184 - EL MUNDO ACTUAL Y LAS IDEOLOGÍAS

CONSIGNAS MENTIROSAS

Por NATALIO STEINER (*)

El presente mes de noviembre habrá en la Venezuela de Hugo Chávez un nuevo test electoral. Será una oportunidad histórica para que con madurez una sociedad civilizada le empiece a decir adiós a este grotesco socio de Irán en Latinoamérica, eso si, disfrazado de "socialista".

La palabra "socialista" conlleva una carga mítica, emocional e ideológica. Sin embargo, cabe aclarar que en nombre de esa palabra se cometen, cometieron y se cometerán (China en Tibet) serias atrocidades. Hay y hubo diversas doctrinas de signos ideológicos opuestos que usaron tal término para justificar barbaridades. Socialista era Stalin mientras que su opositor Hitler era nacional-socialista; el brutal Khmer Rouge en Camboya también lo era pero no dudó en masacrar a 2.000.000 personas en la década del 70.También hay gobiernos socialistas en Europa, como el español, con un alto respeto por los derechos humanos.

El modelo socialista de Chávez se parece más al modelo italiano de Mussolini y muy cercano al modelo dictatorial de Perón durante su segundo gobierno.

El gobierno argentino actual y el anterior (en realidad lo mismo) sienten una simpatía natural por el régimen chavista, simpatía aumentada por la dependencia energética de nuestro país y por ciertos moldes sociales y antiimperiales del retórico líder de la Venezuela petrolera. Chávez busca exportar al resto de Latinoamérica su modelo socialista esperando tener éxito por el disgusto que para Latinoamérica significa el capitalismo norteamericano.

La exportación de las revoluciones sociales ni siquiera fue logrado por Mao en la China, ni por Stalin, ni Fidel, ni el romántico Che Guevara. ¿Lo logrará el afiebrado socialismo bolivariano-iraní? ¿Podrá hacerlo un personaje contradictorio como Chávez? ¿Se amparará en las vetustas y desacreditadas FARC como grupo "insurgente"? La retórica chavista respecto al deseo de EE.UU. de invadir Venezuela para apagar el fuego de la revolución bolivariana es sólo una excusa basada en la búsqueda de la permanente amenaza externa que le permitirá a Chávez rehacer su popularidad a través de un discurso nacionalista, unificando a las fuerzas armadas tras él. No hay ni habrá invasión americana y este "cuco" es agitado por Chávez como parte de una estrategia para eternizarse en el poder usando coartadas similares a las de Fidel en Cuba.

Mientras Chávez detente el poder en una nación dividida su política seguirá siendo explotar el nacionalismo y militarizar a la sociedad venezolana. En el plano interno Chávez ha utilizado la dádiva y la limosna social para comprar apoyo político pero ya hay gente agobiada por la limosna, que ahora busca trabajo y dignidad.

La oposición venezolana ha cometido muchos errores y el más serio es pensar que se debe llegar al poder derrocando a Chávez. Es falso. Nada peor para Latinoamérica que los gobiernos militares, aristocráticos y sectarios.

La oposición deberá unirse, organizarse y trabajar sobre las contradicciones del régimen. De tal manera que cuando Chávez se vaya Venezuela deba lamentar sólo la falta de u$s 800.000 que ya sabrán donde reclamar.

COMENTARIO:

Socialismo, se usó y se sigue utilizando esta palabra "romántica" para encolumnar a las masas tras una política que los dictadores que Steiner ha nombrado jamás utilizaron en favor de la gente. Porque eran "socialistas" los intelectuales respaldaron a todas las dictaduras, y lo siguen haciendo hoy con el mismo fervor con que se somete a la gente con una religión, hay más fe que criterio. Suele enarbolarse una ideología como argumento para destruir lo que otros hicieron y empezar otra vez desde cero, por eso Latinoamérica siempre está "empezando". Así se les va la mitad de su mandato y con eso engañan a todos, pero quienes los votaron son los que menos obtienen. Su tropa generalmente está muy bien remunerada, por las dudas que nunca más vuelvan a ser elegidos. Han llegado y ese era su propósito... lo que pasa es que el enemigo exterior es muy poderoso, la gente es ignorante y no los comprende...

Esa es la historia de Latinoamérica, buscar afuera la razón de nuestros fracasos.

No creo que haya un país que aplique el socialismo en estado puro ni ninguna otra idea politica, mucho menos los países más desarrollados. Lo que estamos viendo hoy es un retroceso, es no haber aprendido nada del pasado. Es decir, se aplican teorías a la realidad en lugar de elegir lo que más conviene a esa realidad que se tiene y para eso nada mejor que argumentar que hemos fracasado porque no supimos implementar alguna receta cuya fórmula eficiente cada nuevo gobierno tiene, pero para que tenga éxito hay que desandar el camino. Siempre hacemos lo mismo, destruir para construir, pero quedamos en el primer tramo.

En el mundo globalizado de hoy pretender imponer viejas fórmulas como si un país pudiera separarse del todo es irracional, es nadar contra la corriente. La verdad está en el éxito y los ideólogos fracasan sistemáticamente. No es su culpa, son encantadores de serpientes y nosotros los elegimos cada vez con más ilusiones que esperanzas.

No necesitamos ideologías, cualquier idea que sea bien aplicada a la realidad de cada país puede ser la apropiada para crecer, necesitamos buenos administradores, mucho sentido común y mucha más honestidad en los que nos gobiernan. Se supone que el voto es un premio o un castigo, ¿cómo nos explicamos que doscientos años de fracasos no nos han enseñado a poner en práctica algo tan elemental? Así nos va.

(*) Lic. NATALIO STEINER (Prof. Historia Judía): co-director y fundador del PERIÓDICO "COMUNIDADES", docente, periodista, conferencista, ensayista, columnista y colaborador de diversas publicaciones. Más de 1.100 conferencias dictadas. Co-autor del libro: "Para que el Mundo No Olvide" (2007).