domingo, 2 de febrero de 2014

1233 - SPYER - SIRIA: SITUACIÓN ACTUAL - FEBRERO 2014



EL PROCESO DE PAZ DE SIRIA

Un ejercicio de futilidad

Por JONATHAN SPYER

La conferencia internacional reunida en la ciudad suiza de Montreux, en un intento de encontrar el camino para solucionar la guerra en Siria, es uno de los encuentros internacionales más extraños de los últimos años.

Los objetivos de los bandos beligerantes en Siria permanecen completamente irreconciliables.

Ni el régimen de Assad ni la rebelión, que se le opone, es lo suficientemente fuerte como para dar un golpe decisivo a su oponente.

Ninguna de las partes es lo suficientemente débil como para sentirse forzada a aceptar cualquier resultado que su enemigo quiera imponerle.

En tal situación, la diplomacia se reduce a meros rituales de protocolo. La forma reemplaza al contenido, y el propósito de acercar a las partes se vuelve confuso.

Esta conferencia tiene toda la parafernalia familiar de un evento diplomático importante. Los ministros de Exteriores se han reunido. Se pronunciaron discursos. Una atmósfera de grave seriedad prevalecerá. Sin embargo, la base para un progreso sustantivo parece completamente ausente.

Concebida hace más de un año, la conferencia trata de poner en marcha la aplicación del "Comunicado de Ginebra", del 30 de junio de 2012.


En su pasaje clave, este documento pide "el establecimiento de un órgano de gobierno de transición con plenos poderes ejecutivos que podrían incluir a miembros del gobierno y la oposición, y debe formarse sobre la base del consentimiento mutuo".


El dictador sirio, cuyo ministro de Exteriores, Walid Muallim, está presente en la conferencia, ha dejado en claro que no aceptará este objetivo si eso significa que debe dimitir.

Tal como lo expresó sucintamente el ministro de Información del régimen, Omran al- Zoabi, en el primer día de la conferencia : "Assad no se va".

El propio Bashar Assad le dijo a los parlamentarios rusos en una reunión en Damasco, a principios de mes, que su salida no será puesta en discusión en la conferencia.

"Si hubiéramos querido rendirnos, nos habríamos entregado desde un principio. Nos encontramos defendiendo a la patria", informó el déspota a sus invitados. "Este asunto está más allá del ámbito de la discusión".

Assad ha dejado claro que en lo que a él se refiere, el tema principal en el ámbito de discusión en Ginebra será su "guerra contra el terrorismo". Su mensaje es que el régimen está trabado en combate con los mismos enemigos jihadistas sunitas que amenazan a Occidente.

Desde el punto de vista de Assad, esta postura tiene mucho sentido.

No está en peligro de derrota inminente. La guerra en Siria se ha mantenido en un sangriento impasse desde hace aproximadamente un año. El régimen controla la capital, Damasco, y una zona de tierra contigua que se extiende hasta la costa del Mediterráneo en el oeste. Assad también sigue manteniendo el control sobre las principales ciudades del país, con la excepción de Raqqa, en el este (controlada por el "Estado Islámico de Irak y el Levante" o ISIS -por sus siglas en inglés-, afiliado a Al Qaeda) y Alepo, que está dividido entre el gobierno y los rebeldes. Los aliados de Assad, Irán y Rusia, parecen todavía apoyarlo firmemente. No tiene ningún incentivo para el compromiso.

En cuanto a los rebeldes, ellos tienen razones igualmente sólidas para no rendirse.

Ellos controlan un área de aproximadamente el mismo tamaño, que se extiende desde la frontera con Irak hasta la frontera con Turquía en el noroeste.

Desde principios de enero, el área controlada por la oposición se ha visto envuelta en una guerra civil interna, con el ISIS resistiendo los ataques de los combatientes del Frente Islámico, apoyados por los sauditas. Esta lucha posibilitó ganancias relativamente menores de las fuerzas gubernamentales en la zona norte de Alepo.

Pero los rebeldes tampoco enfrentan una derrota inminente.

A ellos no les faltan hombres dispuestos a combatir en sus filas. Assad no logró capitalizar o expandir algunos éxitos militares modestos en el verano.

Por lo tanto, tampoco ven razón apremiante alguna como para comprometer su demanda central -que Assad no puede formar parte de ningún gobierno de transición-.

Las zonas controladas por los rebeldes han sufrido la peor parte de las tácticas extraordinariamente brutales usadas por el régimen en los últimos tres años. Éstas han incluido el uso de armas químicas contra objetivos civiles, como ocurrió en el este de Ghouta, el 21 de agosto de 2013, con la pérdida de 1.429 vidas, según las cifras de Estados Unidos.

Un informe recientemente publicado afirma que el régimen ha llevado a cabo la masacre en masa de once mil detenidos.

La posición intransigente del dictador condujo a una gran reluctancia por parte de la oposición a participar en la conferencia. La ausencia de la oposición, financiada por Occidente, habría convertido el encuentro en una farsa. Como resultado de las amenazas y presiones occidentales, la Coalición Nacional de Siria, finalmente, accedió a aparecer.

Pero esta coalición, en cualquier caso, ejerce poca o ninguna autoridad sobre los grupos combatientes mayoritariamente islamistas sunitas, que llevan a cabo la guerra actual en Siria.

Esos grupos no estarán en Ginebra, y sin duda no se sentirán obligados por los compromisos hechos por los dirigentes del exterior.

El kurdo PYD, que gobierna el -en gran medida pacífico- enclave kurdo, en el noreste del país, tampoco ha sido invitado.

Así que hay desacuerdos fundamentales entre las dos partes que asisten a la conferencia. Por el lado de los rebeldes, las facciones más importantes e influyentes no asistirán, de ningún modo. El lado del gobierno no tiene ninguna intención de conformarse con la premisa fundamental de la conferencia (la renuncia de Assad y su reemplazo por una autoridad de transición). Los representantes de la oposición no tienen ninguna intención de renunciar a esta demanda.

Las posibilidades de que una reunión de este tipo conduzca a algún tipo de avance diplomático es sin duda cercana a cero.

Entonces, ¿cuál es el punto de todo esto? La conferencia de Ginebra 2 se está llevando a cabo, al parecer, por la razón -no muy edificante- de que Occidente no quiere ignorar completamente a Siria; pero tampoco se le ocurre hacer otra cosa.

La principal contribución de la Conferencia de Ginebra 2 a la diplomacia de la región será probablemente, por lo tanto, preparar el camino para la Conferencia de Ginebra 3. Y así sucesivamente “hasta Conferencia de Ginebra 47, antes de que todo esto se termine", como señaló un observador sirio.

Mientras tanto, en Siria, el derramamiento de sangre parece dispuesto a continuar.

FUENTE: AURORA-SPYER-EL PROCESO DE PAZ DE SIRIA- 30/01/14

REFLEXIÓN:

La primera cuestión que hay que recordar es que esta fue una de las tantas "primaveras árabes", protestas pacíficas reclamando más democracia, como todas las otras, pero con un desarrollo diferente.

Assad, en lugar de escuchar los reclamos como ocurrió en las demás "primaveras", reprimió brutalmente. Y lo hizo desde el principio, lo que produjo un endurecimiento de los reclamos de los manifestantes y la toma de posiciones a favor o en contra de Assad. Así empezó este desastre humanitario: 130.000 muertos, millones de refugiados y un país destrozado.

La pregunta clave es: ¿Se pudo evitar? ¿Hubo alguna posibilidad para prever que no aparecieran en Siria militantes de otros países que estaban dispuestos a luchar a favor o en contra de Assad, agravando la contienda?

Ahora es tarde. Los que empezaron rebelándose contra la represión de Assad, fuerzas poco organizadas diezmadas por el ejército estatal, tuvieron que ser auxiliadas por fuerzas extranjeras mejor armadas para que no fueran masacradas. Pero estas fuerzas llegaron a Siria con su propia agenda, que es política, económica y también religiosa. Son sunitas de los países del Golfo contra los chiítas sostenidos por Irán. Rusia quiere lo suyo y Estados Unidos también. Y dentro de estas fuerzas extranjeras llegó Al-Qaeda con su propia agenda que no es ni de los países del Golfo, ni de Estados Unidos y que entró en colisión con las fuerzas que combaten a Assad, tratando de copar la jefatura de la rebelión.

Ahora, para empeorar la situación, parece que Assad no está tan dispuesto a entregar las armas químicas, por las dudas.

Pero los que saben como es la cultura en Medio Oriente, entienden bien que para que esto se detenga alguna vez, deberá haber vencedores y sometidos o la balcanización de Siria, que será lo más probable.

ANA

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