TURQUÍA: UN ALIADO QUE HA DEJADO DE SERLO
Por DANIEL PIPES
"No hay duda de que es nuestro amigo," declara el primer ministro de Turquía Recep Tayyip Erdoğan del presidente de Irán Mahmoud Ahmadinejad, al mismo tiempo incluso que acusa al ministro de exteriores de Israel Avigdor Lieberman de amenazar con utilizar armas nucleares en Gaza. Estas escandalosas afirmaciones apuntan al profundo cambio de orientación emprendido por el gobierno de Turquía, aliado musulmán más cercano a Occidente durante seis décadas, desde que el partido AK de Erdoğan llegara al poder en 2002.
Tres sucesos acaecidos este último mes ponen de manifiesto el alcance de ese cambio. El primero se producía el 11 de octubre, con la noticia de que el ejército turco –veterano bastión del secularismo y defensor de la cooperación con Israel– solicitó de la noche a la mañana que las fuerzas israelíes no participaran en las maniobras anuales "Anatolian Eagle" de las fuerzas aéreas.
Erdoğan citaba "sensibilidades diplomáticas" para la cancelación y el Ministro de Exteriores Ahmet Davutoğlu hablaba de "la sensibilidad de Gaza, Jerusalén Este y la mezquita de Al-Aqsa." Los turcos rechazaron específicamente los aviones israelíes que podrían haber atacado a Hamás (organización terrorista islamista) durante la operación del pasado invierno en la Franja de Gaza. Mientras que Damasco aplaudió la desinvitación, provocó que los gobiernos norteamericano e italiano retiraran sus fuerzas de las maniobras Anatolian Eagle, lo que a su vez significó la cancelación de las maniobras internacionales.
En cuanto a los israelíes, este cambio "súbito e inesperado" provocó un seísmo en su alineamiento militar con Turquía, implantado desde 1996. El ex jefe de las fuerzas aéreas Eytan Ben-Eliyahu, por ejemplo, llamaba a la cancelación "un suceso gravemente preocupante." Jerusalén respondió inmediatamente revisando la práctica por parte de Israel de suministrar a Turquía armamento avanzado, como la reciente venta a las fuerzas aéreas turcas de proyectiles de identificación de objetivos por valor de 140 millones de dólares. También se plantea la idea de dejar de ayudar a los turcos a tumbar las resoluciones sobre el genocidio armenio que con regularidad se presentan ante el Congreso estadounidense.
Barry Rubin, del Centro Interdisciplinario de Herzliya, no sólo defiende que "la alianza entre Israel y Turquía ha terminado" sino que concluye que las fuerzas armadas de Turquía ya no garantizan la República secular y ya no pueden intervenir cuando el gobierno se vuelve demasiado islamista."
El segundo suceso tenía lugar dos días más tarde, el 13 de octubre, cuando el Ministro de Exteriores de Siria Walid al-Moallem anunciaba que las fuerzas turcas y sirias acababan de "llevar a cabo maniobras militares en las inmediaciones de Ankara." Moallem llamaba, con razón, a éste un suceso importante porque "refuta las informaciones de malas relaciones entre las instituciones militar y política en Turquía a cuenta de las relaciones estratégicas con Siria". Traducción: Las fuerzas armadas de Turquía perdieron frente a sus políticos.
En tercer lugar, 10 ministros turcos encabezados por Davutoğlu se unían a sus homólogos sirios el 13 de octubre para celebrar conversaciones bajo los auspicios del recién establecido "Consejo de Cooperación Estratégica a Alto Nivel Turquía-Siria." Los ministros anunciaban haber firmado casi 40 acuerdos a ser implementados en cuestión de 10 días; anunciaban también que "se van a llevar a cabo unas maniobras militares terrestres conjuntas más amplias y exhaustivas" que las del 1 de abril; y que los líderes de ambos países van a firmar en noviembre un acuerdo estratégico.
La declaración conjunta de cierre del consejo anuncia la formación de "una sociedad estratégica a largo plazo" entre las dos partes "con el fin de reforzar y ampliar su cooperación en un amplio abanico de temas para beneficio e interés mutuo y reforzar los vínculos culturales y la solidaridad entre sus pueblos." La tónica del consejo, explicaba Davutoğlu, "es un destino común, historia y futuro; vamos a construir juntos el futuro," mientras que Moallem llamaba a la reunión "un motivo de celebración" para los dos pueblos.
Las relaciones bilaterales se han visto dramáticamente alteradas con respecto a la década anterior, cuando Ankara se acercó peligrosamente a la guerra con Siria. Pero la mejora de los vínculos con damasco sólo es una parte de una iniciativa mucho más amplia emprendida por Ankara con el fin de mejorar las relaciones con los estados regionales y musulmanes, una estrategia articulada por Davutoğlu en su notable obra del 2000 Stratejik derinlik: Türkiye'nin uluslararası konumu ("Profundidad estratégica: la posición internacional de Turquía").
En resumen, Davutoglu prevé una reducción de los conflictos con los vecinos y a Turquía emergiendo como la potencia regional, una especie de Imperio Otomano moderno. Implícito en esta estrategia está el distanciamiento por parte de Turquía de Occidente en general y de Israel en particular. Aunque no se plantee en términos islamistas, "profundidad estratégica" encaja perfectamente en el molde de la visión del mundo que tiene el partido islamista AK.
Como señala Barry Rubin, "el gobierno turco está más cerca políticamente de Irán y Siria que de Estados Unidos e Israel". Caroline Glick, columnista del Jerusalem Post, va más allá: Ankara ya "abandonó la alianza occidental y se convirtió en miembro de pleno derecho del eje iraní". Pero los círculos oficiales en Occidente parecen casi ajenos a este cambio trascendental en las lealtades de Turquía, o a sus implicaciones. La factura de su error se manifestará pronto.
FUENTE: DANIEL PIPES/LA RAZÓN
TURQUÍA: UN ALIADO QUE HA DEJADO DE SERLO-01/11/09
Original en Inglés: TURKEY: AN ALLY NO MORE
COMENTARIO:
Evidentemente el mundo entero se está alineando: el Occidente judeo-cristiano por un lado y el Medio Oriente musulmán por otro, únicamente Israel se ubica entre los países occidentales, aunque sea un pequeño estado en un mar de países orientales. Esta última deserción, la de Turquía, pone en claro que no es cuestión de políticas ni de religiones, sino de ideologías, Occidente es cristiano e Israel es judío.
Una es el progreso, la conquista de los derechos humanos y la otra es la imposición de una cultura y de una religión con la ley islámica (la sharia) a la cabeza, la antítesis de la libertad individual, el progreso y el libre albedrío.
Turquía, gracias al constructor de su progreso, Kemal Ataturk, ofrecía la posibilidad que hubiera un estado de mayoría islámica deseoso de avanzar hacia el progreso, pero está visto que, tarde o temprano, el islam, como religión/ideología aglutina a sus creyentes y los convierte en un bloque.
Evidentemente Turquía ha dicho adiós a su ingreso a la COMUNIDAD ECONÓMICA EUROPEA (CEE) y también a sus buenas relaciones con Israel. No más turismo israelí a un país que se está volviendo un estado musulmán y se alía con sus enemigos. No más un ejército turco que impedía que el estado fuera una teocracia por mandato de su constitución.
Estamos presenciando un gran cambio donde no caben las medias tintas. El relativismo cultural del que se ufana occidente, respetando las diferencias, debería tener su contrapartida en los países musulmanes. Si no se respetan iglesias y sinagogas en Oriente, no deben permitirse las mezquitas en Occidente. Así de sencillo es el concepto de reciprocidad, quien no lo entienda está permitiendo la imposición de una cultura extraña que trae consigo una ideología opuesta a las conquistas de Occidente.
Esto debe ser comprendido y se debe actuar en consecuencia.-
Post recomendado: Nº 456 - LA LECCIÓN DE TURQUÍA
ciudad fronteriza de Öncüpinar y elevan simbólicamente
la barrera que divide a los dos países el 13 de octubre
reunidos en Alepo en octubre de 2009
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Deja tu comentario