miércoles, 26 de enero de 2011

772 - GREENFIELD - APOYANDO AL TERROR


ISLAMIC TERRORISM IS AN INSIDE JOB (ESPAÑOL)

EL TERRORISMO ISLÁMICO ES UN TRABAJO CON APOYO INTERNO

Por DANIEL GREENFIELD


THE SULTAN KNISH BLOG


(TRADUCIDO POR ANA)

Al comienzo del nuevo año, el Gobernador de Punjab fue
asesinado porque se había opuesto a la petición de los islamistas de Pakistán de ejecutar a una mujer cristiana con falsas acusaciones de blasfemia que surgieron del acoso por parte de sus vecinos musulmanes. El asesino fue uno de los miembros de su propio personal de seguridad. Alrededor de la misma época, en Egipto, las fuerzas de seguridad se retiraron de una iglesia copta y una hora más tarde un coche bomba estalló matando a 21 e hiriendo a más de 100. Y esta no fue la primera vez que las fuerzas de seguridad se han retirado antes del ataque a una iglesia.

La primera orden del día fue enturbiar las aguas. El gobierno egipcio lo trató como un ataque nacional a Egipto por parte de extranjeros.
La Casa Blanca de Obama hizo declaraciones afirmando falsamente que tanto cristianos como musulmanes fueron víctimas del ataque de Alejandría. Ambos evitaron identificar claramente tanto a las víctimas de los autores como señalar a la turba de musulmanes cantando Alá Akbar mientras los muertos se quemaban. Cuando el burka se levanta lo suficiente como para identificar a los atacantes como musulmanes, será sólo para describirlos como "extremistas". Pero también está claro que estos "extremistas" están representados en las fuerzas de seguridad de ambos países. Lo que una vez más plantea la pregunta, ¿de todos modos, qué es un extremista?.

Por mucho que a la izquierda le gusta creer que el terrorismo islámico es la tarea de adolescentes traumatizados muriéndose de hambre, en realidad es llevada a cabo por hijos de las clases medias y altas del mundo musulmán. Osama bin Laden era un hombre muy rico, descendiente de una de las familias más poderosas de la región que había sido adoptado por la familia real saudí. Anwar Al-Awlaki es el hijo de una de las familias más poderosas de Yemen. Yasser Arafat era parte del clan Husseini, otra vez una familia del área más prominente, cuyo principal miembro era el colaborador nazi
Mufí de Jerusalén. Los líderes de los "extremistas" resultan ser líderes locales y también regionales. Llamarlos extremistas tiene tan poco sentido como llamar extremistas a Hitler y al partido nazi. En alguna escala política, podrían ser extremistas, pero eso no significa que sus opiniones no fueran representativas a nivel regional. Si ese fuera el caso, su causa habría sido condenada desde el principio.

Los terroristas musulmanes no son un pequeño grupo de locos con un plan que no puede tener éxito, aunque los opositores a la Guerra contra el Terror aman caracterizarlos de esa manera.
Ellos están indirectamente afiliados a una coalición global de líderes musulmanes, señores de la guerra, predicadores, políticos, generales y tribus que están luchando para establecer una teocracia mundial. Lo mismo que los nazis, su perfecto sistema social está en última instancia condenado a venirse a abajo por su propia inoperancia, pero hasta que eso ocurra, puede que no haya quedado nadie para reconstruir la civilización de las ruinas del Califato.

En el mundo musulmán el terrorismo no es un caso marginal, sino un trabajo con apoyo interno. Los terroristas musulmanes son "corsarios" de su cultura. Llevan a cabo los ataques en incursiones con el apoyo explícito o implícito y el permiso de estados y facciones políticas. Ese apoyo no se da al azar, es un acuerdo quid pro quo. Los ataques terroristas sirven a los propósitos de los dirigentes que los financian y proporcionan espacio para sus campos de entrenamiento y operaciones.

Nos guste o no, Osama bin Laden tiene más en común con Sir Francis Drake, que el que tiene con Charles Manson. Su califato no es una cueva de locos aislada, es la visión de todos los líderes musulmanes desde Mahoma. Una fusión de religión y política en un derecho divino de los gobernantes, un movimiento que barrerá al mundo y pondrá a todos bajo un mismo sistema social islámico. Puede parecer ridículamente atrasado si no fuera por el hecho de que Europa y Rusia están programadas para volverse musulmanas antes de que el siglo haya terminado. Y cuando esto suceda, los pilares de lo que conocemos como civilización se vendrá abajo. Y Norteamérica quedará sola como una escisión bizantina del Imperio Romano, mirando la garganta belicosa del Islam.

Occidente se ha quedado sin fronteras propias, aunque actualmente es la frontera de Oriente. Los nuevos colonos no vienen de Inglaterra, Holanda y Francia,
ellos van hacia Inglaterra, Holanda y Francia. Sus nombres son más propensos a empezar como Mohammad que como Christopher. Pero el proceso es el mismo. Y esta vez, nosotros somos los Incas, la gran civilización dividida por rivalidades internas, escondiéndonos entre nuestras vastas ciudades y monumentos de grandes torres, y ofreciendo nuestras habitaciones de oro a los invasores bárbaros a cambio de nuestras vidas. Sólo para descubrir que de todos modos tienen la intención de tomarlas.

Para nosotros Mohammed Atta puede ser un monstruo, pero para el mundo musulmán es un mártir religioso y, desde el punto de vista secular, otro Francisco Pizarro, un bastardo que hundió en el mar a esas personas infrahumanas convirtiéndolas en ruinas. Esto no es equivalencia moral, es el choque de civilizaciones. Y estamos en el lado equivocado. Como muchas civilizaciones que se derrumbaron nosotros podríamos salvarnos con tanta facilidad que es casi ridículo. Pero en cambio nosotros elegimos negociar, rogar e incluso ponernos del lado de los saqueadores y asesinos que nos cortan la garganta.

Esto ha sucedido antes. Ahora está sucediendo de nuevo.

Los Pequeños Mogadiscios, Líbanos y Marruecos que están apareciendo en nuestras ciudades no son signos de vitalidad cultural, ellos son colonias. Europa lentamente se está dando cuenta, pero el relato multicultural es demasiado fuerte en Norteamérica como para que ese pensamiento penetre más allá de una pequeña capa informada de la sociedad. La violencia musulmana que sigue a su inmigración no va a ser domesticada por medio del acomodamiento de seminarios interreligiosos. ¿Y por qué debería serlo? La violencia es un síntoma del choque de civilizaciones. Ella no se impulsa por el deseo musulmán de ser aceptados en una sociedad multicultural, sino por la imposición de un mandato para que aceptemos la supremacía de sus valores, cultura y religión.

Es fácil, por supuesto, gritarle "racista" a cualquiera que hable de esa manera. Más fácil que gritárselo a los musulmanes que están bombardeando sinagogas. Sin duda más seguro. No importa que no estemos hablando de razas sino de creencias. (E inclusive la idea nazi de la raza fue un absurdo montaje que afirmó que un alemán con un solo abuelo judío no era ario, pero que todo japonés lo era.). Las creencias vienen con un propósito. Lo mismo que las religiones. Y cuando una religión afirma su primacía sobre el derecho civil como algo natural, entonces no investigarla es la mayor de las tonterías. La peor de las traiciones.

Cualquiera que no esperara que la violencia y la supremacía nadara en la superficie, cuando las aguas residuales de Kuwait, Argelia, Pakistán, Jordania y Somalia fueron vertidas en el estanque de Europa y en la bahía de América del Norte, pudieron no haberle prestado atención. El Islam nunca ha existido como una religión minoritaria por mucho tiempo, sin que haya sido reprimido o aislado del resto del mundo musulmán. Donde el judaísmo ha sido una religión minoritaria por más de 2000 años, y el cristianismo lo ha sido por siglos (incluso más tiempo para algunas denominaciones), Mohammed terminó el status de Islam minoritario no mucho después de que él lo inventó, por el mero hecho de matar y expulsar a todos los no musulmanes. Eso no es un accidente de la historia, es el patrón sangriento y brutal del islam.

No sorprende que los musulmanes estén tratando de poner fin a la condición minoritaria del Islam en Occidente por los mismos medios. Y están llevando a cabo una guerra desquiciada contra Israel, mientras masacran a cristianos desde Sudán a Egipto y a Pakistán. Muchos de los grupos musulmanes y los estados responsables de estas acciones no se llevan bien entre sí. A veces violentamente. Lo que los une no es tanto una alianza formal, sino una visión común del mundo que deriva del Corán. Una visión del mundo de la que no nos atrevemos a hablar, porque criticar a un texto genocida del siglo séptimo y al líder militar analfabeto que lo dictó, se ha convertido en un delito o en actos que pueden costarle la vida. No en Pakistán, cuyo gobernador fue asesinado por intentar defender a una mujer cristiana acusada de blasfemia contra el islam, sino directamente aquí. En el mundo occidental donde, entre todos los lugares, la libertad de expresión fue puesta una vez por encima de todo.

¿Somos conquistadores o conquistados? Eso en última instancia depende de nosotros. Nuestro liderazgo puede tratar de sobornar al mundo musulmán con sitios de oro, pero si nos imaginamos a nuestros descendientes como algo más que campesinos de segunda y tercera clase y comerciantes, en la cultura de nuestros conquistadores, entonces es hora de dejar de escucharlos.

El terrorismo islámico no es una amenaza marginal menor, es el líder de una ola que está arrasando en todo el mundo. Las bombas son lo de menos. Sólo son puntos de fricción, chispas que nos muestran una fracción de la energía cinética trabajando en el choque de civilizaciones. Es el trabajo con apoyo interior de los estados musulmanes que están sintiendo su fuerza, sus apaciguadores occidentales están demasiado atemorizados como para hacer cualquier cosa y juegan el papel de Atahualpa con los Pizarros musulmanes, saqueando alegremente nuestra civilización de todo lo que ellos pueden tomar. No es el descontento de los oprimidos, sino la avaricia y lujuria de los opresores. Nosotros no somos los opresores, pero si esto sigue así... seguramente nos convertiremos en los oprimidos.

FUENTE:
SULTAN-ISLAMIC TERRORISM-04/01/11


COMENTARIO:

No habría terrorismo en Occidente si fuera combatido completamente dentro de sus países de origen. No habría terrorismo en el mundo entero si no tuvieran el dinero suficiente para mantener a su gente entrenada y adoctrinada para imponer su ideología por medio del terror. Los países musulmanes combaten a las sectas enemigas dentro de su territorio pero no hacen lo que es debido para que no actúen fuera de él. Ellos finalmente se quedarán con los despojos.

Lo dijo Kadafi, "el terrorismo no es necesario, los dominaremos a través de sus leyes" (o sea, la práctica y aceptación del multiculturalismo en Occidente, NO en los países musulmanes). Kadafi tuvo que reconocer la autoría del atentado de Lockerbie (Escocia). "En octubre de 2002, el gobierno de Libia ofreció una compensación de unos 10 millones de dólares estadounidenses por víctima y el 15 de agosto de 2003
aceptó formalmente la responsabilidad por el atentado." ... "... el 20 de agosto de 2009 Abdel Baset al-Megrahi fue liberado por el gobierno escocés alegando razones humanitarias; el Secretario de Justicia escocés Kenny MacAskill explicó que su sistema judicial exige la justicia pero también debe mostrar ´compasión´, por lo que con un cáncer terminal de próstata, el condenado debería ir a Libia a morir, los médicos que lo atendían en prisión constataron el deterioro de la salud de Megrahi acotando que tenía no más de 3 meses de vida." Todavía está vivo y sus víctimas fueron 270... ¿Qué compasión tuvo él por sus víctimas?

"...el excarcelado ha sido recibido en el aeropuerto por ´miles de personas´ que ondeaban banderas libias y escocesas." (Kadafi declaró que como país democrático no podía impedir esas manifestaciones populares). "La decisión adoptada por el Gobierno escocés ha sorprendido al Reino Unido, dada la gravedad del atentado y la excepcionalidad de la medida. La
prensa británica ha especulado en los últimos días sobre una posible vinculación entre la excarcelación del terrorista y los intereses petroleros del Reino Unido en Libia.Tres importantes empresas británicas -BP, Shell y BG- han firmado acuerdos para desarrollar proyectos en Libia relacionados con la explotación de gas y petróleo en la región durante los últimos años. El príncipe Andrés, duque de York, ha realizado cuatro visitas a Libia en los últimos dos años para entrevistarse con el líder libio, Muamar el Gadafi, y su hijo.

En
este cable se lee, entre otras muy interesantes informaciones, que de no haberlo liberado habría habido desastrosas implicaciones para los intereses británicos en Libia.

Las conclusiones son claras, ellos no tienen terrorismo interno porque lo aniquilan, pero lo exportan y, llegado el caso, apaciguan a su propia gente repatriando a los que fueron exitosos. Si seremos tontos que no lo queremos ver...

Algunos datos más, ahora mismo, en Túnez, Ben Ali combatió al terrorismo con mano dura y quién sabe quién tomará el poder allí, él está a buen resguardo en Arabia Saudita, lo mismo que Khomeini en su momento. Egipto y Jordania están teniendo manifestaciones populares que seguramente aplastarán con mano dura. En sus países no hay terrorismo, el terrorismo lo sufrimos nosotros.

Creo que Kadafi tiene razón, multiculturalismo aquí, no allá. Nos dejamos tomar el pelo mientras los conocidos de siempre hacen buenos negocios apoyados directamente por los idealistas/delirantes que encuentran buenas razones para asociarse con culturas tan primitivas como crueles. Para ellos los Derechos Humanos sólo deben respetarse en Occidente.

ANA


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