jueves, 13 de marzo de 2014

1260 - DECLARACIONES DE OBAMA




EL ORIENTE PRÓXIMO FANTÁSTICO DE OBAMA

Abbás rechazó la oferta de Israel de un Estado palestino en 2008

Por JEFF JACOBY

En el Oriente Próximo de Barack Obama la explicación de la tenaz ausencia de paz entre Israel y los palestinos está clara: es culpa de Bibi Netanyahu. El líder israelí haría mejor en "aprovechar la oportunidad" de rematar un acuerdo de paz con los palestinos.

"Una de las cosas que mi madre solía decirme… es que si hay algo que sabes que tienes que hacer, aun siendo difícil o desagradable, es mejor ponerse a hacerlo, porque esperar no ayuda", decía Obama en una entrevista publicada en Bloomberg en vísperas de la llegada de Netanyahu a Washington esta semana.

"No es una situación en la que se espera y el problema desaparece", advertía. El líder israelí haría mejor en "aprovechar la oportunidad" de rematar un acuerdo de paz con los palestinos, o prepararse para la dolorosa represalia global que Estados Unidos será incapaz de detener. Hay que dejar de construir asentamientos al otro lado de la Línea Verde y dar a los palestinos el Estado que exijan, o "nuestra capacidad de gestión a nivel internacional será limitada".

¿Le suena familiar? Demasiado. Este es el Oriente Próximo fantástico, en el que la paz es responsabilidad de los israelíes en exclusiva, y el rechazo de los palestinos a la existencia de Israel es simplemente la excusa del Estado judío para aplazar las cosas. Ello forma parte de un mundo fantástico mayor, un mundo en el que los revanchistas dictadores rusos edulcoran sus políticas al presionar el botón de "relanzamiento de relaciones", y en el que un régimen sirio brutal se zafa de los arsenales químicos por temor a vulnerar un "límite" estadounidense.

En este clima fantástico, hay un robusto bando palestino pacífico impaciente por la solución de los dos Estados: un Estado soberano de Palestina coexistiendo en armonía junto al Estado judío de Israel. Si esa embriagadora solución no se ha hecho realidad, sólo puede deberse a la terca discrepancia de los israelíes y de su líder electo. Después de todo, el líder palestino es el amante de la paz Mahmoud Abbás que, según Obama, "es muy sincero en su disposición a reconocer a Israel y su derecho a existir" y "está comprometido con la no violencia y los esfuerzos diplomáticos".

Pero eso sólo es cierto en el Oriente Próximo fantástico. En el Oriente Próximo real, es Netanyahu el que unilateralmente detuvo la construcción de asentamientos durante 10 meses -gesto sin precedentes- y cuyo gabinete indicó el mes pasado que se arriesgaría y aceptaría el marco de John Kerry para la negociación palestino israelí.

El verdadero Abbás, por su parte, rechazó la oferta de Israel de un Estado palestino en 2008, luego se negó durante años a participar en las conversaciones con Israel auspiciadas por Estados Unidos, seguro de que Washington presionaría a Israel a realizar dolorosas concesiones para persuadir a los palestinos de volver a la mesa. Esas concesiones incluyeron eventualmente la puesta en libertad de docenas de asesinos palestinos confesos, que fueron elogiados por Abbás como "héroes" en un acto celebrando su puesta en libertad. Pero en lugar de negociar de buena fe finalmente, Abbás exige todavía más concesiones de partida, exigencia que reiteraba el lunes.

El espejismo que ocupa el corazón del proceso de paz palestino israelí es que la ausencia de soberanía palestina es lo que mantiene abierto el conflicto, y que las tensiones y la violencia desaparecerían si los árabes de Palestina tuvieran un estado propio.

Nunca ha sido el caso. Lo que mueve el conflicto no es el deseo de independencia de los palestinos, sino el rechazo arraigado a la autodeterminación de los judíos. Los líderes árabes rechazaron con vehemencia la "solución de dos Estados" que en 1947 recomendaban las Naciones Unidas, y declararon "una guerra de exterminio que impidió su implantación.

Casi 70 años más tarde, los palestinos siguen rechazando reconocer a Israel como nación-Estado del pueblo judío, reconocer que los judíos tienen derecho a un Estado soberano en su patria nacional, igual que los irlandeses tienen derecho a una Irlanda independiente, los italianos a una Italia independiente y los japoneses a un Japón independiente.

Pero los líderes palestinos insisten acaloradamente aún así que ellos nunca van a acceder a nada parecido. "Esto está descartado", decía Abbás el mes pasado. El negociador de la Autoridad Palestina Saeb Erekat denuncia:

"Cuando se dice 'Aceptar a Israel como Estado judío', se me está pidiendo que cambie mi discurso".

Exacto. Ese discurso -que los judíos son extranjeros en Oriente Próximo y que la autodeterminación de los judíos en cualquier territorio es intolerable- es justamente lo que tiene que cambiar para resolverse este conflicto. Criticar a Netanyahu puede complacer al escalafón anti-Israel, pero no acercará en absoluto una paz justa y duradera.

FUENTE: AURORA-JACOBY-OBAMA-13/03/14

REFLEXIÓN:

Hay que tenerle mucha paciencia al presidente de un aliado de siempre como es Estados Unidos para Israel, y no poner el grito en el cielo cuando hace estas declaraciones. Deja un campo minado para cualquier intento de llegar a un acuerdo de paz porque la opinión pública, que no necesita mucho para ponerse en contra de Israel y a favor de los pobres palestinos, boicotee con mucha convicción a Israel.

Sus palabras aparecen en los medios y, aunque Israel explique en todos los foros la verdadera situación, se hace imposible llevar a una mesa de negociaciones a los palestinos. Si el Presidente de Estados Unidos dice esto, ellos creen tener razón. Si Estados Unidos presiona y Europa lo boicotea ¿cómo podrían atreverse a pensar que esto no es verdad? Es lógico que los palestinos crean lo que les conviene y el mundo entero, muy poco informado, los acompañen.

Entonces cualquier persona que quiera saber la verdad podría preguntarse:

¿Qué ofrecen los pàlestinos a cambio?

¿Qué derechos tienen para exigirlo todo?

Ellos no reconocen a Israel como estado del pueblo judío y repetidamente han dicho que no lo reconocerán, pero exigen SU estado.

¿Qué trato justo podría surgir sin resolver esto?

Pretenden el retorno dentro del Estado de Israel de todos los refugiados y su descendencia desde la creación del Estado, algo que desbarataría la identidad judía del Estado. Ellos atacaron y perdieron cuando el estado se creó, la historia no se puede reescribir. Los estados árabes que les pidieron que se retiraran porque iban a echar a los judíos y no querían bajas árabes deben hacerse cargo de ellos. Los árabes que quedaron dentro del estado son ciudadanos con plenos derechos. Los que se fueron son mantenidos como parias en todos los estados árabes, son indeseables, aún cuando fueron ellos los que los pusieron en esa situación.

Quieren a Jerusalén como capital del Estado Palestino pero cuando se apoderaron de parte de él, que estaba a cargo de un organismo internacional -y nadie hizo nada para impedirles que lo tomaran- hicieron desastres.

Jerualén es la Capital de Israel -lo quiera o no reconocer el mundo entero- y alberga a todos los credos, sin distinción, con un respeto que no tuvieron los árabes cuando lo gobernaron.

Esto son los tres puntos centrales de la discusión y nadie está dispuesto a ceder, pero lo peor de todo es que la desinformación venga de un presidente y que se manipule la verdad como si fuera Israel el que no quiere aprovechar la supuesta "oportunidad" y encima amenace con no poder hacer nada para ayudarlo.

¿A qué se deberá el empecinamiento de Obama por un acuerdo de paz -sin posibilidades hasta no resolver estos problemas- desinformando a la opinión pública?

ANA



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Deja tu comentario