DÍGALE "NO" A OBAMA
Rechazar la presión americana requiere de nosotros alterar nuestras tácticas pero no nuestro objetivo.
Por YAIR SHAMIR
(TRADUCCIÓN LIBRE DE ANA)
Desde que Barack Obama juró como presidente de Estados Unidos se lo ha reconocido en Israel como una súperestrella. Para los medios y los políticos israelíes cada una de sus palabras sacude el cielo y la tierra. Se lo percibe como una fuerza omnipotente y por ello disuade al gobierno de tomar decisiones sobre construcciones, población y mejoramiento de la infraestructura en Jerusalem. También lo atemoriza para tomar decisiones que ya fueron aprobadas por anteriores gobiernos izquierdistas. Al mismo tiempo las autoridades tienen miedo de imponer la ley en contra de construcciones árabes ilegales que amenazan el futuro de Jerusalem. Los árabes huelen esta debilidad lo que los envalentona y estimula para endurecer sus posiciones hacia Israel.
Sin embargo, no hay un fundamento para este miedo y reacción exagerada. Con todo el debido respeto al Presidente Obama, él no es así de poderoso. Las encuestas de las últimas semanas apuntan a una drástica declinación de su popularidad en Estados Unidos. El apoyo para los demócratas en el Senado y en el Congreso es ahora, y como nunca antes, bajo, y a los legisladores republicanos se los está percibiendo como más valiosos para ser elegidos para el Congreso. Dos tercios de la población siente que América no está tomando la dirección correcta.
Como la campaña para el Congreso entra en acción este mes y la tasa de desempleo continúa creciendo el presidente se torna cada vez más dependiente del Congreso. Durante una campaña electoral los legisladores demócratas se compenetran más con su distrito que con el presidente. El peso relativo del Congreso se eleva durante una crisis económica y la firmeza e independencia de los legisladores crece cuando se aproxima la temporada de campaña para el congreso.
Las encuestas en Estados Unidos muestran que aún hay un fuerte e inquebrantable apoyo del público americano por Israel. Los legisladores demócratas son concientes de esto y por lo tanto no le permitirán al presidente dañar a Israel imponiéndole retiradas de una tierra vital para su seguridad.
El verdadero liderazgo sabe que decir que no y rebelarse ante una presión es vital para lograr objetivos estratégicos, mientras que la rendición y el consentimiento sólo llevan al abandono de esas metas. Al mismo tiempo que aumenta la presión internacional sobre Israel. Rechazar la presión requiere alterar las tácticas pero no el objetivo.
Mi padre, el ex Primer Ministro Yitzchak Shamir, ojalá estuviera vivo y bien, sabía que desafiar la presión americana dañaría su popularidad personal y la imagen de Israel en el corto plazo, pero que a largo plazo haría que Israel se convirtiera en el más fuerte aliado y socio estratégico de Estados Unidos.
El mundo ha cambiado a favor de Israel.
Nada ilustra mejor esto que las palabras del Ministro de Defensa Ehud Barak en su dedicatoria del libro "Yitzchak Shamir: Firme como una Roca" ("Yitzchak Shamir: Firm as A Rock") publicado el año pasado.
"Durante el mandato del presidente George Bush (padre) mientras yo estaba sirviendo como Jefe del Estado Mayor del IDF (Fuerzas de Defensa de Israel) una vez me sumé a la Oficina del Primer Ministro para un encuentro con el entonces Secretario de Estado de Estados Unidos, James Baker, que había estado exigiendo que Israel hiciera concesiones de gran alcance. A pedido de Shamir yo informé a nuestro prominente invitado sobre las amenazas militares que Israel estaba enfrentando. Baker no se retractó de sus exigencias. En cambio, con el peso del único superpoder que lidera hoy al mundo, insistió para que Israel hiciera concesiones."
"En un determinado momento me di cuenta que la cara de Shamir se puso muy tensa y alerta, parecía un volcán a punto de explotar. El golpeó sobre la mesa y le dijo al secretario de estado en una forma muy tajante y no diplomática, muy aguda pero en un tono muy autocontrolado: ´Sr. Secretario, usted puede exigir lo que elija exigir pero este es nuestro país y no acordaremos hacer nada que dañe sus intereses y su futuro, inclusive cuando nuestro mejor amigo nos lo exija´."
La negativa de mi padre a apartarse de sus principios no llevó a una ronda de aplausos y elogios en los medios pero obtuvo respeto para el hombre y mejoró la seguridad nacional de Israel. Su herencia alerta ahora a los primeros ministros israelíes rebelarse contra la presión y no definirla como una razón para renunciar a la visión propia y a su objetivo estratégico. Esto sólo minará el poder de disuasión de Israel y de Estados Unidos en Medio Oriente.
Estoy seguro que habrá quienes afirmarán que no se puede comparar la situación de entonces con la de hoy. Ellos dirán que los tiempos han cambiado, que el mundo ha cambiado y darán toda clase de razones sin fundamento con el propósito de asustar al público israelí de manera que se sucumba con una retirada estratégica. Es cierto, el mundo ha cambiado, pero a favor de Israel. Israel ha mejorado dramáticamente en los campos militar, económico, demográfico, tecnológico, médico, y demás.
Estados Unidos, después del 11 de septiembre y Europa, luego de una ola de terror musulmán y debiendo enfrentar a una bomba de tiempo demográfica musulmana, constituyen un ruedo convincente para permanecer firme y sin arrepentimientos.
El Congreso de Estados Unidos iguala en poder e independencia al presidente. El presidente inicia y ejecuta una política pero el Congreso controla el erario americano. Él tiene la autoridad para cambiar, suspender e iniciar una política. El congreso siempre ha presentado un enfoque más duro que el de los gobiernos israelíes cuando se trata de la seguridad del estado y especialmente con respecto al tema de Jerusalem.
Figuras del congreso muy prominentes e influyentes han puesto en claro que nosotros tenemos ahora una oportunidad histórica para mejorar la asociación estratégica Israel-EE.UU, sin considerar los actuales desacuerdos con el gobierno de Obama con respecto al conflicto árabe-israelí.
El actual gobierno israelí tiene una sólida mayoría y el respaldo del público israelí que está esperando por un cambio, quiere ver a un Israel fuerte que está de pie por sus derechos y principios y que no sucumbe a la presión de elementos internacionales que sólo tienen en mente sus propios intereses.
FUENTE: YNET NEWS - 16/09/09
COMENTARIO:
Recordar estos momentos del pasado sirven para entender el presente. Todos los presidentes americanos tuvieron esta pretensión de lograr la paz entre israelíes y palestinos a cualquier precio, e Israel se prestó varias veces, el proceso de Oslo, la retirada de Gaza y de Líbano, sin resultados positivos.
Porque la paz no depende de Israel y mucho menos de Estados Unidos, debe ser un objetivo de la dirigencia palestina. Y hasta que no lo sea Israel debe protegerse, porque puede cometer errores, presionado como está por la comunidad internacional, pero nunca arriesgará su supervivencia.
Y me parece que mientras se aliente a los líderes palestinos con pretensiones que están fuera de la realidad, la paz sigue siendo una materia pendiente para la región. Si el mundo entero no percibe la dificultad básica que es la posición palestina con respecto a lo que puede aspirar si es que quiere tener un estado, deberá ser Israel quien enseñe la verdad histórica y que todo se puede acordar menos la seguridad del estado.
Y porque tuvo hombres como Shamir a lo largo de su reciente historia, Israel sigue creciendo a pesar de sufrir la propaganda en contra de los medios, a los que les resulta mucho más fácil distorsionar la verdad si con eso no deben lidiar con enemigos muy peligrosos.
Esta es la prueba más contundente de que Israel no es un estado amenazador, no se lo teme, la única razón que explica por qué se ayuda a una dirigencia palestina que ha hecho trizas toda la ayuda recibida usándola para acosar a Israel en lugar de construir un estado propio.
Así como se siguen gestando matones de un lado, de la misma forma Israel promueve dentro de sus filas a los que son capaces de enfrentarlos, a pesar de todas las presiones.
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