EL FALSO SUEÑO DE PAZ DE ISRAEL
"ISRAEL´S FALSE DREAM OF PEACE"
Por DANIEL GREENFIELD
(TRADUCCIÓN LIBRE DE ANA)
Durante el tiempo de Hanukkah, un día festivo inspirado en la resistencia de un grupo de hermanos a la tiranía de Antíoco IV del Imperio Seléucida, el Primer Ministro Netanyahu, en cambio, está enfrentando las consecuencias de darse por vencido ante la tiranía de Obama, imponiendo el congelamiento de las construcciones para cientos de miles de israelíes que viven en Judea y Samaria.
Mientras la policía, los inspectores de viviendas y los residentes del área judía pelean por los intentos de detener la construcción de casas privadas que sus dueños ya están pagando con hipotecas, el "congelamiento de los asentamientos" ha aparecido como otro desastroso capítulo en la larga historia de las concesiones israelíes con el propósito de crear una paz, donde no hay paz. Con la intención de ofrecer otro "gesto para crear confianza" y tranquilizar a la Autoridad Palestina, la que ya lo ha rechazado preventivamente así como cualquier otra negociación -en realidad fue más un intento de apaciguar a Obama apuntalando sus credenciales de política exterior- la "congelación de asentamientos" ha causado estragos en la vida de cada uno, desde los recién casados planificando mudarse a su primer hogar, familias buscando agregar un complemento para acomodar a su gente, a proyectos más grandes para la creciente población de inmigrantes que llegan a Israel desde Rusia y partes de Medio Oriente donde los judíos han sido tradicionalmente oprimidos.
Y así, en nombre del apaciguamiento a Obama y a los terroristas palestinos, las acciones de Netanyahu han provocado tensiones entre los israelíes y han empeorado la situación económica de muchas familias de clase trabajadora. Y todo por nada. El "gesto para crear confianza" no creó ninguna del lado árabe palestino, quien se siente bastante confiado en eludir completamente las negociaciones con la esperanza de intimidar a Israel para que acuerde aún más concesiones antes de ni siquiera molestarse en sentarse a la mesa de negociaciones. Ello tampoco apaciguó a la administración Obama, que se siente frustrada porque no pudo impedir que los judíos vivan en Jerusalén Este, la que bajo la ocupación jordana hizo limpieza étnica con su población judía. Como cualquier gesto para fomentar confianza que Israel hizo en el pasado, éste ha sido destructivo e inútil, obligando a Israel a pagar un precio caro sin obtener nada por él.
Lamentablemente, desde el mismo comienzo, los líderes israelíes albergaron un falso sueño que nunca se ha cumplido. Y ese espejismo de un Medio Oriente amigable ha engañado a un Primer Ministro tras otro para que hiciera tratos que le cortan la garganta a Israel. En 1947 Israel estuvo preparado para aceptar el plan de partición de la ONU que habría dejado una fina lonja de territorio para que los israelíes nativos y los refugiados del Holocausto pudieran construir un estado sobre ella. Pero los poderes árabes rechazaron el plan y el resultado de la Guerra de la Independencia le permitió a Israel retener por lo menos fronteras defendibles. Si el Egipto de Nasser y la Jordania de Hussein no hubieran elegido la guerra contra Israel en 1967, Israel habría quedado dentro de esos mismos débiles límites y con su ciudad capital cortada por la mitad. Pero Nasser y Hussein eligieron la guerra y así Israel unió a Jerusalén y liberó a algunas de sus aldeas en Gaza, y Judea y Samaria que habían caído en manos del enemigo en 1948, tales como Kfar Darom, aldeas que la comunidad internacional insistiría en llamarlas "asentamientos" y "territorios ocupados". Y sin esos territorios como zonas de amortiguamiento, es probable que Israel habría sido cortado por la mitad y destruido en la Guerra de Yom Kippur en 1973.
Sin embargo, el enemigo aprendió de sus errores. Israel entregó el Sinaí a cambio de una paz fría, por la que los israelíes viajan a Egipto a riesgo de sus propias vidas, mientras que el ejército egipcio realiza regularmente ejercicios de entrenamiento preparándose para una guerra contra Israel. Entonces en 1993 Israel firmó un acuerdo con el archi-terrorista Yasser Arafat, devolviéndole porciones de Gaza, Judea y Samaria a cambio de paz. En lugar de ello el resultado fue un estado terrorista que envió terroristas suicidas y disparó cohetes dentro de Israel, los apropiados para asesinar a familias enteras en sus hogares, cafés y autobuses. Para bombardear escuelas y centros comerciales, para convertir la vida diaria en un constante estado de guerra en la que los padres les entregan a sus hijos celulares de modo que pueden llamarlos y verificar cómo están después que ocurre un ataque terrorista, para saber si aún están con vida.
Esta es la vida que el falso sueño de la paz ha traído a Israel. La ilusión que un Medio Oriente musulmán alguna vez aceptará a un estado no árabe y no musulmán en términos de hermandad y amistad, un acto que requeriría de cada musulmán que le volviera la espalda al Corán y de cada socialista árabe que le volviera la espalda a su orgullo nacional. Pero esto no consiguió que Israel dejara de perseguir el falso sueño de la paz, en parte por la esperanza de lograrla, y en parte por la incesante presión de los gobiernos de Estados Unidos y Europa que persiguen sus propios falsos sueños de paz, creyendo que el cocodrilo musulmán puede ser aplacado suspendiendo al pequeño estado de Israel arriba de sus fauces abiertas.
Y así el falso sueño de la paz se sigue manteniendo con una vida propia. como un viajero perdido tropezando en las dunas del desierto, los pacifistas siguen viendo el espejismo de la paz delante de ellos, que desaparece en el momento en que parece estar a su alcance. Y persiguiendo el espejismo de la paz, Israel se destruye a sí mismo día a día. Lo que en 1993 fue una región autónoma ahora se ha vuelto dos duros estados terroristas dentro de las fronteras de Israel. Lo que en 1993 fue un ataque aislado, ahora se ha convertido en una guerra total con cohetes volando a través de un cielo nocturno. Lo que en 1993 fue un problema interno, ahora tiene a las naciones del mundo hablando de cómo dividir a Israel. Eso es lo que 17 años de lucha por una falsa esperanza de paz ha traído a Israel. Y la nación no puede sobrevivir a otros 17 años como esos. Ni tampoco a nada como otro sueño diaspórico de un pueblo que sueña que algún día podrá vivir otra vez en su propia tierra.
La rendición de Netanyahu a Obama consigue, como cada concesión, socavar cualquier posición futura de Israel, aumentar las tensiones civiles y estimular el apetito de sus enemigos. Hace dos mil ciento setenta y cinco años, comenzó la historia de Hanukkah cuando los hermanos y una hermana de una sola familia en la ciudad de Modiin, bastante cerca de las ciudades que hoy son consideradas asentamientos, se levantaron en lucha por el derecho de vivir como hombres y mujeres libres en su propia tierra. Hoy, dos generaciones después que ese renacido sueño se ha logrado, el gobierno de Israel está tratando a la tierra y al pueblo como el contenido de un comercio en bancarrota a precio de liquidación. Y eso no puede continuar.
Mientras Peres y Obama susurran en los oídos de Netanyahu una Solución de Dos Estados, los israelíes comunes han sufrido una cuota sangrienta de 17 años de asesinatos, acuchillamientos, bombardeos y tiroteos como resultado de la Solución de Dos Estados, una solución que ha creado dos estados terroristas dentro de Israel, uno gobernado por Fatah y otro por Hamás. Considerando que no hay un gobierno palestino legal ni unificado, cualquier conversación sobre tal solución es una farsa con el propósito de apaciguar a los musulmanes a costa de Israel. Y en tanto el petróleo islámico y la inmigración islámica continúen siendo fuerzas potentes ante las cuales el mundo se inclina, eso no cambiará. Aunque perdidos en un sueño de paz, demasiados israelíes se rehúsan a reconocer esta trágica realidad.
No habrá paz con el islam, sólo resistencia o sumisión. La larga y sangrienta persecución de una falsa esperanza de paz por parte de Israel sólo ha debilitado su habilidad para resistir. Los dhimmies de Europa han llenado a Israel de grupos de "paz" tales como "Paz Ahora" o "Rabinos por los Derechos Humanos" cuya misión es minar y destruir a Israel. Quienes rabiosamente odian la idea de un estado judío y lo quieren ver desaparecer por cualquier medio que sea necesario. Mientras que la inmigración islámica invade Europa, sus políticos golpean a Israel con la esperanza de mantener lejos de sus puertas a los degolladores. Mientras tanto, las sucesivas administraciones estadounidenses siguen pegados a la noción que un Medio Oriente estable depende de que Israel haga un trato con los terroristas que lo acosan. Todas estas ideas son igualmente delirantes, igualmente, falsas e igualmente inmutables. Demasiados establishments de la política exterior las han establecido como un dogma y demasiados políticos tienen miedo de confrontar a los autos en llamas de Ahmed y Abdul en las calles de París y de Oslo. No hay nada que Israel pueda hacer para cambiar eso, más que quitarse a sí mismo de la mesa.
No habrá solución que venga de Washington D.C. para el camino de Irán hacia el dominio nuclear. No habrá una solución pacífica para un conflicto que primero comenzaron las cohortes de Mahoma al masacrar a judíos hace más de mil años, en Camp David o Anápolis o en cualquier otro lugar. Mientras Netanyahu ha elegido los juegos políticos para darle al fracasado ex Primer Ministro y Ministro de Defensa Barak rienda suelta para imponer su cruzada contra los judíos sionistas y religiosos, y trata de jugar en ambos lados con ningún final verdadero en mente, las velas de Hanukkah se están consumiendo, las mechas parpadean y se terminan. La luz de ese frasco de aceite se quemó durante ocho días por la fe. Sin fe, no es nada más que aceite y algodón. Sin fe y fuerza de voluntad, Israel no es más que Singapur en el medio de una zona de guerra que pone a su país y a su gente en liquidación. Si Israel no despierta de ese falso sueño de la paz y no toma a los Macabeos como su modelo, en lugar de tomar a Gandhi, también él parpadeará en la noche y se terminará.
FUENTE: ISRAEL´S FALSE DREAM OF PEACE-15/12/09
COMENTARIO:
Creo que no hay posibilidades de un acuerdo de paz por ahora, no con esta dirigencia palestina. Es bastante evidente que todo lo que ha hecho Israel para llegar a un acuerdo, aun arriesgando la seguridad de su gente, no dio resultado. Hay muchos que todavía piensan que Israel puede hacer más, no sé qué tipo de plan tienen pero hasta ahora no sirvió nada de lo que se hizo. Y me parece que el autor de este artículo explica con datos precisos que realmente no sirvieron todos los intentos que se hicieron.
Pero si uno dejara de lado la experiencia y sólo se concentrara en las plataformas de ambas facciones, tanto Hamás como Al Fatah, ni hablar de lo que declama Hezbollah e Irán, podríamos llegar hasta lo que dice el Corán, los infieles deben ser dominados hasta el fin de la historia y no puede haber tierra islámica en poder de infieles, y ni hablar si, además, son judíos.
¿Por qué el mundo entero, con Estados Unidos a la cabeza, pretende ese imposible? ¿Qué pretenden de Israel, si ellos mismos no pueden obtener ningún acuerdo con los mismos enemigos de Israel?
Creo que todo lo que está haciendo Israel es aguantar, hasta que aparezcan líderes occidentales más realistas, hasta que se acabe el petróleo o que no sea necesario, hasta que ellos dejen de tener miedo y se armen de coraje para enfrentar a un enemigo de todos.
Por cierto, hay que tener fe y, además, estar bien armado.
Cuando hacía esta traducción me invadió la tristeza porque es doloroso comprender que no hay posibilidades de acuerdo, por ahora, y recordé la canción de Joan Manuel: nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio.
ANA
La Navidad se acerca y no quiero que te falte mi felicitación.
ResponderEliminarFeliz Navidad y que en el 2010 nos "permitan" continuar escribiendo y no nos censuren los Blogs.
Un abrazo
Monmar:
ResponderEliminarGracias por recordarme :) Retribuyo todos tus buenos deseos, seguramente seguiremos batallando "contra viento y marea", cualquiera sea la circunstancia. Que el 2010 sea lo que deseamos, un año donde nuestro trabajo fructifique, que ayude a entender mejor esta realidad que nos ha tocado y que tratamos de mejorar con más y mejor información. La que buscamos y que no está en los diarios.
Un abrazo.