domingo, 16 de enero de 2011

768 - CIDIPAL - WARREN - MATANZAS DE CRISTIANOS


UN POGROMO EN BAGDAD

Por DAVID WARREN


MATANZAS DE CRISTIANOS EN IRAK-EURONEWS

Con rapidez, las noticias de último momento pasan a “archivo”; pero se necesitan días, semanas y a veces hasta años, para reconstruir lo que realmente ocurrió. En ocasiones no existen sobrevivientes de un crimen o una catástrofe, y no se cuentan con testimonios más allá de lo que puedan facilitar los especialistas forenses. Pero los humanos no son tan fáciles de matar y existen usualmente algunos acusadores que quedan en el camino.

El domingo 31 de octubre, durante la Misa, terroristas islámicos atacaron la principal Iglesia Católica Siriaco en Bagdad, la Catedral de Nuestra Señora de Eterna Misericordia. Aunque hubo en todo el mundo musulmán crecientes y persistentes ataques contra los cristianos, así como contra otras minorías religiosas, éste fue especialmente notable y mereció mucha más cobertura periodística. Muchos de los detalles recién ahora están apareciendo; de los heridos que partieron desde Irak a Roma, y otras ciudades europeas, para su tratamiento médico.

La embestida fue sostenida durante cinco horas. Las autoridades militares iraquíes tenían rodeada la Iglesia durante la mayoría del tiempo; helicópteros de fabricación americana sobrevolaban el lugar. Sin embargo, más que arriesgar las vidas de los soldados, las autoridades se conformaron con contener la masacre.

Había comenzado con un golpe de distracción contra la Bolsa de Valores de Bagdad, cruzando la calle: dos de sus guardias fueron asesinados. Quienes se encontraban dentro de la iglesia pudieron oír el rifle automático que comenzó cerca del final del sermón. Al principio, los fieles se tranquilizaron cuando el ataque no parecía dirigirse contra la iglesia. Sus entradas fueron bloqueadas y el portón principal de madera fue cerrado con barricadas.

Un jeep se estacionó fuera de la iglesia y luego explotó. Una brigada de jihadis, con uniformes del ejército iraquí, irrumpió por la entrada principal al estilo comando. Primero, un cura -el Padre Wasim, que se encontraba entre aquellos que intentaban sostener la puerta- gritó, “¡Déjenlos en paz, llévenme a mí!”. Le dispararon de inmediato. El Padre Thair gritó desde el altar. Fue lo mismo, “¡Déjenlos en paz, llévenme a mí!”, y también fue aniquilado.

Mientras eso ocurría, el Padre Raphael logró llevar a unos 70 fieles dentro de la sacristía y bloqueó su puerta. A su debido momento, los jihadis descubrieron que tenía una pequeña ventana, y lanzaron granadas hacia allí: otros se entretenían disparando contra la puerta.

Dentro de la Catedral, los jihadis utilizaron el crucifijo central para prácticas de tiro al blanco, mientras disparaban y se burlaban, “¡Vamos, díganle a Él que los salve!”. Para su conveniencia ejecutaron a los hombres de la congregación mientras aterrorizaban a las mujeres y a los niños de diversas formas. Dispararon contra unas niñas que intentaban usar sus celulares; dispararon contra bebés que lloraban. Y, en árabe clásico, con acentos sirios y egipcios declararon: “Iremos al cielo y ustedes irán al infierno. ¡Alá es maravilloso!”.

También, según su conveniencia, durante las cinco horas se detuvieron en dos ocasiones para los rezos islámicos formales. Además, pusieron bombas alrededor de la Catedral, para hacerlas explotar después pero, debido a falta de instalación eléctrica y cableado, no explotaron. Los sobrevivientes, en las versiones que vi en los medios italianos, dicen que los jihadis se quedaron sin municiones, y comenzaron a llamar para que detonaran las bombas. Contaban con varios colegas posicionados en el techo, orquestando los acontecimientos; tranquilos y con las tropas rodeando la iglesia. Dos de los jihadis, con cinturones suicidas, lograron hacerse explotar.

Finalmente, las tropas iraquíes entraron en acción. Se hizo el recuento de los muertos; los heridos fueron retirados y llevados a los hospitales donde se encontraban sus parientes y amigos haciendo sus reclamos histéricos. La iglesia fue “asegurada”, de modo que los transeúntes no vieran la escena de la devastación.

Mi lector podrá obtener más detalles a través de una paciente búsqueda en Internet. Los hechos mencionados parecen indiscutibles. Lamentablemente, la mayor parte de los reportes se redujeron a “58 muertos y un gran número de heridos”. Hubo algunas editoriales ofensivas, que condenaron en general “la intolerancia religiosa”, poniendo al mismo nivel a los asesinos y a las víctimas.

El éxodo de los cristianos de Irak es hoy más o menos de conocimiento público. Dentro de Irak existe un movimiento desde ciudades como Bagdad y Mosul -que alguna vez contaban con grandes poblaciones cristianas- hacia territorios más seguros en el Kurdistán iraquí.

A lo largo de Medio Oriente, desde países que permanecieron con mayoría cristiana tiempo después de las conquistas islámicas del siglo VII, el éxodo de los últimos cristianos avanza. En Palestina, ciudades cristianas por completo, como Belén hace poco, fueron islamizadas. En Líbano -establecido como enclave cristiano- Hezbollah tomó el control. Los cristianos coptos de Egipto, que aún suman millones, sufren con frecuencia ataques violentos. Etcétera.

Alguna vez hubo judíos en todo Medio Oriente. Ahora se encuentran sólo en Israel, donde su absoluto derecho a la existencia es desafiado. Los cristianos siguen ahora a los judíos hacia el exilio o la extinción. Pero en Occidente no nos queremos enterar.

FUENTE:
CIDIPAL-WARREN-POGROM-12/12/10

FUENTE: OTTAWA CITIZEN

COMENTARIO:

Esto no pasaría si no hubiera permisividad oficial, esto es lo que se debe denunciar. Esperar para actuar, no para impedirlo sino para contar las víctimas, es imposible sin la complicidad de los funcionarios a cargo del orden público y es evidente que actúan así porque nadie les pedirá explicaciones. No es de extrañar que no sólo los católicos y judíos traten de escapar de estos países, sino los mismos musulmanes para quienes presenciar estas barbaridades debe afectar su vida.

No debe sorprendernos que haya musulmanes por todo el mundo, nadie en su sano juicio puede elegir vivir en el crimen y la violencia, porque esto no puede ser definido de otra manera. Y permitirlo es una forma de que puedan saciar su sed de sangre humana, son locos a los que no se los combate dentro de su misma sociedad, prefieren apaciguarlos y dejarlos hacer.

Pero estamos hablando de la muerte de seres humanos que son víctimas del azar en un país u otro, todo el tiempo salen en los diarios matanzas de esta naturaleza sin que el mundo entero no exija explicaciones a los gobiernos donde ocurren, todo lo contrario, son capaces de aceptar que estos crímenes no pudieron evitarse.

Y llegará el momento en que aunque sea por vergüenza, los organismos internaciones les digan: basta.

ANA


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