viernes, 22 de enero de 2010

514 - ETTINGER - LOS INDICIOS DE OBAMA


EL PRIMER AÑO DEL PRESIDENTE OBAMA

ESTABA ESCRITO EN LA PARED

ENGLISH: The Writing Was on the Wall
(*)

Por Emb. (ret.) YORAM ETTINGER

(TRADUCCIÓN LIBRE DE ANA)

No estoy sorprendido por los resultados del desempeño del Presidente Obama -desde enero de 2009- frente a los desafíos sin precedentes y simultáneos económicos, sociales y de seguridad nacional, doméstica e internacionalmente.

No me ha sorprendido el Presidente Obama, quien fue elegido para el cargo más difícil y complicado -durante el período más inestable interna y externamente- a pesar de su obvia falta de experiencia y visión superficial del mundo.

No me ha sorprendido la política del Presidente Obama para con el Estado de Israel y con respecto al conflicto árabe-israelí, que derivan de su visión del mundo, expresada en su totalidad durante su campaña del 2008.

No me ha sorprendido el desempeño del Presidente Obama, ¡las señales estaban a la vista para aquellos que estaban dispuestos a verlas!

Obama fue elegido en el pico de una debacle financiera cuya duración no ha sido determinada. Millones de americanos han perdido sus hogares, el desempleo está alrededor de un record del 10 % en 26 años, el sub-empleo es de 17 %, el déficit del presupuesto es el peor desde finales de la SGM, cientos de bancos han colapsado, la burbuja de los bienes raíces explotó, el consumo privado y la inversión han bajado más allá de las expectativas, el seguro social y los sistemas de seguros médicos están gravemente amenazados, los impuestos están subiendo y la participación del gobierno en la economía se expande. Cada vez más se identifica a Obama y se le achacan la crisis económica -que no fue causada por él- y las medidas tomadas para resolverla.

Obama prefiere estar preocupado por los desafíos domésticos, que determinarán el futuro de EE.UU. y el de su presidencia. Sin embargo, como es de esperar, él está sumergido en la lava del terrorismo islámico y en las luchas de poder religioso, territorial, tribal, ideológico, a través de todo el globo. Mientras Obama extiende su mano a los regímenes canallas, el terrorismo islámico extiende su mano dentro del continente estadounidense, exacerbando un sentido de inseguridad y despertando la pregunta: ¡¿Cuándo -y no si- caerá el segundo zapato?! El terrorismo islámico ha intensificado su participación logística, ideológica, financiera, política y operativa en Asia, África, Medio Oriente, Europa, EE.UU, Latinoamérica y Australia.

Pakistán persiste en su doble rol de ser la sede más crítica del terrorismo islámico por un lado y actuar contra el terrorismo por otro. De hecho, Islamabad podría ser tomado por los terroristas junto con su arsenal nuclear. La auto-limitación de la India ante el terrorismo islámico podría suspenderse, encendiendo de nuevo el conflicto endémico con Pakistán. La guerra de Estados Unidos en Afganistán podría convertirse en otro Vietnam y la guerra en Irak está lejos de terminarse. La posible evacuación de tropas de estos dos escenarios podría añadir combustible al fuego, no agua, desestabilizando más la región y el globo.

Siria ha proporcionado una zona segura para los terroristas antiestadounidenses iraquíes. Irán apoya e incita al Golfo Pérsico y al terrorismo global, mejorando sus capacidades balísticas y nucleares, que agitarían al Golfo, Oriente Medio, EE.UU, Europa y al mundo entero. Corea del Norte nuclear ha sido una fuente de amenazas inesperadas. Rusia y China nunca han ocultado sus aspiraciones imperiales que han preocupado gravemente a sus vecinos en Europa Oriental y Asia. México afronta un desafío mortal de los cárteles de la droga, que han ampliado sus guerras internas en Texas, Arizona y California. Venezuela y Cuba colaboran con enemigos y rivales de EE.UU, que así pueden ganar el acceso al patio trasero de Washington. Y esta es una lista incompleta de los desafíos externos que están preocupando a Obama.

El presidente Obama afronta estos desafíos con una visión del mundo que fue claramente enunciada durante la campaña del 2008 y en tres discursos principales: en la Universidad de El Cairo (el 4 de junio de 2009), en la Asamblea General de las Naciones Unidas (el 23 de septiembre de 2009) y en la Academia Militar de West Point (el 1 de diciembre de 2009).

En contraste con el carácter distintivo de Estados Unidos, Obama no cree en el carácter excepcional moral, económico y militar de EE.UU. o en el destino de EE.UU. para conducir la batalla de las democracias Occidentales contra regímenes canallas. Él ve a EE.UU. como a un poder en retroceso que abusó de su predominio. Por lo tanto, sistemáticamente pide perdón a los musulmanes en particular, y a las sociedades del Tercer Mundo en general, investiga la conducta de los agentes de la CIA (Agencia Central de Inteligencia) en su guerra contra terroristas y cierra el campo de detención de Guantánamo. Él no define al mundo como un escenario de confrontación entre sociedades libres y organizaciones y estados terroristas, sino como a una plataforma de compromisos entre rivales que deben comprender que esos convenios y acuerdos son preferibles a las guerras y que sus puntos en común exceden a los que los separa.

Obama está convencido que la fuerza militar no soluciona los conflictos y que la era del equilibrio militar está terminada. Por lo tanto, corta el presupuesto del R&D Militar (Military Research and Development = Investigación y Desarrollo Militar) y de la defensa misilística, no repone las existencias militares consumidas en Irak y Afganistán, no amplía las fuerzas armadas estadounidenses, a pesar de las amenazas, e inicia acuerdos para reducir la carrera armamentista incluso cuando esto promueve los intereses rusos.

La Administración de Obama se abstiene de usar los términos "terrorismo internacional", "terrorismo Islámico", (porque "el Islam es parte de América …") o "terrorismo jihadista" (porque "Jihad quiere decir purificarse o emprender una lucha santa para un objetivo moral…"). Según Obama, no hay terroristas, sólo "extremistas", "desastres artificiales" y "casos aislados" como Al-Qaeda y los Talibán. El terrorismo es considerado un desafío para funcionarios policiales más que para el personal militar. Además, el terrorismo constituye, hasta cierto punto, una reacción del Tercer Mundo al abuso y falta de respeto por parte del Mundo Occidental. Por lo tanto, los terroristas se benefician de los derechos de los delincuentes civiles. O sea, cuando no hay ninguna claridad moral, apenas hay claridad en el campo de batalla.

Obama considera a las Naciones Unidas como el estratega de las relaciones internacionales y a la burocracia del Departamento de Estado como las lumbreras de la política exterior. Él aspira a acercarse más al estado de ánimo europeo y a la opinión mundial, mientras el mundo está en extrema necesidad de un Mariscal estadounidense y no de un policía europeo. De ahí Obama apunta a reducir al mínimo las iniciativas unilaterales y a maximizar el multilateralismo legal, político, militar y ambiental. Él se ha unido al vehementemente anti-EE.UU. y anti-Israel Consejo de las Naciones Unidas sobre Derechos Humanos, que fue boicoteado por Bush. Además, él concedió la Medalla Presidencial de la Libertad a Mary Robinson, que encabezó el Consejo sobre Derechos Humanos y condujo la racista, anti-EE.UU. y anti-Israel "Conferencia de Durban" de las Naciones Unidas.

La actitud de Obama hacia el Estado judío ha sido un subproducto de su ya mencionada visión del mundo, de sus antecedentes no judeo-cristianos y de los compañeros y amigos de su círculo exclusivo en la Universidad de Harvard y en Chicago, quienes han sido críticos y hostiles hacia Israel. Los principios "de equivalencia moral" e "imparcialidad" han subrayado su política hacia el conflicto árabe-israelí. Él no considera a Israel como un aliado estratégico, sin hablar de que sea único, y es apenas un partidario de la defensa conjunta estadounidense y de proyectos comerciales con Israel. Él no se precipita para defender a Israel en las Naciones Unidas y ve al estado judío como la parte del explotador Mundo Occidental y a los árabes como la parte del explotado Tercer Mundo.

Obama ha adoptado la sofisticada línea de propaganda árabe, afirmando que el fundamento moral de Israel es el Holocausto, que resultó en la introducción de los judíos a una casa recién adquirida, desarraigando a los palestinos de su propia casa. Percibe la cuestión palestina como el quid del conflicto árabe-israelí, la causa de raíz del terrorismo islámico antiestadounidense y el principal disparador de la turbulencia de Medio Oriente. Su receta para la resolución del conflicto árabe-israelí es una retirada israelí a las Líneas 1949/67, el desarraigo de las comunidades judías en los Altos del Golán, Judea y Samaria, la nueva división de Jerusalén, la negociación del regreso de los refugiados árabes de 1948 al Israel pre-1967 y el intercambio de territorio. El presidente Obama está decidido a recortar las alas del Estado judío moral, estratégica y territorialmente. Sin embargo, no es su prioridad más importante. Él no enfrentaría a los amigos de Israel de Capitol Hill en público si ellos se movilizaran contra su receta. ¿Tiene Obama el poder de vencer tal alianza a favor de Israel e imponer una solución a Israel?

Los votantes de Estados Unidos eligieron a Obama para el cargo a pesar de su falta de experiencia tanto doméstica como globalmente. En lugar de leer las señales escritas en la pared, los votantes estadounidenses se entretuvieron con la falsa ilusión que "una tapa atractiva" significaba "un libro instructivo." Sin embargo, la conducta de Obama desde enero de 2009 ha conducido al derrumbe de su atrayente imagen. Por ejemplo, una mayoría de los americanos se opone a impuestos más altos, a la expansión del déficit presupuestario y a un gobierno más grande, que se han convertido en la marca de fábrica de Obama. El 60 % del público de Estados Unidos cree que el estado se está moviendo en la dirección equivocada. El apoyo a Obama ha bajado del 65 % en enero de 2009, a menos del 50 % en enero de 2010, el declive presidencial más escarpado desde 1975.

De un candidato constructor de consenso en 2008 él ha surgido como un presidente que promueve la controversia en 2009. De un candidato moderado él se ha transformado en un presidente liberal, cuando sólo el 20 % del público americano se considera a sí mismo como liberal. De un candidato que arrastró a votantes, que recibió el voto Independiente y llevó a los demócratas a una victoria mayor en ambas cámaras del Congreso, se ha convertido en un presidente encadenado, que ha distanciado a los independientes del Partido Demócrata, ha estimulado el Voto Blanco Enojado y que podría arrastrar a los demócratas a una derrota en noviembre de 2010. El fracaso demócrata en noviembre de 2009 y las encuestas de opinión pública para las elecciones primarias de primavera y para la elección de noviembre de 2010, sugieren un importante viento de cola republicano. Por consiguiente, una cantidad de prominentes legisladores demócratas han anunciado su retiro. O sea, en tanto nos acercamos a la elección de noviembre de 2010 y, como los legisladores se ponen más atentos a sus componentes, los legisladores moderados y conservadores demócratas se distancian del Presidente Obama.

Mientras Obama es percibido como un Presidente que se aparta lejos del consenso americano, Israel saca provecho de un apoyo consensuado. El hombre común, la América conservadora y liberal, judíos y cristianos, republicanos y demócratas, no ven a Israel como una cuestión de política exterior clásica, sino como una cuestión interna americana judeo-cristiana, vinculada con EE.UU. por valores compartidos, amenazas comunes e intereses conjuntos. Israel es considerado en gran parte como un aliado democrático militarmente capaz que busca la paz, rodeado por enemigos que rechazan los valores americanos. Las encuestas de la opinión pública estadounidense posiciona a Israel como el cuarto o quinto aliado favorito con un apoyo del 66 % al 70 %, comparado con la Autoridad Palestina, que está al final de la lista con Irán y Corea del Norte. El factor clave de apoyo a la idea de un Estado judío -desde el siglo XVII- ha sido el público de EE.UU. y sus representantes en Capitol Hill. La mayor parte de las iniciativas que mejoran la relación de EE.UU.-ISRAEL se originaron en el Congreso, muchas veces después de una lucha contra una Administración contraria. La visión global del presidente Obama sugiere que tales luchas podrían intensificarse en los próximos años.

¡Las señales están en la pared!


FUENTE:

"Makor Rishon" weekly, January 15, 2010
Ambassador (ret.) Yoram Ettinger
Exec. Dir. "Second Thought"

(*) "The writing on the wall"

"La escritura sobre la pared " (o a veces "la letra sobre la pared"), un idioma, es un augurio de destino o desgracia. Se origina en el libro Bíblico de Daniel, donde la escritura sobrenatural pronostica la caída del Imperio babilónico. La frase es muy usada en literatura. (Wikipedia).

Por extensión se la usa en el lenguaje significando que uno puede ver o no lo que está a la vista, lo que dice, pero las señales indican que habrá un cambio, aunque no se lo quiera ver.

COMENTARIO:

No se puede negar que este mundo ha sufrido cambios positivos. Entre ellos que Europa reconoce haber sido un foco político colonialista y que Estados Unidos ha intervenido en todos lados defendiendo sus intereses. Ambos se arrepienten y se autoflagelan por ese pasado, pero la historia no puede volverse atrás, por otra parte, ambos siguen defendiendo sus intereses hasta el día de hoy.

La izquierda denuncia y se asocia con los que se oponen a estos "imperios" como si sus enemigos fueran la buena opción. De la misma forma que se han producido cambios en el pensamiento occidental también deben producirse desde adentro en esos regímenes atrasados y esos cambios no se acelerarán porque se los defienda indiscriminadamente, como si el atraso fuera de por sí algo positivo.

Por otra parte, un mundo más justo no se logra emparejando para abajo, permitiendo que los logros de occidente puedan ser avasallados por culturas que han quedado en el pasado y no precisamente por acción de occidente, de hecho, sus líderes gozan de los progresos y privilegios de la modernidad mientras mantienen a sus pueblos en la ignorancia. ¿Cuanta responsabilidad tiene occidente para que esto sea así? Cuando alguien compra es porque alguien está dispuesto a vender, pero no es este el escenario que se presenta hoy globalmente.

Y lo que está haciendo Obama es negar una realidad impidiendo llamar a las cosas por su nombre, por eso ocurrió Fort Hood, por eso se sabe que caerá el otro zapato sin que se pueda encontrar la solución al problema del terrorismo internacional, que no proviene precisamente de países pobres ni son sus líderes luchadores por la libertad de sus pueblos, sino que luchan para esclavizar a quienes se dejen avasallar por ellos.

La solución no es sencilla y creo que no la tiene Obama, ni la izquierda ni la derecha, se trata de defenderse adecuadamente impidiendo que esos regímenes prosperen, ayudando a su propia gente a desembarazarse de ellos. No es la ideología la que cambia la realidad, sino que ambas cambian en un proceso de interdependencia, de esto se trata cuando hablamos de política internacional en este momento histórico, cuando la tecnología puede producir gravísimos daños si estos regímenes agresivos no son detenidos a tiempo.

ANA


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