viernes, 11 de abril de 2014

1287 - QUE ES EL BDS CONTRA ISRAEL?



EL BOICOT A ISRAEL: ENTRE LO INMORAL Y LO INÚTIL

El Movimiento Boicot, Desinversiones y Sanciones (Boycott, Divestment and Sanctions -o BDS, en sus siglas en inglés-) es una gran traba para la paz entre israelíes y palestinos. Y es inmoral.

Por ILAN BAJARLIA (*)

Comencemos por explicar en qué consiste dicha iniciativa.

Creada en 2005 por varias federaciones y organizaciones civiles palestinas, se ha ido transformando, según informa su web, en “un verdadero movimiento global en contra del Apartheid israelí” y del fin de la ocupación de la Margen Occidental que data desde 1967. Además, promueve el supuesto “derecho al retorno” de los refugiados árabes, producto de la Guerra de Independencia de 1948.

Con eso en mente, los intentos de boicots van dirigidos a productos y compañías israelíes. Las desinversiones, a todas aquellas organizaciones israelíes que busquen financiarse externamente. Y las sanciones, a la desaprobación moral y ética del Estado de Israel en general por toda la comunidad internacional.

Veamos algunos casos ilustrativos

El reciente boicot contra la empresa israelí Soda Stream, con su sede industrial en la Margen Occidental, una vez que la compañía contratara a la actriz Scarlett Johansen como cara publicitaria de la marca.

La decisión del fondo holandés PGGM de eliminar a seis Bancos israelíes de su portafolio de inversiones, entre los cuales se encuentran el Discount Bank y el Bank Hapoalim.

El boicot académico por parte de la Asociación de Estudios Americanos y la Asociación de Estudios Asiáticos y Americanos, ambas con sede en EE.UU.

Escritores, cantantes y otros artistas relevantes se han ido uniendo al llamado de boicot en los últimos meses, como el famoso Roger Waters de la ex Pink Floyd. Según su co-fundador y líder ideológico, Omar Barghouti, Israel está tan aterrado de este movimiento como lo está con la idea de un Irán nuclear. Y no lo escribió en su muro de Facebook; lo hizo en el Sunday Magazine del New York Times. La relevancia que ha ido tomando esta temática en los medios más influyentes del mundo es lo que debería aterrarnos con mayor vigorosidad.

Pero este movimiento no sólo carece de relevancia estratégica y altura moral en lo que hace y en cómo lo hace, sino que también en lo que se propone.

Estas son las razones:

1) El primer argumento en contra del movimiento es de carácter moral.

Su primera y gran misión es la de deslegitimar a Israel como Estado nación del pueblo judío. Nada más. No importa que Israel sea la más sólida democracia de Medio Oriente en medio de una turbulencia de dictaduras árabes, ni que el propio Barghouti haya obtenido su Master en la Universidad de Tel Aviv a la misma vez que boicoteaba la naturaleza de este país. Nada tienen para decir sobre las más de 100 mil muertes de civiles provocadas tan solo por el régimen sirio ante su propio pueblo, o sobre el lastimoso hecho de que las mujeres en Arabia Saudita sigan sin poder conducir sus coches.

¿No es este doble estándar de culpar a Israel y no decir nada sobre el resto una forma automática de demostrar vagancia moral, hipocresía y desconfianza?

2) El segundo es sobre la errónea comparación entre Israel y el Apartheid sudafricano.

Su plataforma ideológica utiliza conceptos erróneos que no deben pasarse por alto, ya que se escogieron deliberadamente. A modo de esclarecimiento, Israel no es Sudáfrica y los territorios de la Margen Occidental no son batustanes. Nada aquí tiene que ver con racismo. Mientras a los negros sudafricanos se les prohibía caminar por las calles o tener relaciones sexuales con la población blanca, los árabes israelíes cuentan con representación parlamentaria, cátedras en las universidades, presencia en la Corte Suprema y tienen permitido enamorarse de cualquier otro israelí sin que se los considere criminales.

3) El tercero es sobre la irresponsabilidad de no asumir responsabilidad.

Desde 1967, distintos gobiernos israelíes participaron activamente en innumerables procesos de paz. Inclusive en los últimos 15 años, tanto el ex mandatario Ehud Barak como su contemporáneo Ehud Olmert, en los años 2000 y 2008 respectivamente, llegaron a ofrecer más del 97% de los territorios para que los palestinos crearan su Estado.

¿Cuál fue la respuesta de los líderes palestinos Yasser Arafat, primero, y de Abu Mazen, después? “No, gracias. No nos interesa”.

¿Cuántas veces lo menciona el BDS en su plataforma ideológica? Ninguna.

4) El cuarto es sobre su irrelevancia desde un punto de vista estratégico.

Estratégicamente hablando, que algunos Bancos dejaran de invertir en Israel es irrelevante si observamos el contexto general. Como indicara el editor económico del diario israelí Haaretz, David Rosenberg, en una reciente columna en el Wall Street Journal, la economía de Israel es una de las más vibrantes y dinámicas del mundo y no hay signos de que esta realidad vaya a cambiar. Si miramos el cuadro en grande, el impacto de algunas sanciones y boicots particulares no pueden siquiera compararse con los que sufriera Israel en la década del 70’, luego de la Guerra de Iom Kipur y de la crisis petrolera de 1973.

5) El quinto es que le hace daño a la propia sociedad y economía palestina.

Los árabes palestinos que habitan los territorios de la Margen Occidental quieren trabajar y obtener salarios dignos que les permitan desarrollarse económicamente. Cuando se boicotea a la industria israelí en dichos territorios, se boicotea automáticamente el bienestar económico de dichos habitantes palestinos y, por lo tanto, su calidad de vida. El ejemplo de Soda Stream y la manifestación de sus trabajadores son paradigmáticos.

6) El sexto es el obstáculo que significa para la paz y la creación de dos Estados para dos pueblos.

Los boicots, las desinversiones y las sanciones sólo ayudan a distraer la atención sobre la diplomacia y las negociaciones de paz que con tanta fuerza ha recomenzado el Secretario de Estado norteamericano, John Kerry. Además, impulsar a que Israel deba recibir a los árabes que habitaban en dicha tierra anteriormente a 1948, y a toda su descendencia, en lugar de que lo haga el futuro Estado palestino, es una amenaza directa a que Israel continúe siendo un Estado con mayoría judía a la vez que una democracia liberal que respete los derechos de las minorías.

En síntesis, la única contribución de este movimiento es la de colocar una inmensa piedra en el camino hacia la determinación de dos Estados para dos pueblos -uno judío y uno palestino-, que logren coexistir en paz uno al lado del otro.

Y no hay nada más inmoral que eso.

(*) El autor es miembro de CAMERA, una organización norteamericana que monitorea la prensa sobre Medio Oriente, siendo su representante en las universidades uruguayas.

Fuente: Aurora Israel

FUENTE: RADIO JAI-BAJARLIA-BOICOT-10/04/14


REFLEXIÓN:

Desde hace dos mil años se ha criminalizado a los judíos y se les ha hecho mucho daño. Otros pueblos "diferentes" fueron perseguidos y, siendo también más débiles, quedaron sólo en los libros como una referencia y pasaron al olvido. Se sabe bien que la historia la escriben los vencedores.

Pero, hay un pueblo que está escribiendo su propia historia y que sigue siendo parte activa de toda la humanidad, ha recuperado su tierra y los cristianos han finalmente admitido que ellos son sus "hermanos mayores".

Sin embargo, tiene que seguir luchando aunque ahora con algunas ventajas que nunca tuvo antes.

No sería tan difícil si quienes critican a Israel se esmeraran por conocer un poco la historia de la creación de su estado, que desde un principio fue: un estado judío para los judíos y un estado árabe para los palestinos. Los judíos lo aceptaron los árabes palestinos no.

No lo aceptaron al principio y no lo aceptan ahora. Eso no es todo. Luchan para revertir un hecho histórico con armas, atentados, formación en el odio y mucha, pero mucha propaganda que hace pie en la mente de los eternos antisemitas y los ignorantes.

El boicot se sostiene sobre esos dos pilares muy difíciles de derribar, el antisemitismo es una enfermedad incurable y la ignorancia, hoy día, no es la falta de información sino más bien estupidez. Todo está a nuestro alcance para saber cómo son realmente las cosas pero quizá no estamos interesados o directamente no podemos o queremos comprenderlas.

Hay dos factores de peso:

1) La envidia.

Es un pueblo muy testarudo, no cambió sus creencias ante nada y sobrevivió porque permaneció fiel a ellas. Se esforzó para poder ser respetado y lo logró a pesar de estar en minoría en todas partes. Eso puede dar mucha bronca. Los judíos se han destacado en todos los aspectos porque nunca se dan por satisfechos. Es un pueblo fundamentalmente inconformista y, aunque son pocos, muchos de ellos han hecho trizas las estadísticas, han logrado sobresalir en un mundo hostil, con todas sus costumbres y tradiciones que los han mantenido unidos a pesar de haber sido perseguidos durante toda su historia. O quizá por esa misma causa.

2) La compasión por los palestinos.

¿Quién no la sentiría si no supiera la verdad? Y aún sabiéndola da pena pensar en tantas vidas perdidas tras un objetivo imposible.

La compasión es propia de los seres humanos ¿Qué mejor argumento para seguir persiguiéndolos si los pueden acusar de algo tan grave como invasores que atormentan a un pueblo más débil?

Pues no es así, los palestinos nunca han querido un estado palestino. Todo lo que desean es destruir al legítimo estado judío de Israel porque les ha sido enseñado que los judíos los han invadido y la opinión pública les da la razón. La realidad es que los palestinos los atacan y los israelíes se defienden.

Ante tanta irracionalidad e ignorancia, hay israelíes y palestinos que de verdad luchan por la paz, que quieren convivir en armonía porque lo eligen a la guerra eterna, que creen que es posible vivir en cooperación y que saben que sólo tienen que luchar para lograrlo, que la guerra no es la forma de lucha para solucionar su conflicto. Que la guerra, cualquiera que la gane sólo traerá más guerra. Y peor, no la ganarán los palestinos y lo saben.

¿Por qué será que no los escuchan en lugar de demonizar a Israel y consentir a los fanáticos?

Los que atacan a Israel no tienen en cuenta que su pueblo vive hoy una circunstancia muy diferente:

Tiene territorio propio, armas, un desarrollo tecnológico que hace que ya no sea importante que sean pocos como ocurrió durante toda su historia. Pero por encima de todo, este pueblo no dará ni un paso atrás para volver al pasado.

Sería bueno que el mundo se convenciera que Israel está allí para quedarse y que todo lo que haga para asegurar su futuro debe ser comprendido. Además de práctico sería mucho más inteligente.

ANA

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Deja tu comentario