CONDENAR UN LIBELO NO ES COARTAR LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN
Volviendo sobre el tema del libelo del post anterior, hay mucho para decir todavía.
Cualquiera sabe que todo artículo publicado por un medio pasa por el criterio del editor. Lo primero que considera es si con él venderá más ejemplares, y después evaluará si es veraz, si aporta a la línea editorial de su publicación, si está bien escrito, si prestigia o no a su producto final, que es la de ser un medio creíble. Y luego decide.
En este caso, el editor, en un rasgo que lo expone, optó por publicar un artículo con el que seguramente venderá más ejemplares, aunque sin duda sabe que lo que denuncia no puede ser veraz. Y lo sabe hasta una criatura de estos tiempos que ve en todos los medios cómo es el procedimiento para un trasplante de órganos.
El artículo de marras es un auténtico libelo de esta época porque ya no pueden decir que los judíos se beben la sangre de los niños palestinos.
Y nadie le está pidiendo que no publique estupideces, eso marca el nivel de su diario, sólo que condene el contenido aunque sea para poner a salvo su inteligencia y la de sus lectores. Podría haberlo hecho para su propio prestigio personal y el de su diario. En cambio, se amparó en el concepto de libertad de expresión. Algo que suena bien para los oídos del hombre moderno y que no estaba a mano de los que antiguamente hacían lo mismo y daban motivos para quemar a brujas o a judíos indefensos.
Lo mismo vale para el gobierno sueco que bien podría haber condenado algo que no tiene sentido, pero prefirió ampararse en lo mismo para quedar bien con quienes los tienen a todos aterrorizados en esa Europa a quien le importa calentarse bien en invierno y pasear con el combustible que pueda obtener si hace buena letra.
Está bien exponer su mala intención y su falsía, porque todavía hay medios decentes que prefieren defender las razones de Israel para seguir defendiéndose como pueda ante tanta vileza.
Israel no sólo enseña cómo se puede ser moral en la adversidad a tantos países donde la democracia es una palabra sin sentido, también sigue enseñando a quienes todavía no han aprendido que más vale tener un poco de frío en el cuerpo pero sentir en el alma la dignidad de ser justo.
ANA
Israel...
¡PIU AVANTI!
No te des por vencido, ni aun vencido,
no te sientas esclavo, ni aun esclavo;
trémulo de pavor, piénsate bravo,
y arremete feroz, ya mal herido.
Ten el tesón del clavo enmohecido
que ya viejo y ruin, vuelve a ser clavo;
no la cobarde estupidez del pavo
que amaina su plumaje al primer ruido.
Procede como Dios que nunca llora;
o como Lucifer, que nunca reza;
o como el robledal, cuya grandeza
necesita del agua y no la implora...
Que muerda y vocifere vengadora,
ya rodando en el polvo, tu cabeza!
ALMAFUERTE
En este caso, el editor, en un rasgo que lo expone, optó por publicar un artículo con el que seguramente venderá más ejemplares, aunque sin duda sabe que lo que denuncia no puede ser veraz. Y lo sabe hasta una criatura de estos tiempos que ve en todos los medios cómo es el procedimiento para un trasplante de órganos.
El artículo de marras es un auténtico libelo de esta época porque ya no pueden decir que los judíos se beben la sangre de los niños palestinos.
Y nadie le está pidiendo que no publique estupideces, eso marca el nivel de su diario, sólo que condene el contenido aunque sea para poner a salvo su inteligencia y la de sus lectores. Podría haberlo hecho para su propio prestigio personal y el de su diario. En cambio, se amparó en el concepto de libertad de expresión. Algo que suena bien para los oídos del hombre moderno y que no estaba a mano de los que antiguamente hacían lo mismo y daban motivos para quemar a brujas o a judíos indefensos.
Lo mismo vale para el gobierno sueco que bien podría haber condenado algo que no tiene sentido, pero prefirió ampararse en lo mismo para quedar bien con quienes los tienen a todos aterrorizados en esa Europa a quien le importa calentarse bien en invierno y pasear con el combustible que pueda obtener si hace buena letra.
Está bien exponer su mala intención y su falsía, porque todavía hay medios decentes que prefieren defender las razones de Israel para seguir defendiéndose como pueda ante tanta vileza.
Israel no sólo enseña cómo se puede ser moral en la adversidad a tantos países donde la democracia es una palabra sin sentido, también sigue enseñando a quienes todavía no han aprendido que más vale tener un poco de frío en el cuerpo pero sentir en el alma la dignidad de ser justo.
ANA
Israel...
¡PIU AVANTI!
No te des por vencido, ni aun vencido,
no te sientas esclavo, ni aun esclavo;
trémulo de pavor, piénsate bravo,
y arremete feroz, ya mal herido.
Ten el tesón del clavo enmohecido
que ya viejo y ruin, vuelve a ser clavo;
no la cobarde estupidez del pavo
que amaina su plumaje al primer ruido.
Procede como Dios que nunca llora;
o como Lucifer, que nunca reza;
o como el robledal, cuya grandeza
necesita del agua y no la implora...
Que muerda y vocifere vengadora,
ya rodando en el polvo, tu cabeza!
ALMAFUERTE
Mi humilde opinión es que quien debe trazar la línea entre lo que es libertad de expresión y falsas acusaciones es un tribunal, no un gobierno, y mucho menos un gobierno extranjero. Si el estado de Israel asi lo desea puede acudir a los tribunales suecos y denunciar a este periodista, aportar las pruebas necesarias (permitir que se investiguen estos casos) y que el tribunal decida.
ResponderEliminarAcudir al gobierno sueco no es mas que una rabieta de quien parece no entender como funcionan las verdaderas democracias.
Así es anónimo:
ResponderEliminarEso sería lo correcto si la acusación tuviera la más mínima posibilidad de ser real, pero cuando no lo es, cuando es imposible que lo sea, un gobierno amigo debe condenar sin titubear, como en realidad lo hizo la embajadora sueca en Israel, la que debía ser apoyada por su gobierno, porque la acusación es ridícula.
Lo que proponés es para casos posibles, no imposibles: como decir que las vacas vuelan. ¿Es necesario un tribunal para que juzgue si es cierto o no? La acusación es tan absurda que sólo un pasquín antisemita podría haberlo publicado y un gobierno no amigo no lo habría condenado, sin pensarlo dos veces, como lo hizo la embajadora. Es todo lo que debería hacer cualquiera con un poco de inteligencia y dignidad.
La rabieta a la que te referís es minimizar un hecho gravísimo por el que se sirven los malévolos para poner en la picota a un estado decente como es Israel. De vulgares y estúpidas mentiras no podían defenderse los judíos cuando no tenían su estado y LOS QUEMABAN VIVOS, ahora las cosas son muy distintas y los gobiernos que se dicen amigos deben condenar rápidamente diciendo: ¡LAS VACAS NO VUELAN Y CONDENAMOS ESA VULGAR MENTIRA CONTRA UN ESTADO AMIGO!
Como dijo Goethe: "Contra la estupidez, hasta los mismos dioses luchan en vano"
Saludos.
Anónimo , a tu humilde opinión debes añadirle un poco, sólo un poco de sensatez. Si qiueres te traduzco la respuesta que la dueña del blog tan acertadamente te ha dado o si prefieres te aporto otra yo mismo, aunque presiento que es tiempo perdido, además creo que si tienes sesos con ella será suficiente. Ya está bien de imbecilidades y cretineces. Esto tampoco es una rabieta, es hartazgo de lelos
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