martes, 18 de marzo de 2014

1266 - EL ENIGMA DE OBAMA



JOHN WAYNE, KISSINGER O HEIDI, ¿CUÁL ES EL VERDADERO OBAMA?

Por THOMAS FRIEDMAN - The New York Times -

  
inWASHINGTON.- Barack Obama es seguramente el primer presidente que es acusado de actuar, en materia de política exterior, como Heidi, John Wayne y Henry Kissinger, todo en un mismo mes.

Desde que el presidente ruso, Vladimir Putin, manoteó el territorio de Crimea, los conservadores denunciaron a Obama por no entender hasta qué punto este mundo es despiadado y hobbesiano. Para ellos, Obama siempre está mirando el lado positivo de las personas. Del otro lado, los progresistas vienen fustigando a Obama por su supuesta adicción al gatillo fácil de los drones, después de que ordenara el asesinato desde el aire de cientos de individuos previamente identificados. Para ellos, Obama es John Wayne, un justiciero por mano propia contra aquellos que dañaron, o estarían planeando dañar, a Estados Unidos. Y como si esto fuera poco, hay voces críticas de derecha e izquierda que acusan a Obama de una especie de hiperpragmatismo kissingeriano, que se contenta con ver cómo el régimen sirio aplasta a su propio pueblo, porque, por trágico que parezca, los intereses norteamericanos en el lugar son ínfimos.

No debe ser fácil ser Heidi, Wayne y Kissinger al mismo tiempo. ¿Así que quién es realmente Obama? Yo diría que se parece menos a Heidi de lo que sus detractores declaman, más a John Wayne y Henry Kissinger de lo que a él mismo le gustaría admitir, pero todavía indefinido cuando se trata de enfrentar los grandes desafíos de liderazgo en política internacional, que van mucho más allá de Crimea, pero que ya se ciernen en el horizonte.

Si Obama fue un guerrero reticente en Crimea, es porque fue durante mucho tiempo parte de Rusia, es sede de una base naval rusa, y gran parte de su pueblo simpatiza con Rusia. Obama tiene derecho a aplicar las limitadas sanciones de las que disponemos para responder al manotazo de Putin sobre Crimea e intentar prevenir diplomáticamente una guerra más amplia por Ucrania, ya que además de Putin, hay otras fuerzas implicadas. Que nadie subestime hasta qué punto Putin hizo el ridículo este fin de semana en Crimea, y frente a todo el mundo, ni hasta qué punto será un tiro por la culata para Rusia, cuya moneda y mercado de capitales vienen sufriendo el resultado de la aventura crimea de Vladimir.

Casi de la noche a la mañana, Putin convocó a un referéndum sobre el futuro de Crimea, sin dar tiempo a que la oposición haga campaña. El referéndum se realizó bajo la ocupación militar rusa, en violación a la Constitución de Ucrania, y admitía sólo dos opciones: "Vote 1 si quiere pasar a formar parte de Rusia", o "Vote 2 si realmente quiere pasar a formar parte de Rusia". No es precisamente el accionar de un líder fuerte y seguro de sí mismo. Hoy debería tener su propio hashtag en Twitter: #PutinFarsa.

Y si Obama ha sido un pragmático kissingeriano por su reticencia a meterse en la guerra civil siria, o en Ucrania, es porque con Irak y Afganistán aprendió que la existencia de villanos en esos lugares no convierte en buenos a todos sus opositores. Son demasiados los líderes de esos países que resultaron estar más interesados en hacer uso de la libertad para saquear que para liberar. Cuando en Siria o en Ucrania surjan auténticos reformistas, deberíamos apoyarlos, pero, a diferencia del senador John McCain, la mayoría de los norteamericanos ya no quieren pasar por tontos frente a cualquiera que nos diga lo que queremos escuchar (si no miren a Hamid Karzai), y que no tienen ganas de pagar los rescates y las cuentas de gas de países que ni siquiera entienden.

En cuanto al John Wayne Obama, "el drone más rápido del Oeste", todo presidente norteamericano necesita un poco de eso en el mundo de hoy, donde actualmente hay legiones de personas superempoderadas que le desean lo peor a Estados Unidos, que tienen acceso a misiles y que viven en lugares sin gobierno.

Así que no tengo problemas con el Obama John Wayne ni con el Henry Kissinger. Para quienes quieran criticarlo o elogiarlo por su política exterior, la prueba de fuego debería ser: 1) ¿Qué tan bueno es para liderar desde la segunda fila en Ucrania?, y 2) ¿Qué tan bueno es para liderar desde la primera fila ante Rusia, Irán y China?

Probablemente no sea posible salvar a Crimea de Putin en lo inmediato, pero no queremos que dé un paso más allá de Crimea y absorba las partes de ucrania oriental donde viven los rusohablantes. Deberíamos estar listos a ofrecerle armas al gobierno de Ucrania para impedirlo. Pero no perdamos nunca de vista que la clave para que Ucrania no caiga bajo la garra de los rusos dependerá de la capacidad de los ucranianos para encontrar la manera de convivir de una manera inclusiva, tanto para la mayoría que ve su futuro dentro de la Unión Europea, como para la minoría que sigue sintiendo cierta afinidad con Rusia.

Si del drama ucraniano surge una Ucrania unida -que busque convertirse en una democracia no corrupta y unida a Europa-, contra un Putin tratando de reintegrar a Ucrania por la fuerza al imperio ruso, Putin pierde la partida. Pero si los ucranianos están divididos, si allí dominan los partidos ultranacionalistas y los prorrusos son segregados, Putin descalificará al movimiento de liberación ucraniano y utilizará esas divisiones para justificar su propia intervención. 

Entonces nuestra ayuda será inútil. No podemos ayudar a quien no se quiere ayudar. Los ucranianos ya han desperdiciado un cuarto de siglo por no lograr actuar juntos como lo hizo Polonia.

Los tres grandes temas en los que Obama debería liderar desde la primera fila son: promover un cambio de carácter en el gobierno de Rusia, impedir que Irán fabrique una bomba nuclear e impedir una guerra en el Mar de China Meridional entre Tokio y Pekín. De las tres, yo dejaría Irán y China para más adelante.

Traducción de Jaime Arrambide.

FUENTE: LA NACIÓN-FRIEDMAN SOBRE OBAMA-17/03/14

REFLEXIÓN:

Hay muchas más caras del Presidente Obama, porque muchos son los temas IMPORTANTES con los que le ha tocado lidiar y a cada uno lo trató con diferente estilo.

1) Su Administración no actuó como debía cuando permitió el asesinato del embajador en Libia y algunos de sus colaboradores; hasta el día de hoy el congreso le está pidiendo explicaciones. Había fuerzas preparadas, listas para ir en su auxilio, pero la orden de partir nunca les llegó, eso no se olvida.

2) Evidentemente no previó el desastre que se produciría en Siria si no presionaba a todas las fuerzas INTERNACIONALES para detener lo que pasaría con un dictador como Assad. Comparando con lo que hizo la Comunidad Internacional en Kosovo, que detuvo la matanza -iindependientemente de que se equivocara al permitir su independencia- hasta ahora Obama no ha actuado, esa es su mayor carencia, no actuar.


3) ¿Cómo considerar su empecinamiento para lograr un acuerdo de paz entre palestinos e israelíes cuando no hay NADA que indique que sea posible, por ahora?

4) Para Irán el tiempo se acaba, quizá todo lo demás puede esperar, se puede hablar. Con Irán hablar es darle tiempo.

5) Ahora Crimea. ¿Por qué Putin se lanzó a semejante aventura? Quizá por las mismas razones por las que se envalentonó Krushev con los misiles en Cuba. Kennedy, un presidente joven, quizá inexperto en cuestiones internacionales y con poco tiempo en el cargo, fue para Krushev una invitación para avanzar, pero se equivocó. Kennedy enfrentó la situación y tuvieron que llegar a un acuerdo, él no pensó que sería una buena idea disuadir con sanciones el problema de los misiles rusos. Parecería que Putin no se equivoca con Obama...

¿Otras épocas u otros hombres?


ANA

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