viernes, 25 de julio de 2008

129 - VIOLENCIA DENTRO DEL ESTADO ISRAELI


EL SILENCIO, UNA FORMA DE LA SABIDURÍA.

Desde siempre ha habido una escalada de violencia entre el pueblo judío y sus connacionales musulmanes, éstos atacando y aquél defendiéndose. En este tipo de interacción todo se intentó desde adentro entre sus protagonistas y desde afuera procurando algún tipo de acuerdo para lograr paz en la región. Esa espiral de violencia llegó a niveles inaceptables cuando, con la excusa más nimia, se agudizaron los atentados terroristas contra la población civil israelí, lo que obligó al estado a todo tipo de actitudes defensivas. Fuerzas de seguridad interior en todos lados, guardias armados en estado de alerta permanente en shoppings, guardias de seguridad en todos los buses; la población israelí sabe que está siendo custodiada aunque no pueda individualizar quienes son los que la están protegiendo.

Todo este tipo de acciones no han podido evitar los atentados suicidas que provocaron destrucción material y muerte de ciudadanos inocentes. Finalmente se tomó la decisión de construir la internacionalmente criticada valla de seguridad para impedir el ingreso de terroristas, por lo menos de los que están afuera, imposible controlar a los que están mimetizados dentro de la población israelí, aunque también sean ciudadanos israelíes. Suena absurdo e hipócrita el cuestionamiento que despertó en los medios esta defensa que tuvo que implementar el estado judío frente a una situación que obliga permanentemente a buscar nuevas soluciones ante nuevos desafíos.

Increíblemente el único talento que parecen tener los terroristas árabes palestinos de ciudadanía israelí es cómo matar judíos de formas que nadie puede imaginar, ahora subiéndose a excavadoras y arrasando con todo a su paso. A grandes males, grandes remedios. Se nos revuelven las tripas ver cómo se da la noticia en los medios, sólo falta que cada vez que se elimine en el acto a un criminal para que no siga matando se diga que no tuvo un "juicio justo". Pero eso es lo que ocurrirá y lo que DEBE HACERSE. Esta es la realidad de la sociedad israelí, debe convivir con algunos individuos a quienes se les ha "lavado el cerebro", generalmente muy jóvenes, que van a matar y morir sin ninguna capacidad de decisión sobre sus actos. He visto a sus padres declarar que estaban convencidos que su hijo asistía a la mezquita a rezar, sin siquiera sospechar que estaba siendo captado por los muy valientes que saben cómo protegerse mandando a otros a la muerte.

¡Y el adoctrinamiento lo hacen en sus mezquitas!

Se llega a la conclusión que la única forma de mantener una relativa paz dentro del Estado de Israel es con un alerta permanente y un control cuidadoso de la población sin caer en el nocivo acto generalizado de discriminación (ver Post Nº 98). Lo que está muy claro es que no hay que bajar la guardia porque ya se sabe cual sería el resultado, basta mirar lo que ocurre en el Líbano cuando se les permitió cobrar vuelo; por ese camino no habría paz de ningún tipo en Israel como no la hay en el Líbano.

La población no musulmana libanesa sabe de qué se trata y si queremos imaginar qué ocurriría miremos la trampa en que ha caído una sociedad que no merecía este destino de confrontación y muerte permanente. No hay posibilidad de entendimiento por medio del diálogo y la convivencia civilizada, no hay opción más que vencer a quien no tiene otra política más que el dominio por medio de la fuerza. Tal parece que al mundo no le importa qué pasa en el Líbano, como tampoco le importa qué es lo que ocurre en Israel, exigiéndole acuerdos de paz que sólo servirían para conducirlo al mismo final.

Peor, es tanto el temor o los intereses en juego, que tampoco quieren ver su propio derrotero cuando no encaran el problema con el rigor con que deberían cuando se encaminan cada día más al mismo desastre.

Inglaterra (ver Post Nº 78); Francia, cada día más judíos franceses se radican en Israel y hay barrios enteros donde la policía no puede entrar; España, increíblemente antisemita y pro-árabe, pasando por alto que sigue siendo para los fanáticos musulmanes el "Al-Andalus" jamás olvidado. Dinamarca; Estados Unidos (ver Posts Nos. 26 y 73) y los múltiples atentados en el mundo con el mismo autor. Todo indica derrota más que camino.


No habría esperanzas de paz si se aflojaran las riendas de la fuerza por sobre la locura del fanatismo terrorista, y no habrá paz en Israel, ni en el Líbano, ni en ninguna parte si no hay una unión de todos los países modernos en contra de la brutalidad que se impone por medio de la fuerza y cuya única razón es el terror que paraliza, hasta el punto de aceptar como "diversidad cultural" lo que es simplemente la parte más aceptable de una locura que solo busca volver atrás el curso de la historia.

Este mundo sigue cómodamente ciego y sordo frente a este ataque de las fuerzas del mal, no pretendamos que Israel no haga lo necesario para protegerse, y si no lo acompañamos ni lo entendemos, por lo menos no le exijamos que haga acuerdos de paz que serían los mismos que podría lograr un cordero con un lobo disfrazado para parecer su semejante. Y ya que el mundo no está dispuesto a ayudarse ni a ayudar a Israel, por lo menos no le demos consejos, porque a la hora de la pelea sólo Israel y su pueblo se jugará para sobrevivir a este ataque constante.

Si nadie quiere darse por enterado de cómo está la situación internacionalmente o si por conveniencia no quiere verla, Israel sí la reconoce cada día, comparte su asiento con quien puede ser un pacífico e inofensivo compañero de viaje o un terrorista con un cinturón cargado de explosivos ¿hay derecho a darle consejos y exigirle acuerdos sobre cómo lograr la paz con estos fanáticos que hacen estragos en todos lados?

Cuando todos esos países que todavía no sufren el asedio cotidiano, al que Israel debe dar solución en su propio terreno, logren encontrar una para ellos, quizá entonces tengan alguna razón valedera para atreverse a exigirle a Israel cómo resolver su problema. Empezando, por lo menos, por hacerse cargo de lo que está ocurriendo con el Líbano, que bien abandonado está a su suerte.

Mientras, tengan el recato de callarse la boca.


4 comentarios:

  1. Ana, un análisis de libro. MAGNIFICO.

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  2. En tantoy en cuanto el Estado no deje de ser un estado fuerte, no existe el peligro de una posible "libanización" de la zona.
    Jerusalen, ciudad capital
    Israel

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  3. Hola Anónimo: gracias por visitarme.
    Exactamente, ese es el concepto que debería ser entendido por todos los que interceden para lograr una paz que sería imposible si de alguna forma se debilitara el Estado de Israel. Eso es lo que ocurrió en el Líbano y así le fue. Pero nadie se ha hecho cargo, ni tampoco lo hace hoy, de la debilidad que como estado ocurrió en el Líbano y que tiene características irreversibles. Todos los grupos luchan con fuerzas que deberían estar sólo en manos del gobierno para mantener el orden entre las distintas facciones, sólo para imponer la ley y la constitución. Se permitió que pasara en el Líbano y ahora se pretendería que ocurriera en Israel haciendo "acuerdos" entre pares, como si Medio Oriente fuera Occidente. Pues no lo es, Medio Oriente sólo tiene un estado auténticamente democrático, hay que ser ciego para no ver lo obvio. ¿Sólo Israel lo ve? Creo que sí, sólo Israel, porque lo vive cotidianamente y conoce y sufre a sus enemigos. Y mientras éstos sigan armados y con posibilidades de atacarlo, Israel debe soportar las presiones internacionales como si no deseara la paz; porque la desea es que cada día más se fortalece militarmente. Me parece muy esclarecedora la lectura del post Nº 65, honesto, sincero y sobre todo, realista.
    Saludos.

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