domingo, 31 de enero de 2010

524 - ETTINGER - SOBRE EL DISCURSO DE OBAMA


OBAMA EXCLUYE EL CONFLICTO ÁRABE-ISRAELÍ

"OBAMA EXCLUDES THE ARAB-ISRAEL CONFLICT"




El discurso del Presidente sobre el Estado de la Unión muestra que el conflicto de Medio Oriente no es de máxima prioridad.

Un perfil de mediación estadounidense más bajo beneficiaría a EE.UU. e Israel.

Por YORAM ETTINGER (*)

(TRADUCCIÓN LIBRE DE ANA)

La exclusión del conflicto árabe-israelí en el discurso del Presidente Obama sobre el Estado de la Unión 2010, refleja un orden estadounidense de prioridades y, posiblemente, una preocupación porque la mediación en el conflicto árabe-israelí no avanza -sino socava- el prestigio doméstico de Obama. De hecho, Jerusalén debería convencer a EE.UU. para que reduzca su perfil de mediación, para que minimice la tensión entre Israel y el agente americano, mejorando la cooperación estratégica entre Israel y su aliado americano.

El discurso de Obama se enfocó en la economía de EE.UU. en general, y en particular en los récords de desempleo en 26 años y de déficit presupuestario en 65 años. Así, Obama destacó un orden nacional de prioridades, subrayando temas domésticos que preocupan la mente pública y tienden a determinar el destino de un Presidente americano y su partido político para el éxito o el olvido. Por lo tanto, la agenda global -e inclusive el contraterrorismo- fueron marginados en el discurso de Obama.

La agenda internacional de Washington no considera al conflicto árabe-israelí una prioridad máxima. Obama dedicó los pocos minutos que fueron asignados al escenario internacional, a sus compromisos de evacuar Irak, reforzar las tropas en Afganistán, restringir la amenaza norcoreana nuclear, impedir la nuclearización de Irán, reducir la carrera armamentista nuclear, combatir el terrorismo, sostener los compromisos con rivales y enemigos y seguir buscando el multilateralismo en general y con los musulmanes en particular. El hecho de haber evitado cualquier referencia al conflicto árabe-israelí fue intencional.

La participación del presidente Obama en el conflicto árabe-israelí ha desviado su atención de las cuestiones que son mucho más importantes para los intereses vitales estadounidenses. La presión ejercida sobre Israel ha erosionado el apoyo a Obama de los americanos, que sistemáticamente han concedido a Israel altos niveles de apoyo (del 66 % al 70 %), comparado con la caída libre de Obama según los sondeos de opinión pública (del 65 % en enero de 2009 al 47 % en enero de 2010).

La presión de Obama sobre Israel también ha complicado sus relaciones con los amigos de Israel en Capitol Hill cuyo apoyo es crítico para la agenda legislativa de Obama. Él se dio cuenta del sólido apoyo de Capitol Hill a Israel cuando 334 Miembros de la Cámara (76 % de la Cámara de Representantes) firmaron una carta condenando el "Informe Goldstone" comparado con sólo 57 Miembros (13 %) que firmaron una carta llamando "a levantar el bloqueo de Gaza". De hecho, el antecedente del presidente Clinton sugiere que aun una transmisión en vivo de la participación de Clinton al firmar el tratado de paz de Israel-Jordania -una semana antes de la elección de noviembre de 1994- fue ensombrecida por la política doméstica estadounidense, que devastó al Partido Demócrata en la elección que hubo en el medio de su mandato presidencial.

LA VISIÓN DEL MUNDO DE OBAMA EXACERBA LOS TEMAS

Disminuir el perfil estadounidense sobre su mediación en el conflicto árabe-israelí mejoraría las relaciones de EE.UU-Israel y los intereses respectivos de ambos países. Cuanto más se involucra EE.UU. como agente, menos se compromete como un aliado irreemplazable del estado judío. Cuanto más se preocupa EE.UU. con la mediación, más se inclina a ser barrido por desacuerdos y acusaciones con Israel. Cuanto más se enreda EE.UU. en sus tentativas de salvar las diferencias árabes-israelíes, más atención se les presta a las causas de la separación entre EE.UU e Israel, en lugar de atender a las causas que los vincula.

Estas observaciones se acentúan por el importante rol de mediación jugado por el Departamento de Estado -que se opuso al establishment de Israel y que sistemáticamente apoya la posición árabe- y la Agencia Central de Información (CIA) y el Consejo de Seguridad Nacional, que tienden a abrazar la posición del Ministerio de Asuntos Exteriores sobre el conflicto árabe-israelí.


La visión mundial del presidente Obama ha exacerbado los temas al clarificarse la dirección de la mediación estadounidense: "El islam siempre ha sido parte de la historia americana"; Israel no es una ventaja estratégica y posiblemente sea una responsabilidad; Israel pertenece al explotador occidente y los árabes pertenecen al Tercer Mundo explotado; compromiso y no confrontación con los regímenes canallas; el terrorismo es principalmente un desafío para la aplicación de la ley; no hay ningún terrorismo islámico más que el terrorismo Talibán y de Al-Qaeda; las Naciones Unidas y Europa son una línea de defensa clave en las relaciones internacionales; la resolución del conflicto árabe-israelí consiste en una retirada a las líneas de alto el fuego 1949/67, la nueva división de Jerusalén, el desarraigo de los asentamientos judíos, la negociación del retorno de los refugiados árabes de 1948 y posiblemente el intercambio de territorio.

El conflicto árabe-israelí no es eje de las relaciones de EE.UU-ISRAEL que están basadas en fundamentos mucho más sólidos de valores compartidos, intereses conjuntos y amenazas comunes. Por lo tanto, la insuperable brecha entre EE.UU-Israel del plan de paz de 1970 del Ministro de Asuntos Exteriores Rogers, no podía desbaratar la mejora sustancial de cooperación estratégica de EE.UU-Israel debido a la fuerza de disuasión de Israel a una invasión siria pro-soviética a la pro-estadounidense Jordania.

Además, la hostilidad de Bush-Baker hacia el Estado judío y la grave tensión de EE.UU-ISRAEL en la Primera Intifada, el Plan de Paz de Reagan y la Primera Guerra del Líbano, no podían parar una serie de memorándums de entendimiento estratégico entre EE.UU-Israel y la legislación de una sustancialmente dilatada cooperación estratégica entre ambos que derivó de la contribución única de Israel a la postura de EE.UU. de fuerza disuasiva y batalla contra el terrorismo y los mísiles balísticos.

Oriente Medio es una fuente constante de desafíos violentamente imprevisibles que amenazan los intereses vitales estadounidenses e israelíes. Para afrontar con eficacia acontecimientos tan críticos, les incumbe a EE.UU. y al estado judío maximizar la utilidad de su común denominador estratégico, mutuamente beneficioso, y reducir al mínimo la participación -como la mediación estadounidense en el conflicto árabe-israelí- que erosiona los vínculos inigualables entre los dos países.


(*) Executive Director "Second Thought".

FUENTE:
YNET-OBAMA HAS OTHER PRIORITIES-30/01/10

COMENTARIO:

Así es la política, lo que no pudo el sentido común frente al absurdo de intentar y hasta exigir superar las graves dificultades que deben ser resueltas por israelíes y palestinos -resaltadas arriba en rojo- para un acuerdo de paz, lo logró la caída del apoyo popular del pueblo americano a un presidente y a su partido.

Teniendo que resolver tantos problemas domésticos, Obama ha optado por no perder más apoyo del votante que en Estados Unidos es pro-israelí y despegar un poco a su gobierno del conflicto palestino-israelí. Tanto se habla del lobby judío a favor de Israel y poco se dice del lobby árabe a favor de los musulmanes dentro y fuera de Estados Unidos y creo que es necesario abordar este tema.

Los americanos son en su mayoría cristianos con una gran influencia de la biblia en la construcción de su democracia, lo que implica un respeto por el ascendiente judío que hay en ella. Es un pueblo que ha aprendido lenta y dolorosamente a superar sus conflictos raciales, culturales y religiosos, propios de un país que recibe inmigrantes de todo el mundo. No sorprende entonces que también han aprendido a superar el viejo antisemitismo que aún pervive en la vieja Europa y sentir simpatía hacia un pequeño estado que es exitoso a pesar de todos los problemas que lo rodean. Ellos admiran el éxito, son luchadores.

Por otra parte, la masacre del 9/11 es un recordatorio de que están amenazados y no es precisamente por Israel, todo lo contrario, en ese sentido Israel es un aliado que tienen en un frente aparentemente lejano, pero que llegó a su continente.

Además, es precisamente el lobby árabe el que más hace a favor de Israel cuando defiende a su gente, imponiendo sus costumbres en todos los ámbitos: comidas especiales a los que los obligan las leyes americanas (hasta en las cárceles), vestimenta que no sólo cubre sino que oculta, la obligatoriedad de dar empleo so pena de tener que enfrentar un juicio por discriminación, aunque una pequeña empresa no pueda afrontar los gastos que implica tomar a un musulmán con las exigencias de su religión. Estas son cosas que hace el lobby árabe, obliga amparado por las leyes hasta que algún día las cambien, esto lo ve el pueblo americano y también lo sufre. De balde Obama quiera convencer de las bondades de una religión que no se adapta a las costumbres americanas sino que impone las propias.

El miedo no es zonzo, si quiere ser votado otra vez, debe cambiar su actitud hacia un pequeño estado representante de una cultura que ha dado al pueblo americano los fundamentos morales para que sean lo que ellos están orgullosos de ser.

ANA


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