miércoles, 14 de mayo de 2008

106. EL PODER DE LAS RELIGIONES



DIÁLOGOS Y JUSTIFICACIONES QUE SÓLO CONFUNDEN


El saber nos hace libres y nada mejor para imponer un poder sobre las masas que mantenerlas en la ignorancia. Y me parece que de esto se trata la guerra que se está librando hoy entre oriente y occidente. "East is East and West is West" dijo Rudyard Kipling en su famosa balada y ellos nunca se encontrarán, remató.

El que sabe cuestiona, el que ignora acepta. Parecía que esa conclusión a la que había llegado Kipling era indiscutible, pero hoy la información, el conocimiento que se ha alcanzado, llega a todos lados y de muchas formas, aunque están reservados a los que tienen los medios para acceder a ellos. Pero la posibilidad está, excepto... excepto que a esas masas se les enseñe desde temprana edad sólo alguna verdad sagrada, entonces es muy difícil romper ese hechizo. Y me estoy refiriendo a todas las religiones. Parecería que si no se permanece en una inevitablemente se debe elegir otra más creíble, más libre, menos retrógrada. Nada mejor para sentirse protegido por alguien superior a uno, a quien rogarle clemencia por nuestros pecados y ayuda cuando no está a nuestro alcance resolver los embates de la vida.

El terrorismo que ataca hoy en todo el mundo tiene raíces islámicas, basta ver dónde, quién y contra quién se presenta para saber que esa es la religión que está hoy liderada por lunáticos, que utilizan a su gente como bombas humanas para vencer al oponente y algún día dominarlo. Y lo dicen, no pierden ocasión de manifestarlo abiertamente. No obstante, hay quienes dentro de ella se rebelan y se atreven a criticar una ideología de muerte. No sería honesto no decir que hay fundamentalistas en todos lados, obviamente, aunque encuentren buenas excusas para ocultarlo.

La pregunta es ¿serán todos los musulmanes así? Seguro que no, pero no pueden los ilustrados combatir lo que tiene de nocivo una religión -algo que todas han tenido- la diferencia es que Occidente se ha desembarazado de lo peor y Oriente no todavía. Pero la lucha se ha planteado en estos términos y es inútil dialogar con quienes no son capaces o no pueden enfrentar a este fundamentalismo moderno, como si todas las religiones fueran iguales y aspiraran a un entendimiento y respeto entre ellas. Cuando se lo hace sin cuestionar y exigir la clara condena de esas prácticas bárbaras en nombre de la "diversidad", sólo se las está legitimando y abandonando a quienes las padecen en sus países. Y hay mucha ignorancia y confusión entre los que desconocen algunas enseñanzas del islam cuando asisten a diálogos interreligiosos o escuchan a líderes occidentales defenderlo tal como se lo ve ahora, como si fueran unos pocos los que nos están atacando. Lo real es que es una religión que se ha extendido tanto, que si hablamos del porcentaje de convencidos de que la buena vida es la que nos espera después de la muerte, esa cifra asusta; millones de terroristas que aspiran a ser elegidos porque morir matando al infiel les asegura la salvación. Así funciona la captación de candidatos.

Una propuesta es la "evangelización" como solución a este problema, fomentar la conversión, es decir hacer lo que el islam hizo y hace para dominar al mundo. Al fin y al cabo es lo que ellos hicieron primero cuando eran fuertes y nada los detenía. Pero creo que se deben respetar todas las creencias, es algo tan íntimo, tan personal, una formación que se manifiesta en muchos aspectos: tradiciones, costumbres, idioma, vestimenta, siempre que no atente contra los derechos humanos.

Y esta es la línea roja que nos separa, todos defendiendo los derechos humanos, cualquiera sea la religión que se tenga.

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El pelotón moderado
Por Mark Steyn
Diario de América - 08/05/08
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