martes, 4 de enero de 2011

751 - GLICK: ATACAR CON LA VERDAD


HIZBULLAH AND THE INFORMATION WAR (ESPAÑOL)

HEZBOLÁ Y LA GUERRA DE INFORMACIÓN


Por CAROLINE B. GLICK

(
TRADUCIDO POR SUSANA KOHAN - "SHOSH")

El 15 de enero el Tribunal Especial de la ONU va a dictar sentencias de acusación contra varios agentes de Hezbolá en Líbano por el asesinato del ex-primer ministro libanés Rafik Hariri, en febrero de 2005. Todos en Líbano y en gran parte de la región están esperando con creciente suspenso.

La noticia de que Hezbolá sería acusado por los fiscales del Tribunal se hizo pública en julio. Desde entonces, el jefe de Hezbolá Hassan Nasrallah, ha amenazado varias veces con prenderle fuego a Líbano y tal vez a Israel en caso que el fiscal en jefe, Daniel Bellemare, se atreva a seguir adelante con su acusación. Dado el historial de guerra de Hezbolá -el asesinato y la intimidación- nadie duda que la fuerza de poder Irán-Hezbolá mantendrá su promesa.

Casi inmediatamente después que Hezbolá fuera acusado como sospechoso principal en el asesinato de Hariri, su aliada, Siria, comenzó a negociar un acuerdo con Arabia Saudita, quien es el patrón de la comunidad sunita en Líbano. El objetivo de estas conversaciones es lograr que Hezbolá "se desenganche de estas acusaciones con el fin de preservar la estabilidad".

Bellemare aclaró esta semana que no se verá influenciado por esa política en el momento de cumplir con sus funciones legales. Si él es fiel a su palabra, el mes próximo los miembros de Hezbolá sin duda serán acusados de asesinar a Hariri.

Desacreditar al Tribunal es la opción más atractiva para Hezbolá y sus aliados en este momento. Con este fin, Hezbolá ha caracterizado en varias ocasiones al Tribunal de la ONU como un complot israelí-estadounidense. Siria ha insistido en que los libaneses que declararon ante el Tribunal dieron falso testimonio.

Si bien estos hechos denunciados han convencido a sus seguidores, tanto Siria como Hezbolá saben que la única forma efectiva de desacreditar al Tribunal es coaccionando al hijo de Hariri, el Primer Ministro Saad Hariri, para que repudie al Tribunal y retire el apoyo gubernamental líbanés en los autos de acusación legal.

Si bien esa medida probablemente tendría poco impacto en el juicio final del Tribunal, podría reducir el impacto político en Líbano por las acusaciones contra Hezbolá.

Según el diario israelí Haaretz, el dictador sirio Bashar Assad y el rey saudí Abdullah llegaron a un acuerdo por el que Hariri (hijo) negará las acusaciones ante el Tribunal. A cambio, Hezbolá se compromete a no matarlo.

Sorprendentemente, Hezbolá no ha anunciado su apoyo a esta oferta. Hariri ha dado una serie de declaraciones contradictorias que dan la sensación de que está tratando de ganar tiempo. Esta semana se reunió con Abdullah en Nueva York, donde el déspota saudí está bajo tratamiento médico. El miércoles viajó a Arabia Saudita para continuar con otras conversaciones.

Mientras tanto y sólo para resaltar su voluntad de cumplir con sus amenazas, la semana pasada Hezbolá forzó a la Unión Nacional de Sindicatos del Trabajo a hacer una protesta contra el gobierno. Como Hanin Ghadar señaló en el portal de noticias "AHORA Líbano" en los días previos al golpe de Estado del grupo terrorista, en mayo de 2008 tenía a todos sus afiliados sindicales haciendo protestas similares.

Y ESO nos lleva a la pregunta básica, ¿por qué Hezbolá está tomando al Tribunal tan en serio?

¿Qué importa si sus miembros son acusados por el asesinato de Hariri? Este es un grupo terrorista que siempre ha estado perfectamente dispuesto a matar para salirse con la suya. Y todo el mundo lo sabe.

Los secuaces de Hezbolá mataron a Hariri porque él estaba irritando a Nasralla y a Assad con todas sus conversaciones acerca de la soberanía de Líbano. Luego ellos mataron a un parlamentario tras otro para negarle al hijo de Hariri la mayoría parlamentaria para formar un gobierno de coalición o hacer cualquier otra cosa sin el consentimiento de Hezbolá. Cuando ni siquiera eso fue suficiente para forzar al gobierno a aceptar servilmente su oferta, Hezbolá llevó a cabo su sangriento golpe de estado en Mayo de 2008 con el objeto de tomar el control del ejército libanés.

Pasó lo mismo después de las elecciones de julio de 2009, cuando Hezbolá coaccionó a los miembros de la coalición de Hariri a cambiarse de bando y así impedir que Hariri formara una coalición sin que Hezbolá tuviera poder de veto sobre todas las decisiones del gobierno.

E incluso si Hezbolá se preocupara por lo que sus compatriotas libaneses pensaran de esto, el hecho es que Hezbolá no es un actor independiente. Se trata de un satélite iraní. Y los iraníes han dejado en claro que no les importa lo que el Tribunal haga. El dictador supremo de Irán, Ali Khamenei, anunció a principios de este mes que, en lo que concierne a Irán, las sentencias del Tribunal son nulas y sin efecto. En sus palabras, "Este Tribunal es una farsa y todos los veredictos que emita serán rechazados".

Nuevamente, ¿por qué Hezbolá está tan preocupado por este Tribunal?

Hezbolá está preocupado porque entiende el poder de los símbolos. No, sus agentes probablemente nunca serán encarcelados por sus crímenes. Pero el Tribunal es un símbolo. Si Bellemare se atreve a desafiar a Hezbolá, a continuación otros podrían considerar hacer lo mismo.

Por otra parte si Hezbolá puede obligar a Hariri a retirarle al Tribunal el apoyo del gobierno libanés y desautorizar su trabajo, habrá demostrado su fuerza y autoridad de una forma que disuadirá a otros a desafiarlo.

La respuesta de Hezbolá al fantasma del Tribunal Especial no es sólo interesante por lo que nos dice sobre las perspectivas del futuro de Líbano y por la paz y estabilidad regional. La respuesta de Hezbolá ante la amenaza de que sus miembros serán acusados como asesinos de Hariri nos enseña lecciones interesantes sobre la naturaleza de la guerra de información.

La guerra de información no es simplemente una manera de competir para sacar las noticias como se considera en occidente. La guerra de información es una forma de guerra cuyo objetivo es utilizar palabras, símbolos e imágenes para obligar a la gente a tomar acciones reales. Estas acciones pueden incluir todo: guerra, terrorismo y rendición.

En las sociedades cerradas, la guerra de información se utiliza para hacer que las personas se unan a los grupos que llevarán a cabo los planes y procedimientos para lanzar su guerra de información y movilizar a los partidarios para que actúen en contra del enemigo elegido. Por ejemplo, cuando los líderes están interesados en inspirar ataques terroristas contra Israel, la Autoridad Palestina transmite (en los medios) 24 horas continuas la incitación contra Israel.

El 8 de mayo de 2001 un grupo de palestinos de una aldea adyacente a la comunidad israelí de Tekoa, en Gush Etzion atraparon a dos niños judíos, Koby Mandell y Yosef Ishran, de Tekoa. Los niños fueron golpeados y apedreados hasta morir. Los detalles de esa carnicería son indescriptibles.

¿Qué es lo que hace que seres humanos asesinen niños? ¿Cómo puede una persona lastimar a un niño de la manera que sus asesinos lo hicieron?

La respuesta es: la televisión palestina.

En las semanas previas a este asesinato, PATV (la Televisión Palestina financiada por donantes extranjeros) transmitió continuadamente imágenes manipuladas de los que ellos aseguraban eran atrocidades cometidas por Israel. Mostraron imágenes retocadas de cadáveres mutilados y afirmaron que Israel había abusado de los mutilados. Israel y los judíos fueron demonizados por estas imágenes falsas y después de un rato de seguir viendo estos programas en televisión, los palestinos creyeron que los judíos, incluidos los niños judíos, eran monstruos que debían ser destruidos y obligados a pagar por sus crímenes imaginarios.

Este fue un acto de guerra informativa que en este suceso llevó a esos palestinos a masacrar a Koby Mandell y Yosef Ishran.

En cuanto a la guerra de información dirigida a los occidentales, también en este caso la Autoridad Palestina, al igual que Hezbolá, tiene un largo historial de éxito. Los periodistas saben que la Autoridad Palestina no tiene ningún reparo en secuestrar, detener y golpear a periodistas. Lo hacen rutinariamente con los periodistas palestinos. Los periodistas occidentales que entran a trabajar para la AP llegan con pleno conocimiento de esto y reconocen que si quieren estar a salvo deben contar solamente historias que hagan feliz a la Autoridad Palestina.

Por ejemplo, después que el equipo de televisión de la Red Italiana de Difusión "Mediaset" mostrara tomas de policías palestinos de la pandilla de linchamiento asesinando y desmembrando a dos solados de la reserva Israelí, Vadim Nozhitz y Avrahami Yosef, en Ramallah en octubre de 2000, Ricardo Cristiani, subjefe de la oficina de la red de televisión italiana RAI en Jerusalén, publicó una disculpa en el diario de la Autoridad Palestina Al-Hayat al Jadida.

Entre otras cosas, Cristiani, escribió: "Nosotros [RAI] queremos enfatizar a todos ustedes que los hechos no sucedieron así, porque la RAI siempre respetó (y seguirá respetando) los cánones con la Autoridad Palestina para nuestro trabajo periodístico en Palestina y somos creíbles porque nuestro trabajo está hecho con precisión."

Ante el temor de ataques palestinos de venganza, Mediaset se vio obligado a cerrar sus oficinas.

Esta semana, la policía sueca y danesa anunciaron el arresto de cuatro terroristas musulmanes que iban a llevar a cabo una masacre en el periódico Jyllands Posten. El ataque iba a vengar la publicación en ese periódico de caricaturas de Mahoma en el año 2005.

Un cable diplomático de EE.UU, filtrado por Wikileaks y publicado el lunes por el diario sueco Aftonbladet, informó que Asad de Siria dirigió la guerra de información en 2006, la que dio lugar a disturbios contra Dinamarca y contra el periódico Jyllands Posten en todo el mundo musulmán en 2006. Assad había ordenado al Gran Mufti de Siria incitar a sus compañeros imanes a atacar a Dinamarca por la publicación de las fotos.

La respuesta del mundo árabe a Wikileaks muestra lo poderosa que es la incitación contra Israel y los judíos en la psiquis árabe. Según dice Hazem Saghiyah desde el portal de noticias "AHORA Líbano", el mundo árabe fue acuciado por la confusión porque en los cables de EE.UU. Israel no fue presentado como demoníaco.

Como dice Saghiyeh, para los árabes, que han llegado a creer que Israel controla el mundo a través de su poder satánico, "estos documentos habrían proporcionado el argumento decisivo" en contra de Israel.

Como los expuestos como mentirosos de doble cara son los árabes y no Israel, su recurso ha sido tildar a la operación de Wikileaks como una gran conspiración sionista.

TODO ESTO muestra que las guerras de información significan algo más que obtener los hechos. Al igual que la guerra cinética, aquí existen juegos de poder, intimidación, uso del subconsciente y manipulación visceral.

Israel ha despertado a un solo aspecto de la guerra de información. Ha reconocido las consecuencias de años de demonización en Europa y en organizaciones internacionales. Sin embargo, Israel todavía tiene que despertar al hecho de que se trata de un tipo de guerra que debe ser contrarrestada con una guerra de contra-información.

Obviamente, esto no significa que Israel debe comenzar a actuar como sus enemigos. Pero Israel debe comenzar a utilizar técnicas más sofisticadas que sus nudillos para defenderse. Debe comenzar a apuntar a las emociones de la gente tanto como a sus mentes.

Por ejemplo, cuando Israel se enfrenta con demandas por actuar en legítima autodefensa, responde con sus abogados defensores. Cuando los EE.UU. estaban en peligro de guerra legal en las cortes belgas, el entonces secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, respondió amenazando con retirar la sede de la OTAN de Bélgica.

Cuando se acusa a Israel de atacar a civiles palestinos, responde llamando a los asesores legales de las unidades de combate. Lo que debe hacer ahora es emitir públicamente material fílmico de los niños palestinos siendo entrenados como terroristas y explotados como escudos humanos.

La guerra es un negocio sucio. La guerra de información es una sucia forma de guerra. Si no queremos perderla, es mejor que empecemos a luchar.

Caroline B. Glick trabaja en el Center for Security Policy en Washington, y es Editora General Adjunta del Jerusalem Post.

FUENTE:
GLICK/J.POST-HIZULLAH THE-31/12/10

Publicado originariamente en el Jerusalem Post.

COMENTARIO:

La gran diferencia entre Israel y sus enemigos es que no necesita mentir en su guerra de información. Hay atentados, misiles y acusaciones tan absurdas contra Israel que con sólo decir la verdad le alcanza para ser considerado la víctima y no el victimario. El problema está en que a simple vista el mundo ha creído la narrativa palestina, han sabido mantener durante mucho tiempo a su pueblo en condiciones que cualquiera se inclina a atribuirlas a Israel y no al delirio de la dirigencia palestina.

A pesar que lo dicen, "nunca aceptaremos un estado israelí, los echaremos al mar". ¿El mundo tiene sordera mental?

Entonces es difícil convencer a la opinión pública para que trate de averiguar: ¿por qué viven así los refugiados árabes de Palestina? ¿Por qué son pobres si han recibido tanto dinero de todos nosotros? ¿Por qué tienen tanta prensa y ninguna Israel para que sean escuchadas sus razones?

¿Quién recuerda que los judíos se retiraron de Gaza con la "esperanza" que fuera un paso hacia la paz y sólo recibió misiles a cambio? ¿Son muchos los que saben que el territorio entregado a los judíos cuando su creación era tan descabellado que fue una invitación al ataque de los países árabes del que milagrosamente el Estado Judío sobrevivió?

¿Se sabe que Jordania ocupó Jerusalén y los judíos no podían entrar allí? Cuando la perdieron en la guerra que los árabes emprendieron Jerusalén pasó a ser una ciudad donde todos pueden entrar, porque Israel la hizo libre para los fieles de cualquier religión.

Como dice Glick, la guerra de información es sucia porque se puede mentir, pero con decir todas las verdades de su reciente historia a Israel debería alcanzarle para ser comprendido. Entonces, ¿cuál es su problema? La difusión, Israel no vende y no se le teme. Israel no pone bombas si le hacen caricaturas o lo "ofenden", por eso nadie se cuida de acusarlo de cualquier cosa. Y algo mucho peor: no tiene petróleo.

Además, Israel quiere paz con sus vecinos, no quiere avivar el fuego de la intolerancia y el odio. Todo lo contrario de sus enemigos, ellos se esmeran por criminalizar a Israel porque sin sembrar odio e inventar razones no tienen excusas para empujar a su gente a esta guerra sin fin, para despertar la compasión del mundo y conseguir apoyo universal en dinero.

No obstante, puede pasar al ataque de otra manera y lo hace, con sus logros y sus amigos, que son muchos según
Gabriela Shalev, que acaba de dejar el cargo de embajadora israelí ante la ONU, porque todo tiene un límite y la mentira también.

En resumen, Israel ha estado siempre a la defensiva en esta guerra mediática, es hora que, aún cuando no tenga las "razones" que pueden emplear países tan poderosos como EE.UU. encuentre, y seguramente las encontrará, otras razones tan importantes como repetir hasta el cansancio y hasta que sea escuchado, su verdad fundamental, que no regalará la paz con acciones unilaterales que sus enemigos no aprecian. Que para que haya paz ambos deben desearla y comprometerse, como debe esperarse de un buen adversario. Videos, películas, conferencias, entrevistas a personalidades de prestigio, todo debe ser usado atacando y contando la verdadera historia, no defendiéndose de la campaña en su contra.

Pero que sea claro para todos que nunca más permitirá que su destino esté en manos de otros, porque esa historia no se repetirá.

ANA


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