sábado, 19 de abril de 2014

1291 - OCCIDENTE EN RIESGO




LAS AMENAZAS NUCLEARES ALTERNATIVAS

LA GRAN PESADILLA DE OCCIDENTE


250 casos de robo de materiales nucleares se han reportado en el mundo desde el 2009. Muchas veces los servicios de inteligencia logran desarticular a grupos de contrabandistas, pero el éxito absoluto no existe y parte del material va a parar a manos de extremistas islámicos. El problema está escrito en la pared pero la solución no está a la vista.

Por IOAZ HENDEL, Makor Rishón, Israel


Un remoto tribunal perdido en un pueblito de Georgia develó el mayor de los temores de los servicios de inteligencia occidentales al detener a dos armenios que contrabandeaban 18 gramos de uranio enriquecido hacia Erevan, capital de Armenia. El material transportado era de altísima calidad. Para crear armas atómicas hace falta uranio enriquecido a un 90 % y el uranio que estos jóvenes llevaban estaba cerca de esa calidad. La forma de traspasar uranio de contrabando en forma efectiva es dividirlo en pequeñas cantidades en pequeños estuches de plomo. El riesgo igualmente es inmenso.

Los jóvenes no sabían para quien sería el material pero si sabían que recibirían 50.000 dólares por gramo.Para armar una bomba atómica se necesitan 50 kg. de uranio enriquecido. El material lo recibieron de un comerciante local que se jactaba de poseer gran cantidad de uranio enriquecido de plantas nucleares experimentales de ex repúblicas soviéticas en Siberia y Los Urales. Ninguno de los contrabandistas supo explicar el destino final del material.

Lo sucedido en Georgia no es un caso aislado. La Agencia Internacional de Energía Atómica detectó 18 casos de robo de uranio enriquecido. Sólo en el 2009 se informó de 250 casos similares en todo el mundo.

EE.UU. está atento a este "goteo" nuclear. Ya en el 2003 el Comité de Lucha Contra el Terror advirtió sobre los riesgos de que terroristas islámicos accedan a este tipo de materiales. "Al Queda quiere cambiar el orden mundial",dijeron analistas de la CIA, " por eso buscan armas de destrucción masiva".

¿Cómo se consiguen armas nucleares?

En contra de todo lo pensado, a las organizaciones terroristas les resulta difícil acceder a bombas nucleares. Aunque dispongan del uranio no disponen de la tecnología ni de los equipos para enriquecerlos pero sí pueden vender uranio a Irán. En el último decenio, con la nuclearización "inevitable" de Irán, se fue instalando el concepto de "tecnología libre para todos" (no importa cómo la usen). La explicación es lógica: es imposible frenar lo que ya se conoce desde el vamos. Es imposible frenar la expansión del conocimiento nuclear.

Justamente debido a que hay conocimiento pero falta infraestructura, surgen soluciones intermedias. La primera de ellas es conseguir estas armas ya fabricadas. En el 2008 los talibanes y Al Queda atacaron tres veces instalaciones nucleares de Pakistán. El dominio de esas instalaciones, y en especial lo que poseen dentro, es una de las causas de la estrecha colaboración entre EE.UU. y Pakistán. En el mundo hay por lo menos 200 instalaciones de las que se puede llegar a robar armas nucleares o partes esenciales para su armado.

El dominio de un establecimiento nuclear es una tarea compleja pero los riesgos existen. El estallido de un pequeño artefacto nuclear de 10 kilotones de potencia en el centro de París destruiría todo en un radio de 500 metros. Casi 100.000 personas morirían en el acto y la influencia nociva continuaría por años (recordar Chernobyl en 1986). Para una organización fundamentalista delirante se trataría de un éxito rotundo. Terroristas suicidas, paquetes con explosivos o un derribo de aviones molestan el orden democrático pero no lo cambian. Una bomba nuclear sí puede lograr eso.

Otra forma de acceder a armas nucleares es comprando materia prima en países que apoyan el terror. Pakistán transfirió conocimientos a Irán, Corea del Norte y Siria. Ya en el 2004 se conoció la red de contrabando nuclear liderada por el padre de la bomba nuclear pakistaní, Abdel Al Khader Khan. Esta red secreta suministró conocimientos y materiales básicos a Libia, Corea del Norte e Irán entre otros países.

Corea del Norte vendió un reactor a Siria que Israel destruyó en el 2007, sin contemplación ni duda alguna. El día que Irán tenga la bomba transferirá ese conocimiento a los talibanes, no importando la rivalidad ideológica entre ellos.

El equilibrio de la disuasión nuclear parece funcionar desde hace años porque todos los factores saben que una guerra nuclear implica siempre perder, gane quien gane. De aquí llegamos a la siguiente conclusión: ataque a un reactor y a su entorno.

Existen en el mundo 450 reactores nucleares, tanto civiles como militares. El nivel de seguridad de ellos cambia de país en país, lo mismo que el potencial daño que pueda causar en la vecindad.

Desde el ataque del 11-09-2001 ha aumentado la toma de conciencia respecto a lo que puede implicar secuestrar un avión y estrellarlo contra un reactor. Una amenaza así se abortó ya en los años 70.

Finalmente, la posibilidad de contar con una bomba nuclear sucia, que esté compuesta por diversos componentes radioactivos de uso civil, es una posibilidad. En 1987 un grupo de trabajadores brasileros fue a desmontar un hospital en desuso en plena selva de la Guyana.

Los trabajadores no sabían que tomarían contacto con cesio radioactivo hasta que fue muy tarde: comenzaron a enfermarse y morirían a las pocas semanas.

En los últimos años se han desbaratado intentos de Al Queda por conseguir armamento nuclear en el mercado negro. En el 2012 fue detenido un activista de Al Queda y en su poder tenía planes para armar una bomba nuclear sucia. La tecnología para identificar elementos radioactivos peligrosos se desarrolla con prontitud pero la posibilidad de frenar todo el contrabando es muy escasa.

Israel se ha especializado en esta tarea preventiva solo que en distintos lugares del mundo occidental aún no hay toma de conciencia acerca de los peligros del terrorismo nuclear.

FUENTE: COMUNIDADES-AMENAZAS NUCLEARES-2014


REFLEXIÓN:

En mi opinión ningún progreso tecnológico puede ser detenido, ya sea bueno o malo para la humanidad, la prueba es que las grandes potencias avanzaron en la producción de armas de destrucción masiva porque ninguna podía quedarse atrás. Quien no lo hiciera se encontraría en desventaja.

Aunque se pudiera suponer que tales armas sólo estarían en poder de gobiernos responsables y como una protección, nunca con el propósito de usarlas -después de Hiroshima y Nagasaki-, esas armas proliferaron ya sea por un avance propio e independiente de otras potencias fuertes o no. El problema se agravó cuando ese conocimiento se entregó a aliados. Otras países, aunque no tan poderosos, las obtuvieron por su cuenta o de alguna forma consiguieron lo que es necesario para producirlas.

El problema que se plantea ahora es que esas armas pueden llegar a estar en manos de países que sí amenazan con usarlas -aunque lo nieguen- si no se accede a sus demandas. Y allí es donde el mundo entero está en peligro. Nunca se sabe qué son capaces de hacer quienes respaldan, promueven o alimentan el terrorismo.

El terrorismo -la forma moderna de la guerra- es internacional, entonces la lucha para combatirlo también debe serlo.

Y lo peor es que cualquiera de esas bombas letales puede ser transportada en pequeños envases y no se puede saber si ya están en cualquier país que lucha contra el terrorismo y que pueden ser activadas cuando le plazca al agresor.

Si vemos la cantidad de contenedores que surcan los mares en enormes buques para ese propósito, es fácil de notar que es casi imposible asegurar que no hay alguna bomba letal en cualquiera de ellos, y que puede ingresar a cualquier país sin ser detectada. Y no parece que se puedan controlar adecuadamente cuando llegan a destino. De allí que la lucha contra el terrorismo es internacional, cada país debe hacerse cargo de lo que sale de sus puertos pero, ¿cuántos de ellos se prestan a transportar material nuclear porque, de hecho, son parte del problema y no de la solución?

Y si un atentado nuclear pasara en Estados Unidos, no quiero imaginar cómo sería la represalia. Por eso el viejo refrán dice: Mejor prevenir que curar. Y no es precisamente lo que se está haciendo ahora con el mayor coraje posible y la responsabilidad que le cabe a Occidente por el futuro de la humanidad.

ANA

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