domingo, 8 de septiembre de 2013

1185 - SIRIA: LA BUENA MEMORIA


¿DÓNDE ESTABAN LOS PACIFISTAS CUANDO SE DENUNCIABAN LAS VIOLACIONES A LOS DDHH EN SIRIA?

Por GABRIEL SALVIA

El 7 de octubre de 2011, mientras la dictadura que gobierna en Siria reprimía y mataba ante la vista del mundo entero, se realizaba su Examen Periódico Universal (EPU) en el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas. Como en pocas oportunidades, esta ocasión mostró las divisiones políticas de los gobiernos latinoamericanos: por un lado, hubo un grupo activamente comprometido con las prácticas autoritarias, liderado por Venezuela, Cuba y Ecuador; y otro crítico de la situación interna en Siria, conformado por Chile, Brasil, Uruguay y Perú.

En efecto, en el diálogo interactivo realizado en Ginebra, Brasil le recomendaba a Siria que respetara la libertad de asociación y expresión; Uruguay reiteraba su preocupación por la violenta represión de protestas pacíficas, el incremento de actos contrarios a las leyes internacionales de derechos humanos y consideraba que Siria debía liberar a los prisioneros de conciencia y detenidos arbitrariamente y poner fin a las intimidaciones, persecuciones y arrestos arbitrarios; Chile llamaba a Siria a generar condiciones para poner fin a la violencia y la represión, aseguraba que el estado de emergencia debía ser levantado para poder garantizar los derechos humanos y le recomendaba liberar a todos los detenidos por expresar libremente sus opiniones; y Perú, de manera firme, lamentaba que Siria no estuviera a la altura de los compromisos asumidos en marzo de 2011 relacionados con el mantenimiento de los más altos estándares en la protección de los derechos humanos y tomando nota que no había cursado una invitación permanente a los procedimientos especiales y no autorizaba el acceso de la relatora especial que hacía referencia a la situación de los defensores de los derechos humanos.

Contrariamente, Cuba felicitaba a Siria por “la apertura al diálogo con la oposición”, le recomendaba seguir confrontando cualquier intento de intervención extranjera en sus asuntos internos, así como seguir tomando medidas a nivel nacional guiados por sus “legítimas autoridades” como una solución política a lo que está sucediendo en el país; Ecuador reafirmaba el “derecho de las personas a la autodeterminación, el respeto por la soberanía y la integridad territorial y el principio de no intervención en los asuntos internos de otros Estados”; y la República Bolivariana de Venezuela, yendo un poco más lejos que sus socios del ALBA, señalaba que “a pesar de las serias dificultades y sufrimientos, Siria había enviado un mensaje de compromiso para con los derechos humanos”.

Posteriormente al análisis del EPU de Siria, el 1 de junio de 2012 el Consejo de Derechos Humanos de la ONU votó una resolución condenando “El deterioro de la situación de los Derechos Humanos en Siria y los recientes asesinatos en El-Houleh”, que reunió 41 votos afirmativos, 2 abstenciones y 3 negativos. Las abstenciones fueron de Ecuador y Uganda, mientras que por la negativa se pronunciaron Cuba, Rusia y China. Entre la abrumadora mayoría de 41 países que votaron en favor de esta resolución se encontraron Chile, Costa Rica, Guatemala, México, Perú y Uruguay.

Se van a cumplir dos años del EPU de Siria en Ginebra, período en el que se perdieron muchísimas vidas y en el que no se vio a organizaciones estudiantiles, de derechos humanos y referentes sociales del “pacifismo” denunciando los crímenes del régimen antidemocrático de Bashar Al-Assad. ¿Cuántas vidas se habrían salvado si la presión internacional contra la dictadura siria hubiese sido tan activa como las protestas de ahora ante un eventual ataque “quirúrgico” por parte de los Estados Unidos? En realidad, no se puede al mismo tiempo defender la paz y mantener una actitud de apoyo o neutralidad frente a un régimen represor de las libertades democráticas.

FUENTE: INFOBAE-SALVIA-DDHH EN SIRIA-07/09/13

REFLEXIÓN:

Es bueno que el autor de este artículo nos recuerde las posiciones de los países cuando aún se estaba a tiempo para detener el desastre de Siria, si no fuera que para algunos los DDHH de los sirios no se tuvieron en cuenta.

Lo que vemos es que las tendencias políticas y las asociaciones de algunos de ellos se siguen manteniendo hoy, y es tan evidente que no se puede negar la parcialidad con que actuaron entonces y también ahora.

Este es un tiempo de vigilia, seguimos pensando que los DDHH son de todos y no queremos más violencia ni sacrificar más vidas. Urge que se materialice una salida política que pacifique a ese trágico país y no se arriesgue la estabilidad siempre volátil de la región.

El mundo entero está exigiendo cordura y responsabilidad a quienes la tienen, no más violencia. Si Assad eligió la represión y desató esta situación no se puede argumentar que tiene legitimidad y está en capacidad para seguir gobernando. La única alternativa es que se retire (o lo retiren), ese sería el principio de un posible acuerdo entre las partes, más el desmantelamiento de las armas químicas y sus misiles impulsores. Nadie estaría tentado de usarlas nuevamente, ni allí ni en ninguna otra parte.

Se puede hacer si todo el mundo, TODOS, se ponen de acuerdo en lugar de apañarlo. Los intereses en juego se pueden acordar entre los que están luchando por conservarlos. Que no haya dudas sobre esto para allanar el camino de una resolución pacífica.

Seguimos esperando con mucha preocupación y pidiendo por el inocente pueblo sirio, rehén de los extremistas de ambos lados.

ANA



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