miércoles, 3 de abril de 2013

1123 - SPYER - EL PLAN DE OCCIDENTE PARA SIRIA


LAS ILUSIONES OCCIDENTALES EN SIRIA

Por JONATHAN SPYER

Hacia una acción desacertada.

Los signos son ahora inconfundibles: tanto abiertamente como detrás de la escena. Un gran esfuerzo occidental para llevar la guerra civil siria a su fin con la derrota del régimen de Asad ha sido puesto en marcha. La intención es poner fin al estancamiento de la contienda, y, a su vez, evitar la posición dominante de los elementos jihadistas en el campo rebelde.

Este esfuerzo está tomando diferentes formas.

Los informes señalan el entrenamiento de los rebeldes en territorio jordano por parte de las fuerzas especiales británicas, francesas y de Estados Unidos. Estos combatientes están siendo entrenados en el uso de armamento anti-aéreo y anti-tanque. El dominio del régimen sobre los cielos y su capacidad para desplegar blindados pesados siguen siendo sus ventajas claves. En este sentido, en las últimas semanas, Occidente ha estado trabajando para neutralizar esas ventajas.

Al mismo tiempo, fuentes confiables confirman la presencia de operadores de las fuerzas especiales occidentales sobre el terreno en Siria, presumiblemente con la tarea de evaluar la orientación y las habilidades de las unidades rebeldes armadas.

EE.UU. ha estado presionando a la oposición siria para que establezca un liderazgo político y militar unificado, una tarea que ha resultado elusiva durante la rebelión, que ya lleva dos años. Washington quiere asegurar la conformación una clara cadena de mandos, para que saber a quién está apoyando y para que haya quien asuma la responsabilidad.

La elección de Hitto Ghassan -domiciliado en Texas- al frente del nuevo gobierno provisional destinado a administrar aproximadamente el cincuenta por ciento de Siria, controlado ahora por los rebeldes, es un resultado de este esfuerzo. Hitto, un residente de Estados Unidos, de treinta años, es un ex activista del Council on American-Islamic Relations (CAIR) y tiene conexiones claras con los partidarios de los Hermanos Musulmanes y de Hamás.

El establecimiento del Consejo Supremo Militar bajo el general de brigada, Selim Edriss, en noviembre pasado, fue un indicador anticipado.

Esta semana, Gran Bretaña y Francia se comprometieron abiertamente a proporcionar armas a los rebeldes sirios; aunque el apoyo tácito de Occidente a un mayor esfuerzo de suministros de material bélico a la rebelión armada se había vuelto obvio desde hace algún tiempo. A principios de año, los sauditas compraron una gran cantidad de armas de infantería sofisticadas a Croacia. El armamento incluía RPG-22, ametralladoras sin retroceso M-60 y lanzagranadas M-79. EE.UU. estaba al tanto de la compra y parece haber ayudado a coordinar su distribución.

Esa munición fue transportada a Jordania, y tenía como destino a los rebeldes del sur de Siria. Nuevamente, aquella fue una decisión influenciada claramente por la política de la rebelión siria. El corazón de la rebelión armada es el norte y centro de Siria; principalmente, Homs y Alepo. Es allí donde los combatientes jihadistas e islamistas han florecido, generosamente provistos a través de la frontera bajo los auspicios turcos, de los países del Golfo, y los Hermanos Musulmanes. Esta nueva disposición de armamentos sofisticados hacia el sur, tenía como objetivo romper el estancamiento de la guerra y proporcionar logros a los rebeldes considerados no jihadistas y aceptables para Occidente.

Todo esto se suma a un cambio de dirección -no anunciado- por parte de Occidente, que quiere llevar la guerra siria a su fin lo más rápido posible.

¿Funcionará? Casi seguro que no.

Los obstáculos para el éxito de esta iniciativa son formidables. En resumen, los objetivos son:

1) la derrota de Asad, y

2) la prevención del predominio islamista/jihadista en el campo rebelde.

Vamos a analizar a cada una de estas metas.

En este momento, las fuerzas de Asad no parecen estar por colapsar. El presidente sirio se ha beneficiado, en los últimos dos años, de los esfuerzos incansables de sus propios partidarios internacionales -Rusia e Irán- (sumado a los esfuerzos secundarios de los aliados y clientes iraníes en la región, principalmente del gobierno de Irak y el Hezbollah libanés). No hay indicios de que estos respaldos estén considerando retirar su apoyo.

El ejército de Asad ha sufrido reveses en las últimas semanas. Los rebeldes ahora controlan gran parte de la provincia de Deraa, en el sur. Más al norte, los insurgentes capturaron Raqaa, una ciudad provincial de 250 mil habitantes. Este éxito se vio favorecido sin duda por el nuevo y superior armamento. Sin embargo, ninguno de estos logros afecta los contornos principales de la guerra. Todavía bajo el control de Asad están: las áreas clave de Damasco y sus alrededores, sobre todo la zona costera occidental alauita, la carretera entre ellas, las ciudades de Homs y Hama, y aproximadamente la mitad de la ciudad de Alepo, y otras áreas urbanas esparcidas alrededor del país.

En cuanto a la cuestión de la dominación islámica de la rebelión: el control de la distribución de las armas -a través la miríada de redes que constituye la rebelión siria- es probablemente imposible. Los observadores de Siria ya han desenterrado evidencias fotográficas y de vídeo que muestran las armas del tipo introducido en Siria vendidas por Croacia -en manos de combatientes jihadistas y salafistas islámicos- en diversas partes del país. Esto incluye a algunos de los elementos más extremos, tales como Ahrar al-Sham, una fuerza salafista prominente en el área de Alepo.

La presencia de RPG-22 y ametralladoras sin retroceso M-60 también se ha registrado en la provincia de Idleb y en la zona de Homs, ambos centros de la actividad jihadista islámica en el oeste y el noroeste de Siria.

El simple hecho de tratar de diferenciar al supuestamente secular “Ejército Libre de Siria” de los otros grupos es inútil. El Ejército Libre de Siria es en el mejor de los casos un conglomerado muy impreciso de elementos dispares. Estos consisten casi exclusivamente en combatientes islámicos sunitas de varios tintes, al menos cuando de luchar se trata en contraposición a los saqueos.

Tratar de trazar una línea clara entre esta colección vaga de brigadas rebeldes y otros grupos insurgentes, tales como el Frente de Liberación de Siria y el Frente Islámico de Siria, no va a funcionar. Estos grupos no están entre ellos en guerra. Ellos cooperarán en la lucha contra Asad. Ya ha quedado claro que las armas van a encontrar su camino hacia las manos de aquellos que estén dispuestos a utilizarlas en Siria, a pesar de los deseos de Estados Unidos y sus aliados.

También hay pocas razones para creer que los hombres que están combatiendo en el terreno se vean a sí mismos obligados con algo que se hace llamar el “gobierno provisional”.

Los rebeldes ya han comenzado a poner en marcha una serie de órganos propios de gobierno islámico en las zonas que el régimen ha abandonado. Y, por supuesto, el jefe del llamado “gobierno provisional” es, él mismo, un hombre conectado a las organizaciones islamistas.

En resumen, el nivel de mayor participación que EE.UU. y sus aliados parecen preferir es altamente improbable que produzca la derrota de Asad o el surgimiento de una insurgencia coherente alineada con Occidente.

Esto refleja un reforzamiento de las ilusiones que actualmente rigen la política occidental en el Oriente Medio.


FUENTE:
AURORA-SPYER-OCCIDENTE EN SIRIA-28/03/13

REFLEXIÓN:

Tarde y mal. Si Occidente no actuó antes para detener la evidente guerra civil que se perfilaba en Siria para no confrontar a Rusia e Irán ¿qué es lo que cambió ahora?

Todo este plan nos dice que la corriente sunita saldrá victoriosa, que la enorme cantidad de armas de todo tipo que acopió Siria estará en manos de una sola organización comandada por un individuo con conexiones con Hamás y los Hermanos Musulmanes. Es decir, sunitas.

Y uno se pregunta ¿qué hará el Irán chiíta y Rusia, que se aseguraban un puerto en el Mediterráneo con Asad en el poder? ¿No participarán para impedir la caída de Asad?

¿Y qué será de los cristianos y también chiítas y alawitas que huyeron porque los ataques de las fuerzas de Asad no discriminaban amigos de enemigos y los rebeldes también los ejecutaban? ¿Podrán volver? Miles de ellos son ahora refugiados, particularmente a los cristianos se les dijo que debían irse, que no los querían allí. Eso les decían los rebeldes, si directamente no los mataban.

La destrucción de Siria como país, las muertes de sus habitantes, las venganzas que estarán a la orden del día, los refugiados que perdieron todo... si la diplomacia sirve para algo debió aplicarse antes de esta matanza que no sabemos cómo terminará. Porque si detrás de cada bando había una superpotencia, son ellas las que debían acordar algún plan para detener la destrucción de Siria y proteger a sus habitantes en lugar de permitir semejante desastre.

Lo dicho, si éste es el plan de Occidente, es malo y demasiado tarde, los perros de la guerra están sueltos.

ANA

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