IRÁN-Soheil Arabi (derecha) fue condenado a muerte el año pasado por un tribunal iraní por "insultar al profeta del Islam" en publicaciones de Facebook. FOTO: GATESTONE INSTITUTE |
UNA FEROZ MUESTRA DE LA INFLUENCIA DE EI Y DE SU TERROR GLOBAL
Por LUISA CORRADINI
PARÍS.- Aquel que abraza realmente la jihad [guerra santa] sabe que ella no es más que violencia, crueldad, terrorismo, terror y masacres." (...)
FUENTE: LA NACIÓN-CORRADINI-ESTADO ISLÁMICO-27/06/15
REFLEXIÓN:
Arriba, un inteligente análisis sobre el terrorismo islámico que estamos presenciando.
Como se ve en el video que encontrarán en el artículo, hay musulmanes que asisten a la mezquita para rezar -que son mayoría- y son víctimas de los seguidores del Estado Islámico, y están los fanáticos que son captados por esta interpretación del islam donde todos podemos ser sus víctimas.
Estos fanáticos declaran: "Para EI, Alá diseña los complots asesinos y el islam no es una religión de paz".
Podemos decir que de las tres religiones más importantes el islam es la única que considera que hay un solo dios, Alá, y que sus creyentes tienen la obligación de convertir al resto o éstos deben pagar un tributo en los lugares donde aquéllos gobiernan. Sobre este concepto se apoyan los fundamentalistas para sostener su guerra contra "los Infieles" y cometer los atentados.
Estamos viendo los problemas que tienen los no musulmanes en países donde son minoría, están siendo perseguidos, acusados de "ofenderlos" como suficiente razón para castigarlos hasta con la muerte. Inclusive castigan a musulmanes que se atreven a disentir porque tienen una percepción del islam diferente.
Leer: "El peor de los crímenes en el mundo islámico".
Nos sorprendemos todos los días cuando vemos las masacres que comete el Estado Islámico en las regiones donde domina, los atentados en todo el mundo realizados por fundamentalistas fanáticos y lo poco y nada que se hace para salvar a quienes caen bajo su poder; los cristianos vuelven a ser mártires y los fieles de cualquier otra religión son esclavizados o asesinados.
Estamos entrando en la III Guerra Mundial sin que nos demos cuenta que fundamentalmente en ella no hay intereses económicos, ambiciones de poder territoriales, ni tampoco ideologías. Es el islam fanático que consigue adeptos en todo el mundo que pueden actuar como "lobos solitarios" sin que nadie los dirija o entrene.
Esta es una guerra difícil de librar, cualquiera puede ser víctima, cualquiera puede ser su asesino. En varios casos los que perpetraron atentados estaban siendo vigilados pero no hubo pruebas para detenerlos. A muchos que intentaron viajar a las regiones donde gobierna el Estado Islámico se les quitó el pasaporte para impedirlo; otros que volvieron, arrepentidos o entrenados, son investigados, pero es difícil poder diferenciar a unos de otros.
Para matar sorpresiva e indiscriminadamente a gente inocente sólo se necesita negar que esta guerra ya comenzó, por un lado, y mentes desprovistas de toda racionalidad, por el otro.
Lo peor de todo es que cualquier fundamentalismo engendra su contrario, unos no tienen límites, su guerra no está condicionada por leyes universales, los que surgirán si no se encuentra la forma de detenerlos por medio de leyes respetadas, actuarán también sin ley.
Inevitablemente es el agresor quien determina la metodología con que se los combata.
Es triste, pero estaremos diciéndole adiós a la civilización duramente conseguida. Es en el corazón del hombre, en eterna lucha, donde recide la respuesta para el desafío entre civilización y barbarie.
ANA
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