viernes, 7 de octubre de 2011

928 - DISCURSO DE ABBAS EN LA ONU - 23/09/11 -


TEXTO COMPLETO EN ESPAÑOL

TRADUCIDO POR ANA

Sr. Presidente de la Asamblea General de las Naciones Unidas,

Sr. Secretario General de las Naciones Unidas,

Excelencias,

Señoras y Señores,

En principio, le extiendo mis felicitaciones a Su Excelencia el Sr. Nassir Abdulaziz Nasser AI por haber asumido la Presidencia de la Asamblea en esta sesión, y le deseo todo el éxito. Dirijo hoy mi más sincera enhorabuena, en nombre de la Organización de la Liberación de Palestina y el pueblo palestino, al gobierno y al pueblo de Sudán del Sur por su merecido ingreso como miembro pleno de las Naciones Unidas, deseándoles progreso y prosperidad.

También quiero felicitar al Secretario General, S.E Sr. Ban Ki-moon, por su elección para un nuevo mandato al frente de las Naciones Unidas. Esta renovación de la confianza refleja el aprecio del mundo por sus esfuerzos, que han reforzado el papel de las Naciones Unidas.

Excelencias,

Señoras y Señores,

La cuestión Palestina está estrechamente vinculada con las Naciones Unidas a través de las resoluciones adoptadas por los distintos órganos y agencias, y por el esencial y alabado rol de la Agencia de Asistencia y Obras de las Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en el Cercano Oriente -OOPS (UNRWA)- que encarna la responsabilidad internacional respecto a la difícil situación de los refugiados palestinos, que son las víctimas de la Nakba (Catástrofe), que ocurrió en 1948. Aspiramos y buscamos un rol mayor y más eficaz de las Naciones Unidas en el trabajo de lograr una paz justa y total en nuestra región, que asegure los derechos nacionales inalienables y legítimos del pueblo palestino, según la definición de las resoluciones de legitimidad internacional de las Naciones Unidas.

Excelencias,

Señoras y Señores,

Hace un año, en este mismo momento, distinguidos líderes en esta sala, dirigieron paralizados esfuerzos de paz en nuestra región. Todo el mundo tenía grandes esperanzas en una nueva ronda de negociaciones sobre el estatuto final, que se había iniciado a principios de septiembre en Washington bajo los auspicios directos del presidente Barack Obama y con la participación del Cuarteto, y de Egipto y Jordania, para llegar a un acuerdo de paz dentro del año. Entramos en las negociaciones con el corazón abierto y los oídos atentos y sinceras intenciones, y estábamos listos con nuestros documentos, papeles y propuestas. Pero las negociaciones fracasaron pocas semanas después de su lanzamiento. Después de esto, no nos dimos por vencidos y no cesaron nuestros esfuerzos por iniciativas y contactos.

Durante el año pasado no dejamos de golpear una puerta o canal a ser probado o camino a seguir, y no pasamos por alto a ningún grupo de influencia destacado, formal o informal, que debiera abordarse. Tomamos en cuenta positivamente las diversas ideas, propuestas e iniciativas presentadas por muchos países y partes. Pero todos estos sinceros esfuerzos e intentos realizados por los grupos internacionales fueron destruidos en varias ocasiones por las posiciones del gobierno israelí, que rápidamente defraudaron las esperanzas suscitadas por el lanzamiento de las negociaciones en septiembre pasado.

El tema central aquí es que el gobierno israelí se niega a comprometerse con los mandatos para las negociaciones que se basan en el derecho internacional y las resoluciones de las Naciones Unidas, y que frenéticamente intensifica la construcción de asentamientos en el territorio del Estado de Palestina. Las actividades de los asentamientos encarnan la esencia de la política de ocupación militar colonial de la tierra del pueblo palestino y toda la brutalidad de la agresión y discriminación racial contra nuestro pueblo que esta política conlleva. Esta política, que constituye una violación del derecho internacional humanitario y de las resoluciones de las Naciones Unidas, es la causa principal del fracaso del proceso de paz, el derrumbe de docenas de oportunidades, y el entierro de las grandes esperanzas que surgieron a partir de la firma de la Declaración de Principios en 1993 entre la Organización de Liberación de Palestina e Israel, para lograr una paz justa que iniciaría una nueva era para nuestra región.

Los informes de las misiones de las Naciones Unidas, así como los de varias instituciones y sociedades civiles israelíes transmiten una imagen horrible sobre la envergadura de la campaña de asentamientos de la que el gobierno israelí no duda en vanagloriarse y que sigue ejecutando a través de la confiscación sistemática de tierras palestinas y la construcción de miles de unidades de nuevos asentamientos en las diversas áreas de la Ribera Occidental, en particular en Jerusalén oriental, y la construcción acelerada del muro de anexión que está tragando grandes extensiones de nuestro territorio, lo divide en islas y cantones separados y aislados, destruyendo la vida familiar y las comunidades y el sustento de decenas de miles de familias. La Potencia ocupante también sigue negando permisos a nuestro pueblo para construir en la ocupada Jerusalén oriental, al mismo tiempo que intensifica sus largas décadas de campañas de demolición y confiscación de viviendas, desplazamiento de propietarios y residentes palestinos en una política múltiple de limpieza étnica dirigida a empujarlos lejos de su patria ancestral. Además, se han emitido órdenes para deportar a los representantes electos de la ciudad de Jerusalén. La Potencia ocupante también sigue llevando a cabo excavaciones que amenazan a nuestros lugares santos, y los puestos de control militar impiden que nuestros ciudadanos tengan acceso a las mezquitas e  iglesias, y continúa sitiando la Ciudad Santa con un anillo de asentamientos impuesto para separar la Ciudad Santa del resto de las ciudades palestinas.

La ocupación es una carrera contra el tiempo para volver a trazar las fronteras de nuestro país de acuerdo a lo que quiere y para imponer un hecho consumado sobre el terreno que cambia la realidad y que está minando el potencial real de la existencia del Estado de Palestina.

Al mismo tiempo, la Potencia ocupante sigue imponiendo su bloqueo a la Franja de Gaza y atacando a civiles palestinos por medio de asesinatos, ataques aéreos y de artillería, persistiendo con su guerra de agresión de hace tres años en Gaza, que resultó en la destrucción masiva de hogares, escuelas, hospitales y mezquitas, y miles de mártires y heridos.

La Potencia ocupante también sigue sus incursiones en las áreas de la Autoridad Nacional Palestina a través de redadas, detenciones y asesinatos en los puestos de control. En los últimos años, las acciones criminales de las milicias de colonos armados, que gozan de la protección especial del ejército de ocupación, se han intensificado con la comisión de frecuentes ataques contra nuestro pueblo, dirigido a sus hogares, escuelas, universidades, mezquitas, campos, cultivos y árboles. A pesar de nuestras repetidas advertencias, la Potencia ocupante no ha actuado para frenar estos ataques y a la que hacemos totalmente responsable de los crímenes de los colonos.

Estos son sólo algunos ejemplos de la política de ocupación de asentamientos de colonos israelíes, esta política es responsable por el continuo fracaso de los sucesivos intentos internacionales para salvar el proceso de paz.

Esta política va a destruir las posibilidades de lograr una solución de dos Estados para la que existe consenso internacional, y aquí advierto en voz alta: Esta política de asentamientos también amenaza con socavar la estructura de la Autoridad Nacional Palestina, e incluso poner fin a su existencia.

Además, ahora nos enfrentamos a nuevas condiciones de imposición no planteadas anteriormente, las que van a transformar el violento conflicto de nuestra inflamada región en un conflicto religioso y una amenaza para el futuro del millón y medio de cristianos y musulmanes palestinos, ciudadanos de Israel, una cuestión que nosotros rechazamos y a la que es imposible que nosotros aceptemos ser arrastrados.

Todas estas medidas adoptadas por Israel en nuestro país son acciones unilaterales y no se basan en los acuerdos anteriores. De hecho, lo que presenciamos es la aplicación selectiva de los acuerdos para perpetuar la ocupación. Israel volvió a ocupar las ciudades de Cisjordania por una acción unilateral, restableció la ocupación civil y militar también de manera unilateral, y es la que determina si un ciudadano palestino tiene derecho a residir en cualquier parte del territorio palestino la que confisca nuestras tierras y nuestras aguas y obstruye nuestro movimiento, así como el movimiento de mercancías. Y es la obstrucción de nuestro destino en su conjunto. Todo esto es unilateral.

Excelencias,

Señoras y Señores,

En 1974, nuestro fallecido líder Yasser Arafat llegó a esta sala y aseguró a los miembros de la Asamblea General de nuestra búsqueda afirmativa de la paz, instando a las Naciones Unidas para hacer valer los derechos nacionales inalienables del pueblo palestino, diciendo: "No dejen que la rama del olivo caiga de mi mano".

En 1988, el presidente Arafat se dirigió nuevamente a la Asamblea General, que se reunió en Ginebra a escucharlo, donde presentó el programa de paz palestino adoptada por el Consejo Nacional de Palestina en su sesión celebrada ese año en Argelia.

Cuando adoptamos este programa, estábamos tomando un paso doloroso y muy difícil para todos nosotros, especialmente para los que, como yo, se vieron obligados a abandonar sus hogares, ciudades y pueblos, llevando sólo algunas de nuestras pertenencias, nuestro dolor, nuestros recuerdos y las llaves de nuestras casas a los campos del exilio y la diáspora en la Nakba de 1948, una de las peores operaciones de desarraigo, destrucción y eliminación de una sociedad vibrante y cohesionada que había contribuido de forma pionera y líder en el renacimiento cultural, educativo y económico de los árabes de Medio Oriente.

Sin embargo, porque creemos en la paz y debido a nuestra convicción en la legitimidad internacional, porque tuvimos la valentía de tomar decisiones difíciles para nuestro pueblo y en ausencia de una justicia absoluta, decidimos adoptar el camino de la justicia relativa, la que es posible y que podría corregir parte de la grave injusticia histórica cometida contra nuestro pueblo. Por lo tanto, nos pusimos de acuerdo para establecer el Estado de Palestina en sólo el 22% del territorio de la Palestina histórica de todo el territorio palestino ocupado por Israel en 1967.

Nosotros, al dar este paso histórico, que fue bien recibido por los Estados del mundo, hicimos una importante concesión a fin de lograr un compromiso histórico que permita se haga la paz en la tierra de la paz.

En los años siguientes, desde la Conferencia de Madrid y las negociaciones de Washington que llevaron al acuerdo de Oslo, firmado hace 18 años en el jardín de la Casa Blanca y que se relacionó con las cartas de reconocimiento mutuo entre la OLP e Israel, perseveramos y tratamos de manera positiva y responsable todos los esfuerzos encaminados a la consecución de un acuerdo de paz duradero. Sin embargo, como hemos dicho antes, todas las iniciativas, todas las conferencias, cada nueva ronda de negociaciones y cada movimiento se hicieron añicos en la piedra del proyecto de expansión de los asentamientos israelíes.

Excelencias,

Señoras y Señores,

Yo confirmo, en nombre de la Organización de la Liberación de Palestina, el único representante legítimo del pueblo palestino, que seguirá siendo así hasta el fin del conflicto en todos sus aspectos y hasta la resolución de todas las cuestiones relativas al status final, lo siguiente:

1. El objetivo del pueblo palestino es la realización de sus inalienables derechos nacionales en su Estado Independiente de Palestina, con Jerusalén Oriental como su capital, en toda la tierra de la Ribera Occidental, incluida Jerusalén oriental y la Franja de Gaza, que Israel ocupó en la guerra de 1967, de conformidad con las resoluciones de legitimidad internacional, con el logro de una solución justa y acordada para la cuestión de los refugiados palestinos de conformidad con la resolución 194, como se estipula en la Iniciativa de Paz Árabe, que presentó la visión de consenso árabe para resolver el núcleo del conflicto árabe-israelí y lograr una paz justa y global. Nosotros nos adherimos a esto y para conseguirlo estamos trabajando. El logro de esta paz deseada también exige la liberación sin demora de presos y detenidos políticos en las cárceles israelíes.

2. La OLP y el pueblo palestino adhieren a la renuncia a la violencia, el rechazo y la condena del terrorismo en todas sus formas, especialmente el terrorismo de Estado, y adhieren a todos los acuerdos firmados entre la Organización de la Liberación de Palestina e Israel.

3. Nos adherimos a la opción de negociar una solución duradera al conflicto de conformidad con las resoluciones de legitimidad internacional. Aquí declaro que la Organización de la Liberación de Palestina está dispuesta a regresar de inmediato a la mesa de negociaciones sobre la base de los términos adoptados de la referencia basada en la legitimidad internacional y el cese completo de las actividades de los asentamientos.

4. Nuestro pueblo continuará su resistencia popular pacífica a la ocupación israelí y sus políticas de asentamientos y apartheid, a la construcción del muro de anexión racista, la que recibe apoyo para su resistencia, que es consistente con el derecho internacional humanitario y las convenciones internacionales y que cuenta con el apoyo de activistas por la paz de Israel y de todo el mundo, lo que refleja un ejemplo impresionante, inspirador y valiente de la fuerza de este pueblo indefenso, armado sólo con sus sueños, el coraje, la esperanza y las consignas frente a las balas, tanques, gases lacrimógenos y excavadoras.

5. Cuando traemos nuestra difícil situación y nuestro caso a esta tribuna internacional, es una confirmación de nuestra confianza en la opción política y diplomática, y es también una confirmación de que no tomamos medidas unilaterales. Nuestros esfuerzos no están dirigidos a aislar a Israel o deslegitimarlo, sino que queremos ganar la legitimidad de la causa del pueblo de Palestina. Sólo pretendemos deslegitimar las actividades de los asentamientos, la ocupación y el apartheid y la lógica de la fuerza bruta, y creemos que todos los países del mundo se unen a nosotros en este sentido.

Yo estoy aquí para decir en nombre del pueblo palestino y de la Organización de la Liberación Palestina: Extendemos nuestras manos al gobierno israelí y al pueblo de Israel para hacer la paz.

Yo les digo: Construyamos juntos con urgencia un futuro para nuestros hijos donde puedan disfrutar de libertad, seguridad y prosperidad. Construyamos los puentes del diálogo en lugar de puestos de control y muros de separación, y construyamos relaciones de cooperación basadas en la paridad y la equidad entre dos estados vecinos -Palestina e Israel- en lugar de las políticas de ocupación, colonización, guerra y la eliminación del otro.

Excelencias,

Señoras y Señores,

A pesar del indiscutible derecho de nuestro pueblo a la autodeterminación y la independencia de nuestro Estado conforme a lo estipulado en las resoluciones internacionales, hemos aceptado en los últimos años participar en lo que parecía ser una prueba de nuestra dignidad, derecho y elegibilidad. Durante los dos últimos años nuestra autoridad nacional ha implementado un programa de construcción de las instituciones de nuestro Estado. A pesar de la extraordinaria situación y a los obstáculos que Israel ha impuesto, un amplio y serio proyecto se puso en marcha que ha incluido la ejecución de los planes para mejorar y avanzar en el poder judicial y el aparato para el mantenimiento del orden y la seguridad para desarrollar los sistemas administrativos, financieros y de supervisión, mejorar el desempeño de las instituciones y aumentar la auto-confianza a fin de reducir la necesidad de ayuda externa. Con el agradecido apoyo de los países árabes y de los donantes de países amigos, se han llevado a cabo una serie de grandes proyectos de infraestructura, centrados en varios aspectos del servicio, con especial atención a las zonas rurales y marginales.

En medio de este proyecto nacional masivo, hemos estado fortaleciendo lo que buscamos sean las características de nuestro Estado: a partir de la preservación de la seguridad para el ciudadano y el orden público a la promoción de la autoridad judicial y el imperio de la ley fortaleciendo el papel de la mujer a través de la legislación, las leyes y la participación; garantizando la protección de las libertades públicas y fortaleciendo el papel de las instituciones de la sociedad civil; institucionalizando las normas y reglamentos para asegurar la rendición de cuentas y la transparencia en el trabajo de nuestros ministerios y departamentos para consolidar los pilares de la democracia como base para la vida política palestina.

Cuando la división golpeó la unidad de nuestra patria, personas e instituciones, estuvimos decididos a adoptar el diálogo para restaurar nuestra unidad. Meses atrás logramos la reconciliación nacional y esperamos que su implementación se acelerará en las próximas semanas. El pilar central de esta reconciliación fue dirigirnos a la gente a través de elecciones legislativas y presidenciales dentro del año, porque el Estado que queremos será un Estado caracterizado por el imperio de la ley, el ejercicio democrático y la protección de las libertades e igualdad de todos los ciudadanos sin discriminación alguna y la transferencia del poder a través de las urnas.

Los informes publicados recientemente por las Naciones Unidas, el Banco Mundial, el Comité Especial de Enlace (AHLC) y el Fondo Monetario Internacional confirman y alaban lo que se ha llevado a cabo, considerándolo un modelo notable y sin precedentes. La conclusión del consenso del AHLC de hace unos días describió aquí lo que se ha logrado como una "historia de éxito internacional increíble", y confirmó la disposición del pueblo palestino y sus instituciones para la independencia inmediata del Estado de Palestina.

Excelencias,

Señoras y Señores,

Ya no es posible reparar el tema del bloqueo en el horizonte de las conversaciones de paz con los mismos medios y métodos que se han intentado repetidamente y que han probado no tener éxito en los últimos años. La crisis es demasiado profunda para que se la descuide, y lo que es más peligroso es simplemente eludir los intentos o retrasar su explosión.

No es posible, práctico, ni aceptable volver a hacer tratos como fue costumbre, como si todo estuviera bien. Es inútil entrar en negociaciones sin parámetros claros, con falta de credibilidad y un calendario específico. Las negociaciones no tendrán sentido en la medida que el ejército de ocupación se siga afianzando en el terreno en lugar de ir retirándose, y continúa cambiando la demografía de nuestro país con el fin de crear una nueva base sobre la cual altera las fronteras.

Excelencias,

Señoras y Señores,

Es el momento de la verdad y mi pueblo está esperando escuchar la respuesta del mundo. ¿Va a permitir que Israel continúe su ocupación, la única ocupación en el mundo? ¿Va a permitir que Israel siga siendo un Estado por encima de la ley y la responsabilidad? ¿Va a permitir que Israel continúe rechazando las resoluciones del Consejo de Seguridad y de la Asamblea General de las Naciones Unidas y la Corte Internacional de Justicia y las posiciones de la inmensa mayoría de los países del mundo?

Excelencias,

Señoras y Señores,

Me presento ante ustedes hoy desde Tierra Santa, la tierra de Palestina, la tierra de los mensajes divinos, de la ascensión del Profeta Muhammad (la paz sea con él) y el lugar de nacimiento de Jesucristo (la paz sea con él), para hablar en nombre del pueblo palestino en el territorio nacional y en la diáspora, para decir, después de 63 años de sufrimiento de una Nakba continua: Basta. Es hora de que el pueblo palestino obtenga su libertad e independencia.

Ha llegado el momento de poner fin al sufrimiento y la difícil situación de millones de refugiados palestinos en la patria y la diáspora, para poner fin a su desplazamiento y para comprender sus derechos, algunos de ellos obligados a refugiarse más de una vez en diferentes lugares del mundo. En un momento en que los pueblos árabes afirman su reclamo de democracia -la Primavera Árabe- ahora es el momento de la primavera de Palestina, el tiempo de la independencia.

Ha llegado el momento para que nuestros hombres, mujeres y niños tengan una vida normal, para que sean capaces de dormir sin esperar lo peor que traerá el día siguiente; para que las madres estén seguras que sus hijos volverán a casa sin el temor de ser asesinados, arrestados o humillados; para que los estudiantes puedan ir a sus escuelas y universidades sin puestos de control que se los impida.

Ha llegado el momento para que la gente enferma pueda llegar a los hospitales con normalidad y para que nuestros agricultores puedan cuidar de su buena tierra sin temor a que la ocupación se apodere de la tierra y su agua, a las que el muro impide el acceso, o el miedo a los colonos, para quienes han sido construidos los asentamientos en nuestra tierra, que son los que desentierran y queman los olivos que han existido durante cientos de años. Ha llegado el momento para que los miles de prisioneros sean liberados de las cárceles para volver con sus familias y para que sus hijos se conviertan en parte de la construcción de su patria, por cuya libertad se han sacrificado.

Mi pueblo desea ejercer su derecho a disfrutar de una vida normal como el resto de la humanidad. Ellos creen en lo que el gran poeta, Mahmoud Darwish, dijo: De pie aquí, permaneciendo aquí, permanentemente aquí, eternamente aquí, y tenemos un objetivo, uno, uno: ser.

Excelencias,

Señoras y Señores,

Apreciamos profundamente y valoramos las posiciones de todos los Estados que han apoyado nuestra lucha y nuestros derechos y que reconocieron al Estado de Palestina después de la Declaración de la Independencia en 1988, así como los países que han reconocido recientemente al Estado de Palestina y los que han actualizado el nivel de representación de Palestina en sus capitales. También saludo al Secretario General, quien dijo hace unos días que el Estado palestino debería haber sido establecido hace años.

Estén seguros que este apoyo para nuestro pueblo es más valioso de lo que puedan imaginar, ya que les hace sentir que alguien está escuchando su narrativa y que su tragedia y el horror de la Nakba y la ocupación, la que tanto ellos han sufrido, no están siendo ignorados. Y refuerza su esperanza que proviene de la creencia de que la justicia es posible en este mundo. La pérdida de la esperanza es el enemigo más feroz de la paz y la desesperación es el aliado más fuerte del extremismo.

Yo digo: Ha llegado el momento para que mi valiente y orgulloso pueblo, después de décadas de desplazamiento, ocupación colonial y sufrimiento incesante, viva como los demás pueblos de la tierra, libres en una patria soberana e independiente.

Excelencias,

Señoras y Señores,

Deseo informarles que antes de hacer esta declaración, yo, en mi calidad de Presidente del Estado de Palestina y Presidente del Comité Ejecutivo de la Organización de la Liberación de Palestina, presenté al Excmo. Sr. Ban Ki-moon, Secretario General de las Naciones Unidas, una solicitud de admisión de Palestina sobre la base de las fronteras del 4 de junio de 1967, con Al-Quds AI-Sharif como su capital y como miembro de pleno derecho de las Naciones Unidas.

Pido al señor Secretario General que transmita aceleradamente nuestra petición al Consejo de Seguridad y pido a los distinguidos miembros del Consejo de Seguridad votar a favor de nuestra membresía de pleno derecho. También hago un llamamiento a los Estados que aún no han reconocido al Estado de Palestina para que lo reconozcan.

Excelencias,

Señoras y Señores,

El apoyo de los países del mundo por nuestro esfuerzo es una victoria de la verdad, la libertad, la justicia, la ley y la legitimidad internacional, que proporciona un tremendo apoyo para la opción de la paz y aumenta las posibilidades de éxito de las negociaciones.

Excelencias,

Señoras y Señores,

Su apoyo para la creación del Estado de Palestina y por su admisión en las Naciones Unidas como miembro de pleno derecho es la mayor contribución a la paz en Tierra Santa.

Muchas gracias.


FUENTE: MISIÓN PALESTINA-DISCURSO DE ABBAS-23/09/11

COMENTARIO:

Lo primero que se siente al leer este discurso es mucha pena, ese es el efecto de la narrativa palestina, despierta compasión. Luego es necesario razonar si todo lo que dice puede ser cierto, porque si lo fuera nadie se opondría a su propuesta y tampoco nadie apoyaría a Israel. Por último hay que establecer quién es responsable de lo que tenga de cierto.

La conclusión general más lógica, una vez que se fijan estas prioridades, es que, según Abbas, se pudo rechazar la creación de un estado propio cuando les fue ofrecido, atacar al vecino que aceptó su parte, arriesgar y perder derechos en una guerra y muchos atentados, y después reclamar todo como si no fueran responsables de todo lo que ocurrió durante 63 años. Porque ese Estado Palestino debió crearse entonces, pero no lo quisieron y no lo quieren ahora cuando se leen sus exigencias; durante estos 63 años prefirieron la confrontación permanente.

Cuando se lee atentamente este discurso salta a la vista que la paz de Abbas es que todo le sea devuelto como si las guerras no hubieran existido, no las hubieran emprendido los árabes y no las hubieran perdido. Pero las perdieron y cuando se pierde, la restitución de lo posible se negocia, no se exige. Lo que hace Israel es posicionarse para negociar mejor de modo que nunca más pueda estar en la posición de vulnerabilidad que hizo posible el ataque.

El punto uno (1) expresa todas sus aspiraciones que, obviamente, no pueden ser aceptadas por Israel, deben ser negociadas; exigirlas es la negación de su voluntad para un acuerdo de paz. Esto lo vienen diciendo desde siempre y por eso no se llega a nada. También es notable la negación de los derechos de los judíos a Tierra Santa, sólo nombra a Mahoma y a Jesucristo, cuando ambos existieron después de la presencia del pueblo judío en ese territorio. Esa negación lo dice casi todo.

La Nakba de los palestinos no es la creación del Estado de Israel, sino su negativa a aceptar la partición del territorio. Cuando se niegan a reconocer a Israel es porque sus intenciones son recuperar todo el territorio, está implícito en su discurso y se ve en los
mapas de Palestinian Media Watch que se muestran en los medios palestinos después de la solicitud de Abbas en la ONU. Declama en un foro internacional lo opuesto a lo que pregona en casa, no quiere como dice dos estados, sino uno solo: una Palestina que incluye a Israel. Y en varios párrafos desliza la amenaza del extremismo si no obtuviera el acuerdo de paz en las condiciones que él reclama.

Por otro lado, lo que Abbas llama "Primavera Árabe" de los palestinos no debería ser interpretada contra Israel. La Primavera Árabe que se está produciendo en el mundo árabe es contra sus dictadores, esa debería ser la Primavera de los Palestinos, contra una dirigencia que durante 63 años los instigó a la guerra y la decepción. Eso es cambiar el sentido de las cosas.

Es oportuno recordar que los palestinos desplazados de Jerusalén Oriental son los que ocuparon las viviendas judías como el
Hotel Shepherd, cuando Jordania tomó Jerusalén, y que fueron restituidas a sus antiguos dueños judíos. ¿Quién empleó la fuerza bruta para ocupar como lo denuncia Abbas? Aunque el mundo entero se niegue a reconocerlo, esas propiedades fueron compradas antes de ser desocupadas. Jerusalén es la Capital del Estado Judío de Israel, no un asentamiento como lo llaman los medios.

Cuando dice; "... protección de las libertades e igualdad de todos los ciudadanos sin discriminación alguna..." y se está aliando con el Hamás de Gaza, pero afirman que no aceptarán a ningún judío en Palestina, ¿harán lo mismo que hace Hamás en Gaza?, ¿son sus palabras creíbles?

Con respecto a los asentamientos, sin volver a explicar toda la historia de esa tierra que Abbas llama ancestral para los palestinos, en realidad lo es para los judíos, sólo basta conocer los antiguos nombres de esas ciudades o aldeas: son de origen judío que fueron arabizadas. También vale leer este artículo:
Post Nº 413 - FUNCIÓN DE LOS ASENTAMIENTOS ISRAELÍES, porque el territorio que se entregó a Israel es tan exiguo que le es imprescindible protegerlo y porque no existían es que fue atacado.

Para quien tenga interés también puede leer el
Post Nº 614 - CARTA NACIONAL PALESTINA (OLP) y conocer sus propósitos, no hay noticias que haya sido modificada para una paz verdadera. Cada uno de sus argumentos puede ser rebatido, porque en definitiva Israel quiere una paz con seguridad, cada uno en su país y con su gente. Hay mucho que se puede hacer, cambiar territorio y personas, respetar al vecino como ocurre normalmente en el mundo. He leído que ni siquiera los refugiados serán aceptados en el nuevo estado palestino y me cuesta creerlo, ¿significa que pretenden que sean incorporados al Estado de Israel? Ese sería un argumento más de las verdaderas intenciones para no alcanzar ningún tipo de paz.

Éste y muchos otros blogs tratan este conflicto con mayores precisiones, consideré importante dar a conocer este discurso, si todo lo que dice fuera cierto nadie habría apoyado los derechos de Israel y hace mucho que este conflicto habría dejado de existir. No habría habido guerras, atentados, muertes y ocupación. Todos habrían estado de acuerdo para darle lo que pide, pero la elocuencia no siempre revela la verdad y los más responsables saben que todo lo que pide Abbas es imposible de ser aceptado por Israel si quiere vivir en paz.

ANA

¡BIENVENIDA SEGUIDORA Nº 43, DELY DOMÍNGUEZ!




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