miércoles, 1 de abril de 2015

1441 - IRÁN - EL BAZAR PERSA EN ACCIÓN


MIRE ANTES DE SALTAR

Por THOMAS L. FRIEDMAN

Puedo pensar en muchas buenas razones para proceder con el acuerdo nuclear con Irán, y puedo pensar en prácticamente el mismo número de razones para no hacerlo. Así que, si está confundido, déjeme ver si puedo confundirlo incluso más.

El acuerdo propuesto para levantarle las sanciones a Irán -a cambio de reducciones a sus capacidades para fabricar bombas, de forma que a Teherán le tome cuanto menos un año producir un arma- tiene que ser juzgado en su propio derecho.

Estaré viendo atentamente la calidad del régimen de verificación y la especificidad de qué pasa si Irán hace trampa. Sin embargo, el trato también tiene que ser juzgado en términos de cómo encaja con objetivos estratégicos más amplios de Estados Unidos en la región, porque un trato entre Estados Unidos e Irán sería un terremoto que alcanzaría cada rincón de Oriente Medio. No se está prestando suficiente atención a las implicaciones regionales; particularmente qué ocurre si los estadounidenses reforzamos a Irán en momentos en que grandes partes del mundo árabe sunita están colapsando.


El mejor argumento del equipo de Obama para alcanzar este acuerdo con Irán es que, con el tiempo, podría ser «transformacional». Esto es, el final de las sanciones que podrían abrir a Irán al mundo y dejar que entre suficiente aire fresco -Irán estuvo aislado deliberadamente desde 1979 por sus ayatolás y el Cuerpo de la Guardia Revolucionaria- para llevar gradualmente a Irán de un estado revolucionario a uno normal, así como menos inclinado a amenazar a Israel. Si se asume que Irán ya tiene el conocimiento y las herramientas para fabricar un arma nuclear, la única forma en que se vuelve menos amenazador es cambiando la naturaleza de su régimen.

El desafío para este argumento, explica Karim Sadyadpour, especialista de Oriente Medio por la Fundación Carnegie, es que si bien el equipo de Obama quiere creer que este trato podría ser «transformacional», el líder supremo de Irán, Alí Jamenei, «lo considera transaccional»; Irán persevera, hace el trato, recupera su fuerza y redobla sus viejos principios revolucionarios. Pero, hay que tomar en consideración, nunca se sabe. Lo que empieza como transaccional puede terminar siendo transformacional en formas que nadie puede prevenir o predecir.

Un segundo argumento es que Irán es un verdadero país y civilización, con elecciones competitivas (aunque restringidas), mujeres educadas y un poderoso ejército. Enmendar la relación entre Estados Unidos e Irán podría facultar a Estados Unidos para manejar y equilibrar mejor al talibán de árabes sunitas en Afganistán, así como contrapeso de los yihadistas sunitas, como los del Estado Islámico (EI) que controlan actualmente partes de Irak y Siria. Estados Unidos dependió enormemente de Arabia Saudita, desde la revolución de Irán en 1979, y si bien la familia gobernante y élites sauditas están alineadas con Estados Unidos, hay un duro núcleo de wahabismo saudita que financió la proliferación de la forma más puritana, antipluralista y contraria a la mujer que alteró el carácter distintivo del islam árabe, así como ha contribuido a fomentar mutaciones como el EI. No hubo iraníes involucrados en los atentados del 11 de septiembre del 2001.

Pero, debemos considerar, fueron agentes iraníes quienes fabricaron los explosivos improvisados más letales en Irak que mataron a muchos efectivos estadounidenses allá. Además, fue Irán el que alentó a sus aliados chiitas en Irak a que rechazaran cualquier presencia extendida de los militares estadounidenses en Irak, y también a exagerar su influencia para despojar del poder a iraquíes sunitas, que es lo que contribuyó a producir la reacción contraria del EI.

«En la lucha en contra del EI, Irán es tanto el incendiario como la brigada de bomberos», agregó Sadyadpour. Para Arabia Saudita, añadió, el ascenso del EI es atribuible a la represión de sunitas en Siria e Irak por parte de Irán y sus clientes chiítas. Para Teherán, el ascenso del EI es atribuible al apoyo financiero e ideológico de Arabia Saudita y sus aliados en el Golfo.

Y ambos están en lo cierto, razón por la cual los intereses de Estados Unidos no están ni con los sauditas ni con los ideólogos iraníes que van ganando, sino más bien con equilibrar a ambos contra cada cual hasta que se agoten en la medida suficiente para dejar de seguir con su ancestral lucha chiíta-sunita y persa-árabe.

Sin embargo, debemos considerar que si este acuerdo nuclear con Irán se lleva a término, y las sanciones son levantadas, mucho más petróleo iraní llegará al mercado global, aplastando precios y beneficiando a consumidores globalmente. Pero, hay que considerar, Irán tendría miles de millones de dólares más para invertirlos en ciberguerra, misiles balísticos de largo alcance y proyectar su poder a través del mundo árabe, donde sus representantes ya dominan cuatro capitales: Beirut, Bagdad, Damasco y Saná.

Pero, dado el desbarajuste en Yemen, Irak y Siria, ¿realmente nos interesa si Irán intenta jugar al policía allá y se embrolla en luchas interminables con milicias sunitas? Durante 10 años, fue Estados Unidos el país que se extendió de más a lo largo de Irak y Afganistán. Ahora será el turno de Irán. Me siento terrible por la gente que tiene que vivir en estos lugares, y ciertamente deberíamos usar el poderío aéreo de Estados Unidos para ayudar a prevenir la proliferación del caos a islas de decencia como Jordania, Líbano y Kurdistán, en Irak. Sin embargo, el manejo del deterioro del sistema del Estado árabe no es un problema que deberíamos hacer propio. Hemos demostrado ampliamente que no sabemos cómo.

Así que, antes de que usted se decida con respecto al trato de Irán, pregunte cómo afecta a Israel, el país más amenazado por Irán. Sin embargo, pregunte también cómo encaja eso en una estrategia estadounidense más amplia, enfocada a sofocar tensiones en Oriente Medio con el menor involucramiento de Estados Unidos que sea necesario y los precios del petróleo más bajos que sea posible.

El manejo del deterioro del sistema del Estado árabe no es un problema que deberíamos hacer propio. Hemos demostrado ampliamente que no sabemos cómo.

Fuente: The New York Times

Traducción: www.israelenlinea.com

FUENTE: ISRAEL EN LÍNEA-MIRE-FRIEDMAN

REFLEXIÓN:


El análisis de Friedman parece acertado, la conclusión también. Estados Unidos no sabe cómo resolver los problemas de Medio Oriente.

Creo que la clave está en cómo pensamos que actuará Irán si Occidente le afloja la presión hasta descubrir que hace trampas, porque está claro que las va a hacer y con mejores posibilidades si tiene más poder económico. 

Pensar que Rohani es un "moderado" y que va a tener alguna influencia en la política del gobierno de los Ayatollas es parte del porqué Estados Unidos no puede resolver los problemas de Medio Oriente, simplemente porque no  entiende ni los problemas ni a Medio Oriente. 

La única forma en que esos gobiernos pueden cambiar sus políticas será por la presión de sus propios pueblos, Occidente puede colaborar debilitando el poder económico y político de sus dictadores. Y todos son dictadores, no hay democracias en Medio Oriente. Todos prosperan porque conservan su poder con la ayuda de un Occidente que quiere hacer buenos negocios a costa del empobrecimiento de sus pueblos, que son sus principales víctimas. Si hicieran negocios con la condición de promover una verdadero proceso democrático y no cambiar a un dictador por otro, habría buenas posibilidades. No es lo que se hizo en Irak, por ejemplo.

Pero no es fácil y no hay que engañarse, por cada dictador que cae el país se convierte en un polvorín. Pasó en Irak, en Libia, en Siria todavía están peleando. Las dictaduras "duras" mantienen el orden. No es agradable decirlo, ni pensarlo, pero la realidad indica que así son las cosas en Medio Oriente. El proceso de democratización de Medio Oriente es largo, tan largo como lo fue en Occidente, que sigue luchando para mantenerlo. Las democracias también engendran "dictablandas" que se aprovechan de las leyes democráticas.

Para Irán, "transaccional" nunca va a ser "transformacional", al contrario, cada paso hacia adelante lo envalentonará más. Es el famoso bazar persa con el que Occidente no sabe manejarse.

Una vez que los Ayatollas tomaron el poder el régimen no cambiará, no hay que hacerse ilusiones, sin embargo, todavía Estados Unidos se las hace. Es parte de sus continuos fracasos en Medio Oriente. Los conflictos que se suceden en la región se dirimen por la fuerza, algo que Occidente no quiere hacer, la estabilidad no se logra tratando de exportar la democracia, ese es un camino al fracaso como ha quedado demostrado. Lamentablemente, sólo fuertes dictaduras aseguran estabilidad en Medio Oriente. Esto no lo entendió Obama que tras su sueño de exportar la democracia occidental provocó el caos que estamos presenciando.


Creer que la eterna lucha entre sunitas y chiítas puede detenerse porque tengan un equilibrio de fuerzas es desconocer la naturaleza de esta cultura, donde necesariamente una parte debe sojuzgar a la otra. No existe el equilibrio de fuerzas, no ha habido paz desde hace más de mil años. Esto tampoco lo entiende Occidente, sigue pensando que la paz entre ellos es posible y también la paz con Occidente. No los escuchan, no quieren oírlos y no porque no lo digan claramente.

Decir que el acuerdo aplastará precios y beneficiará a los consumidores globalmente no es sabio, ni siquiera razonable, si eso puede llevar al riesgo de tener un Irán nuclearmente armado es estar verdaderamente fuera de foco.

Occidente no tiene y no quiere tener conflictos religiosos con nadie, al contrario, las religiones hoy día son respetadas y los fanáticos propios no cuentan. Por el contrario, el fanatismo religioso en el mundo árabe es parte de su cultura dentro de ella y contra las demás. Este es un problema cultural que no ha cesado en más de mil de años, no es inteligente prever que terminará porque se equilibren las fuerzas, los fanáticos violentos son una verdadera amenaza activa para Occidente al día de hoy.

Cuando una cultura es amenazada no hay más remedio que enfrentarla porque hace a la propia identidad, toda otra opción, apaciguamiento, interacción donde se respete a la ajena a costa de la propia es un camino que lleva a futuros enfrentamientos mucho más violentos que los que hoy estamos presenciando.

El Irán chiíta de los ayatolas está detrás de todos los procesos violentos en el mundo árabe, su proyecto hegemónico no tiene límites y no repara en riesgos, el mundo árabe sunita lo sabe, contraataca y exige a sus socios occidentales que lo aompañen. Éstos están discutiendo actualmente con Irán cómo llegar a un acuerdo, pero en este regateo el bazar persa tiene todas las de ganar.

Este es el vardadero peligro que se debe evitar mientras se puedan aplicar políticas no violentas, impedir que los fanáticos se fortalezcan es la respuesta apropiada.

ANA

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