domingo, 9 de enero de 2011

760 - RADIO JAI/HAARETZ - CRÍTICAS A ISRAEL


LA PAZ DESCANSA EN PAZ

La paz ciertamente puede ser un sueño, pero no nuestro sueño. Ha llegado el momento de que reconozcamos que Israel no tiene problemas a la hora de utilizar la retórica de la paz, pero en la práctica, hace muy poco para alcanzarla.


Cualquier persona que todavía se aferre a ese axioma que afirma "la necesidad de remover cielo y tierra", necesita mirarse al espejo con más detenimiento. ¿Trabaja realmente Israel con determinación y persistencia para lograr la paz?

El anuncio conjuntamente hecho por EE.UU. e Israel acerca del fracaso de la renovación de las negociaciones directas, menos de seis meses después de haber sido lanzadas en Washington, es una prueba directa de que Israel no está haciendo ningún esfuerzo por conseguir la paz. Este país carga con la mayor parte de la culpa: La historia no habrá de perdonar a quienes consideraron la extensión de la moratoria en la construcción de asentamientos, incluso durante tres meses, como un asunto más importante que la continuación de las conversaciones y el logro de una solución diplomática.

Por supuesto se podría culpar al presidente de EE.UU, Barack Obama, argumentando que no ejerció suficiente presión en ambos lados, sobre todo en Israel, y que no empleó de manera precisa la gran influencia económica y política a su disposición a fines de "persuadirlos" acerca de los beneficios que podría tener la continuación de las tratativas. Pero la historia enseña que ninguna clase de paz, ni siquiera un marco para negociar, no ha tenido éxito a menos que las partes en conflicto estuvieran realmente predispuestas a sostener un diálogo genuino.

La paz con Egipto y Jordania, los Acuerdos de Oslo y las negociaciones a lo largo de los años con Siria y otros países,
se llevaron a cabo y lograron avanzar -o no- basándose en los intereses de los propios adversarios, con las grandes potencias asumiendo, en general, un rol conciliador. Los incentivos ofrecidos por los mediadores sólo resultaron eficaces cuando las propias partes estuvieron plenamente dispuestas a lograr un acuerdo.

Por lo tanto, es el rival quien asume la responsabilidad, aunque no de forma pareja. No cabe duda de que el primer ministro Binyamín Netanyahu y su gabinete son, en gran parte, responsables del último fracaso. Netanyahu es un hueso duro de roer. En su discurso inaugural de las conversaciones en Septiembre en Washington, repitió dos veces esta frase: "La historia nos ha otorgado la rara oportunidad de poner fin al conflicto entre nuestros pueblos". También usó la palabra "paz" en 14 diferentes momentos de su alocución. Si bien es evidente que los políticos no dudan en poner toda su habilidad retórica al servicio de sus agendas, estas medidas y este tipo de lenguaje establecen una dinámica de expectativas que, cuando no se cumplen, conducen a la frustración y, finalmente, al fracaso.

Netanyahu y su gabinete representan, en gran parte, lo que sucede con la sociedad israelí actual. Las encuestas de opinión indican un extremismo creciente, rayano en el racismo en la particular opinión que los judíos tienen de los árabes, así como un evidente nivel de alienación y desconfianza acerca de los objetivos e intenciones declarados por la otra parte. Dadas estas circunstancias, no es de extrañar la ausencia de una presión pública sobre el gobierno para avanzar en el proceso de paz, como así tampoco sorprende la falta de una significativa reacción del público frente al dramático anuncio de la suspensión de dichas conversaciones.

En lo que a la paz respecta, la posición de Israel hoy resulta similar a la que mantuvo después de las guerras de 1948 y 1967: El potencial para las negociaciones estaba disponible, pero el costo a pagar era demasiado alto. Una vez más, ahora también el mantener el status quo parece preferible a realizar aquellas modificaciones que
los israelíes perciben como una verdadera amenaza, aún en el caso de que ellas no necesariamente entrañen un peligro real.

En la última década, Israel se ha enfrentado con una serie de iniciativas árabes: el plan de paz de la Liga Árabe; las ofertas para negociar hechas por Siria; la voluntad palestina de seguir adelante e incluso atemperar el discurso de Hamás. Los sucesivos gobiernos israelíes respondieron a todas ellas con reserva y fría indiferencia, a excepción de los últimos días del mandato de Ehud Olmert.

La apática respuesta dada por Israel frente a estos ofrecimientos no debe ser entendida como casual o circunstancial, sino como un patrón de comportamiento. Además, Israel nunca ha ofrecido una iniciativa propia que indicara concretamente su deseo de paz.

Todo lo cual nos lleva a la muy triste conclusión de que Israel -tanto su gobierno como su gente- no están realmente interesados en la paz; a lo sumo, saben imitar muy bien la bella sonoridad de las palabras de paz en sus discursos, pero eso no es suficiente.


FUENTE:
RADIO JAI-LA PAZ DESCANSA-24/12/10

Fuente: Haaretz-19/12/10

Traducción: www.argentina.co.il

COMENTARIO:

Traté de entender por qué este artículo llega a la conclusión que Israel habla de la paz pero que es sólo retórica, Y no encuentro buenos argumentos. Israel detuvo la construcción diez meses y en el último la AP pidió tres meses más. Aunque no tenía ningún asidero dejar pasar nueve meses para finalmente pedir una prórroga, finalmente Israel aceptó y EE.UU. se negó a continuar porque comprendió que "era un callejón sin salida" porque luego la AP pediría más y no tenía sentido continuar. Sin embargo, este artículo le achaca la responsabilidad a Israel.

Todo esto sin considerar que estas conversaciones no comenzaron ahora, hace años que se intenta comenzar un proceso de paz, si no ¿qué es lo que hacían Tzipi Livni y Condolezza Rice, corriendo de un lado a otro del planeta?

El segundo argumento es que Obama no presionó lo suficiente a Israel, Todo lo que he leído es que sí lo presionó y mucho, fue descortés con el Presidente de un estado aliado, Shimon Peres, y con su Primer Ministro, Netanyahu, mientras se inclinaba indecorosamente ante un Abdullah de Arabia Saudita y se empecinaba en lograr un acuerdo en el que las exigencias palestinas lo hacían imposible.

Nunca pude entender cuando dicen, como en este caso,
"se llevaron a cabo y lograron avanzar -o no-", esto es retórica, ¿avanzaron o no avanzaron? No avanzaron, están siempre en la misma posición, uno quiere seguridad y el otro no se la quiere dar. Desde la época de Golda Meir cuando le explicaba a Kissinger la importancia de los Altos del Golan siempre hubo conflicto con Siria. Además, ¿por qué será que los palestinos de esa zona se apuraron para obtener la ciudadanía israelí cuando parecía que se negociaría? Se ve que no estaban interesados en ser ciudadanos sirios...

Dice:
"...los israelíes perciben como una verdadera amenaza, aún en el caso de que ellas no necesariamente entrañen un peligro real." ¿Por qué Israel construyó vallas? Eso fue lo mejor que pudo hacer para detener los atentados, no es una amenaza la que entrañan los palestinos, educados para odiar al que consideran un invasor de sus tierras, es una realidad que sólo así pudo detenerse.

Las dictaduras discuten poco y lo que quieren lo reclaman en bloque -en este caso lo quieren todo- por eso ha sido mucho más fácil para ellos presentar un "plan de paz". Así es muy fácil. No es el caso de Israel que debe ser mucho más
realista además de considerar las posiciones de todos sus bloques, porque es una democracia y todo se discute y acuerda. Ser realista es precisamente no exigirlo TODO, como hacen los árabes. Además del hecho concreto que Israel está a la defensiva, siempre recibe una exigencia nueva que debe tener en cuenta. Este no me parece un reclamo justo para hacerle a Israel.

Cuando Israel suaviza sus acciones los palestinos se envalentonan, es una cuestión cultural, una actitud más pasiva de sus contrincantes lo consideran una debilidad y atacan con más dureza, como está ocurriendo ahora. Y lo peor es que como han accedido a tener armas más sofisticadas hacen mejor puntería, y ellos apuntan a los civiles, no a los militares, todo lo contrario de lo que hace Israel que apunta a los militantes y evita dañar a los civiles. Lamentablemente en una guerra se tienen bajas propias de fuego "amigo" como ocurrió ayer y también bajas civiles palestinas. Israel está en permanente guerra contra el terrorismo, esto no puede ser soslayado para decir que "no va a haber peligro real". Ellos declaran que NUNCA ACEPTARÁN A UN ESTADO JUDÍO, ¿qué otro indicio más elocuente que éste? ¿ESTO SE PUEDE ATEMPERAR? El terrorismo implica una guerra diferente donde muere gente inocente, no solamente militares.

En este artículo también se cita
"
el plan de paz de la Liga Árabe", hay que leerlo para saber que no es una invitación al diálogo, es una imposición, con el agravante que no se puede tocar ni una sola coma. Me parece que este es un plan donde se satisfacen las aspiraciones palestinas pero que coloca a Israel en la misma situación que provocó que, estando en una posición de debilidad, lo atacaran en el pasado. Y no me extraña que los israelíes sientan desconfianza, no encuentro ninguna razón para que confíen cuando en los territorios se sigue enseñando que son invasores y que toda Palestina incluido Israel es tierra de los palestinos. Me parecería ilógico que confiaran.

Este artículo me resultó muy pobre de argumentos para concluir que es Israel quien realmente no quiere la paz. Quizá haya algo que yo no alcance a entender porque la publicación es israelí y debería tener mejores fundamentos para una acusación de esa naturaleza. Allí se sabe bien cómo son las cosas, atentados y misiles cada vez que pudieron y amenazas a su extinción todo el tiempo y de todos lados.

Sería necesario tener argumentos más sólidos para llegar a estas conclusiones, más que necesario, imprescindible, para detectar dónde está la falla para que no haya un proceso de paz verdadero, que ambas partes desearan y se comprometieran.

Estos no parecen ser los adecuados, suficientes y mucho menos, convincentes.

ANA


4 comentarios:

  1. Y sí... es lo que me comentabas en el artículo anterior. Sólo los israelíes son tan hipercríticos, lo cual en una situación de guerra es terriblemente contraproducente. Las voces como la tuya, la de Pilar Rahola, Jorge Marirrodriga, Horacio Vázquez-Rial, Juan Carlos Montaner, por ejemplo, son valiosísimas. Pero aún así, Israel pierde la guerra mediática. Mientras gane la real, no está todo perdido. Porque finalmente, los árabes sólo accederán a la paz cuando se convenzan de que el otro es el más fuerte y decidido. Y esto vale tanto para Israel como para el resto del mundo.

    Magnífico blog e invalorable tu aporte.

    ResponderEliminar
  2. Recomiendo el artículo del Dr. George Chaya:

    http://www.georgechaya.info/2011/01/07/negando-lo-crucial/

    ResponderEliminar
  3. SOL:
    La razón se sostiene con la fuerza, lo deseable es que no sea necesario emplearla sino que sirva como disuasión, pero sin duda la razón sin la fuerza no puede prevalecer y se impone la fuerza aunque no haya razón.
    SOL, tengo muchos suscriptores, pero muy de vez en cuando recibo una palabra de aliento, lo que me hace sentir que estoy en una isla, que grito y nadie contesta. No me falta el estímulo dentro de mi para buscar la verdad y transmitirla, pero tus palabras son la respuesta necesaria para seguir luchando con más bríos.
    ¡Muchas gracias! (Ojalá de verdad las merezca).

    ResponderEliminar
  4. SOL:
    Gracias por el dato, tengo 18 artículos de Chaya publicados, un autor muy importante.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar

Deja tu comentario