martes, 25 de marzo de 2014

1273 - ENTREVISTA AL PRESIDENTE JOSÉ MUJICA


El presidente de Uruguay, José Mujica, en su casa de Rincón del Cerro. “Se ha dicho de ella que es una casa modesta. Falso. Es pobre”, afirma el autor del texto. / FOTO: Jordi Socías

RETRATO DE URUGUAY, EL PAÍS QUE SORPRENDE AL MUNDO

ENTREVISTA DE JUAN JOSÉ MILLÁS

El reportaje es extenso, el artículo contiene un video corto pero "jugoso", vale la pena verlo. El texto, la introducción del autor y todo el reportaje es de por sí un placer para el lector, porque no es un periodista, es un escritor y de los buenos.

Lo que sorprende al mundo no es nuevo para nosotros, los argentinos, es proverbial nuestro aprecio por Uruguay, hay por qué. Un país -comparativamente- tan chiquito en territorio y tan grande en muchos otros aspectos que siempre admiramos.

¿Qué más les puedo decir? Que no dejen de leerlo completo, es un deleite. Tiene fotos y pinta de cuerpo entero a su presidente y a su gente, porque es ella la que lo eligió democráticamente. Eso es lo que más nos diferencia.

Da envidia.

ANA

Juan José Millás viajó allí para encontrarse con el atípico presidente José Mujica. El mandatario recibió al escritor en su humilde casa y en su despacho. El político y Millás viajaron juntos hasta la residencia oficial de verano. Un periplo que traza el retrato de un hombre y de toda la nación.

Algunos párrafos para pensar:

"Mujica: –Yo creo que se retiran o se adaptan. (Toda una definición política).

"Apenas llevaba cuatro días libre, cuando pronunció un discurso político en el que resultaba imposible encontrar un vestigio de resentimiento. La naturaleza, suele decir, nos ha puesto los ojos delante para que miremos al frente."

"A la primera de mis preguntas respondió que los gobernantes ya no mandaban nada.

–¿Quién manda entonces? –pregunté.

Los grandes poderes financieros. Ya no es el perro el que mueve la cola, sino la cola la que mueve al perro."

"Observo a Mujica y me parece que va y viene dentro de sí mismo, como si tuviera una trastienda en la cabeza."

"Dice que tiene paciencia, que hay que seguir luchando y sembrando, que él ha pensado mucho, porque en la cárcel tuvo mucho tiempo para pensar, y que aprendió que todo cambia muy lento. Dice que de joven andaba “muy apurado”, que se le fueron entre 25 y 30 años de su vida, la mitad preso, la mitad medio libre o ´prisionero de mis esquemas´”.

"Dice que hasta hace 20 o 30 años se podía discutir si había guerras justas o no y que eran justas aquellas que significaban un proceso de liberación nacional o intento de liberación de naciones que se sentían sometidas, pero que hoy por hoy, y tal como han evolucionado las cosas, todas las guerras son para que los más débiles sufran. Dice que hay que tratar de cambiar las cosas en paz, que es preciso llevar a cabo políticas de Estado y que las políticas de Estado son aquellas en las que, desde posiciones distintas, se buscan los puntos de acuerdo. Dice que han aparecido problemas que ningún país puede resolver por sí mismo, que o gobernamos la globalización o la globalización nos gobernará a nosotros. Dice que la democracia y el socialismo son compatibles a condición de que la una no se trague al otro. Dice que lo que más cabe destacar de su mandato es la lucha contra la pobreza y la indigencia y el creciente clima de estabilidad política y confianza que ha atraído a las inversiones extranjeras."

"Dice que el problema de Europa es que ha descuidado la economía productiva, subordinándola al engranaje financiero, de ahí la imagen de la cola que mueve al perro, cuando lo productivo es el perro…"

"... este hombre dona el 87% de su sueldo a un proyecto de viviendas para pobres y le pregunto si le queda suficiente dinero para vivir y dice que sí, que a su señora, después de aportar al partido, le quedan 45.000 pesos, unos dos mil euros.

–¡Por favor –añade escandalizado–, con mi sueldo me sobra!"

"Dice que esto (los fenómenos climáticos) lo ha desatado el hombre y que debería arreglarlo el hombre, que no deberíamos pensar como países, sino como especie. Entonces empieza a establecer una comparación entre el cambio climático y las tempestades financieras. Dice que en Uruguay tuvieron entre 2001 y 2002 un desastre financiero que dejó al 40% de la población por debajo de los niveles de la pobreza. Dice que eso ocurrió porque dejaron al sistema financiero suelto."

"Si faltaba algo que coronara el pastel, resulta que tenían un presidente, José Mujica, el Pepe, que se atrevía a llevar la vida que predicaba para los demás."

"Nos pareció que la admiración hacia Mujica crecía a medida que descendías en la escala social. De la mitad hacia abajo gozaba de una reputación conmovedora. Lo veían como a uno de los suyos y les parecía un signo de coherencia que aplicara a su vida el grado de austeridad que predicaba para la de los demás."

"Mujica: Después, en el Liceo, milité en una agrupación libertaria. Nuestro lema era: ´Que te echen del trabajo por pelear, pero no por atorrante´. Los anarquistas modernos pelean por no trabajar."

"–Parece mentira –dice Mujica– que no cuidemos la vida, que es un paréntesis. Tenemos toda la eternidad para no ser."

"–Es muy importante desacralizar la presidencia –dirá luego–. Esto tiene un sentido político: acentuar el republicanismo. La distancia de los políticos con la gente está creando mucho descrédito. Y la peor enfermedad es la de la gente que no cree en su Gobierno. Cuando la gente dice: son todos iguales. Pues no."

FUENTE: EL PAÍS SEMANAL-MILLÁS-ENTREVISTA A MUJICA-24/03/14

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