WITH FRIENDS LIKE THESE (EN ESPAÑOL)
CON AMIGOS COMO ÉSTOS
Por CAROLINE GLICK
Las calumnias contra el primer ministro Binyamin Netanyahu expresadas por el presidente francés, Nicolas Sarkozy, y el presidente estadounidense, Barack Obama, la semana pasada después de la cumbre del G-20, fueron tan reveladoras como repugnantes.
(TRADUCIDO POR ANA)Cuando creyó que nadie más que Obama podía oírlo, Sarkozy atacó a Netanyahu diciendo: "No soporto más verlo, es un mentiroso".
Obama respondió quejándose, "Tú estás estás harto de él, pero yo tengo que tratarlo todos los días".
Estas declaraciones son interesantes tanto por lo que dicen sobre la personalidad de ambos presidentes como por la forma en que ellos dicen que Israel es generalmente percibido por Occidente.
Para entender por qué éste es el caso, primero es necesario preguntar, ¿cuándo Netanyahu les mintió a Sarkozy y Obama? Esta semana, el informe sobre el programa nuclear de Irán de la Agencia Internacional de Energía Atómica de la ONU, dejó claro que Israel -incluyendo a Netanyahu- ha estado todo el tiempo diciendo la verdad acerca de Irán y sus ambiciones nucleares. En contraste, los líderes mundiales han estado mintiendo, escondiendo la cabeza como el avestruz, negándose a ver la realidad.
Ya que el programa nuclear de Irán fue revelado por primera vez al público en 2004, Israel ha proporcionado a la gente como Sarkozy, Obama y la ONU, información detallada de inteligencia demostrando las malignas intenciones de Irán. Y durante siete años el gobierno de EE.UU. -incluido Obama- ha afirmado que le faltaba una prueba definitiva de las intenciones de Irán.
Obama desperdició los dos primeros años de su administración tratando de ganarse a los iraníes, dejando de lado su programa de armas nucleares. Él ignoró obstinadamente los montones de pruebas que le presentó Israel de que Irán no estaba interesado en hacer un trato.
Tal vez Obama se basaba en la Evaluación Nacional de Inteligencia (NIE) de EE.UU. del 2007 sobre el programa nuclear de Irán. Como Israel dijo en ese momento, y como el informe de OIEA de esta semana demuestra, fue el NIE -quien afirmó que Irán había abandonado su programa de armas nucleares en 2003- no Israel quien mintió deliberadamente sobre el estado del programa de armas nucleares de Irán. Fue la comunidad de inteligencia de EE.UU. que intencionalmente engañó al gobierno y al pueblo norteamericano sobre la grave e inmediata amenaza a la seguridad nacional de EE.UU.
Israel, incluido Netanyahu, estaba diciendo la verdad.
Por lo tanto, si Netanyahu nunca mintió acerca de Irán, sobre qué creen que miente estos dos de los más importantes líderes del mundo? ¿Por qué no quieren hablar más con él? ¿Podría ser que no les gusta la forma en que él maneja su amado "proceso de paz" con los palestinos? El hecho es que las únicas veces que Netanyahu ha hablado con menos verdad sobre los palestinos fueron los casos en los que trató de apaciguar a gente como los Obama y Sarkozy. Sólo cuando Netanyahu abrazó las falsas afirmaciones de quienes, como Obama y Sarkozy, creen que es posible llegar a un acuerdo de paz con los palestinos sobre la base de la creación de un Estado palestino independiente al oeste del río Jordán, se podría decir que hizo declaraciones falsas.
Porque la verdad es que Israel nunca tuvo la oportunidad de alcanzar la paz con los Palestinos.
Y la razón de que éste haya sido siempre el caso no tiene nada que ver con Netanyahu ni con Israel.
Nunca hubo una oportunidad para la paz porque los palestinos no tienen ningún interés en hacer la paz con Israel. Como favorito de los palestinos "moderados" de Occidente, el líder de Al Fatah y presidente de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas, dijo en una entrevista con Dream TV de Egipto el 23 de octubre, "Lo he dicho antes y lo diré otra vez. Nunca reconoceré la ´judeidad´ del Estado (de Israel) o un ´estado judío´". Es decir, Abbas nunca hará las paces con Israel.
Considerando esto, el martes Netanyahu habría dicho a sus colegas que a través de sus acciones recientes, los palestinos han anulado las bases del proceso de paz. Como él lo expuso, "al boicotear las negociaciones y yendo a las Naciones Unidas [para lograr un Estado independiente], ellos [los palestinos] han incumplido un principio central de Oslo".
Ese principio, que constituyó la base del proceso de paz de Oslo, fue "tierra por paz".
Como explicó Netanyahu, Israel entregó tierra en el marco de los Acuerdos de Oslo. A cambio, los palestinos se comprometieron a resolver su conflicto con Israel mediante negociaciones directas que conducirían a la paz. Su táctica de las Naciones Unidas, como la declaración de Abbas a la televisión egipcia, muestra que los palestinos -no Israel- han estado mintiendo todo el tiempo. Se embolsaron concesiones territoriales de Israel y se negaron a hacer la paz.
¿Entonces por qué la gente como Sarkozy y Obama odia a Netanyahu? ¿Por qué él es "un mentiroso?" ¿Por qué no verter su veneno sobre Abbas, quien en realidad les miente sistemáticamente? La respuesta es porque prefieren culpar a Israel en lugar de reconocer que sus evaluaciones positivas de los palestinos no son más que fantasías.
Y no están solos. La preferencia occidental de la fantasía por encima de la realidad tuvo su expresión explícita por parte del ex presidente de EE.UU, Bill Clinton, en Septiembre.
En una diatriba desagradable contra Netanyahu en su Conferencia de la "Iniciativa Global Clinton", insistió en que la Autoridad Palestina con Abbas era "pro-paz" y que el único obstáculo real para un acuerdo era Netanyahu. Irónicamente, al mismo tiempo que Clinton estaba atacando al líder de Israel por darle muerte al proceso de paz, Abbas se encontraba en la ONU pidiéndole al Consejo de Seguridad que aceptara como miembro de pleno derecho a una Palestina independiente, en una situación de guerra de facto con Israel.
Así también, mientras que Clinton lo estaba culpando por el fracaso del proceso de paz, Netanyahu estaba en la ONU utilizando su discurso ante la Asamblea General para emitir una nueva petición a Abbas para reanudar las conversaciones de paz con Israel.
Clinton no agotó sus municiones sobre Netanyahu. Él ahorró un montón también para el pueblo israelí. Ignorando el inconveniente hecho de que los palestinos eligieron libremente a Hamas para liderarlos, Clinton proporcionó a su público una taxonomía prejuiciosa de la opinión pública israelí a través de la cual él diferenció a los buenos israelíes, "a favor de la paz", de lo malos israelíes, "en contra de la paz".
Como él mismo dijo, "La mayor parte de los israelíes a favor de la paz son los árabes; en segundo lugar están los sabras, los judíos israelíes que nacieron allí; terceros son los asquenazíes de larga data, los judíos europeos que llegaron allí en la época de la fundación de Israel".
En cuanto a los malos israelíes, según la opinión del ex presidente, "La mayoría de los que están en contra de la paz son los ultra-religiosos, que creen que deben conservar Judea y Samaria, los grupos de colonos, y los que podríamos llamar territorialistas, la gente que acaba de aparecer últimamente y que no llevan sobre sí la carga del registro histórico ".
Al clasificar la calidad de los ciudadanos de Israel, de acuerdo con si están o no de acuerdo con Clinton y sus amigos, Clinton estaba actuando de acuerdo con lo que se ha convertido en práctica habitual de los "amigos" de Israel en lugares como Europa y EE.UU. Como Clinton, ellos también piensan que es su derecho elegir qué israelíes son aceptables y cuáles son indignos.
El miércoles vimos que esta práctica fue puesta en juego por el Embajador británico Matthew Gould. Esta semana, la Knesset comenzó las deliberaciones sobre un proyecto de ley que prohibiría a los gobiernos extranjeros y organismos internacionales contribuir con más de 20,000 NIS a organizaciones no gubernamentales israelíes. El proyecto fue presentado por el diputado del Likud, Ofir Okunis, con el apoyo de Netanyahu.
Según Haaretz, Gould publicó una velada amenaza a Okunis relacionada con el proyecto de ley. Gould habría dicho que si el proyecto es aprobado, reflejaría una mala imagen de Israel en la comunidad internacional.
El mes pasado, Makor Rishon publicó un documento del gobierno británico titulado "Las ONG en el Medio Oriente, financiadas por el Ministerio de Asuntos Exteriores (Commonwealth)".
El documento mostraba que en 2010, fuera de Irak, el gobierno británico dio un total de 100.000 libras esterlinas a las organizaciones no gubernamentales a favor de la democracia en todo el mundo árabe.
En contraste con la actitud tacaña de Gran Bretaña hacia las organizaciones árabes de la sociedad civil, el Gobierno de Su Majestad dio más de 600.000 libras a organizaciones no gubernamentales israelíes de extrema izquierda. Estos grupos israelíes incluyen a la Fundación de Cooperación Económica, Yesh Din, Paz Ahora, Ir Amim y Gisha. Todos estos grupos están muy lejos de la principal corriente de opinión israelí.
Todos tratan de utilizar la presión internacional sobre Israel para obligar al gobierno a adoptar políticas rechazadas por la inmensa mayoría del público.
Así, por cada libra desembolsada por Gran Bretaña para cultivar la democracia en 20 países árabes no democráticos, gastó seis libras para socavar la democracia en Israel, la única democracia en la región.
Y los británicos no podrían estar más contentos con el rendimiento de su inversión. Hablando ante el Parlamento el año pasado, el ministro británico de Asuntos del Medio Oriente, Alistair Burt, dijo que el dinero ha cambiado con éxito las políticas de Israel. Como él mismo dijo, "Desde que comenzamos a apoyar estos programas, algunos cambios significativos se han hecho en el sistema de justicia israelí, tanto civil como militar, y en las decisiones que toman. También han planteado un importante debate acerca de estos asuntos y creemos que estas actividades fortalecerán la democracia en Israel."
En otras palabras, en lo que se refiere a Gran Bretaña, "el fortalecimiento de la democracia" en Israel significa inclinar la balanza en favor de grupos marginales, sin que tengan un notable respaldo interno.
Estas impactantes declaraciones hostiles son el eco de una hecha por Obama, el entonces candidato a presidente, en la campaña electoral de febrero de 2008. En ese momento Obama dijo: "Creo que hay una tensión dentro de la comunidad a favor de Israel, que dice que a menos que se adopte un firme acercamiento a favor del Likud en Israel, se está en contra de él, y esa no puede ser la medida de nuestra amistad con Israel".
Casi no pasa un día sin que algún líder extranjero, comentarista o activista, no diga que estar a favor de Israel no significa estar a favor de su gobierno. Y del mismo modo que en la declaración de la campaña de Obama, la diatriba de Clinton, el chisme vil de Obama y Sarkozy sobre Netanyahu y las autocomplacientes declaraciones de Gran Bretaña y veladas amenazas, los que hacen una distinción entre el pueblo israelí y el gobierno israelí ignoran dos hechos importantes.
En primer lugar, Israel es una democracia. Sus gobiernos reflejan la voluntad del pueblo israelí y, por lo tanto, son inseparables de su gente. Si se desprecia a los líderes elegidos de Israel, entonces, por definición, se está despreciando al público israelí.
Y esto hace que se sea anti-Israel.
El segundo hecho que estas declaraciones ignoran es que Israel es un aliado incondicional de Estados Unidos y Europa. Si Sarkozy y Obama hubieran dicho lo que dijeron de Netanyahu en una conversación sobre la canciller alemana, Angela Merkel, o si Netanyahu hubiera hecho declaraciones similares sobre Obama o Sarkozy, la revelación de tales declaraciones habría desatado indignadas protestas internacionales y habrían sido firmemente condenadas en todos lados.
Y esto nos lleva al otro aspecto preocupante del intercambio desagradable de Obama y Sarkozy sobre Netanyahu. Sus opiniones reflejan un mayor clima anti-Israel.
Fuera del mundo judío, las falsas y odiosas declaraciones de Sarkozy y Obama acerca de su aliado no provocó indignación. De hecho, les tomó tres días a los medios de comunicación para por lo menos dar a conocer su conversación. Esto indica que Obama y Sarkozy no están solos en usar para Israel un doble rasero. Ellos no son los únicos que culpan a Israel por la mala conducta de los palestinos.
Los medios occidentales también mantienen a Israel en un estándar aparte. Lo mismo que Obama y Sarkozy, los medios de comunicación culpan a Israel y a sus electos líderes por la duplicidad de los palestinos. Al igual que Obama y Sarkozy, los medios de comunicación culpan a Israel por el fracaso en hacer realidad sus fantasías de paz.
Y ese es el verdadero mensaje del intercambio entre Obama y Sarkozy de la semana pasada. A través de ella nos enteramos que culpar a los judíos y al Estado Judío por el comportamiento de sus enemigos es lo que pasa como una amable conversación entre las élites occidentales de hoy.
Publicado originalmente en The Jerusalem Post.
FUENTE: GLICK-WITH FRIENDS LIKE THESE-10/11/11
COMENTARIO:
Decir que es un verdadero papelón de dos líderes mundiales del calibre de Obama y Sarkozy es muy poco. Es minimizar la gravedad de lo que PIENSAN. Creo que era necesario dar a conocer este artículo de Caroline Glick que explica quién miente, porque estamos tan acostumbrados a pasar por alto las falsedades y tergiversaciones de la realidad en Medio Oriente que ya casi no nos acordamos de un desliz como éste.
Este artículo en español es para que no lo olvidemos.
Quizá se habrán disculpado, Netanyahu se habrá hecho "el oso", sin pedir explicaciones para no hacerse más enemigos de los que ya tiene Israel, y hasta puede que no lo haya sorprendido. Está acostumbrado tanto él como Israel a la estupidez y mala leche de sus "amigos". Así actúa Israel, sigue adelante sin mirar atrás, si lo hiciera perdería lo poco que tiene en el escenario internacional. "Amigos" que en lugar de ayudar a un Israel acorralado optan por ayudar a sus enemigos. Les han dado armas a Abbás que en la próxima elección caerán en manos de Hamás, porque no tengo dudas que ganará en Cisjordania.
También leí por ahí que Estados Unidos respaldaría un ataque de Israel a Irán, pero también encontré la advertencia de Arabia Saudita a Israel para que no ataque a Irán porque se incendiaría toda la región.
Todos le temen a Irán pero nadie se pone de acuerdo, aunque eso sí, la responsabilidad de lo que debe o no hacerse recaerá sobre Israel. Es bueno eso de esquivar los riesgos y dejar que los tome el más amenazado.
Digo yo, ¿no sería más fácil ayudar a Israel, que es el único que intenta por todos los medios un acuerdo de paz, en lugar de armar a parte de sus vecinos, los que no sabemos si representan a los palestinos pacíficos, o si serán esos que están convencidos que su mejor apuesta es derrotar a Israel?
¿En qué pensaban los que entrenaron a una fuerza dentro de Cisjordania que se plegará inmediatamente a Hamás cuando gane las elecciones?
¿En qué mundo de fantasías está inmerso Israel que no puede hacerse entender y mientras Estados Unidos le dice "animémonos y vayan", otro le dice que se quede en el molde?
Este artículo devela todas estas estupideces cuando Caroline Glick nos explica por qué miente el llamado "Mundo Libre" cuando en realidad está preso de los desvaríos palestinos y lejos, muy lejos de la cordura de Israel.
ANA
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