720 - GREENFIELD - LA INSENSATEZ DE LA ONU

WANT HUMAN RIGHTS? LEAVE THE UNITED NATIONS (ESPAÑOL)

¿QUIERE DERECHOS HUMANOS? VÁYASE DE LAS NACIONES UNIDAS

Por DANIEL GREENFIELD

(TRADUCIDO POR ANA)

Buenas noticias para todos. Arabia Saudita tiene ahora un asiento en el Consejo de las Mujeres de las Naciones Unidas.

Así es, un régimen en el que es ilegal para las mujeres conducir o salir de la casa sin estar acompañadas por un guardián masculino; donde las niñas fueron empujadas dentro de un edificio en llamas cuando estaban tratando de huir sin cubrir sus "obscenos" rostros femeninos... será una figura clave en los esfuerzos internacionales para darles poder a las mujeres.

No sé cuál es la contribución que los saudíes pueden hacer al proyecto, ya que en Ridyah darles poder a las mujeres por lo general significa amarrarlas a una silla eléctrica. Pero en el mundo musulmán, los derechos humanos usualmente se interpretan de modo de prohibir la crítica del Islam con el pretexto de islamofobia. En Europa, los islamistas están llamando a la burka un derecho humano. Eso es probablemente lo que los saudíes aportarán, junto con las condenas a Israel, que son de rigor en todos los grupos y cuerpos de la ONU.

La embajadora de Obama ante la ONU, Susan Rice, llamó a la victoria de Arabia Saudita, "un muy buen resultado". No estoy seguro de lo que ella consideraría un mal resultado. Teniendo en cuenta su papel en derribar a Canadá para que no obtuviera un asiento en el Consejo de Seguridad, Rice probablemente habría considerado que era la victoria de un país para quien, en la realidad, la derrota sería darle a las mujeres derechos igualitarios. Cuando el único objetivo es consentir los caprichos del Tercer Mundo, en particular a la parte musulmana, con el fin de desafiar a los colonialistas y al patriarcado occidental falocrático, entregar el poder a un patriarcado oriental falocrático es sólo un medio para un fin. Por lo menos hasta que realmente se convierta en final. El fin de todo.

La falacia de las Naciones Unidas es su suposición de que todos los miembros de la ONU son moralmente iguales. La verdad es que la mayoría de las naciones del mundo son dictaduras con limitados derechos humanos. La ONU no es más que los representantes de las dictaduras tratando de hablar de derechos humanos, sin reírse a carcajadas. Si se reemplazara el 75 por ciento de los representantes de la ONU por miembros de pandillas callejeras de Norteamérica todavía se terminaría teniendo un cuerpo más civilizado.

Pero nosotros lo miramos de otra manera. Y ahora Arabia Saudita, junto con sus asociados de Pakistán, Bangladesh y Libia están en el consejo. Su misión será promover estándares globales para la igualdad de género. Que en teoría debería descalificar para que pertenezcan a él a los países que no creen en la igualdad de género. Por supuesto, siendo ésta es la ONU, las Mujeres de la ONU tendrán poco que hacer con la misión establecida.

La izquierdista chilena Michelle Bachelet, quien encabeza las Mujeres de la ONU, elogió a Sudán por su compromiso con la igualdad de género en su declaración de apertura. Sí, Sudán, un estado genocida que utiliza las violaciones en masa como parte de su campaña de limpieza étnica. Y ya está claro que el enfoque de las Mujeres de la ONU no es promover la igualdad de género, sino intervenir en áreas de conflicto. Lo que significa que las posibilidades son excelentes para que las Mujeres de la ONU sean utilizadas para automatizar un flujo interminable de condenas hacia los países que luchan contra los terroristas musulmanes, mientras esas condenas se encubran en el nombre de los derechos de las mujeres en las áreas afectadas. Y los saudíes están perfectamente posicionados para guiar por ese camino a las Mujeres de la ONU.

Porque la ONU no es una herramienta para los derechos humanos, es una herramienta de la tiranía. De ser un pelele soviético a ser un pelele musulmán, la ONU les da poder a las dictaduras y promueve la tiranía. Es una colmena gigante de la guerra jurídica en contra del mundo libre y financiada por él.

Los derechos humanos no se originan en los organismos internacionales. Surgen de liberar a la gente común para que vivan de la forma en que quieran vivir. Para que elijan sus propios sistemas y sus propios líderes. La ONU no representa a esa gente sino a los sistemas que los gobiernan. Es un vehículo para que esos pueblos hagan la guerra a los países donde realmente los individuos sí tienen derechos. La ONU no ha hecho nada para llevar derechos al mundo musulmán, sino que se los ha quitado a los norteamericanos y a otros pueblos del mundo libre.

Lo mejor que podemos hacer por los derechos humanos es tirar a la ONU y a sus ejércitos de burócratas e inútiles pacificadores de cascos azules. Dejarlos al costado del camino, junto con el Banco Mundial y la OMC y todos los demás, y de hecho crear una alianza de civilizaciones basadas en los países que practican la democracia y los derechos humanos. Si usted quiere un préstamo, no nos llore sobre su pobreza o sus hijos muertos de hambre. Celebre elecciones libres y abiertas. Tire su legislación sobre blasfemias y libere a sus presos políticos. Con ello es mucho más probable que se puedan obtener derechos humanos en lugar de financiar y aumentar uno tras otro a burócratas que mueven papeles y se escabullen para cenar en restaurantes de lujo.

Pero por supuesto no vamos a hacer eso, porque el objetivo real no son los derechos humanos. Sino el fantasma de un gobierno mundial. El gran espejismo de un mundo unido y una humanidad unida. El Cuarto Reich que finalmente demolerá naciones y fronteras, y enseñará a todos a vivir tal como en un anuncio de Benetton. Es una meta impulsada ideológicamente, y como la mayoría de tales metas, lleva a la tiranía. Cuanto mayor sea el sistema, más difícil es mantener los derechos del individuo dentro de su giro de engranajes y ruedas. Es por eso que la única calidad en el desempeño de la ONU es su falta de poder. Es un peón de los conflictos internacionales en lugar de ser un rey o una reina.

Durante la Guerra Fría, la Unión Soviética utilizó el elemento común del comunismo y el socialismo para crear una coalición de gran poder dentro de la ONU. Hoy en día los países musulmanes utilizan el vínculo común del Islam para crear su propia coalición dominante dentro de la ONU. El mundo libre podría hacerles frente, pero es manejado por líderes que ya no creen que comparten un conjunto de valores comunes. En cambio se concentran en asistir al mundo musulmán. Y eso es tan bueno como redactar un documento de rendición, cerrándolo y sellándolo y, a continuación, agitar una bandera blanca en el aire.

Al tomar a la ONU en serio, nos convertimos en el peón de un peón. La herramienta de una herramienta. Permitimos que una marioneta tire de nuestras cuerdas. Cuando escuchamos a la ONU, estamos escuchando a sus amos titiriteros izquierdistas y musulmanes. Y cuando renunciamos a nuestra libertad en nombre de los derechos humanos, entonces no tendremos ni libertad ni derechos humanos.

La izquierda insiste en que los derechos humanos sólo pueden venir renunciando a la libertad y aceptando la autoridad del gobierno. Eso es lo opuesto a los principios con los que se fundó Norteamérica. Darle crédito es beber del pozo envenenado de la tiranía. La administración Obama comparte con la ONU una firme convicción de que la libertad es la antítesis de los derechos humanos. Y que por lo tanto las naciones libres son abusadoras de los derechos, mientras que las naciones que no son libres, como Arabia Saudita, son las que los otorgan.

Cuando la docilidad ante la ONU se convierte en el estándar de los derechos humanos, entonces la esclavitud sustituye a la libertad. Y la verdad es que no puede haber derechos humanos sin libertad. Los verdaderos derechos humanos no se dan, sino que se toman. Ellos no son creados para "darles poder" a la gente, sino para poner fin a su falta de poder, por las mismas fuerzas y organizaciones que les quitan sus derechos bajo la apariencia de "otorgarles poder". Y la ONU es una de esas fuerzas. El primer paso en la lucha por los derechos humanos, es irse de las Naciones Unidas.

FUENTE: SULTAN KNISH-LEAVE THE UN-17/11/10

COMENTARIO:

Resulta muy difícil entender que Arabia Saudita haya conseguido un asiento en la ONU para el Consejo de la Mujer, realmente parece una broma. ¡Arabia Saudita! ¡Que el Rey Abdullah ni siquiera le estrechó la mano a Tzipi Livni en un encuentro entre representantes de sus países y que la ignoró todo el tiempo! Es más de lo que se pueda imaginar.

Pero si, además, la Embajadora de EE.UU. en la ONU no apoyó a Canadá para ocupar esa posición... ¡Canadá! Un ejemplo de democracia y respeto por los derechos humanos en el mundo y, en cambio, apoyó a Arabia Saudita, hay algo que anda muy mal con la administración de Obama, con la ONU y con el mundo todo que puebla esa organización.

Chile, que hace gala de su progreso con respecto a los Derechos Humanos, y si Bachelet, que sufrió personalmente cuando en su país no fueron respetados, hace esas declaraciones políticamente correctas con respecto a Sudán, es la prueba más evidente de cómo funciona la ONU. Vale recordar la orden de captura que pesa sobre el presidente de Sudán y algo que nadie puede ignorar es lo que ocurre en Darfur.

Lo que indica el verdadero significado del "wishful thinking" de la izquierda cuando da crédito al "compromiso de Sudán" por la "igualdad de género". No quiero pensar en lo que puede significar eso para el gobierno de Sudán...

Es oportuno recordar cuáles son las funciones de la ONU:

Propósitos de la ONU

La ONU, en el ejercicio de sus funciones y del mandato que le ha otorgado la comunidad internacional, lucha por lograr los siguientes propósitos:

-Mantener la paz mundial (evitar el uso de la fuerza).
-Respetar los derechos y libertades de todos los seres humanos.
-Velar por el cumplimiento del Derecho Internacional, que es el conjunto de leyes que rigen el funcionamiento de la comunidad internacional.
-Fomentar la amistad entre todos los países.
-Ayudar a mejorar las condiciones de vida de las personas más necesitadas.
-Servir de lugar o foro en donde se agrupen los esfuerzos de todos los países para alcanzar esos propósitos.
-Todos los Estados Miembros deben obedecer la "Carta de las Naciones Unidas".
-Resolver los conflictos por medios pacíficos.

¿Encaja dentro de estos propósitos la permisividad con que se observa la violación de los derechos humanos en tantos países que votan igual que aquéllos que los respetan a rajatabla? Esos que votan y que no representan la voluntad de su gente, porque no son gobiernos elegidos, y cuando simulan una elección es también con un fraude inocultable. Son representantes en la ONU por la autoridad que sus gobiernos ejercen, y son tratados como iguales a pesar del abismo que los separa de los países civilizados; por algo su gente huye como puede a donde se les permita residir. Huyen, no pasean. Y no huyen hacia Arabia Saudita, sino hacia Israel, Chile y Canadá, por supuesto, que también los recibe.

Los cascos azules arriesgan su vida para nada porque cuando hay guerra la ONU los saca, eso ha pasado en todas las guerras y son blancos fáciles para quienes ellos son un impedimento para la forma en que los países incivilizados resuelven sus problemas. Por la fuerza, y esos "tapones" de la ONU deben retirarse cuando no pueden enfrentar a ejércitos de la magnitud en que lo son los de un estado.

La ONU ha fracasado y debe transformarse o desaparecer, lo lógico sería que hubiera dos organizaciones, cada una representando a los países según sus prácticas y estadio de su civilización, entonces esas votaciones tendrían sentido. Así, cualquiera tiene derecho a ignorarlas porque tan tendenciosas son y representan a las mayorías, cualquiera sea el interés que representan. Y sería un incentivo para el cambio aspirar a interactuar con las naciones más civilizadas y respetuosas de los Derechos Humanos, por ética y por las posibles ventajas que ello ofrezca.

Si es que este occidente inseguro de sí mismo decide abandonar el sueño de estar todos juntos, porque una cosa es estar unidos y otra, revueltos.

ANA