jueves, 6 de mayo de 2010

572 - GREENFIELD - CULTURAS EN CHOQUE


"TWO MODELS FOR THE ENCOUNTER BETWEEN ISLAM AND THE WEST"

DOS MODELOS PARA EL ENCUENTRO ENTRE EL ISLAM Y OCCIDENTE

Por DANIEL GREENFIELD


THE SULTAN KNISH BLOG


(TRADUCCIÓN LIBRE DE ANA)
Hay esencialmente dos modelos para el actual encuentro entre el islam y occidente. El Choque de Civilizaciones es el primer modelo apoyado por una delgada franja de la población en los países del Primer Mundo y por una franja aún más pequeña dentro del mundo académico y político. Este modelo sostiene que experimentamos un choque de civilizaciones entre el islam y occidente. Un choque de civilizaciones que es resultado del deseo de los musulmanes por crear una civilización global basada en su religión y cultura, desplazando a todas las civilizaciones que compiten, principalmente (pero no limitada a) la civilización occidental.

El segundo modelo es el Modelo Asimilacionista, este modelo es el más extensamente apoyado, no sólo por la izquierda, sino también por muchos de la derecha. Este modelo sostiene que las tensiones entre musulmanes y occidente, tanto en occidente como en el mundo musulmán, son el producto de la asimilación incompleta de ambas partes en la sociedad mundial.

Bajo el Modelo Asimilacionista, los choques en Europa o el terrorismo en América son resultado del fracaso de los países anfitriones en asimilar correctamente a los musulmanes dentro de sus fronteras. Este "fracaso en la asimilación" resulta principalmente del racismo occidental, de la ignorancia sobre el islam y por la falta de respeto de los valores musulmanes que llevan a la injusticia económica y social. Entonces se dice que esta injusticia económica y social margina a los líderes musulmanes moderados, que están más preparados para asimilarse en la sociedad anfitriona y refuerza a los extremistas musulmanes.

A escala global, se dice que la violencia del mundo musulmán se produce por el fracaso de los países del Primer Mundo en respetar y adaptarse a la cultura y religión musulmana, tal como lo sostienen las viejas posturas de la izquierda sobre racismo e injusticia económica y social. Con los mismos resultados a nivel local. Los extremistas musulmanes son reforzados, los moderados son debilitados y todo explota porque no pasamos suficiente tiempo aprendiendo otras culturas.

Tanto localmente como a escala mundial, la receta del Modelo Asimilacionista para curar los males terroristas es la misma. Para los países afectados es conocer los valores de sus atacantes y esforzarse por acomodarlos. Proporcionar ventajas financieras y otras variadas formas de acción afirmativa para neutralizar las quejas Islámicas y mostrar respeto promoviendo y normalizando al islam, tanto localmente como a escala mundial. Esto armonizará a musulmanes y no musulmanes dentro de la emergente sociedad mundial. Y luego todos pueden darse la mano y vivir pacíficamente juntos, conforme a las progresistas reglas de la vasta burocracia global.

Mientras el Modelo Asimilacionista surgió de las tentativas de los países del Primer Mundo para efectivamente asimilar a los musulmanes, en su estado actual esta es esencialmente una receta para que en el mejor de los casos sea una asimilación mutua y en el peor la toma del poder por parte de los musulmanes. Y lo que es peor, el Modelo Asimilacionista es el modelo dominante usado por políticos, académicos, empresarios líderes y la élite política e intelectual de casi cada sociedad que actualmente es blanco del islam.

Y hay una razón para esto. Donde el modelo del Choque de Civilizaciones presenta un enfrentamiento global en el que no sólo no se lo está evitando, sino que ese conflicto también interrumpirá la cooperación emergente comercial, internacional y los mecanismos de gobierno mundiales, el Modelo Asimilacionista es esencialmente optimista, dice que si todos "nos aplicamos" y hacemos algunos sacrificios culturales, censuramos nuestras historietas, pagamos vasallaje a la importancia cultural de la mezquita y el Corán, y evitamos comer en público cerca de la fecha de Ramadán, a cambio nos beneficiaremos con la globalización en el extranjero y con el multiculturalismo en casa (entendido como mano de obra baratísima que puede ayudar a financiar nuestros sistemas socialistas ya quebrados). No asombra que el Modelo Asimilacionista es tan popular entre la élite dirigente, ya que ésta asume que con pocos pequeños ajustes culturales, se puede hacer feliz a todos. Incluso si es bajo la ley de la Sharia. Los detalles realmente no le importan, sólo le importa el cuadro completo.

Los puntos de vista diferentes inherentes en estos dos modelos, el Choque de Civilizaciones y el Modelo Asimilacionista, es donde subyace prácticamente todo el debate que hay sobre el islam y occidente. Y lo que es tan insidioso sobre el Modelo Asimilacionista es que él representa "el atajo fácil" en el que las sociedades comienzan a tratar de persuadir a los musulmanes, cuando se dan cuenta que eso no funciona no ven ninguna otra alternativa excepto la guerra civil para lidiar con el problema, y esto sólo refuerza su compromiso con el Modelo Asimilacionista como la única opción que queda.

Es fácil entender por qué el Modelo Asimilacionista es tan dominante, al considerar dos opciones la mayor parte de la gente elegirá la "salida fácil". También tratará de elegir la más agradable para sentirse mejor consigo mismo. El Modelo Asimilacionista ofrece un mínimo de sacrificio por adelantado. No hay ninguna necesidad de librar guerras o considerar alianzas internacionales contra un mal que crece. Todo lo que realmente se tiene que hacer es algunos anuncios, encontrarse con algunos líderes musulmanes, tratar sus intereses y se estará hecho por un día. Parece fácil y al principio lo es. Pero entonces las exigencias van de mal en peor, e incluso cuando se las trata la violencia aumenta. Y entonces usted está agarrado en la trampa y el único modo de escaparse es masticar su propia pierna a escala nacional. ¿Pero cuántos líderes modernos están preparados para hacer esto? Entonces ellos siguen repitiendo los mismos gestos vanos, poniendo cada vez más sobre la mesa en la esperanza que en algún punto el Modelo Asimilacionista se activará y su sociedad será salvada. Desde luego la única cosa que finalmente se activa es la ley de la Sharia y otra adición a la Ummah (comunidad islámica), una vez que el punto de inflexión se ha alcanzado.

La diferencia entre el Modelo Asimilacionista y el Choque de Civilizaciones es la diferencia entre una máquina tragamonedas que pide un 25 centavos y un curso de capacitación en ingeniería eléctrica que pide diez mil dólares. El primero parece tentador, porque pide muy poco por adelantado y ofrece una enorme recompensa. Mientras el otro por adelantado pide mucho sin ofrecer ni por aproximación tanto en el futuro y requiere mucho esfuerzo. Y la mayor parte del liderazgo político de occidente ya no está preparado para sacrificios y duro trabajo sino para el pan y circo socialista, y el Modelo Asimilacionista encaja agradablemente en aquel molde.

Pero el fracaso intelectual del Modelo Asimilacionista se remonta aun mucho más lejos, porque en realidad es el modelo que occidente adoptó para usar contra el movimiento comunista y otros movimientos de trabajadores de ultra izquierda, que se enfocó en privarlos de su fundamento al mejorar las condiciones de los trabajadores. Desde entonces el Primer Mundo ha adaptado aquel mismo modelo para usarlo en la pacificación prácticamente de cualquier forma de descontento social peligroso. Pero hay una desconexión básica entre la aplicación de un modelo pensado para manejar una amenaza ideológica a uno que sirva para una guerra religiosa y cultural. Porque aunque el islam funciona en el nivel ideológico, su atractivo primordial funciona en un nivel cultural, nacional y religioso.

El Islam no es simplemente una manifestación de descontento debido a barreras económicas o sociales, sino que es el Destino Manifiesto de los musulmanes en construir un califato mundial. No puede ser alejado con ayuda económica, acción afirmativa y ni siquiera mostrando respeto por el islam. El Modelo Asimilacionista está basado en el error que el islamismo puede ser neutralizado mimando a los musulmanes. Está profundamente muy equivocado en este aspecto, porque falla en entender el poder y el atractivo del islam. Pero la culpa recae en la izquierda que al continuar su modelo marxista de lucha de clases ha codificado cada movimiento social como viniendo en respuesta a la desigualdad económica. Y el grado de aceptación del Modelo Asimilacionista demuestra el nivel de penetración de las ideas básicas del Marxismo... incluso cuando esas ideas fueran usadas para contrarrestar el ascenso de grupos marxistas.

El predominio intelectual de la izquierda del Primer Mundo ha unido fuertemente a su élite política con una visión del mundo en la cual los conflictos locales o globales se pueden reducir tanto a la avaricia por parte de naciones o grupos desarrollados, como al ultraje por la desigualdad económica de naciones o grupos no desarrollados. La segunda mitad del siglo XX ha recubierto esas ideas con dosis de tolerancia y respeto, pero la idea subyacente permanece igual. Que el conflicto se resuelve cuando se divide a los que tienen de los que no tienen y asumiendo que éstos pueden ser apaciguados remediando los males que les hicieron los que tienen.

La fórmula de "Tener y No Tener", tan vital para la visión marxista del mundo, está tan concienzudamente incrustada que no puede imaginar los motivos islamistas actuales como cualquier cosa, excepto como una locura que puede ser pacificada apartando lejos a sus seguidores con incentivos económicos, sociales y culturales, o invenciones de elementos intolerantes conservadores dentro de su propia sociedad que procuran interrumpir sus intentos por lograr una armonía nacional y global.

Es por esto que el Modelo Asimilacionista se ha convertido en parte de la vida, ya sea en Europa, donde los gobiernos buscan cautivar a los musulmanes demostrándoles respeto, o en Norteamérica, donde el gobierno planifica gastar miles de millones para captar a los luchadores Talibán alejándolos de sus ametralladoras, o Israel, donde el infinito proceso de paz sigue teniendo pendiente a un estado limitado delante de los terroristas que permanecen comprometidos con la destrucción de su país.

Porque es fácil, porque esto acomoda la visión del mundo simplista de la izquierda y proporciona una interrupción mínima a sus proyectos para un orden global, el Modelo Asimilacionista es muy difícil de sacudírselo. Su optimismo y humanismo lo hacen parecer moralmente indefendible a sus seguidores. Pero su defecto fatal, como las de todas las ilusiones utópicas, es que es completamente irreal.

El significado central de utopía es que es un lugar que no puede existir. El Modelo Asimilacionista también postula un lugar mítico traído a la vida por el deseo ideológico y la pereza intelectual de una civilización en guerra, pero que rechaza reconocerlo. El índice de violencia global musulmana ha estado creciendo constantemente y mientras los defensores del Modelo Asimilacionista siempre lo defenderán encontrando nuevas fuentes a quien culpar por el aumento de la furia musulmana, casi tan rápidamente como lo hace el fantasma grabado en video de Osama bin Laden (Tropas estadounidenses en Arabia Saudita, Israel, el Calentamiento Global, la Cultura Occidental, la OMC "Organización Mundial de Comercio"), este tipo de desprolijidad intelectual ni siquiera puede todavía comenzar a explicar por qué la violencia musulmana no se limita a occidente, por qué no se limita a los países desarrollados, por qué de hecho su única característica distintiva es la violencia musulmana en sí misma.

El Choque de Civilizaciones queda como la única explicación racional y la prescripción para la acción. Pero esto también es algo difícil, tanto práctica como moralmente, para que muchas personas lo acepten. Pero entender a la otra parte, requiere entender los defectos del Modelo Asimilacionista. Ya que al entender la naturaleza de la ilusión del otro, es que podemos comenzar a mostrarles la verdad.

FUENTE:
SULTAN KNISH-TWO MODELS-30/01/10

COMENTARIO:

Todos los días nos enteramos de un nuevo atentado exitoso en algún país musulmán que padece una guerra interna, no ocurre lo mismo en estados musulmanes fuertes y autoritarios, allí no hay atentados de ninguna naturaleza. ¿Será esa la fórmula para evitarlos? Sabemos que hay divisiones entre las distintas sectas que permanentemente se matan entre sí donde se les permite actuar.

Es triste, muy doloroso tomar conciencia de esto, pero es un hecho indiscutible. Ellos se conocen bien y saben qué los mantiene en una paz relativa, una paz obligada cuando no tienen posibilidades de combatirse sino que una es la dominante. Es decir, no existe la diversidad ni el disenso, no son democracias occidentales, son gobiernos que mantienen a la población, cualquiera sea la secta a la que pertenece, bajo control.

¿Que pasa con occidente que pretende innovar al respecto? Si no es por autoflagelación por haber sido países colonialistas o actuales imperios, se intenta asimilarlos porque aún deliran que nuestras democracias pueden irradiarse afuera y que pueden convertir a toda una cultura y sobre todo, una mentalidad, en una población ansiosa por incorporarse a países que hacen del disenso y el respeto por la persona la base de su cultura.

Nada que ver con lo que los musulmanes han vivido y cómo se sienten cuando no prevalecen sobre los demás. Porque de esto se trata, o mandan o intentan mandar. O dominan o deben ser dominados para que haya paz. Es bastante fácil verlo, cuando su cultura les permite dominar a la mujer la maltratan para hacerle conocer su lugar en su mundo, lo mismo con sus hijos, con las otras sectas, y con nosotros, los infieles. No hay termino medio, no hay respeto por el diferente, en su escala social, religiosa y política, arriba está el dominador y abajo el resto. No hay discusión.

Cuando se habla de asimilación se está dejando de lado esto que es esencial a su cultura, si se intenta adscribirlo a otra se ofenden, esa es su reacción natural. En sus países atacan al diferente, cristianos, judíos o cualquiera que no pertenezca a la secta dominante. Si no lo hicieran su cultura los categorizaría como débiles, deben ejercer su poder sobre el otro, deben imponer su autoridad.

Y no es la muerte un impedimento para esa lucha, al contrario, es un paso que los acerca antes a su ansiado destino final, la otra vida mejor que ésta y no les falta razón. Eso nos diferencia desde el principio, mientras occidente enaltece esta vida, a ellos todo les está prohibido y la promesa de otra mejor los motoriza.

Hablar de asimilación es un desatino, o nos dominan o dominamos.

ANA

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