sábado, 8 de agosto de 2009

416 - ESPÍA DE LA CIA EN IRÁN CUENTA LO QUE VIO


COMO ESPÍA DE LA CIA, VI EN IRÁN LO QUE OCCIDENTE NO PUEDE IGNORAR

Debemos defender pronto la libertad en Irán o después deberemos manejarnos con fanáticos armados nuclearmente.

Por Reza Kahlili



(TRADUCCIÓN LIBRE DE ANA)

Los Ángeles - Hoy Occidente debe tomar una de las más importantes decisiones de nuestra era. ¿Defenderemos los restos de democracia y libertad en Irán o sucumbiremos ante el gobierno asesino de Teherán?

Es una pregunta que va al corazón de nuestra propia seguridad. Irán es una "matón-cracia" de mullahs islámicos que pronto tendrá armas nucleares. Cualquier error de entendimiento sobre las intenciones de fanáticos con bombas nucleares tendrá graves consecuencias.

Lo sé porque yo pasé años a su lado como espía de la CIA, trabajando clandestinamente con las Guardias Revolucionarias de Irán, que comenzaron en los ´80.

El Cuerpo de Guardianes fue montado como control del ejército regular y para servir y asegurar la revolución islámica.
Treinta años de apaciguamiento occidental no les ha impedido aterrorizar a Occidente o a los iraníes. Hoy, con los líderes de Teherán atrapados en una lucha por el poder a causa de las elecciones del 12 de junio y por la legitimidad del régimen, los Guardianes, dirigidos por fanáticos, llaman a una toma de decisión.

Los Guardianes -y los intransigentes clérigos que ellos protegen- son, sin embargo, vulnerables. El levantamiento popular de este verano los puso a la defensiva.
Un fuerte apoyo ahora de Occidente podría inclinar la balanza.

No tenemos que perder ni un momento. Si no podemos detener a los Guardianes ahora, ¿cómo podríamos hacerlo una vez que tengan bombas nucleares?

Washington podría liderar la forma rehusándose a reconocer al Presidente Mahmoud Ahmadinejad, que hoy temprano juró por su segundo término de cuatro años. En cambio, Estados Unidos debería exigir la libertad -y la libertad de expresión- de todos los que han sido arrestados y torturados en las recientes semanas.
Y deberíamos endurecer las sanciones que incluyen cortar el suministro de combustible de Irán.

El pueblo iraní está desesperado por una muestra de apoyo de Occidente. Apoyándolo nosotros podemos confirmar nuestro deber de defender la democracia y declararnos a favor de la seguridad del mundo libre.

Dicha posición marcaría un cambio político radical. Durante los 30 años pasados, Occidente ha tratado duramente de apaciguar a los mullahs de Irán.

En los ´80 yo ayudé a hacer conocer un pacto secreto entre los mullahs iraníes y algunos gobiernos europeos. Sedientos del petróleo iraní, los europeos les dieron el consentimiento a los agentes iraníes para asesinar a miembros de la oposición en el exterior, sin interferencias, en tanto los ciudadanos europeos no estuvieran en riesgo. Cientos de disidentes fueron abatidos a tiros.

Estados Unidos también fue culpable de tratar de apaciguar a los mullahs. Casi cada administración después de la Revolución iraní de 1979 ha tratado en vano de crear mejores relaciones a través de canales secretos. Sin embargo, esos esfuerzos no han podido detener a los gobernantes de Irán para que armaran terroristas, tomaran rehenes y para que reprimieran a su propio pueblo.

La brutal matanza de iraníes por sus líderes que estamos viendo hoy no es nada nuevo. Los clérigos que gobiernan han estado matando a opositores políticos, junto con sus familias y amigos durante 30 años, pero dentro de las paredes de la prisión.

Yo he estado dentro de esas paredes y he visto chicas adolescentes que fueron violadas antes de la ejecución de modo que no fueran vírgenes y de esa forma, de acuerdo a sus creencias islámicas, no podrían ir al paraíso. He visto a cientos colgando de grúas. He visto mujeres y hombres alineados frente a escuadrones de fusilamientos después de haber sido torturados severamente; sus familias fueron obligadas a pagar el costo de las balas. Funcionarios occidentales estaban bien enterados que esto estaba pasando pero permitieron que su sed de petróleo los cegara.

No obstante, hoy, los gritos de jóvenes y viejos iraníes clamando por democracia y libertad no pueden ser ignorados. El levantamiento post-electoral ha comenzado la cuenta regresiva del fin de la "maton-cracia" en Irán. Este es el deseo del pueblo iraní.
Debería ser también nuestro deseo.

Hasta ahora Occidente se ha mantenido bastante callado sobre el descontento de Irán. El Presidente Obama tanto como otros, dicen que no quieren dar crédito a los reclamos de Teherán que hay una conspiración occidental detrás de las protestas. Y no irritando al régimen esperan poder mejorar las negociaciones y resolver el impasse nuclear.

¿Pero cómo se puede negociar con un gobierno compuesto de terroristas?

Ahora mismo, los Guardianes de la Revolución tienen casi un completo control de Irán. Esta organización terrorista está expandiendo su poder a través de todo Medio Oriente. Su objetivo final es provocar la desaparición de Occidente.

Con la ayuda de Corea del Norte, los Guardianes están trabajando en misiles balísticos de largo alcance en pruebas que están escondidas por su proyecto espacial.

Los Guardianes también han acelerado su producción de Sejil, misiles de combustible sólido, y están trabajando sin parar para mejorar el alcance de esos misiles. Hoy ellos pueden golpear a Tel Aviv, Riyadh, las bases de Estados Unidos en Irak y el cuartel general de la Quinta Flota de la Armada Americana en Bahrein. Su objetivo es poder alcanzar a toda Europa.

Ellos también están trabajando en su proyecto de bomba nuclear en instalaciones que Occidente no conoce.

El Ministro de Defensa de Irán, Mostafa Najjar, quien supervisa el desarrollo de la tecnología misilística y nuclear, estuvo a cargo de las fuerzas de los Guardianes de la Revolución en Líbano, que facilitaron el ataque sobre las barracas del Cuerpo de Infantes de Marina en Beirut el 23 de octubre de 1983, matando a 241 soldados americanos.

El actual vice ministro, Ahmad Vahidi, que supervisa la distribución de armas y misiles a grupos terroristas tales como Hezbollah, la Jihad Islámica y Hamás, fue comandante de las Fuerzas Quds de elite de los Guardianes y oficial de inteligencia en jefe de los Guardianes a cargo de actividades terroristas fuera de Irán.

El Sr. Vahidi está actualmente en la Lista de los Más Buscados por Interpol por el ataque al centro comunitario judío en Buenos Aires del 18 de julio de 1994, que mató a 85 personas e hirió a más de 100.

Muchos funcionarios iraníes tienen orden de arresto de Interpol, e inclusive el líder supremo Ayatollah Khamenei ha sido reconocido en tribunales como uno de los que han ordenado tales actos.

Radicales fanáticos como estos son incompatibles con un Irán libre. Esta es la mejor oportunidad en 30 años de cambiar el curso y parar de sucumbir ante los matones. ¿Podremos aprovecharla?

"Reza Kahlili" es el seudónimo de un ex-espía de la CIA que pide anonimato por razones de seguridad. Él está escribiendo un libro sobre su vida y experiencias como agente de la CIA en los Guardianes de la Revolución de Irán.

FUENTE: MONITOR - 05/08/09 -

COMENTARIO:

A pesar de todas estas prevenciones Obama ya ha aceptado al actual gobierno de Irán como legítimo, ha optado por reconocer las últimas elecciones como si los sucesivos levantamientos de la población desconforme con este resultado no hubieran ocurrido.

Es para preguntarse si podría haber tenido otra actitud. Porque lo que se ha impuesto en Irán es la fuerza al servicio de la simulación de una democracia, porque la gente no sale a la calle arriesgando su vida si no fueran muchos y estuvieran muy seguros que han sido estafados.

Si tan sólo no hubiera emitido opinión alguna el pueblo iraní, que está harto de la prepotencia de su gobierno, sentiría que su sacrificio tuvo algún significado y que las democracias del mundo lo entiende y mantiene la esperanza de ser ayudado de alguna forma. Pero Obama prefirió respaldar la violencia y la represión sostenida por la legalidad.

De la misma forma, respalda a Zelaya en Honduras, que también representa la legalidad aunque haya pisoteado las instituciones democráticas del país. Distintas situaciones pero la misma actitud: hipocresía política, parece ser democrático pero sostiene a los dictadores o a los que aspiran a serlo.

La ley en contra del espíritu de la ley, una democracia que quiere reconstruirse en Irán y otra que lucha por ser respetada en Honduras.

Y parece que su apuesta de no "parecer" que Estados Unidos preparó la "desestabilización" en Irán, con tanto poder como para sacar a millones de iraníes a la calle, es un buen argumento para no plantarse frente a un país que sostiene a todo el terrorismo de Medio Oriente.

La misma actitud, no "parecer" desestabilizador de la democracia en riesgo cuando apoya a Zelaya y apoyar la legalidad, de cualquier forma en que ésta se presente.

Para Obama, hasta ahora, la política de Estados Unidos es mostrarse respetando la política interna de los países, de todos, menos de Israel. Allí no le interesa "parecer" que no se mete. Se mete precisamente con un país ejemplo de democracia en Medio Oriente.

Vamos a ver si finalmente este joven inexperto pero con mucho poder, deja de pensar que conviene "parecer" en lugar de defender activamente las verdaderas democracias del mundo.

Hay muchos pueblos que están luchando en soledad para que sus derechos tengan más peso que las conveniencias de las grandes potencias.

ANA

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