabras que nada significan, esta ley de la blasfemia es una trampa para cometer estos atropellos a la dignidad de la persona, sin que haya una denuncia universal.

¿Qué nos pasa que no somos capaces de indignarnos y poner un caso como éste en primera plana?

ANA


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