EL PRESIDENTE DEL RETRETE DORADO
La petición de un acuerdo con la UE ha dado paso a una lucha contra Yanukovich. El presidente viajará a Sochi, donde Putin puede darle nuevas instrucciones.
Por XAVIER COLÁS (04/02/14)
La crisis política en Ucrania ha terminado por dejar en un segundo plano su afán europeísta de los primeros días o el eterno recelo de parte del país ante la deriva rusa del Gobierno. Actualmente todas las exigencias de la oposición supondrían, en el caso de ser satisfechas, un menoscabo de la figura del actual presidente, Victor Yanukovich. Aunque ha dejado caer a su primer ministro y ha dado marcha atrás en alguna de sus leyes más polémicas, la oposición no afloja en su pulso. Sólo les vale una reforma constitucional que reduzca las competencias del presidente y la convocatoria de elecciones legislativas y presidenciales.
No se trata ya de más Europa o menos Rusia, sino de menos Yanukovich y preferiblemente lo antes posible. Como los diputados de su partido le siguen siendo leales, la sesión parlamentaria de ayer fue de nuevo un improductivo choque de trenes.
El Gobierno sigue en funciones a la espera de un primer ministro y las calles de Kiev aguardan fortificadas a que caiga el presidente. La lucha contra el sistema que Yanukovich ha tratado de ensamblar entra de lleno en lo personal. En Kiev hay un 'culto a la personalidad al revés' y Yanukovich es vilipendiado a cada hora. Un retrete dorado ha aparecido en un pedestal del centro de la capital. En el mismo donde hasta principios de diciembre se erigía una estatua en homenaje a Vladimir Lenin que un grupo de ciudadanos derribó durante las protestas. Este inodoro hace alusión a un rumor que siempre se ha dicho sobre el presidente ucraniano: que posee un retrete dorado en su casa, algo que para muchos ciudadanos en apuros económicos ejemplifica derroche del dinero público.
Este nuevo 'monumento' erigido en el centro de la ciudad ejemplifica hasta qué punto están enconadas las posturas en un país que ha entrado ya en su tercer mes de crisis institucional. Desde las filas progubernamentales se intenta abrir nuevos caminos y se ha iniciado el debate para buscar un nuevo primer ministro, pero no se quiere atender la exigencia de elecciones de la oposición.
"Por desgracia, me parece que en cuanto dejaron de volar los cócteles molotov, de quemarse lo neumáticos y de morir la gente, el presidente, los oligarcas y sus diputados en el parlamento se han tranquilizado y están pensando que pueden seguir con lo suyo y prolongar las cosas", explica Natalia Shapovalova, experta del grupo de análisis Fride.
La opción de adelantar la elecciones podría estar encima de la mesa. Según desveló anteayer uno de sus hombres -que horas después rectificó- Yanukovich estaría dispuesto a anticipar las elecciones legislativas e incluso las presidenciales si no se llegase a un acuerdo con la oposición. Así lo explicó el representante del mandatario ante la Rada Suprema (parlamento), Yuri Miroshnichenko. Pero horas después por alguna razón se desdijo de sus palabras y afirmó que el adelanto de las elecciones no está en la agenda.
La presión callejera no cesa
Sin dar paso a las urnas es imposible, a día de hoy, que cese la presión en la calle. Pero además de anticipar las elecciones, tanto presidenciales como legislativas, los tres partidos opuestos a Yanukovich exigen llevar a cabo una reforma constitucional que reduzca los poderes del presidente hasta dejarlos como estaban en 2004. Andrei Portnov, vicejefe de la Administración presidencial, rechazó ayer de plano esta propuesta.
Hanna Herman, parlamentaria del Partido de las Regiones, la fuerza política que apoya a Yanukovich, adelantó que no habrá conversación sobre la constitución hasta la visita del presidente a Rusia, prevista para el viernes. "Yanukovich irá a Sochi, entiendo, para decir que el nuevo Gobierno será leal y hablar sobre el mantenimiento de la ayuda rusa", explica Shapovalova, que teme que el presidente ruso le recomiende dispersar por la fuerza la plaza: "Por eso contemplo un escenario violento antes o después".
La Plaza de la Independencia ha entrado en su tercer mes de ocupación. Según el entorno del presidente, las autoridades no barajan el uso de la fuerza ni la declaración del estado de emergencia para poner fin a la crisis. Pero hasta ahora las concesiones del presidente no han logrado que la oposición, que ocupa la plaza desde diciembre, retroceda ni un milímetro. Ni siquiera la dimisión en pleno del Gobierno ucraniano, incluido el primer ministro, Mikola Azarov, que según la prensa ucraniana, se ha exiliado en Austria. La caída del gobierno vino también acompañada del anuncio de que las leyes 'antimanifestaciones' serían canceladas en sus puntos más polémicos.
Las protestas comenzaron en Ucrania en noviembre, después de que el Gobierno del país decidiera suspender la firma del acuerdo de asociación con la Unión Europea. El conflicto se deterioró en la segunda mitad de enero después de que los diputados aprobaran una serie de leyes restrictivas y las protestas contra esas normas degeneraran en violentos enfrentamientos entre manifestantes radicales y la Policía. Los descontentos ocuparon las calles cercanas a la plaza y no se han movido de sus posiciones desde entonces.
FUENTE: EL MUNDO ESP.INT.-XAVIER COLÁS-04/02/14
REFLEXIÓN:
Para comprender lo que está pasando hoy, es recomendable leer este artículo y una biografía en wikipedia -quizá tendenciosa- del hoy ya depuesto ex-presidente Victor Yanukovich.
Lo que está pasando es bastante riesgoso para que haya paz en Ucrania y en el resto del mundo.
Sin conocer los antecedentes nos resulta incomprensible que esté recrudeciendo el antiguo enfrentamiento entre Occidente y Rusia.
Leerlos me recuerdan las "Primaveras Árabes", los reclamos multitudinarios indican que algo anda mal, no es fácil sacar a mucha gente a la calle a menos que haya buenas razones que la movilice.
No hay conflictos religiosos, pero si la tendencia hacia una ideología y una nacionalidad más enraizada. Ucrania está dividida, la mayoría de sus 46 millones de ciudadanos son de origen ucraniano deseosos de pertenecer a la Unión Europea, y ocupan casi todo el país. El resto son rusos o de origen ruso y ocupan el sur del país, en la Península de Crimea, con simpatía por su país de origen: Rusia, y también por ideología.
El Gobierno de Crimea negó hoy que busque independizarse de Ucrania.
´No buscamos la independencia. Simplemente, queremos que Crimea sea una auténtica república autónoma en el marco de Ucrania, no como ahora cuando las facultades no se ejercen´, aseguró a Efe un portavoz del Gobierno crimeo.
En Crimea viven más de dos millones de personas, de ellas casi un 60 por ciento rusos, un 25 por ciento ucranianos y un 12 por ciento tártaros."
Lo que está ocurriendo en Ucrania es muy diferente a las Primaveras porque hay poco para suponer y mucho comprobable.
Es posible que haya habido incentivación foránea para que las protestas fueran tan duras pero no hay duda que Putin no lo va a permitir. Debe tener el control de Ucrania porque tiene su base en Sebastopol y salida al Mediterráneo a través del Estrecho del Bósforo y del Estrecho de Dardanelos, jamás cederá ese poder.
Hay un "Memorandum de Budapest" firmado en 1994 por Bill Clinton, John Major, Boris Yeltsin y Leonid Kuchma, gobernantes de EEUU, Reino Unido, Rusia y Ucrania.
El acuerdo promete proteger las fronteras de Ucrania a cambio de que Ucrania abandonara sus armas nucleares.
No es un tratado formal, sino más bien un documento diplomático, el problema radica en su cumplimiento. Algo que Putin no está honrando ahora cuando invadió Crimea y amenaza que avanzará sobre el resto del pais si hoy mismo no se desarma.
Más aún, "El primer ministro ruso, Dmitri Medvédev, anunció que Rusia construirá un puente sobre el estrecho de Kerch, que separa la península de Crimea del territorio ruso."
Angela Merkel habló con Putin y luego con Obama, le dijo que Putin habría perdido contacto con la realidad y cuando Obama habló con Putín le advirtió que habría sanciones si no se retiraba de Crimea y "que todas las opcciones están sobre la mesa". Kerry se dirige a Kiev a apoyar al nuevo gobierno.
Es oportuno recordar que Yanukovich no fue derrocado sino depuesto por el parlamento, lo que es legal. Si bien al principio lo aceptó luego se arrepintió, quizá Putin lo hizo cambiar de idea. La corrupción en Ucrania era descarada, hasta su hijo huyó.
Merkel, con su conocida templanza, está tratando que esto no pase a mayores, pero Kiev se prepara para defenderse y Putin parece que hubiera perdido el rumbo.
En todos los órdenes, la confianza o la credibilidad, son factores de peso para que los acontecimientos tengan un curso razonable, pero ¿quién cree que las sanciones sirven para algo? Ni siquiera todos están de acuerdo en ponerlas en efecto.
Por otra parte, ¿Quién le teme a Obama?
Las próximas horas serán muy importantes.
ANA
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