domingo, 26 de junio de 2011

874 - EL DILEMA CON GILAD SHALIT

 
A CINCO AÑOS DE SU SECUESTRO
 
Bien se dice que una buena trama es aquélla donde todos tienen alguna buena razón para ser lo que son o justificar lo que hacen. Este es el caso de Gilad Shalit.
 
 
 
Todos deseamos que vuelva a su casa, también el gobierno y todo el pueblo israelí, el problema es qué precio están dispuestos a pagar. Sus padres no tendrían tope, cualquier cosa aceptarían con tal de salvarlo, naturalmente. El gobierno israelí y el pueblo están mucho más divididos, no a cualquier precio.
 
Hamás exige la liberación de presos que han matado y no sólo eso, sino que también quieren habitar en la zona, no aceptan ser expatriados. Es como dar conformidad a que los asesinos estén nuevamente en carrera para seguir matando a otros israelíes. Basta verlos cuando los filman, lucen triunfantes, como si el castigo que merecen no fuera para ellos. Están convencidos que vencerán a la ley y quedarán impunes.
 
Pensar en lo que está viviendo Gilad, sus padres y su familia se derrumba cuando uno ve a estos asesinos y sabe que de aceptar sus pretensiones matarán a otros Gilad por la más simple razón de todas, porque han logrado la impunidad, el mayor de los poderes.
 
Como es habitual, los organismos internacionales siguen emitiendo declaraciones al mismo tiempo que no dejan de considerar a Hamás un interlocutor válido para cualquier tipo de acuerdo, como si merecieran ser tratados como una organización civilizada. Esta es también una deuda pendiente que tienen con los israelíes y en particular con Gilad y su familia.
 
Por Gilad sabemos mejor quién es Hamás, en el futuro sabremos cuál es la habilidad de este gobierno para que esto tenga un buen final, pero nadie querría estar en el lugar de quienes tienen que tomar decisiones.
 
ANA
 

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