miércoles, 3 de marzo de 2010

542 - GREENFIELD - CIVILIZACIÓN Y MORAL


EL DESARME MORAL DEL MUNDO CIVILIZADO

THE MORAL DISARMAMENT OF THE CIVILIZED WORLD

Por DANIEL GREENFIELD


The Sultan Knish Blog

(TRADUCCIÓN LIBRE DE ANA)

Hay dos modos de desarmar a la gente. Se puede desarmarla quitándole sus armas, o se puede desarmar su mente quitándole su disposición y capacidad para contraatacar. El desarme de la gente confiscando sus armas es una solución poco convincente, porque siempre puede hacer nuevas armas o contrabandearlas. Y sin armas todavía puede usar su número y sus puños. Los pueblos pueden seguir luchando mientras crean que tienen el derecho a defenderse.

Y ese es, lejos, el gran desarme, el desarme no de cuerpos, sino de mentes. El desarme del derecho moral a la auto-defensa convenciendo a pueblos enteros que ellos son los perpetradores y sus atacantes las víctimas. Y que en cualquier caso la auto-defensa es inútil. Que es mejor estar callado, mantener la cabeza baja, aprender a llevarse bien, esperar a que los propios líderes hagan cualquier trato que sea necesario para mantener la paz y sustituirlos por líderes aún más débiles si ellos no lo hacen.

Ese es el desarme moral del mundo civilizado y continúa cada día aún en países donde hay armas que pueden ser encontradas en todas partes, porque las mentes de la gente han sido desarmadas, inutilizadas e impotentes ante el enemigo. Porque no es el arma lo que importa, sino que el hombre esté dispuesto a dispararla. Una casa puede estar llena de armas de arriba a abajo, pero si el propietario se rehúsa a usarlas un ladrón irrumpirá en su casa, porque ese hombre no está seguro si el ladrón no podría tener el derecho de robarlo después de todo, entonces, aún rodeado por mil rifles, el propietario ya ha sido desarmado.

Como cada gran tiranía, la izquierda siempre ha sabido que las cadenas deben ser puestas no simplemente en los cuerpos de la gente y en su propiedad, sino antes que nada en sus mentes. Ponerle simplemente las cadenas a un hombre no lo hace un esclavo. Se le debe enseñar a pensarse a sí mismo como un esclavo. Él debe verse inferior y sin valor. No puede evitarse que se escape sólo con amenazas de violencia, en cambio se lo debe llevar a pensar que él no merece la libertad. Que cualquiera sea el descontento que él tiene con su condición actual es por su propia culpa, y que esa esclavitud es en realidad una bondad que le es dada. Entonces su cuerpo ya no necesita ser encadenado. Su cuerpo puede ser libre pero él quedará esclavo porque es su mente la que ha sido encadenada.
(*)

Hay muchas formas de desarme moral, pero todas ellas están dirigidas a privar al hombre no simplemente de libertades y derechos, sino a privarlo de la idea de que tiene cualquier tipo de libertades y derechos. La segunda enmienda viene después de la primera, y así antes del desarme de la auto-defensa, está el desarme de la escritura y de la voz, por el cual la gente aprende a censurarse, sustituir "pensamientos no aprobados" ("crimethink") por "hablar sin pensar aceptando con entusiasmo una idea" ("bellyfeel duckspeak")
(**), para evitar decir cosas que aún no son ilegales, pero que no son aprobadas. E inclusive cuando realmente las dicen se toman gran cuidado en demostrar que ellos no simpatizan con los "pensamientos no aprobados", pero que aunque sus ideas sean reconocidamente polémicas, son legítimas y no extremistas. Ellos se disculpan por sus palabras antes de decirlas, que es el equivalente intelectual a ir a la guerra con los brazos en alto. De esa forma antes de hablar ellos ya han sido desarmados.

Está el desarme moral de los militares y de las fuerzas de seguridad a las que se les enseña a verse no como los defensores honorables de su patria, sino como a brutos deshonestos e instrumentos de la política de su gobierno, cuyo único y verdadero propósito es suprimir el disenso interno. Está el desarme moral de los académicos que son obligados a repetir como loros el relativismo actualmente popular y que rechazan la idea que hay verdades absolutas más allá de la ideología y la política. Está el desarme moral de los políticos a quienes se les da toda posibilidad para ser codiciosos y corruptos, mientras son advertidos de no apoyar ningún principio que esté en contra de la doctrina del partido. Pero todas estas son partes del Gran Desarme Moral que insiste en la inutilidad del individuo y del país, excepto cuando ellas reflejan los ideales de su propia destrucción. Ideales que por sí mismos manifiestan la falta de valores del individuo y del país.

Esta situación sin solución es la base del desarme moral del mundo libre. Ya que si uno dice que América, Inglaterra o Israel no tienen valor a menos que ellos les den los mismos derechos a los terroristas que los que les dan a sus ciudadanos, de hecho está diciendo que América, Inglaterra e Israel de un modo u otro no tienen valor, puesto que sólo están preparados para aceptar su valor si demuestran su buena disposición a destruirse a sí mismos. Y eso es exactamente lo que significa.

Si usted quiere que la izquierda americana ame a su país, todo lo que tiene que hacer es entregárselo de modo que lo puedan destruir. Pero desde luego eso es difícil de lograr a no ser que usted primero convenza a la gente que los que destruirían al país son en realidad sus salvadores, que su odio en realidad es amor y que todos los que se les oponen son monstruos amorales. Para hacer esto se necesita más que la mera propaganda, esto requiere dar vuelta sus valores de modo que negro sea blanco, lo correcto erróneo y lo erróneo correcto. La auto-defensa se vuelve crimen y el terrorismo una virtud. El odio por América es en realidad amor y el amor por América en realidad es odio.

Y así es donde penetra el desarme moral. Ya que si usted rinde sus valores, usted ha sido desarmado. Si usted no tiene ningún nuevo valor para sustituirlos, usted puede ser capaz de luchar en su propio interés. Pero pocas personas son capaces de vivir completamente sin valores. Y estos nuevos valores marcan la transición desde el desarme a la esclavitud. Porque el modo más fácil de hacer de un hombre libre un esclavo, es hacerle olvidar qué es lo que lo hace libre, luego hacer que olvide que es libre, y finalmente hacerle olvidar que él debería querer ser libre.

Para hacer esto usted debe pervertir sus valores. Usted debe convencerlo que su individualismo, su vida propia es algo maligno. Que su deseo de libertad es un acto de avaricia y egoísmo que activamente conduce a los asesinatos de pequeños niños en el Tercer Mundo. Que su creencia que él tiene derecho a defenderse es un "pensamiento no aprobado" que representa una peligrosa locura homicida. Que cualquier resentimiento que él tiene hacia las autoridades o la gente que lo ataca es sólo debido a su propia ignorancia y prejuicios. Que él debe abrazar a los aspirantes a ser sus asesinos, abandonar su libertad y su propiedad, y someterse a las autoridades para ser una persona moral y buena.

Y ahora él no es más un hombre libre. Ahora es un esclavo.

El desarme moral del mundo civilizado ha sido hecho en beneficio de la izquierda, pero su ventaja última no será para la izquierda, sino para el islam. Porque el islam es la religión de los esclavos, aún más que el Socialismo. Bajo el islam todos los hombres son ya esclavos, la única diferencia es que unos son de una casta de esclavos más alta que otras. El islam también promete el surgimiento de una sociedad perfectamente justa cuando asuma el poder. La izquierda ve al islam como a un aliado, pero de hecho es un competidor. Ambas son ideologías que ofrecen esclavitud como una sociedad justa. Ambos son fanáticos y crueles, funcionando por medio de la traición y el engaño, y asumiendo el poder explotando quintas columnas y haciendo falsos acuerdos.

La izquierda ha trabajado firmemente hacia el desarme moral y físico del mundo civilizado, sin considerar que el mundo no será controlado por Bruselas o gobernado por hombres en cascos azules. Ni siquiera Europa será controlada así por mucho tiempo. En su lujuria por el poder, la izquierda ha desarmado al mundo libre, sin tener en cuenta que, tal como en Irán, el islam se elevará para tomar los despojos de su larga guerra política contra el mundo libre.

Una vieja broma soviética. Un hombre visita a un médico. El doctor le dice que él sufre de una parálisis progresiva. El hombre exhala un suspiro de alivio. "Al menos es progresivo". La izquierda también es una parálisis progresiva para el mundo civilizado. Y aunque la izquierda piensa que tiene un poder genuino, los políticos musulmanes que son elegidos desde partidos liberales, primero son musulmanes. Y cuando llegue el momento, no será necesario ningún golpe armado. Los mismos hombres que se presentaron como laboristas o demócratas simplemente prometerán lealtad a la bandera de islam conforme a la Sharia. Ha pasado antes, está pasando ahora.

El desarme moral del mundo civilizado por parte de la izquierda tuvo la intención de hacer esclavos a los hombres libres, pero ésta es también su propia garantía de muerte. Ya que ello desarma a los únicos que podrían protegerla de las consecuencias finales de su propia hambre de poder.

(**)
Son expresiones nuevas en uso que provienen de la novela "1984" de George Orwell.

FUENTE:
GREENFIELD-MORAL DISARMAMENT-28/02/10


COMENTARIO:

Creo que hay muchas izquierdas y derechas, las ideologías cambian con el tiempo, se acomodan y evolucionan porque son fruto de las ideas, que no son estáticas. Personalmente no creo que ninguna de ellas esté en estado puro, así que no me detengo en las ideologías.

Con las religiones es algo más difícil, no obstante, también algunas de ellas han evolucionado dejando atrás lo peor de sí mismas. Ni el cristianismo ni el judaísmo conllevan una ideología, el islam sí la tiene y esa conjunción de religión e ideología es una combinación con la que es muy difícil lidiar. El adepto no necesita pensar, le basta con creer lo que su religión le dice, allí está la dificultad. Y el islam ha recrudecido con furia y se ha vuelto un peligro para occidente.

El hombre común, que pretende más justicia, tiene conciencia de lo que le falta pero no de lo que tiene, todavía goza de libertad y no es poco. Todavía puede pensar como individuo, asociarse, votar lo que prefiere. Todavía puede luchar por sus ideas, todavía es respetado en una sociedad democrática. Sin embargo, ha olvidado el valor de lo que ha conquistado y lo que eso le costó a sus predecesores. Y no es consciente de que aún puede perderlo todo en aras de un idealismo utópico.

Es difícil comprender qué es lo que está haciendo la izquierda de hoy, cómo puede hacer alianza con una ideología que se sustenta sobre una religión dominante y agresiva. Si el islam es paz no es lo que estamos viendo hoy, sus expresiones más claras son: "El islam dominará al mundo", "Libertad, vete al infierno", y los gobiernos teocráticos tienen como práctica aplastar a los disidentes, maltratar a las mujeres, ejecutar a los homosexuales, entre otras barbaridades.

¿Cómo puede la izquierda de hoy entrar en consonancia con estas ideas y prácticas, de la misma forma que la peor izquierda del pasado justificaba a un Stalin?

No creo que esa sea toda la izquierda, que tiene valores de los que adolecen las derechas, pero en aras de tener que elegir, prefiero la libertad. Además, no creo que ninguna ideología se condene al atraso y rechazo al progreso. Eso se puede arreglar, lo que no se pueden aceptar son estas alianzas incomprensibles que estamos viendo.

Una izquierda que tendrá que dar explicaciones a la historia sobre lo que hace hoy día, venderse por un poco del poder que nunca tendrá.


(*) Viene bien este cuento de Jorge Bucay, que ejemplifica el texto de Greenfield ¿para chicos?

EL ELEFANTE ENCADENADO

Cuando yo era chico me encantaban los circos, y lo que más me gustaba de los circos eran los animales. También a mí como a otros, después me enteré, me llamaba la atención el elefante. Durante la función, la enorme bestia hacía despliegue de tamaño, peso y fuerza descomunal... pero después de su actuación y hasta un rato antes de volver al escenario, el elefante quedaba sujeto solamente por una cadena que aprisionaba una de sus patas a una pequeña estaca clavada en el suelo.

Sin embargo, la estaca era sólo un minúsculo pedazo de madera apenas enterrado unos centímetros en la tierra. Y aunque la cadena era gruesa y poderosa me parecía obvio que ese animal capaz de arrancar un árbol de cuajo con su propia fuerza, podría, con facilidad, arrancar la estaca y huir.

El misterio es evidente:

¿Qué lo mantiene entonces?

¿Por qué no huye?

Cuando tenia cinco o seis años yo todavía confiaba en la sabiduría de los grandes. Pregunté entonces a algún maestro, a algún padre, o a algún tío por el misterio del elefante. Alguno de ellos me explicó que el elefante no escapaba porque estaba amaestrado.

Hice entonces la pregunta obvia:

- Si está amaestrado, ¿por qué lo encadenan?

No recuerdo haber recibido ninguna respuesta coherente.

Con el tiempo me olvide del misterio del elefante y la estaca... y solo lo recordaba cuando me encontraba con otros que también se habían hecho la misma pregunta.

Hace algunos años descubrí que por suerte para mí alguien había sido lo bastante sabio como para encontrar la respuesta:

El elefante del circo no escapa porque ha estado atado a una estaca parecida desde que era muy, muy pequeño.

Cerré los ojos y me imaginé al pequeño recién nacido sujeto a la estaca.

Estoy seguro de que en aquel momento el elefantito empujó, tiró y sudó, tratando de soltarse. Y a pesar de todo su esfuerzo, no pudo.

La estaca era ciertamente muy fuerte para él.

Juraría que se durmió agotado y que al día siguiente volvió a probar, y también al otro y al que le seguía...

Hasta que un día, un terrible día para su historia, el animal aceptó su impotencia y se resignó a su destino.

Este elefante enorme y poderoso, que vemos en el circo, no escapa porque cree -pobre- que NO PUEDE.

Él tiene registro y recuerdo de su impotencia, de aquella impotencia que sintió poco después de nacer.

Y lo peor es que jamás se ha vuelto a cuestionar seriamente ese registro.

Jamás... jamás... intentó poner a prueba su fuerza otra vez...

FUENTE:
LEÉME UN CUENTO-BUCAY-EL ELEFANTE ENCADENADO

2 comentarios:

  1. Magnífica entrada, Ana, con tu permiso la copio. El desarme moral, cuanta razón en tan pocas palabras. Un saludo cordial.

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  2. Si Iojanan, Greenfield es brillante. Me encanta verme en tu blog, gracias por tus palabras que me acompañan muchísimo. Un abrazo.

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