ISLAMISMO 2.0
por DANIEL PIPES
ENGLISH: ISLAMISM 2.0
Para utilizar un término informático, si el ayatolá Jomeini, Osama bin Laden y Nidal Hasán representan la versión 1.0 del islamismo, Recep Tayyip Erdoğan (el primer ministro de Turquía), Tariq Ramadán (el intelectual suizo) o Keith Ellison (un congresista estadounidense) representan la versión 2.0 del islamismo. La primera versión se cobra más vidas, pero la segunda supone una mayor amenaza para la civilización occidental.
La versión 1.0 ataca a los que percibe como obstáculos para su objetivo de una sociedad gobernada por un califato global y regulada por completo según la shari'a (la ley islámica). Las tácticas originales del islamismo, desde el gobierno totalitario a los mega-atentados, se acompañan de brutalidad sin límites. ¿3.000 muertos en un ataque? Las aspiraciones atómicas de bin Laden sugieren que la cifra de muertos podría ser cientos o hasta miles de veces mayor en un futuro.
Sin embargo, un examen minucioso de las tres últimas décadas, desde que el islamismo se convirtiera en una fuerza política de importancia, concluye que la violencia por sí sola pocas veces funciona. Los supervivientes de actos de terrorismo pocas veces capitulan al islam radical, no lo hicieron después del asesinato de Anwar el-Sadat en Egipto en 1981, ni tras los ataques del 11 de Septiembre, los atentados de Bali en 2002, los atentados de Madrid de 2004, el atentado de Ammán en 2005, o las campañas terroristas desencadenadas en Israel, Irak, Afganistán o Pakistán. El terrorismo provoca secuelas físicas y mata e intimida pero pocas veces derroca al orden existente. Imagine que los islamistas hubieran provocado una devastación del tipo del huracán Katrina o del tsunami de 2004, ¿qué es lo que habrían logrado a largo plazo?
La violencia no terrorista encaminada a imponer la shari'a tampoco obtiene resultados mucho mejores. La revolución (entendida como una revuelta social extendida) condujo a los islamistas al poder en un único lugar y en un momento exacto, en Irán en 1978-79. De igual manera, el golpe de estado (un golpe militar) les ha conducido al poder en una única ocasión, en Sudán en 1989. Lo mismo sucede con la guerra civil, Afganistán en 1996.
Si la violencia de la versión 1.0 del islamismo pocas veces tiene éxito a la hora de impulsar la ley islámica, la estrategia de la versión 2.0 de trabajar desde el interior del sistema sale mucho mejor parada. Los islamistas, expertos en ganarse a la opinión pública, representan la principal fuerza de oposición en países de mayoría musulmana como Marruecos, Egipto, el Líbano o Kuwait. Los islamistas han disfrutado de éxitos electorales en Argelia en 1992, Bangladesh en 2001, Turquía en 2002 e Irak en 2005.
Una vez en el poder, pueden acercar el país a la shari'a. Mientras Mahmoud Ahmadinejad confronta la ira de los manifestantes callejeros iraníes y bin Laden se esconde en una cueva, Erdoğan rebosa popularidad, remodela de manera fundamental la República de Turquía y ofrece un modelo esperanzador a los islamistas de todo el mundo.
Reconociendo este patrón, el teórico de Al-Qaeda antes relevante ha repudiado públicamente al terrorismo y ha adoptado los medios políticos. Sayyid Imam al-Sharif (nacido en 1950, también conocido por el nom de guerre de Dr. Fadl) fue acusado de ayudar a asesinar a Sadat. En 1988 publicó un libro en defensa de la yihad violenta y perpetua contra Occidente. Con el paso del tiempo, sin embargo, Sharif reparó en la inutilidad de los ataques violentos y defendió en su lugar la estrategia de infiltrarse dentro del estado e influenciar a la sociedad.
En una obra reciente condenaba el uso de la fuerza contra los musulmanes ("Cada gota de sangre que fue o está siendo derramada en Afganistán o Irak es culpa de bin Laden y Zawahiri y sus seguidores") y hasta contra los no musulmanes (el 11 de Septiembre fue contraproductivo porque "¿qué avance supone el que si destruyes uno de los edificios de tu enemigo, él destruye uno de tus países? "¿Qué avance supone el que si matas a uno de los suyos, él mata a miles de los tuyos?").
La evolución de Sharif de líder espiritual del terrorismo a defensor de la transformación legal plasma un cambio mucho más extendido; por esta razón, como observa el autor Lawrence Wright, su deserción plantea "una tremenda amenaza" para Al-Qaeda. Otras organizaciones islamistas antes violentas de Argelia, Egipto o Siria han reconocido las posibilidades del islamismo legalista y renunciado en gran medida a la violencia. También es posible ver un cambio paralelo que se desarrolla dentro de los países musulmanes; Ramadán y Ellison representan una tendencia emergente.
(Lo que podría llamarse la versión 1.5 del islamismo, una mezcla de medios violentos y progresivos, un maridaje entre los enfoques interno y externo, también funciona. Ello consiste en que los islamistas legalistas ablandan al enemigo, y los elementos violentos se hacen a continuación con el poder. La toma de Gaza por parte de Hamás ilustra que tal combinación puede funcionar: ganadas las elecciones en 2006, a continuación se escenifica una insurrección violenta en 2007. Probablemente haya en marcha un proceso parecido en Pakistán. El Reino Unido podría estar sufriendo el proceso contrario, en el que la violencia engendra cierto aperturismo político.)
En conclusión, tan sólo los islamistas, ni los fascistas ni los comunistas, han ido más allá del uso de la fuerza bruta para obtener el apoyo de la opinión pública y desarrollar su versión 2.0.
Dado que esta faceta del islamismo socava los valores tradicionales y destruye las libertades, podría amenazar la vida civilizada aún más que la brutalidad de la versión islamista 1.0.
FUENTE: PIPES-El Expreso de Perú-ISLAMISMO.02-01/12/09
COMENTARIO:
Este artículo sirve para entender la actitud de los suizos al prohibir la construcción de minaretes musulmanes. Es la forma en que se puede combatir a esta religión cuyo propósito es infiltrar su ideología presentándola tan sólo como una religión.
Ninguna otra lo hace. Ellas no obligan a todo el mundo a escuchar su llamado desde los minaretes cinco veces por día, ni a vestir de la manera que ellos se visten, ni la suma de prohibiciones que tiene la ley islámica, la sharía. Ni tampoco tienen las terribles penas que ella impone. Y aunque digan que sólo los fanáticos las practican, basta ver qué ocurre en los países teocráticos musulmanes.
Para quienes somos respetuosos de todas las religiones es bueno establecer la diferencia entre una religión que respeta a las otras y una ideología que intenta destruirlas imponiéndose culturalmente, con sus usos y costumbres, y por medio del misionerismo. No otra cosa es el islam. Este artículo nos enseña que la violencia no es el camino, pero el fin es el mismo. Si la violencia en occidente no les funciona, se aprovecharán de sus leyes para, algún día, imponerse sobre todas las demás.
No se fijan un tiempo, todo el que sea necesario y el objetivo será siempre el mismo: la imposición de su religión, su cultura y su ideología dominante. Sólo se necesita saber de qué se trata para comprender a Suiza hoy y a todo el resto del mundo no musulmán, que no deberá permitir que lo que no pueden hacer por la violencia, lo hagan a través de nuestras propias leyes.
Increíblemente, muchos países critican a Suiza, como si no supieran de qué se trata el islam. Así de venal es este mundo, ese petróleo, esas bombas, bastan para comprar conciencias y, mucho peor, el futuro de nuestra cultura de libertad y progreso en democracia. Por estas razones no entiendo de qué se tratan los diálogos interreligiosos cuando estamos dialogando con una ideología; el islam debe transformarse y comportarse sólo como una religión para ser considerada como tal en cualquier diálogo entre religiones.-
ANA
La versión 1.0 ataca a los que percibe como obstáculos para su objetivo de una sociedad gobernada por un califato global y regulada por completo según la shari'a (la ley islámica). Las tácticas originales del islamismo, desde el gobierno totalitario a los mega-atentados, se acompañan de brutalidad sin límites. ¿3.000 muertos en un ataque? Las aspiraciones atómicas de bin Laden sugieren que la cifra de muertos podría ser cientos o hasta miles de veces mayor en un futuro.
Sin embargo, un examen minucioso de las tres últimas décadas, desde que el islamismo se convirtiera en una fuerza política de importancia, concluye que la violencia por sí sola pocas veces funciona. Los supervivientes de actos de terrorismo pocas veces capitulan al islam radical, no lo hicieron después del asesinato de Anwar el-Sadat en Egipto en 1981, ni tras los ataques del 11 de Septiembre, los atentados de Bali en 2002, los atentados de Madrid de 2004, el atentado de Ammán en 2005, o las campañas terroristas desencadenadas en Israel, Irak, Afganistán o Pakistán. El terrorismo provoca secuelas físicas y mata e intimida pero pocas veces derroca al orden existente. Imagine que los islamistas hubieran provocado una devastación del tipo del huracán Katrina o del tsunami de 2004, ¿qué es lo que habrían logrado a largo plazo?
La violencia no terrorista encaminada a imponer la shari'a tampoco obtiene resultados mucho mejores. La revolución (entendida como una revuelta social extendida) condujo a los islamistas al poder en un único lugar y en un momento exacto, en Irán en 1978-79. De igual manera, el golpe de estado (un golpe militar) les ha conducido al poder en una única ocasión, en Sudán en 1989. Lo mismo sucede con la guerra civil, Afganistán en 1996.
Si la violencia de la versión 1.0 del islamismo pocas veces tiene éxito a la hora de impulsar la ley islámica, la estrategia de la versión 2.0 de trabajar desde el interior del sistema sale mucho mejor parada. Los islamistas, expertos en ganarse a la opinión pública, representan la principal fuerza de oposición en países de mayoría musulmana como Marruecos, Egipto, el Líbano o Kuwait. Los islamistas han disfrutado de éxitos electorales en Argelia en 1992, Bangladesh en 2001, Turquía en 2002 e Irak en 2005.
Una vez en el poder, pueden acercar el país a la shari'a. Mientras Mahmoud Ahmadinejad confronta la ira de los manifestantes callejeros iraníes y bin Laden se esconde en una cueva, Erdoğan rebosa popularidad, remodela de manera fundamental la República de Turquía y ofrece un modelo esperanzador a los islamistas de todo el mundo.
Reconociendo este patrón, el teórico de Al-Qaeda antes relevante ha repudiado públicamente al terrorismo y ha adoptado los medios políticos. Sayyid Imam al-Sharif (nacido en 1950, también conocido por el nom de guerre de Dr. Fadl) fue acusado de ayudar a asesinar a Sadat. En 1988 publicó un libro en defensa de la yihad violenta y perpetua contra Occidente. Con el paso del tiempo, sin embargo, Sharif reparó en la inutilidad de los ataques violentos y defendió en su lugar la estrategia de infiltrarse dentro del estado e influenciar a la sociedad.
En una obra reciente condenaba el uso de la fuerza contra los musulmanes ("Cada gota de sangre que fue o está siendo derramada en Afganistán o Irak es culpa de bin Laden y Zawahiri y sus seguidores") y hasta contra los no musulmanes (el 11 de Septiembre fue contraproductivo porque "¿qué avance supone el que si destruyes uno de los edificios de tu enemigo, él destruye uno de tus países? "¿Qué avance supone el que si matas a uno de los suyos, él mata a miles de los tuyos?").
La evolución de Sharif de líder espiritual del terrorismo a defensor de la transformación legal plasma un cambio mucho más extendido; por esta razón, como observa el autor Lawrence Wright, su deserción plantea "una tremenda amenaza" para Al-Qaeda. Otras organizaciones islamistas antes violentas de Argelia, Egipto o Siria han reconocido las posibilidades del islamismo legalista y renunciado en gran medida a la violencia. También es posible ver un cambio paralelo que se desarrolla dentro de los países musulmanes; Ramadán y Ellison representan una tendencia emergente.
(Lo que podría llamarse la versión 1.5 del islamismo, una mezcla de medios violentos y progresivos, un maridaje entre los enfoques interno y externo, también funciona. Ello consiste en que los islamistas legalistas ablandan al enemigo, y los elementos violentos se hacen a continuación con el poder. La toma de Gaza por parte de Hamás ilustra que tal combinación puede funcionar: ganadas las elecciones en 2006, a continuación se escenifica una insurrección violenta en 2007. Probablemente haya en marcha un proceso parecido en Pakistán. El Reino Unido podría estar sufriendo el proceso contrario, en el que la violencia engendra cierto aperturismo político.)
En conclusión, tan sólo los islamistas, ni los fascistas ni los comunistas, han ido más allá del uso de la fuerza bruta para obtener el apoyo de la opinión pública y desarrollar su versión 2.0.
Dado que esta faceta del islamismo socava los valores tradicionales y destruye las libertades, podría amenazar la vida civilizada aún más que la brutalidad de la versión islamista 1.0.
FUENTE: PIPES-El Expreso de Perú-ISLAMISMO.02-01/12/09
COMENTARIO:
Este artículo sirve para entender la actitud de los suizos al prohibir la construcción de minaretes musulmanes. Es la forma en que se puede combatir a esta religión cuyo propósito es infiltrar su ideología presentándola tan sólo como una religión.
Ninguna otra lo hace. Ellas no obligan a todo el mundo a escuchar su llamado desde los minaretes cinco veces por día, ni a vestir de la manera que ellos se visten, ni la suma de prohibiciones que tiene la ley islámica, la sharía. Ni tampoco tienen las terribles penas que ella impone. Y aunque digan que sólo los fanáticos las practican, basta ver qué ocurre en los países teocráticos musulmanes.
Para quienes somos respetuosos de todas las religiones es bueno establecer la diferencia entre una religión que respeta a las otras y una ideología que intenta destruirlas imponiéndose culturalmente, con sus usos y costumbres, y por medio del misionerismo. No otra cosa es el islam. Este artículo nos enseña que la violencia no es el camino, pero el fin es el mismo. Si la violencia en occidente no les funciona, se aprovecharán de sus leyes para, algún día, imponerse sobre todas las demás.
No se fijan un tiempo, todo el que sea necesario y el objetivo será siempre el mismo: la imposición de su religión, su cultura y su ideología dominante. Sólo se necesita saber de qué se trata para comprender a Suiza hoy y a todo el resto del mundo no musulmán, que no deberá permitir que lo que no pueden hacer por la violencia, lo hagan a través de nuestras propias leyes.
Increíblemente, muchos países critican a Suiza, como si no supieran de qué se trata el islam. Así de venal es este mundo, ese petróleo, esas bombas, bastan para comprar conciencias y, mucho peor, el futuro de nuestra cultura de libertad y progreso en democracia. Por estas razones no entiendo de qué se tratan los diálogos interreligiosos cuando estamos dialogando con una ideología; el islam debe transformarse y comportarse sólo como una religión para ser considerada como tal en cualquier diálogo entre religiones.-
ANA
Lo mas desestabilizador que existe hoy por hoy,en el mundo, es la aparición del desmesurado afán de los musulmanes de tratar de islamizar al mundo y para ello acuden a lo único que saben hacer,al violencia.Decir islam es sinónimo de antidemoracia basta ver el irrespeto por los derechos humanos,el risible premio que se da a los asesinos que se auto eliminan llevándose, por delante a miles de inocentes premio por cierto bien material para una doctrina que habla de temas espirituales.Valdria la pena preguntarle a los sabios del islam donde estaría situado el paraíso dónde se adjudica el risible premio, valga decir setenta y dos vìrgenes.Se preguntaría también acaso n será un castigo pues si los cristianos tenemos con una y sobra que le espera a un pobre suicida pues, tener que aguantarse setenta y dos vírgenes encima acaso no sera un castigo.El islam es la doctrina mas irracional y antidemocratica del mundo da risa ver a sus dirigentes solicitar garantias, garantìas que ellos le niegan a los denominados infieles y para acabar de ajustar decretando muertes a quienes se apartan de sus enseñanzas.
ResponderEliminarHola Rodrigo:
ResponderEliminarPara un tema tan difícil y doloroso encontraste la forma de que suelte la carcajada. Gracias, por supuesto comparto tu punto de vista. Saludos, y gracias por visitarme.
El articulo es muy bueno, pero tus comentarios son fantásticos.
ResponderEliminarUn abrazo
Hola Monmar: El artículo describe bien las etapas del islam a través de la historia, y particularmente ésta que estamos padeciendo. Es poner en palabras la realidad, el proceso que estamos viendo. Para más datos Kaddafi lo dice todas las veces que puede, sin eufemismos. Ahora la moda es llamarlo de distintas formas, islam, islamismo, islamista; según Wafa Sultán es un invento de occidente, para ella, que lo vivió, el islam es uno sólo y nunca tuvo matices. Es natural que en las ciencias la terminología ayuda a comprender de qué se trata cada cosa cuando hablamos de una particularidad del tema que se trata, pero los que lo han vivido lo tienen muy claro. Lo mío es la crítica a quienes les hacen el "caldo gordo", es decir, a quienes los apaciguan, les dan cabida aceptándolos como a iguales cuando no lo son. Para tener una relación igualitaria deben abjurar explícitamente del islam dominante, agresivo, matón, pendenciero y asesino, y no los escuchamos. Predican la paz y se callan ante la violencia, ante ella sólo ponen los ojos en blanco como diciendo "es una barbaridad", "no lo comparto". Bueno, que lo digan públicamente, porque "el que calla otorga". Yo lo he presenciado y pude ver cómo desinforman, ocultan y también mienten. Pero quienes querrían tener una actitud honesta y clara es muy peligroso, los que se han atrevido no han sobrevivido. Tuve a la vista un video de un imán que se atrevió y a la semana lo asesinaron. Lamentablemente no pude encontrarlo más en you tube. Era una imán valiente, pero estaba solo, de esos que el islam como religión necesita imperiosamente, si hubiera muchos como él los fanáticos no tendrían fuerza y deberían replegarse, si pueden conseguir adeptos es porque las cosas no están claras, los religiosos son quienes deben clarificarlas, para eso están. La historia nos dice que todas las religiones fueron en algún momento tan violentas y crueles como ahora se manifiesta el islam, ¿cómo lo superaron? Por la crítica, porque no se puede pregonar paz por medio de la violencia, esa es la paz de los cementerios. Ese proceso aún está pendiente en el islam si sólo quiere ser una religión, lo que debe ser respetado.
ResponderEliminarGracias por tus palabras que tienen un valor enorme para mi. Un abrazo.