sábado, 5 de julio de 2008

121 - LOS QUE HACEN A ISRAEL


ANÉCDOTA DE MI SHNAT:

LOS JUSTOS ENTRE LAS NACIONES DE NUESTRO TIEMPO


Por Andrés - 05/07/08


Encontrándonos en este momento en la etapa del voluntariado de mi año educativo en Israel (Shnat Hajshara), quiero contar una anécdota que, si bien puede parecer banal, me tocó profundamente el corazón...

El 2 de julio el grupo de trabajo de Medioambiente del Beitar (cinco uruguayos y yo) nos dirigimos a un descampado al sur de Jerusalem para preparar terrazas para cultivo y agricultura. Ese mismo día, nos presentaron a voluntarios cristianos de una organización llamada "Bridges for Peace" (Puentes para la Paz) que venían especialmente para ayudar a los judíos de Israel. Ellos trabajarían con nosotros (tenían entre 20 y 23 años). Mike, nuestro jefe, nos hizo recorrer el lugar, con explicaciones sobre la zona donde nos encontrábamos en un fluido y alto nivel de inglés que los latinoamericanos entendimos a la perfección. Luego nos explicó nuestra tarea y ¡¡manos a la obra!!

Cavamos un hoyo en la tierra, inmediatamente después colocamos ruedas en forma pareja, las llenamos de basura reciclable y arena mojada, les colocamos encima un alambre que atamos y finalmente las sellamos con cemento que preparamos nosotros. Posteriormente movimos piedras grandes, las volvimos a llenar de tierra, y colocamos piedras medianas y chicas sobre ellas hasta que quedó un cementerio de rocas digno de llamarse terraza... luego volvimos a buscar piedras y a depositarlas en el hoyo, volvimos a buscar piedras y a depositarlas en el hoyo, y otra vez, y después volvimos nuevamente a buscar piedras y a depositarlas en el hoyo, y otra vez y otra vez y otra vez... nunca pensé que tuviera esa fuerza física. Pero como siempre digo: si la fuerza espiritual, mental y psicológica está en buen estado, la capacidad física también. En palabras sencillas: si algo te gusta, lo haces bien y no pides una sola gota de agua mientras trabajas hasta que te la ofrecen varias veces. Bien, en medio de esa labor, me sentí orgulloso de poder comunicarme con los voluntarios angloparlantes en un inglés sobresaliente y pude rescatar muchas cosas de ellos que me sirvieron para reafirmar ciertas convicciones personales... ah, por cierto, trabajaban mejor que nadie, incluso con mayor dedicación que nosotros. Les repartieron naranjas en el descanso, pero se merecían mucho más que eso. De eso no hay duda.

En fin, los voluntarios en cuestión comenzaron por decirme que Israel era un milagro y lo que había logrado hacer ese país en sus cortos 60 años de vida, con su diminuto territorio sin recursos y rodeado de enemigos, sus respectivos países no lo habrían podido lograr siquiera en dos siglos con su inmensa riqueza, su enorme territorio y la paz con sus vecinos (además de no tener que soportar ningún tipo de presión como el terrorismo, la difamación o el aislamiento político que sufre diariamente el estado judío)... y eso no fue lo más increíble: lo más impactante fue que sus "respectivos países" no eran precisamente "estados bananeros" que merecerían ser vituperados, sino dignas naciones desarrolladas del primer mundo que admiro y son consideradas un ejemplo a seguir: Nueva Zelanda, Canadá, Holanda, Inglaterra, etc. ¡¡No lo podía creer!! Esos hombres sienten que sus potencias mundiales tienen mucho que aprender del Estado de Israel, tanto moral como materialmente hablando. En fin, trabajamos permanentemente casi sin descanso como verdaderos camaradas, hermanos en la misma causa, sin importar el origen, el color, la religión, la nacionalidad o el idioma. Nos sentíamos parte de un mismo grupo de hermanos, a pesar de ser la primera y última vez que nos íbamos a ver las caras.

Luego le dije a una de las jóvenes norteamericanas en medio de una conversación: "ustedes son héroes, vienen aquí a trabajar sin ningún tipo de retribución, a un país con el cual no tienen ningún tipo de conexión y no piden un mínimo de reconocimiento". Entonces me replicó con una sonrisa de oreja a oreja con no disimulada simpatía: "tu estás haciendo exactamente lo mismo, así que también eres un héroe"... Si, pero hay un pequeño detalle: ¡¡NOSOTROS SOMOS JUDÍOS!! Estamos en un plan de la Agencia Judía, pertenecemos a un movimiento juvenil sionista, es nuestro deber hacer algo por Israel, porque es nuestro país tanto como nuestra familia es nuestro bien más preciado, y un judío que trabaja por Israel es un patriota, pero un gentil que lucha por Israel es mucho más que eso: es un héroe, un bendito, un corazón lleno de justicia, simplemente un Justo entre las Naciones actual. Pero temía, aunque sin fundamento, que con mi "discriminación positiva" la joven se sintiera ofendida; entonces ante la respuesta "tu también eres un héroe" contesté con una simple sonrisa, y callé. Pero me hubiera gustado demostrarle lo mucho que los apreciamos, a todos ellos, los gentiles justos. Cuando caía el sol, nos enteramos de lo que había ocurrido esa misma tarde: un inmundo asesino, un trabajador árabe que manejaba un tractor, comenzó a atropellar gente en la bulliciosa calle Yaffo, matando a sangre fría a dos mujeres, un hombre y dejando decenas de heridos... mujeres, niños, ancianos, embarazadas, civiles y peatones indefensos cuyo único crimen era estar en el lugar y momento equivocados, toda persona que pasara por el lugar era una victima potencial para el terrorista, un objetivo legítimo para atacar. Entonces todos los voluntarios nos enfurecimos al saber de aquel ataque criminal, pero también nos enfurecimos por sentir que éramos impotentes ante ese tipo de cosas, ya que no teníamos ninguna forma de responder, no podíamos hacer nada, teníamos que tragarnos nuestra rabia... entonces seguimos trabajando con mucho más ahínco que antes.

En todo ese largo día, pude comprender que los ejemplos a seguir no están en los grandes políticos o estrategas, sino en esa pequeña-gran gente que viene de distintos lados del mundo abandonando su hogar para irse a tierras lejanas (llámese Sudán, Israel, China, etc.) a trabajar por nada y sin tener relación alguna con la gente a la que ayuda (salvo la satisfacción ética), por el simple hecho de contribuir a crear un mundo un poquito mejor. Quiero que se sepa a viva voz quienes son los amigos de nuestro pueblo y lo mucho que los valoramos. Y si existe algún Dios en el cielo, los primeros en ser recompensados serán ellos.


COMENTARIO:

Estos jóvenes no son obreros, son universitarios bilingües, con una alta formación académica. Sin embargo, las tareas que realizan son las que dan más fruto, las que se hacen por convicción y, por poder hacerlas, ya se sienten recompensados. Muchos nos preguntamos cuál es la explicación del milagro israelí, ¿dinero que viene de la diáspora o gente que viene de ella, para dar lo mejor que tiene: su trabajo y su esfuerzo? Ninguna serviría sin la otra, pero hay también amigos no judíos que quieren ser parte de ese milagro, porque entienden que Israel necesita la ayuda y la comprensión de todos los que sean capaces precisamente de eso: entender y acompañar. Hay muchos que eligen la opción de destruir, pero creo que son muchos más los que optan por construir y entregar lo mejor que tienen para trascender y recordar toda su vida: yo puse mi granito de arena y ayudé a construir el hogar de todos los judíos del mundo. Las pruebas están a la vista: Israel crece y crece a pesar de todos sus enemigos.

Pero... siempre hay un pero, no creo que sean "Los Justos entre las Naciones de nuestro tiempo", porque siempre, Andrés, siempre, es más gratificante dar que recibir.

2 comentarios:

  1. "Israel era un milagro y lo que había logrado hacer ese país en sus cortos 60 años de vida, con su diminuto territorio sin recursos y rodeado de enemigos, sus respectivos países no lo habrían podido lograr siquiera en dos siglos con su inmensa riqueza, su enorme territorio y la paz con sus vecinos (además de no tener que soportar ningún tipo de presión como el terrorismo, la difamación o el aislamiento político que sufre diariamente el estado judío)..."


    Y ademas de todo eso, manteniendo una democracia vibrante en semejantes circunstancias.

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  2. Hola Anónimo, bienvenido. Así es, porque "mantener una democracia vibrante en semejantes circunstancias", implica no sólo lo que Andrés dice, sino que en una cultura como la israelí son palabras mayores. Su población interna -no hablemos de los árabes palestinos- su propia gente, son críticos hasta límites increíbles, como si esas "circunstancias" no fueran suficientes como para que la democracia en Israel no fuera otro milagro más y quizá el que más debería sorprender. Y a nadie se le ocurre acallarlos. Habiendo terrorismo, no hay pena de muerte que se aplique, una sola vez se hizo efectiva en su historia; los terroristas presos "con sangre en las manos" son tratados respetando sus derechos humanos. Todo el mundo dice lo que quiere, los medios y la gente, aunque no sean favorables a un Israel al que nadie deja de mirar a través de un microscopio. Y a mi me parece que cualquier país puede cometer errores pero ninguno en "semejantes circunstancias" es tan cuestionado desde adentro como se hace en Israel. Paradójicamente, creo que eso no lo debilita, porque la permanente crítica es propia de su cultura y creo que esa es la clave para entender por qué Israel avanza: la discusión por ser mejor cada día, el respeto a la opinión de todos, la autoexigencia. Saludos.

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