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lunes, 20 de abril de 2015
1457 - EN INGLATERRA, LA LEY ISLÁMICA Y LA MUJER
REINO UNIDO: LOS TRIBUNALES DE LA LEY SHARÍA ABUSAN DE LAS MUJERES MUSULMANAS
Por SOEREN KERN
El informe muestra cómo la creciente influencia de la ley Sharía en la Gran Bretaña de hoy está socavando el principio fundamental de que debe haber igualdad para todos los ciudadanos británicos bajo una sola ley, la legislación del país.
"Me siento traicionada por Gran Bretaña. Vine aquí para alejarme de esto y la situación es peor aquí que en el país del que escapé". — Mujer musulmana entrevistada por el informe.
El informe concluye con un llamado al gobierno británico para poner en marcha una investigación conducida por un juez para "determinar el grado en el que los principios discriminatorios de la ley Sharía están siendo aplicados en el Reino Unido".
"La respuesta del gobierno será una prueba de fuego para ver en qué medida realmente defiende el principio de igualdad ante la ley, o está tan dominado por el miedo a 'ofender', que seguirá permitiendo que estas mujeres sufran en maneras que harían que nuestras sufragistas se revuelquen en sus tumbas". — Baronesa Caroline Cox.
Las mujeres musulmanas en Gran Bretaña están siendo oprimidas, abusadas y discriminadas sistemáticamente por los tribunales de la ley Sharia, que las tratan como ciudadanas de segunda clase, según un nuevo informe en el que se advierte del aumento proliferante de los tribunales islámicos en Reino Unido.
El informe de 40 páginas, "Un mundo paralelo: Confrontando el abuso de un gran número de mujeres musulmanas en Gran Bretaña hoy", fue escrito por la baronesa Caroline Cox, un miembro de la Cámara de los Lores y una de las principales defensoras de los derechos de la mujer en el Reino Unido.
El informe muestra cómo la creciente influencia de la ley Sharía en la Gran Bretaña de hoy está socavando el principio fundamental de que debe haber igualdad para todos los ciudadanos británicos bajo una sola ley, la legislación del país.
La Ley de Arbitraje de 1996 permite a las partes resolver determinados conflictos civiles de acuerdo con los principios de la ley Sharía, de tal manera que la decisión puede ser impuesta en los tribunales británicos.
Sin embargo, según el informe, muchas asociaciones musulmanas están utilizando la Ley de Arbitraje para afirmar su capacidad de tomar decisiones jurídicamente obligatorias para los miembros de la comunidad musulmana, cuando en realidad la ley limita su función a la de mediador para ayudar a llegar a un acuerdo. "El mediador no es un juez o un árbitro que impone una decisión", indica el informe.
El informe muestra cómo los tribunales de la ley Sharía frecuentemente fusionan los conceptos de arbitraje, en el que ambas partes se comprometen a someter su disputo a un tercero aceptado mutuamente para tomar una decisión; y mediación, en el que las dos partes utilizan voluntariamente a un tercero para ayudarles a llegar a un acuerdo aceptable para ambas partes.
Además de esto se encuentra el problema del "incremento de la jurisdicción", por el que los tribunales islámicos se pronuncian en asuntos que se encuentran fuera del sistema de arbitraje, tales como tomar decisiones relacionadas al derecho penal, incluidas aquellas relativas a la violencia doméstica y a las lesiones corporales graves.
Como resultado, las mujeres musulmanas, que pueden carecer de conocimiento tanto del idioma inglés como de sus derechos bajo la ley británica, son presionadas frecuentemente por sus familias a recurrir a los tribunales de la ley Sharía, donde a menudo son obligadas a firmar un acuerdo en el que acatan sus decisiones, que son impuestas y vistas como resoluciones judiciales legales.
Peor aún, "La negativa a resolver una disputa en un tribunal de la ley Sharía podría dar lugar a amenazas e intimidación, o a ser condenada al aislamiento y etiquetada como incrédula", dice el informe, que añade:
"Hay una preocupación particular de que las mujeres se encuentran presionadas a retirar las denuncias de violencia doméstica después de haberlas hecho. Varios grupos de mujeres dicen que son a menudo reacias a acudir a las autoridades con aquellas mujeres que han huido para escapar de la violencia, ya que no pueden confiar en que los agentes de policía dentro de la comunidad no las traicionaran con sus abusivas familias".
El informe muestra que, incluso en los casos en los cuales los tribunales musulmanes trabajan "conjuntamente" con las investigaciones policiales, las mujeres maltratadas a menudo retiran sus denuncias a la policía, mientras que los jueces de los tribunales de la ley Sharía permiten que los esposos salgan impunes.
Mientras tanto, la mayoría de los tribunales islámicos, cuando tratan con divorcios, sólo lo hacen en un sentido religioso, debido a que no pueden conceder el divorcio civil. Ellos simplemente conceden el divorcio religioso de conformidad con la ley islámica.
Según el informe, en muchos de los casos, esto es todo lo que se necesita para un "divorcio". Muchas mujeres musulmanas que se identifican a sí mismas como "casadas" no han tenido un matrimonio reconocido legalmente por la ley británica. Aunque un Nikah (una ceremonia matrimonial islámica) pudo haberse llevado a cabo, si el matrimonio no se ha registrado oficialmente, no es válido ante los ojos de la ley civil. El informe afirma:
"Esto crea un problema muy grave: mujeres casadas en ceremonias islámicas, pero que no están casadas oficialmente según la ley inglesa, pueden sufrir graves inconvenientes porque carecen de protección legal. Adicionalmente, pueden no ser conscientes de que su matrimonio no está oficialmente reconocido por la legislación Inglesa".
Este escenario pone a las mujeres musulmanas en una situación jurídica precaria, especialmente en lo referente al divorcio. En el Islam, el marido no tiene que seguir el mismo proceso que la mujer cuando busca un Talaq (divorcio islámico), simplemente tiene que decir "me divorcio de ti" tres veces, mientras que la esposa debe cumplir varias condiciones y pagar una cuota. El informe cita a mujeres, hablando del procedimiento de divorcio o Talaq, refiriéndose a su falta de protección legal, después de descubrir que su Nikah no constituía un matrimonio válido en virtud del derecho inglés.
El informe cita a Kalsoom Bashir, una activista a favor de los derechos de la mujer en Bristol, quien aborda el problema añadido de la poligamia. Ella observa:
"Hay un aumento creciente de poligamia dentro de las familias musulmanas y una vez más las mujeres implicadas no están en condiciones de poder confrontar la situación u obtener alguna clase de justicia. Les resulta difícil obtener cualquier tipo de mantenimiento ya que los matrimonios no se encuentran registrados legalmente. La poligamia se usa para controlar a las primeras esposas a quienes se les dice que si son un problema, el hombre tiene el derecho islámico para tomar otra esposa. Algunas veces, sólo uno de los matrimonios se registra dejando a una de las esposas sin ninguna protección legal".
De manera general, el informe incluye extractos de los testimonios de más de una docena de mujeres musulmanas que han sufrido abuso e injusticia por parte de los tribunales islámicos en Gran Bretaña. Una mujer dijo: "Me siento traicionada por Gran Bretaña. Vine aquí para alejarme de esto y la situación es peor aquí que en el país del que escapé".
El informe concluye con un llamado al gobierno británico para poner en marcha una investigación conducida por un juez para "determinar el grado en el que los principios discriminatorios de la ley Sharía están siendo aplicados en el Reino Unido". También pide al gobierno apoyar el proyecto de ley presentado por la baronesa Cox — el proyecto de ley de Arbitraje y Servicios de Mediación (Igualdad) — que "constituiría un nuevo delito penal que criminalizaría a cualquier persona que pretenda pronunciarse jurídicamente sobre asuntos que deben ser decididos por los tribunales penales o familiares".
La baronesa Cox presentó originalmente el proyecto de ley en 2011, pero no prosperó debido a la falta de apoyo de los principales partidos. Lo presentó nuevamente en 2013 y 2014, pero sigue sin avanzar, aparentemente debido a que los principales partidos tienen miedo de ofender a los musulmanes. Cox se ha comprometido a volver a presentar el proyecto de ley en la próxima sesión del Parlamento, cuyos miembros serán elegidos el 7 de mayo.
El proyecto de ley tiene como objetivo luchar contra la discriminación al prohibir a los tribunales islámicos: a) considerar más valiosa la evidencia de un hombre que la evidencia de una mujer; b) proceder en el supuesto de que el reparto de una propiedad entre hijos varones y mujeres en la sucesión debe ser desigual; o c) proceder suponiendo que una mujer tiene menos derechos de propiedad que un hombre.
La ley también obligaría a las entidades públicas a garantizar que las mujeres en hogares polígamos o aquellas que han tenido un matrimonio religioso sean conscientes de su situación jurídica y de los derechos legales pertinentes en virtud de la ley británica.
En una carta, la baronesa Cox escribió que sus recomendaciones "no pueden de manera alguna remediar todos los sensibles temas comprendidos, pero ofrecen una importante oportunidad para la reparación". Añadió que su proyecto de ley "cuenta con un fuerte apoyo de todo el espectro político en la Cámara de los Lores, así como de grupos de mujeres musulmanas y otras organizaciones preocupadas con el sufrimiento de mujeres vulnerables".
Queda por ver si el próximo gobierno apoyará el proyecto de ley. El 23 de marzo, la secretaria del Interior británica, Theresa May, prometió que si el Partido Conservador gana las elecciones generales, pondría en marcha una investigación para ver si los tribunales islámicos en Inglaterra y Gales son compatibles con los valores británicos.
Pero la trayectoria del gobierno conservador en hacer frente al Islam ha sido irregular. En noviembre de 2013, por ejemplo, el gobierno rechazó una enmienda presentada por Cox al proyecto de ley del "Comportamiento antisocial, Crimen y Vigilancia", que habría protegido a las mujeres que están engañadas creyendo que sus matrimonios son válidos bajo la ley británica, cuando en realidad no lo son.
Más recientemente, los conservadores anularon una investigación "políticamente incorrecta" de las actividades de los Hermanos Musulmanes en Gran Bretaña.
Mientras Cox celebró el compromiso de May para investigar los tribunales de la ley Sharía, también expresó su preocupación de que los políticos una vez más vuelvan a someterse a lo políticamente correcto. Ella escribió, que es importante que estas investigaciones "no se detengan al primer obstáculo, como parece haber sucedido con similares investigaciones dirigidas anteriormente por el gobierno. Sin poderes para citar testigos cualquier investigación independiente — sin importar lo bien intencionada que sea — será otra oportunidad perdida".
Cox lo resumió de esta manera:
"La respuesta del gobierno será una prueba de fuego para ver en qué medida realmente defiende el principio de igualdad ante la ley, o está tan dominado por el miedo a 'ofender', que seguirá permitiendo que estas mujeres sufran en maneras que harían que nuestras sufragistas se revuelquen en sus tumbas".
Soeren Kern es analista de política europea para el Instituto Gatestone en Nueva York y el Grupo de Estudios Estratégicos en Madrid. Síguelo en Facebook y en Twitter.
TEXTO DE LA FOTO EN EL ARTÍCULO ORIGINAL
Haitham al-Haddad es un juez de unos de los tribunales de Sharia en Reino Unido. Él también forma parte del consejo del Concilio Islámico de la Sharia. Hablando acerca del manejo de los casos de violencia doméstica, dijo en una entrevista, "un hombre no debería ser cuestionado acerca de por qué le pega su esposa, ya que es algo entre ellos dos. Déjenlos solos. Ellos mismos pueden resolver sus propios asuntos." (Fuente de la Imagen: Channel 4 News)
FUENTE: GATESTONE-SOEREN KERN-SHARÍA-08/04/15
REFLEXIÓN:
Creo que las naciones nacieron por identidad, religión, reglas comunes y demás factores que cohesionan a una población. Cuando llega un extranjero y elige quedarse se respeta su religión ya que es algo personal y pertenece a una fe que siente y cree como verdadera y que le es propia. En cuanto al resto debe adaptarse al país que eligió y donde fue recibido. Sobre todo, debe obedecer las leyes del país, de lo contrario debe volver al país donde están las leyes de su cultura y formación que acepta y obedece.
No puede haber en un país distintas leyes según la comunidad que haya elegido permanecer en él. No es posible, sería disparatado permitir que a cada comunidad que llegara se le permitiera. Inglaterra le ha fallado a su pueblo aceptando las leyes de la Sharía, la Ley Islámica, para que conviva con sus propias leyes. Ocurre precisamente lo que pasa con esa mujer que dice:
"Me siento traicionada por Gran Bretaña. Vine aquí para alejarme de esto y la situación es peor aquí que en el país del que escapé". — Mujer musulmana entrevistada por el informe.
A estas mujeres sólo pueden salvarlas las leyes del país, si no, nadie las salvará, ni su familia, su comunidad o religión. Está desamparada.
Por suerte existen naciones diferentes con leyes diferentes donde un extranjero puede elegir vivir porque se siente más identificado con otra cultura que la vigente en el país donde nació.
En la cultura occidental uno puede cambiar de religión y nadie lo juzgará, hay libertad de religión. No es lo que pasa en el mundo musulmán donde un individuo no sólo es repudiado y abandonado por su comunidad sino que inclusive es condenado a muerte. No se puede abandonar el islam, no se puede tomar otra religión ni ser ateo. Los cristianos son asesinados y viven en condiciones precarias como ciudadanos de segunda clase. "Doce inmigrantes del naufragio frente a Italia fueron arrojados por la borda por ser cristianos" Y sin embargo, es obligatorio, por simple humanidad, salvarlos, aunque hayan sido capaces de semejante crueldad.
En este artículo aparece varias veces el verbo "ofender" como razón por la que se ha aceptado a la Sharía como mediadora para dirimir conflictos, como vemos, no es útil y no protege a quienes han llegado en busca de otra cultura que le dé la libertad y protección que la cultura y leyes de su país de origen no le daban.
El mundo entero está preocupado por las represalias que los fanáticos musulmanes son capaces de perpetrar cuando sus reclamos no son aceptados. Les temen, así de simple. Aunque sus leyes sean bárbaras y no pueden convivir con una cultura moderna han decidido someterse por las manifestaciones violentas que se producirían si se las rechazara.
En un país musulmán el extranjero será juzgado por las leyes vigentes y no tiene derecho a reclamar. Entonces vemos que reciprocidad es la palabra clave que soluciona el conflicto entre el islam y Occidente.
Así están las cosas en Inglaterra, en Francia, toda Europa está amedrentada. Y no se puede saber cómo harán para volver las cosas al justo lugar donde deben estar, el extranjero debe aceptar y obedecer las leyes del país que lo acoge. Nada más razonable y justo. Y si es necesario deben modificarse las leyes que están permitiendo esta situación que le falta el respeto a los ciudadanos originales.
ANA
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