martes, 11 de enero de 2011

762 - CIDIPAL - AYALON - NEGOCIACIÓN, NO RENDICIÓN


¿QUIÉN FRENA EL PROCESO DE PAZ?

Pregunten a los palestinos, directa y abiertamente, si están preparados para hacer alguna concesión.

Por DANNY AYALON


El quiebre en las conversaciones de paz israelí-palestinas, resultó predecible por la culpa depositada, casi con exclusividad, sobre Israel. Sin embargo, los acontecimientos de los últimos 17 años -desde el comienzo de las conversaciones de paz israelí-palestinas- demuestran una historia diferente sobre lo que impidió la paz.

Desde que fueran firmados los acuerdos de Paz de Oslo (1993), la posición israelí acerca del proceso de paz progresó y evolucionó de modo constante. Esto fue mejor enunciado por los generosos ofrecimientos realizados por los Primeros Ministros Ehud Barak y Ehud Olmert (en 2000 y 2008 respectivamente). En cumplimiento de casi todas las demandas palestinas esas ofertas fueron rechazadas sin mayores discusiones o contraofertas.

El actual gobierno israelí aceptó el principio de una solución de dos Estados para dos pueblos. Israel contribuyó al mejoramiento de la vida de los palestinos hasta el punto en que el crecimiento económico de la Margen Occidental es mayor que casi cualquier parte el mundo; removió más de las dos terceras partes de todos los puestos de control e inició una moratoria unilateral en la construcción en los asentamientos.

Más aún, el primer acto del Primer Ministro Benjamin Netanyahu, al asumir sus funciones hace 21 meses, fue llamar a las negociaciones con los palestinos en cualquier parte, sin precondiciones y con todos los temas sobre la mesa.

Desafortunadamente, la posición palestina durante esos 17 años, no se movió ni un centímetro de sus demandas maximalistas. ¿No es tiempo que los palestinos sean consultados, directa y abiertamente, si están preparados para hacer alguna concesión? ¿Están preparados para reconocer a Israel como Estado judío y la conexión judía con el Muro Occidental y el Monte del Templo? ¿Están preparados para reconocer que hay judíos refugiados en Estados árabes y que Israel tiene preocupaciones muy reales sobre su seguridad?

Mientras el mundo se focalizó en la construcción de un acuerdo pasó desapercibido que, en gran parte, los líderes palestinos se están retirando de las posiciones aceptadas, en especial la necesidad de una solución de dos Estados para dos pueblos.
Fui testigo directo cuando el Primer Ministro de la AP, Salam Fayyad, rechazó firmar un sumario de un encuentro que incluía esa terminología.

Los palestinos fueron muy exitosos al presentar a Israel como la parte obstruccionista, incluso cuando se comprometieron a un ciclo consistente de evasión y rechazo, que se replicó a sí mismo muchas veces durante casi dos décadas. El ciclo comienza con los palestinos buscando cualquier excusa para no llegar a las negociaciones; escapando de un proceso abierto y honesto y, por tanto, ubican la responsabilidad en Israel por el quiebre de las conversaciones de paz.

Los palestinos amenazan con declarar unilateralmente su propio Estado y, en cantidad de ocasiones, amenazaron con violencia contra Israel. Se embarcaron en una campaña política de ataque a la legitimidad de Israel, abusando de foros internacionales tales como Naciones Unidas, para intentar crear un ímpetu anti-Israel.

El reciente debate sobre una moratoria extendida en los asentamientos es un buen ejemplo. Desde su creación, el actual gobierno israelí despejó el camino para las negociaciones directas sin precondiciones.


Israel impuso una moratoria de 10 meses. Los palestinos obstaculizaron y rechazaron unirse a negociaciones directas. Cuando la prórroga expiró, los palestinos exigieron su extensión en la misma política que no fue lo suficientemente buena para llevarlos a la mesa de negociaciones durante más de un año. Más aún, los asentamientos constituyen una pista falsa.

De acuerdo con los acuerdos firmados, asentamientos y fronteras son temas del status final. Los palestinos los convirtieron en precondición.

Mientras los palestinos y sus partidarios protestan que los asentamientos están insumiendo más de la tierra que reclaman para su futuro Estado, las cifras reales sugieren otra cosa. Hoy, 43 años desde que Israel ganó el control de la Margen Occidental, las áreas urbanizadas de los asentamientos constituyen menos del 1.7 % del área total.

Ambas partes podrían querer que sus demandas sean cumplidas. Pero, una solución negociada es la única manera en que la región alcance el resultado necesario de una reconciliación pacífica e histórica entre judíos y árabes, israelíes y palestinos. Ambas partes necesitan hacer concesiones e Israel hizo muchas.

Para que el proceso de paz avance y sea logrado, la comunidad internacional tiene que tomar una histórica y valiente decisión de ignorar las presiones de la Liga Árabe y los foros internacionales de la Organización de la Conferencia Islámica, que proveen -a los que rechazan- un premio y empujan a los palestinos más allá de la mesa de negociaciones.

La comunidad internacional debe rechazar las excusas y amenazas de los palestinos.

No hay sustituto para la solución negociada y ésta tiene que ser enunciada, con fuerza, hacia todas las partes. La presión debería ser ejercida sobre quienes rechazan llegar a la mesa de negociaciones, no sobre quienes ya se sentaron.

Adoptar las posiciones palestinas sin criticarlas impide la paz. La comunidad internacional debería romper el ciclo de evasión y rechazo palestino.

Danny Ayalon es Vice Ministro de Relaciones Exteriores de Israel y ex Embajador de Israel en EE.UU.

FUENTE:
CIDIPAL-AYALON-PROCESO DE PAZ

FUENTE:
LOS ANGELES TIMES-AYALON-14/12/10

COMENTARIO:

No hay mejor argumento para poner al mundo a su favor que victimizarse, esto es lo que hacen los dirigentes palestinos. Mientras exigen TODO usan a su pueblo, lo mantienen en la desesperanza, lo incitan contra Israel educándolo en el odio y mintiéndole que el territorio de Israel les pertenece. Esto puede verse en la TV palestina con el poder de convicción que hoy tiene este medio, que supera ampliamente a cualquier otro que haya existido en el pasado.

Si esto no fuera suficiente, sus ex-socios -el Hamás de Gaza- tiran misiles, un día si y otro también, de modo que cuando Israel contesta pasa a ser el agresor a los ojos de la opinión pública mundial, que ya está preparada para creerlo. Nadie puede pensar que en realidad David sigue representando a los judíos de hoy, la propaganda rinde sus frutos.

Sin embargo, a pesar de tener a la opinión pública en contra -ese mérito hay que darle a los dirigentes palestinos y a toda la nación árabe- Israel sigue defendiendo su posición de sentarse a la mesa de negociaciones dispuesto a buscar juntos un acuerdo que satisfaga las necesidades de ambos pueblos. Pero cuando se trata de un adversario que ha conseguido, a costa de su gente, tener de su lado a la Comunidad Internacional, los medios, el hombre común, la tarea es muy difícil. Aunque grite sus razones, nadie escucha.

Esta vez la historia no les preguntará a los judíos si hicieron lo que debían para salvarse y por qué no lucharon, como ocurrió en el pasado. Porque no van a aceptar mansamente que lo vuelvan a acorralar en un territorio tan pequeño e indefendible como el que le asignaron cuando fue fundado.

Porque esto hay que decirlo muchas veces, no le dieron lo que se les había prometido y, aún así, no fue suficiente para la nación árabe que decidió que podía vencerlo y perdió.

Los árabes arriesgaron y perdieron. PERDIERON. Y cuando se pierde el vencedor tiene derecho a poner condiciones, la más importante es no volver a la situación en que estaba y que provocó que lo atacaran. O sea, es inevitable la negociación, no la rendición, así el mundo entero esté dispuesto a sacrificar nuevamente a este pueblo al que la historia no podrá preguntarle si esta vez fue capaz de rebelarse, a pesar de la indiferencia y complicidad de un mundo que está dispuesto a aceptar que la historia se repita.

El David moderno sigue siendo pequeño, pero ahora tiene algo más que una honda para disuadir o vencer a sus enemigos.

ANA

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