viernes, 5 de agosto de 2011

896 - EL PEOR NEGOCIO DEL PUEBLO PALESTINO


PALESTINA - OCUPACIÓN INC.

Por TIM MARSHALL

Un trabajador de Naciones Unidas en Cisjordania le contó a un compañero: “Cuando la gente me ve, lo que visualizan es a un cajero automático en movimiento”. Hace dos días, manejando por Ramallah y luego por Jericó, recordé haberme sorprendido de ver los sofisticados restaurantes, los nuevos hoteles y la magnitud de la nueva construcción. La Autoridad Palestina disfruta de jactarse de la prosperidad económica del 8% en Cisjordania, al igual que el gobierno israelí, que hace uso de ello para sostener que una Palestina en progreso será una interlocutora más cómoda. Saben que los palestinos tienen qué perder si estalla la Tercera Intifada. Lo que olvidan mencionarnos es sobre la existencia de más de 200 organizaciones, sin fines de lucro, en Cisjordania y en Gaza y que el 30% de su producto bruto proviene de la ayuda internacional.

Los palestinos forman parte de los pueblos más apoyados por la ayuda externa y el lugar está revestido de dinero.

Ese problema básico se complica ante el hecho que UNRWA destaca que no sólo los palestinos expulsados de sus hogares en 1948, son refugiados, sino también sus hijos e hijas, nietos y nietas, bisnietos y bisnietas y así, sin fin. En Palestina, mucha gente nace siendo refugiado. Hay personas con un interés profundo en que esta situación persista. En 1950, había 750 mil palestinos en Medio Oriente. En la actualidad hay 4,8 millones. UNRWA es considerada una “Agencia Temporaria”.

Incluso si los palestinos declaran la independencia plena en septiembre, no serán ellos de verdad independientes, no sólo a causa de Israel, los cruces, la ausencia de libertad más allá de las mercancías y más, sino también porque Palestina es adicta a la ayuda y mientras se es adicto, se es también esclavo. Los miles de millones que fluyen significan que la Autoridad Palestina no debe esforzarse mucho por satisfacer los servicios a los electores. También esa situación ahoga al ámbito privado, abulta los sueldos y provoca la “huída de cerebros”.

En el restaurante que visité en Ramallah había una fila de coches caros y colas de gente de los organismos de ayuda sentados dentro, eligiendo de un caro menú. Hacen un buen trabajo en el alivio del sufrimiento, con la asistencia a proyectos de modo profesional y más, pero también suman lo mejor de la capacidad local y aprovechan su posición de beneficencia para obtener reducciones en los impuestos. Ningún negocio palestino es capaz de competir con organismos que pagan tres veces lo que abona una empresa local.

Muchos organismos pagan “plus por riesgos” e, incluso, “una recompensa por trabajo pesado” al equipo local e internacional, lo que desequilibra los negocios privados locales. Entonces, los trabajadores de los organismos obtienen los sueldos más altos y las empresas privadas el resto (y sin facilidades en los impuestos).

“Palestina es el secreto mejor guardado de la industria de la ayuda” dijo recientemente un trabajador médico de una de las organizaciones a “Esta semana en Palestina”, “La gente requiere de experiencia práctica y a Palestina se la escucha como peligrosa dado que puede ser descripta como región de guerra pero, en la realidad, es bastante segura y cuentan con la comodidad que mucha gente del exterior pretende”.

Por supuesto, eso puede cambiar. A cada momento, Cisjordania puede estallar y es posible imaginar situaciones que conduzcan en septiembre a la violencia, tras la declaración (o no) del Estado. Pero, Palestina sigue siendo un lugar amigable, convocante, acogedor, lleno de acondicionadores, sistemas de estéreo, internet inalámbrica y vino.

Los periodistas aprovechan esa situación, escriben, por ejemplo, sobre la pobreza y el sufrimiento en Gaza antes de ingresar a sus habitaciones de hotel, bien caras, orientadas hacia el mar, después de una excelente cena en uno de los restaurantes más caros.

No se trata de sostener que las organizaciones sin fines de lucro no sean necesarias. Muchas lo son. Pero ellas distorsionan la situación y, básicamente, los palestinos no pueden sostener negocios que funcionen como corresponde (o ser independientes) hasta que sus líderes se desliguen parcialmente de su adicción al dinero de los otros.


FUENTE:
CIDIPAL/SKY NEWS-MARSHALL-AGOSTO 2011

Fuente: Jerusalem Center for Public Affairs


COMENTARIO:

Los palestinos prefieren trabajar en la construcción de los llamados "asentamientos" de los israelíes o en Israel porque su gobierno les paga la tercera parte por cualquier trabajo similar. Hay dos palestinas, la de la gente y la de los que se enriquecen manteniéndolos sumergidos en la pobreza.

Los han obligado a no comprar productos israelíes, inclusive se los han hecho tirar después de haberlos comprado, pero no los sacan de la miseria, los que viven bien son los empleados de las ONG y el gobierno. No hay otra explicación posible cuando se les ha destinado tanto dinero y la gente sigue viviendo mal. Ahora comenzarán los problemas porque la debacle económica mundial también afectará el monto de lo que recibían. Inclusive el Congreso de Estados Unidos ha declarado que no se asignarán partidas para la autoridad Palestina si acude a la ONU para que lo acepte como un Estado independiente.

El peor negocio ha sido no protestar ante esta injusticia evidente de muchos años, la primavera árabe debería hacerse sentir en el pueblo palestino, ellos también tienen sus propios dictadores. Sólo se les enseñó que fueron echados por un invasor, la situación de tener que vivir controlados es la peor herencia que recibieron y finalmente tendrán que elegir al enemigo verdadero, el que les ofrece paz y cooperación o el que los obliga a una lucha perpetua.

De su elección depende que no haya más vallas y reine la confianza entre dos pueblos, algo que nunca debió ser de otra manera.

ANA


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Deja tu comentario