sábado, 4 de febrero de 2012

990 - GREENFIELD - LAS GUERRAS QUE NO SE LIBRAN


THE GENOCIDE DOCTRINE (EN ESPAÑOL)

LA DOCTRINA DE GENOCIDIO

Por DANIEL GREENFIELD



(TRADUCIDO POR ANA)

Ya sea que Ron Paul haya dicho o no, que no iba a intervenir para detener el Holocausto, no hay nada particularmente extraordinario sobre esta posición. Estados Unidos nunca intervino para detener un genocidio. No en la Segunda Guerra Mundial y no cuando se han producido varios genocidios, sobre todo en África, sin ninguna intervención militar.

Estados Unidos sí participó en dos guerras de la OTAN motivadas por falsos reclamos de genocidio, pero las únicas limpiezas étnicas que tuvieron lugar han sido la de los serbios en Kosovo y la de los africanos en Libia. Es decir, lo más parecido a un genocidio en cualquiera de los dos casos fue perpetrado por nuestros aliados en contra de la gente que estábamos bombardeando en su nombre en dos guerras civiles. Y ninguno de los dos alcanzó un nivel cercano a lo que es genocidio.

Hemos mantenido estrechos lazos con dos estados musulmanes genocidas, Turquía e Indonesia. Este último llevó a cabo un genocidio contra cristianos en Timor Oriental bajo nuestra mirada y con nuestras armas. El padrastro indonesio de Obama fue un probable participante en ese genocidio, su ex Director Nacional de Inteligencia ayudó a mantenerlo activo. Y Obama se opuso oficialmente a cualquier intervención en Sudán.

Es dudoso que algún presidente de Estados Unidos hubiera intervenido militarmente para detener el Holocausto, con la posible excepción de George W. Bush, y no hay razón para sugerir lo contrario. A Ron Paul no se le puede reconocer más, pero su respuesta es por lo menos honesta. O al menos es parcialmente honesta. Lo más probable es que él sienta simpatía por otro partido en el conflicto. Su boletín, en el que culpa a Churchill por haber prolongado la Segunda Guerra Mundial al no permitir que la URSS y la Alemania nazi "terminaran la pelea", sugiere lo mismo. Es un eco de otros temas similares presentados por Pat Buchanan y otros compañeros de ruta.

Pero en realidad esto no es acerca de él. La pregunta sobre si deberíamos intervenir para detener un genocidio es prácticamente irrelevante, porque no es algo que nosotros hacemos. La educación sobre el Holocausto tiene muy poco que ver con el asesinato en masa de los judíos de Europa, pero mucho con enseñar tolerancia. La doctrina de genocidio utilizada por las administraciones modernas tampoco tiene nada que ver con el Holocausto, pero mucho con adornar las guerras que nuestros dirigentes ya habían decidido que querían librar.

La Primera Guerra Mundial tuvo suficientes afirmaciones presuntuosas como para hacer pensar que se trataba de la última guerra contra el mal. La Segunda Guerra Mundial, donde en realidad además había monstruos, no sólo prusianos estirados con bigotes rizados, debe haber tomado por sorpresa a los propagandistas. Pero si los subalternos de Hitler hubieran practicado la eugenesia y matado a las minorías étnicas, no habría habido guerra. La respuesta inicial sobre Hitler era que estaba estabilizando a un país inestable. Sólo cuando Hitler insistió en desestabilizar a la región con grandiosas ambiciones hizo que la guerra se convirtiera en inevitable.

La estabilidad es la razón por la que comenzamos a bombardear Libia. No porque Gaddafi fuera culpable de genocidio, sino porque los diplomáticos occidentales y la caja de sorpresas con variados regalos de las elites habían decidido que la democracia era el camino a seguir en Medio Oriente. Y los dictadores que estaban bloqueando ese camino se tenían que ir. El crimen de Gaddafi no fue que sus tropas se abrían paso violando y asesinando a la oposición. Violar y asesinar con ese propósito es una práctica consagrada de los gobernantes musulmanes.

El problema con Gaddafi era que él interfería en los planes para "estabilizar la región". Sucede que ese también es el crimen de Israel. Y estabilidad significa encajar en el orden regional y no hacer demasiadas olas. Cuando Hitler desplegaba los derechos de los trabajadores y los grandiosos espectáculos nacionales, entonces se adecuaba al futuro de Europa. Oswald Mosley, el tipo que se convertiría en la pesadilla de los socialistas Ingleses, comenzó como un socialista radical hasta que su enfoque se diferenció del resto.

Sería bueno si en realidad evitáramos las guerras excepto cuando tuviéramos que lidiar con amenazas o con lunáticos asesinos en masa, pero muchos de los primeros y los segundos han prosperado bajo nuestra vigilante mirada. Si realmente libráramos guerras para hacer frente a las amenazas entonces los saudíes no se estarían rellenando la cara con guiso de cordero mientras cuentan sus rollos de dinero y sus rollos de grasa. Y si en realidad lidiáramos con regímenes de asesinos en masa, entonces el carnicero de Jartum no se estaría riendo mientras sus tropas borran a otra aldea africana.

Después de la Segunda Guerra Mundial, cuando comenzamos a intervenir activamente para hacer retroceder a las ideologías amenazantes, nuestras guerras de vez en cuando tenían un cierto fundamento. Corea, Vietnam, Granada y Afganistán, podría decirse que fueron a favor de nuestro interés nacional. Eso fue más de lo que se podría decir de cuando estuvimos preparando el camino para los trabajadores humanitarios de la ONU, creando un estado musulmán en Yugoslavia o protegiendo a los gordos comerciantes kuwaitíes de ser saqueados por los parientes de Saddam.

Saddam posiblemente estaba involucrado en genocidio y no tenía por qué preocuparse de ser bombardeado. Fue sólo cuando pisó los dedos de algunos de nuestros amigos petroleros que las bombas comenzaron a caer. Y cuando nuestros amigos de Kuwait recuperaron el control, cortesía de los Infantes de Marina de Estados Unidos, su primera tarea fue la limpieza étnica de los cientos de miles de árabes palestinos que se habían aliado con Sadam. La respuesta de Mark I de la Administración Bush, que a su manera estaba muy obsesionado con el "proceso de paz", fue encogerse de hombros y tratarlo como un negocio usual.

Hay algo noble en la idea que los Infantes de Marina de Estados Unidos se ponen a disposición cuando algún dictador decide acabar con unos cuantos millones de personas. Es lo que la mayoría de los norteamericanos cree que su país hace. Pero esa idea también está completamente alejada de la realidad. Nosotros no lo hacemos y no estamos a punto de empezar a hacerlo. Por lo que seguir manteniendo cosas como el Derecho a la Protección es algo peligroso. Proporciona munición a los amorales como Obama y Clinton para librar sus guerras Post Americanas por sus razones Post Americanas.

La situación en la comunidad judía norteamericana es aún peor. Las lecciones del Holocausto no podrían haber desaparecido más para los líderes judíos norteamericanos si de hecho ellos hubieran viajado a través del tiempo desde 1939 y todavía se entusiasmaran por las posibilidades de que la Liga de las Naciones pudieran lograr la paz mundial. De alguna manera la lección aprehendida por el asesinato en masa de seis millones de judíos no es que la supervivencia es precaria, sino que es importante enseñar a todos a ponerse de acuerdo.

A los judíos israelíes, que están tratando de sobrevivir en una región gobernada por una ideología totalitaria tan asesina como el islam, se les dice constantemente que sus esfuerzos para lograrlo los hace tan malos como los nazis. Si estuvieran realmente comprometidos con la paz deberían estar ofreciendo los sudetes de la Ribera Occidental, Gaza y Jerusalén a los nazis, y hacerlo con más entusiasmo y sentimiento que lo que lo han estado haciendo hasta hoy día.

El verdadero crimen de esos odiosos israelíes no es que estén oprimiendo a alguien, sino que obstaculizan la Realpolitik y los almibarados argumentos liberales usados para cubrir la brutal insanía de esa Realpolitik con el barniz de la ética y la moralidad. Y cualquier defensa expresada por Israel nunca será satisfactoria porque no tendrá nada que ver con ninguno de esos temas. La cuestión es que Israel se interpone a las ambiciones regionales de la mayoría árabe musulmana y al piadoso impulso suicida de Occidente.

Israel está haciendo su parte. Tel Aviv está invadida por inmigrantes africanos. La mitad del país está llena de terroristas. Un porcentaje considerable de sus ciudadanos árabes musulmanes casi no pagan impuestos y obedecen sólo las leyes que ellos quieren obedecer sin que nadie les diga lo contrario. Una nación que es apenas del tamaño de Rhode Island ha dado hasta tres veces el tamaño de su propio territorio en nombre de la paz, sin haber recibido a cambio ninguna paz. Pero eso no es suficiente.

La doctrina de genocidio no se trataba de hacer lo correcto, sino de hacer lo que está mal. Las secuelas de la Segunda Guerra Mundial no se han traducido en una renovación de los derechos de las naciones pequeñas, sino de su adquisición e inmersión en el orden regional y mundial. Israel es un paria en el orden regional y mundial por esa simple razón. Está fuera de sintonía con las Naciones Unidas, la Unión Europea y los grandes sueños progresistas de poner a toda la humanidad bajo una enorme autoridad. El Gran Papito.

Nuestras intervenciones genocidas han sido según la agenda del orden internacional. En las Naciones Unidas, los pueblos que resistieron al comunismo y al islam han sido victimizados. De Taiwan a Israel, el equilibrio del poder cae del lado de los poderosos. Las erróneas lecciones del nazismo han llegado para sofocar a las naciones y al poder de las alianzas regionales para resistir a los "estados canallas" que están fuera del orden. El nacionalismo es el enemigo, el internacionalismo es el aliado.

Esto no ha impedido el genocidio, lo ha permitido. Sudán es libre de cometer genocidio siempre y cuando cuente con el apoyo de la Liga Árabe. La mayoría árabe musulmana que perpetra genocidio está protegida por la mayoría árabe musulmana que tiene influencia y riqueza para hacer que el genocidio sea posible. El cambio obsceno de la respuesta internacional a las atrocidades nazis fue crear un sistema que los hace posibles y hasta provechosos.

El Holocausto ocurrió porque los nazis no estaban matando a nadie que fuera importante para la gente. Es la misma razón para que ocurriera el genocidio en Sudán. A nadie le importó realmente. ¿Y por qué debería importarles? La gente violada y asesinada no estaban en el camino de una Europa Unida o de un Despertar Árabe o cualquier grandiosa filosofía de un mundo mejor y más federalizado. Son simplemente gente. El tipo de gente que se suponía debía ser protegida por la doctrina de genocidio, pero que en la realidad ha permitido su exterminio.


FUENTE: GREENFIELD-GENOCIDE-01/01/12



COMENTARIO:

Este artículo expone negro sobre blanco una realidad evidente, hubo, hay y habrá genocidio o algo similar porque no existe un organismo internacional que tenga autoridad moral y efectiva para detenerlo. Todo es política e intereses opuestos de los estados que no se pondrán de acuerdo para actuar, y nunca lo harán precisamente porque no los moviliza la moral sino la lucha por el poder y la conveniencia de cada uno.

Pensar que alguna vez pueda crearse un organismo supranacional que dictamine dónde y quién comete genocidio independientemente del poder de las naciones es una utopía. Y aunque lo hubiera ¿quién va a arriesgar a su gente cada vez que se levante algún genocida y decida que lo que más le convenga es eliminar a quien lo moleste? Como lo vemos permanentemente, la ONU sólo emite declaraciones teñidas con el sesgo de los votos de las naciones más atrasadas del planeta, ignora las denuncias de los Organismos de Derechos Humanos y hay matanzas todo el tiempo sin que los autores sean combatidos.

El comercio de las armas está casi al tope de los más redituables, ese es el factor de más peso y se venden armas a ambos bandos, no importa para qué serán usadas.

Este artículo hace hincapié en la necesidad de la autodefensa de cada nación, sin la esperanza que haya una justicia superior que actúe para proteger al más débil. Si existiera no habría miles de misiles apuntando a Israel y un estado amenazando con destruirlo sin que hasta el presente no se lo haya impedido. Han pasado años y se han acumulado armas con ese solo propósito sin que se pudiera lograr algo efectivo para detener el próximo ataque. Ese es el futuro de la región, todos contra Israel.

¿Cómo fue posible? ¿Por qué se permitió?

ANA
 

2 comentarios:

  1. Se cometio un genocidio contra el pueblo judio.Porque en aquella epoca no era una nacion con territorio ni un ejercito propio.Ahora el que lo intente sera borrado de la faz de la tierra.Israel no tiene que contemporizar con nadie,Nunca mas habra un holocausto contra Israel.un saludo.

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  2. No va a haber Holocausto, sólo se trata de encontrar la forma de neutralizar a sus enemigos. Lamentablemente Israel deberá luchar por muchísimo tiempo, mejor no pensar cuánto le costará en tiempo y esfuerzo y las causas por las que siempre ha estado amenazado. ¿Por qué siempre se ayudó a sus enemigos? Pero nada está escrito de antemano, todo puede cambiar inesperadamente, así son las vueltas de la historia. Lo que sus vecinos tendrán que aceptar, aunque les cueste, es que Israel está allí para quedarse. Saludos.

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