PENA DE MUERTE |
¡EN IRÁN SE AHORCA! COTIDIANAMENTE...
Estos crímenes no son de máxima importancia para la prensa occidental. Tampoco interesan a una buena parte de la izquierda siempre dispuesta a "boicotear los productos de Israel".
El último de los crímenes cometidos es el del poeta y activista Hashem Shabani, perpetrado el último 27 de enero.
Este intelectual, perfectamente inocente de todo crímen, había sido condenado a muerte por un "tribunal revolucionario", que lo reconoció culpable de 14 cargos de acusación de los cuales uno era: "la propagación de la guerra contra Dios".
Shaabani, en una carta a su familia, escribió: "Traté de defender el derecho legítimo del que cada persona en este mundo debería gozar, que es vivir libremente con todos sus derechos cívicos.
A pesar de toda esta desgracia y estas tragedias, nunca usé otra arma para combatir estos crímenes atroces que mi pluma". Desde su prisión, Shaabani había escrito a su familia que él no puede más ignorar los “crímenes odiosos contra los Ahvazis (sunitas) perpetrados por las autoridades iraníes, ni tampoco las ejecuciones arbitrarias e injustas”.
Los expertos de las Naciones Unidas declararon que "por lo menos 40 personas fueron colgadas durante las dos primeras semanas de enero 2014”.
En 2013, Irán ejecutó a 625 personas, de las cuales 29 eran mujeres y presos políticos. Más de 250 de estas ejecuciones fueron cometidas bajo la presidencia del moderado Hassan Rouhani.
74 ahorcamientos en tres semanas. Ejecuciones colectivas arbitrarias en las prisiones de Evine, de Ghezel-Hessar, y en ciudades de Kermanchah y de Bandar-Abbas.
La represión vandálica y en particular la pena de muerte cuyo objetivo es contener la cólera y el descontento de la población oprimida no han hecho sino expandirse desde la toma de funciones de Rohani.
En 2013, más de 700 personas fueron ejecutadas, el número más elevado de estos últimos diez años. El silencio de la comunidad internacional frente a estas ejecuciones que son una vergüenza para la humanidad contemporánea, no hacen sino alentar al régimen de barbarie a proseguir sus crímenes.
Los militantes de derechos humanos precisan que estos últimos años muchos detenidos de la minoría árabe en Irán fueron ejecutados en la clandestinidad.
Justo antes de su ejecución, estos presos políticos habían escrito una carta en la que detallaban que las acusaciones de terrorismo que se les imputaban eran puras mentiras, que su proceso no había durado más que media hora y que fueron privados del derecho de defenderse.
Fuente: Tribune de Jean-Pierre Lledes
Traducción: Yehudit Oficyner
FUENTE: RADIO JAI-IRÁN AHORCA-24/03/14
REFLEXIÓN:
Cuando en todo el mundo se trata de eliminar la pena de muerte, en algunos países es de práctica. Lo que ocurre en Irán es más de lo que se puede imaginar y aceptar.
Cuando un país mata a sus poetas le quita al pueblo su cultura, el poder de volar con las palabras; cuando ejecuta a sus jóvenes por supuesta homosexualidad o cualquier causa -sea o no legítima- está cercenando su futuro. Un joven muerto siempre es una pérdida, nunca se sabe qué frutos pudo dar estando vivo, con él muere una esperanza.
Pero la pena de muerte no es privativo de los iraníes, leemos este artículo; Egipto condena a muerte a 528 leales a los Hermanos Musulmanes y vemos que todavía hay países donde no hay respeto por la vida aún cuando estén equivocados y sean terroristas o delincuentes de cualquier color. No hay excusas.
Son asesinatos colectivos con argumentos legales, pero asesinatos al fin. Y vemos que en los países de mayoría musulmana hay una antigua lucha por la supremacía de una secta islámica sobre otra. Una guerra sin pausa desde hace muchísimos años que no se resuelve si no es con violencia.
Lo sabemos pero no lo entendemos y cuando leemos estos titulares nos horrorizamos. La foto de los infortunados nos hiela el alma, cualquiera de ellos nos produce congoja, nunca sabremos la verdadera causa de su desgracia.
Lamentablemente la Comunidad Internacional no hace hincapié en estos crímenes para actuar de la manera más efectiva para que esos gobiernos cambien sus leyes y actúen civilizadamente en defensa de los Derechos Humanos de sus ciudadanos. Con ellos hay una cuenta pendiente.
Y con Israel, objeto de toda clase de críticas, que teniendo terroristas presos -"con sangre en las manos"- no sólo no los ejecuta sino que los libera como gesto de buena voluntad en busca de la paz.
¿Por qué será tanta parcialidad?
ANA
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