domingo, 20 de abril de 2014

1292 - POR QUÉ SE ARMAN LOS PAÍSES?



LA BUENA SALUD DEL NEGOCIO DE LAS ARMAS

Por GUSTAVO SIERRA


India se consolidó como el país que se rearma a mayor velocidad en el mundo. La importación de grandes armas convencionales por parte del gobierno de Nueva Delhi aumentó un 111% entre 2009 y 2013. Su mayor proveedor fue Rusia que ahora se ubica como el segundo exportador global de armas detrás de Estados Unidos con un 27% del mercado. El gran rival indio, Pakistán, también tuvo un incremento muy significativo, con un 119%, aunque con armamento más barato procedente de China.

Todos quieren tener influencia en el sur de Asia y la mejor entrada es dándole poder de fuego a quienes lo buscan desesperadamente”, explica Siemon Wezeman, uno de los portavoces del Instituto de Investigaciones sobre la Paz de Estocolmo, el SIPRI, que elaboró el informe. La fiebre armamentista también alcanzó a África donde el aumento de las compras fue del 81% encabezado por Ghana, con un 243%, y Angola. En este último, el presupuesto militar del 2013 llegó al 4,8% del PBI. Sudán y Uganda están a la cabeza de las compras en los países subsaharianos.En el norte del continente es Argelia la que aumentó sus gastos militares en un 176% cuando su PBI subió en ese tiempo apenas un 31%.

El embargo impuesto por Estados Unidos a la venta de armamento a Venezuela hizo que Rusia se convirtiera en el primer proveedor de ese país y que registrara un aumento importante de su presencia en todo el continente. En tanto que el gran salto regional lo pegó Brasil que incrementó considerablemente sus importaciones. En el período 2009–13 ordenó 4 submarinos a Francia, 2.044 carros de asalto a Italia y compró 36 aviones de combate a Suecia.

De acuerdo al SIPRI, China se convirtió en el mayor suministrador de grandes armas, al mismo nivel que Alemania y Francia, y consiguió convencer a Turquía, miembro de la OTAN, para que elija sus sistemas de defensa aérea. Y si bien Europa disminuyó en un 25% sus importaciones de armamento, Alemania fue una gran exportadora al entregar 8 de los 16 submarinos de última generación que se fabricaron en el mundo.

Las armas siguen impulsando el motor económico y político del planeta.

FUENTE: CLARÍN-SIERRA-ARMAS-19/04/14


REFLEXIÓN:

Las cifras que da Gustavo Sierra son elocuentes. Las sofisticadas armas modernas de las potencias se fabrican para uso propio, no pueden quedarse atrás en esa carrera competitiva para defenderse en algún impredecible enfrentamiento, siempre puede aparecer algún lunático con ambiciones de poder. El proceso, la evolución del armamentismo no puede detenerse, cada minuto vale. El efecto secundario para solventar ese gasto es su venta y cuando se quiere vender las ideologías no cuentan. Y si un país las compra hay otro que también las comprará aunque no haya una hipótesis de guerra a la vista, pero está obligado a invertir en su defensa, porque no se es dueño de lo que no se puede defender.

Uno se pregunta cómo es posible que países pobres o en vías de desarrollo con una población hambrienta aplica tanto dinero para comprar armas y por qué se las venden. Bueno, ya sabemos que es para recuperar la inversión.

También nos preguntamos si las guerras entre pobres podrían ser evitadas si no tuvieran armas para emprenderlas. Entonces se puede pensar que los conflictos ideológicos de los "grandes" se trasladan a los muy probables conflictos de los países pobres que pueden no ser ideológicos sino religiosos, por antiguas rivalidades, cuentas pendientes o simplemente porque necesitan lo que otros tienen para subsistir.

Pero en realidad si no se fabricaran armas y por ende, no se vendieran, los pobres se enfrentarían con palos, como es posible que ocurra si cualquiera de los "grandes" tuviera un percance y apretara, sin querer, el letal botón. Recordemos a Ruanda, un genocidio a machetazos.

No hay culpas, me parece, no es necesario que alguien fomente las guerras para vender armas como suele pensarse. No sé si hay pueblos que se odiarían eternamente, creo que eso podría superarse con educación y racionalidad, olvidar el pasado que separa y dirigir la mirada hacia el futuro. Pero si surgiera algún líder carismático que enseñara a mirar el pasado para sustentar sus ambiciones de poder, lo seguirían, y todo recomenzaría como si el tiempo no hubiera pasado.

Cada vez sabemos más cómo prolongar la vida y cómo provocar la muerte, porque el progreso, para bien o para mal, no se detiene. Una idea o religión única, la del respeto por el prójimo, que uniera a todas, sigue siendo la esperanza de la humanidad. Pero es más fácil cambiar el entorno en que vivimos que cambiar el corazón del hombre, donde habitan el bien y el mal, en eterna lucha.

ANA

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