miércoles, 9 de febrero de 2011

780 - EGIPTO PUEDE HACER HISTORIA


POR LO MENOS SABER, PARA HACER LO CORRECTO




La propuesta de comparar lo que pasa hoy en Egipto con Teherán de 1979 y Berlín de 1989 sirve para establecer similitudes pero también diferencias. En ambos casos cayeron regímenes que no tenían el apoyo de la población, en Teherán fue contra Occidente, en Berlín a favor. El primero pasó a ser una dictadura teocrática, el segundo una democracia occidental.

El resultado fue diferente porque su cultura lo era. ¿Quién prevalecerá en el caso de Egipto? ¿La cultura y prácticas de la democracia o una cultura con fuerte contenido religioso?

Me parece importante establecer por qué resultó de esa forma y qué aspectos deben tenerse en claro para no repetir errores a fin de obtener un resultado realista, que acerque al mundo árabe a una democracia auténtica en el contexto de su propia idiosincrasia.

Las ideas políticas en algunos casos pueden llegar a tener la misma importancia de una religión y viceversa, con la diferencia que es más fácil que una sociedad cambie su ideología a que un pueblo modifique su religión o la cambie. Mucho menos cuando en el islam se condena a quien lo abandona, con el agravante que en esta etapa de su historia el fanatismo hace estragos dentro de la propia grey cuando no participa de él.

A ello debemos agregarle la importancia de la religión en los países árabes, el islam está presente en todos los aspectos de la vida de una sociedad islámica, las demás religiones son toleradas o perseguidas. En Egipto vemos cómo son acosados los cristianos coptos, ellos sienten que bajo cualquier gobierno seguirán siéndolo, lo fueron bajo el gobierno de Mubarak por los mismos fanáticos que subsistirán cuando Mubarak ya no esté. Y son muchos millones, casi el diez por ciento de la población.

Entonces cuando hablamos de democracia y libertad en el mundo árabe, sin tener en consideración la importancia de la religión como parte esencial en el tipo de democracia y libertad que aspiran a tener, estamos evaluando mal cómo puede ser el resultado de estas rebeliones que estamos presenciando.

De ahí la importancia de acompañar el legítimo derecho de los pueblos árabes a no soportar regímenes dictatoriales pero no ilusionarse (más bien delirar) de que serán similares a las democracias occidentales, donde la religión es abierta y no tiene peso en la conducción del estado.

De no hacerlo, los mismos que exigen la caída de los regímenes que los maltrataron durante décadas y los que murieron por su derecho a reclamar libertad de vida y de pensamiento, se habrán sacrificado en vano. Y no será porque no seamos capaces de entenderlos sino porque no sabemos ayudarlos de la forma en que lo necesitan.

Porque los pueblos árabes que hoy se están rebelando tienen derecho a vivir mejor, a progresar y a ser respetados, occidente no puede equivocarse creyendo que es fácil que accedan a la democracia de occidente, que sólo es necesario derrocar a las dictaduras. Se necesita mucho más que eso, protegerlos de nuevas dictaduras que los pueden llevar a callejones sin salida si los fanáticos religiosos tomaran el poder.

La historia enseña si queremos aprender y cuando aprendemos sabemos que nunca se repite igual, porque todo cambia y nosotros también. Apostar a todo o nada como si no hubiera vidas en juego, probar una medicina como si fuera fácil volver atrás es la antítesis de lo que se debe hacer para que la historia no se repita, como si el pasado no nos hubiera enseñado nada.

Hay muchos pueblos donde la religión tiene mucho peso en la cultura de su gente pero no pasan de ser una creencia personal, cada cual la practica a su manera y ninguna pretende imponerse a las demás. Estados Unidos es un pueblo donde la religión es importante, hay muchísimas variantes del cristianismo y religiones nuevas que han avanzado mucho, como la
cienciología, pero todas conviven y no tienen peso político. Por supuesto que también hay fundamentalistas en ellas pero ninguna aspira a gobernar. De allí la gran diferencia con el islam que es también una ideología que puede llegar a hacerlo. Mientras Turquía -un país con mayoría musulmana- fue un estado laico, progresó como ningún otro país musulmán, aunque actualmente se están operando cambios que no sabemos a dónde la llevarán.

Si Occidente no entiende la facilidad con que una sociedad donde la religión puede llegar a tener todo el poder político, donde las decisiones pueden estar en manos del ayatollah de turno, como fue el caso de Khomeini y ahora de Khamenei, es que ni siquiera Internet le ha acercado lo que es necesario saber para tomar buenas decisiones.

La Presidente del Comité de Inteligencia del Senado, Dianne Feinstein, (demócrata) ... en una entrevista el sábado, culpó a las agencias de inteligencia estadounidenses en fallar al dar a los responsables de formular las políticas de estado "el análisis de inteligencia oportuno." En opinión de la senadora, "el presidente, la secretaria de estado y el Congreso toman decisiones de política sobre Egipto" careciendo de los instrumentos de inteligencia apropiados.
(
DEBKA). A esto no hay mucho que agregar, EE.UU. no está ni siquiera empezando bien.

De ahí la diferencia entre la actitud de Israel, que conoce el paño, y la forma de pensar de Occidente, porque éste puede equivocarse sin pagar un alto costo. A Israel le puede costar su supervivencia.

ANA

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