NEVER AGAIN (EN ESPAÑOL)
NUNCA MÁS
Por DANIEL GREENFIELD
Nunca más. Para los judíos es la negativa a darles otra oportunidad a los fanáticos genocidas. Para Obama, significa negarse a tener que escuchar nunca más a un líder israelí explicar por qué su país no puede suicidarse territorialmente con el fin de apaciguar a un grupo de esos fanáticos.
NUNCA MÁS
Por DANIEL GREENFIELD
Nunca más. Para los judíos es la negativa a darles otra oportunidad a los fanáticos genocidas. Para Obama, significa negarse a tener que escuchar nunca más a un líder israelí explicar por qué su país no puede suicidarse territorialmente con el fin de apaciguar a un grupo de esos fanáticos.
(TRADUCIDO POR ANA)
Cuando los judíos que pelearon en las derruidas paredes del Gueto de Varsovia finalmente lograron llegar a Israel, lo hicieron justo a tiempo para cargar sus armas y luchar una vez más por la supervivencia de su pueblo. Los sobrevivientes de una ideología genocida empeñada en hacer que algunos pagaran por su sentido de la humillación, llegaron justo a tiempo para enfrentar a otra versión de la misma cosa.
Después de 2000 años de vivir huyendo, una minoría indígena que había sido maltratada por emperadores y califas finalmente se apostaron en torno a un puñado de pueblos agrícolas y en los callejones revestidos por la dorada piedra de Jerusalén. Hombres y mujeres que sólo unos pocos años antes se escondían en sus casas de los pogromos musulmanes, cubriendo las orejas de sus hijos de los gritos "Yahood Ibtach Al", "Maten a los Judíos", se alzaron en armas. Estaban de pie junto a los colonos que habían drenado los pantanos, los refugiados que habían huido del terror musulmán en Egipto y Siria, y los restos de la población judía indígena originaria que había sobrevivido a la conquista de siete imperios. Ellos se levantaron y lucharon por sus vidas contra una ideología que decía que no tenían derecho a ser libres por su religión y la sangre de sus venas.
Lo mismo que sus aliados nazis, la violencia musulmana se vio impulsada por la necesidad de revertir las humillaciones de la Primera Guerra Mundial que desmanteló al Imperio Otomano y entregó a las minorías regionales, como los judíos, la oportunidad de reconstruir sus propios países independientes. Pero volver a 1914 era sólo el comienzo. Algunos querían volver a 1492 y la caída de Granada. Otros en el desierto saudí soñaban con un retorno al siglo VI. Pero lo que todos tenían en común era la negativa a tolerar a un estado independiente no-musulmán en su entorno.
Y aunque las tropas aliadas tuvieron a la vista los escombros, los tanques en ruinas y los campos de alambre de púas que quedaron atrás, la última vez que sus países optaron por apaciguar este tipo de cosas con una rodaja de Checoslovaquia, aún siguen prefiriendo el apaciguamiento. Otra vez.
El presidente Wilson había imaginado con idealismo entregar parte de los territorios del Imperio Otomano a pueblos como los judíos y los armenios, los que habían luchado durante tanto tiempo bajo el dominio musulmán. Sin embargo, la voluntad europea de tolerar y apaciguar la violencia musulmana casi pone fin a ambos sueños. Los ejércitos turcos se abalanzaron sobre Armenia en la primera oportunidad y los ejércitos árabes hicieron lo mismo en Israel. La lección fue la misma. Si se quería ser libre para practicar su religión, vivir bajo sus propias leyes, no las del Corán que dictan la inferioridad de las minorías, tenían que levantarse y luchar por ello sin contar con el apoyo de Occidente.
El idealismo wilsoniano no fue rival para el imperialismo británico, y tampoco lo fue para la globalización posmoderna. Los británicos y la construcción del imperio globalista deseaban estabilidad a toda costa.
El presidente Wilson había querido dar a los pueblos oprimidos por el Islam la oportunidad de respirar el aire fresco de la libertad. Pero el imperio británico entregó la mayor parte de Israel para ser gobernada por una monarquía saudí, tal como lo hizo con la creación de la nueva nación de Jordania. Luego la ONU dividió el resto en un muñón con fronteras indefendibles en un intento de apaciguar a los crecientes ejércitos musulmanes. Pero los ejércitos del islam rechazaron incluso la partición y en cambio eligieron la guerra. Ahora Barack Hussein Obama y una camarilla de líderes europeos querrían que Israel volviera a esas fronteras indefendibles. No porque eso traería paz, sino por la misma razón que reprogramó a la NASA que estudiaba las estrellas, y para complacer a la genocida fragilidad de la autoestima musulmana.
Occidente ha traicionado a Israel de la misma forma en que una vez traicionó a Checoslovaquia, y con los mismos resultados. Los musulmanes no están más satisfechos con la perspectiva de una limpieza étnica de Palestina que lo que estaba la Alemania nazi con un Volksdeutsche en los Sudetes (expulsión étnica de alemanes). Su visión de una "Palestina pura árabe-musulmana" inevitablemente se traga a Israel, como ya lo hace en sus mapas, y luego aspira unirse a un Estado pan-islámico que se extiende desde El Cairo a Damasco y más allá.
Así como los Sudetes fue sólo el primer bocado de Checoslovaquia, luego Europa del Este, luego Europa... y luego el mundo. Así también Palestina es el primer bocado, seguido por el derrocamiento de los regímenes seculares de Egipto, Argelia y Turquía, la conquista de los multi-religiosos estados africanos como Nigeria y Costa de Marfil, y luego Drang Nach Osten, en Europa y, finalmente, la guerra civil en Tailandia, India y China. Esto es lo que parece ser la Tercera Guerra Mundial. Y es lo que está sucediendo ante nuestros propios ojos.
Nunca más se ha convertido en una frase vacía. Algo que enojados líderes del mundo gritan cuando las víctimas no están lo suficientemente dispuestas a apaciguar al Tercer Reich o al Séptimo Califato. Los líderes se han comprometido con la falsa narrativa de que la violencia en el Medio Oriente es causada por insuficientes concesiones territoriales por parte de la única minoría no musulmana de la región, a la mayoría sunita musulmana, en lugar de advertir la falta de voluntad de la mayoría musulmana sunita para practicar la tolerancia en sus propios países, en toda la región o el mundo.
Los judíos no pueden permitir que ´Nunca Más´ se convierta en un eslogan vacío o un llamado universal a la tolerancia que no hace al islam responsable de su promoción de la intolerancia, la violencia y el genocidio. Mientras que los líderes judíos se ocupan en llamados vacíos a la fraternidad entre las religiones, una vez más las granjas y pueblos judíos están siendo sitiados. Los agricultores duermen con armas de fuego junto a sus camas, a los niños se les enseña a correr hacia los refugios antiaéreos y se hace añicos a las ventanas de los comercios judíos en las ciudades de Europa. Ejércitos de soldados, terroristas y diplomáticos se reúnen una vez más para repartir Jerusalén. Para limpiar étnicamente de judíos a la mitad de la ciudad y convertirla en una plataforma para el terror.
Esto es lo que significa remontarse a 1948. Esto significa volver a una guerra civil religiosa y a un estado en trozos con fronteras indefendibles. Esta es la visión de los diplomáticos internacionales que tienen la esperanza que alimentar al cocodrilo con un pedazo bastante grande de Israel lo hará dormir. Es también la visión de una elite de izquierda de Israel que quiere convertir a la región de Gush Dan en una apretujada Singapur de tecnología feliz, y dejar que Jerusalén y las tierras de cultivo caigan en manos del enemigo, con la esperanza de que los van dejar tranquilos para que se tomen un café en sus confiterías y lancen su oferta pública inicial en paz. Pero no es nada más que el gueto de Varsovia con un café de internet. E inclusive ellos están a sólo unos pocos años de descubrirlo.
La visión de Shimon Peres de Tel Aviv como el gueto de Varsovia con un café en Internet y un laboratorio de investigación de nanotecnología, es que choca con la visión musulmana de la caída de Israel como la primera de muchas victorias sobre el infiel, y la visión de los líderes mundiales de un Israel que se disuelve para dar cabida a un Medio Oriente musulmán. Sólo una de esas visiones puede sobrevivir o ninguna de ellas. O bien Israel cae en la primera ola de una yihad que se engullirá al mundo, o una vez más él se defenderá.
La competencia de los europeos y Obama en ofrecer a Israel la mejor ´alternativa´ antes que la reconozca a Palestina no es más que un escenario vacío. No hay ningún compromiso que resolverá el asunto. Tampoco Israel puede convencer a los que están comprometidos con el mundo sobre el mismo tema. En tanto la comunidad internacional acepte la inevitabilidad de la dominación islámica, Israel será siempre el chivo expiatorio. El sacrificio para apaciguar a la bestia.
Si ´Nunca Más´ significa algo en absoluto, es un rechazo a ser la víctima que sea colocada en el altar del apaciguamiento de un Holocausto, un sacrificio animal al Moloch de insaciable rabia y fanatismo genocida.
Los judíos dicen ´Nunca más´ por la misma razón que las víctimas de violación dicen, ´No, significa No.´ Ya estuvimos allí. No vamos a permitir que suceda otra vez. No importa qué palabras se utilicen para justificarlo. No importa la forma en que los perpetradores den vuelta al mundo de modo que ellos tengan razón y nosotros estemos equivocados, por lo que su violencia es justa y nuestra auto-defensa no lo es. No importa cuantas maneras ellos encuentren para culparnos de sus actos. Los líderes del mundo pueden tratar de liquidarnos, pero nunca lo vamos a aceptar. Ni diciéndolo ni callándonos. Vamos a resistir.
Hemos dicho ´Nunca Más´ tantas veces que hemos olvidado lo que estas palabras quieren decir. Han perdido su sentido. Lo que es peor, han perdido su propósito. Es hora de dejar de decir simplemente: ´Nunca más´. Es hora que le demos significado.
FUENTE: SULTAN KNISH-NEVER AGAIN-14/06/11
COMENTARIO:
Después de unos cuantos años de mantener alianzas que dieron algún respiro, todo empieza otra vez. Se han perdido, quizá momentáneamente, algunos compañeros de ruta que daban cierta tranquilidad. Ahora prácticamente Israel no tiene una frontera confiable aunque a su favor cuenta con más experiencia y fuerza para protegerse.
Pero hay que ser muy necio para no darse cuenta que la situación es bastante inestable y que no se sabe dónde puede encenderse una chispa que comience el fuego, ni tampoco quienes querrían involucrarse. Todo sería manejable si hubiera algún razonamiento que permitiera prever el choque, pero la racionalidad es un faltante en Medio Oriente y estar rodeado no de no-amigos, sino de francos enemigos, obliga a un preparación militar excepcional, sólo acompañada por esa famosa frase: ´Nunca Más´. Y eso hace la diferencia.
Lo saben los israelíes y deberían comprenderlo sus enemigos. El primer Ministro Netanyahu lo dijo claramente, para que no hubiera dudas, y utilizó esta frase de modo que el que comience sepa a qué se expone. En realidad no hay motivos para no considerar que alguno de sus enemigos, caído en desgracia y con sus propios problemas domésticos, se decida a huir hacia adelante, perdido por perdido, irresponsablemente y sin compasión por su pueblo. Puede pasar: "Después de mi, el diluvio".
Todo es impredecible y no hay certezas, lo único seguro es esta frase grabada en el espíritu de un pueblo dispuesto a dialogar y cambiar opiniones con las armas que fije el enemigo.
ANA
Pero hay que ser muy necio para no darse cuenta que la situación es bastante inestable y que no se sabe dónde puede encenderse una chispa que comience el fuego, ni tampoco quienes querrían involucrarse. Todo sería manejable si hubiera algún razonamiento que permitiera prever el choque, pero la racionalidad es un faltante en Medio Oriente y estar rodeado no de no-amigos, sino de francos enemigos, obliga a un preparación militar excepcional, sólo acompañada por esa famosa frase: ´Nunca Más´. Y eso hace la diferencia.
Lo saben los israelíes y deberían comprenderlo sus enemigos. El primer Ministro Netanyahu lo dijo claramente, para que no hubiera dudas, y utilizó esta frase de modo que el que comience sepa a qué se expone. En realidad no hay motivos para no considerar que alguno de sus enemigos, caído en desgracia y con sus propios problemas domésticos, se decida a huir hacia adelante, perdido por perdido, irresponsablemente y sin compasión por su pueblo. Puede pasar: "Después de mi, el diluvio".
Todo es impredecible y no hay certezas, lo único seguro es esta frase grabada en el espíritu de un pueblo dispuesto a dialogar y cambiar opiniones con las armas que fije el enemigo.
ANA
Hola Ana,una vez mas un estupendo y detallado articulo,Para mi Europa es y siempre sera .la causante de las desdicha de Israel,Siempre se le ha tenido miedo al mundo islamico,Y siempre se le ha ofrecido una victima,que ha sido el pueblo judio,Y contra mas se le apacigua a los arabes,mas se crecen,Ya ves en Libia,la han entregado al fundamentalismo mas radical,Piezas del domino que caen unas detras de otras,un saludo
ResponderEliminarHola Agustín:
ResponderEliminarEstoy de acuerdo con tu pensamiento, aunque debe haber algo más detrás de tantas actitudes irracionales. En el Post anterior hice un comentario con algunas consideraciones que quizá expliquen algo más la locura de Medio Oriente. Hay tanta incoherencia en cómo se trata a los diferentes países que está más allá de toda lógica. La lucha de Israel es titánica, lo tienen de blanco pero sabe esquivar los golpes y contragolpear, tanto militarmente como en el campo diplomático. Es un verdadero milagro, de su gente y de sus líderes.
Greenfield es mi favorito, sin duda un escritor de valía; hay argumentos, razones y poesía que embellecen todo lo que escribe. Me cuesta mucho traducirlo porque trato de transmitir en nuestro idioma lo que él nos dice en el suyo. Pero es un trabajo que hago con placer y mucho respeto. Tengo muchos artículos de él en carpeta que no pierden vigencia a pesar del tiempo.
Gracias por tu mensaje y tu valiosa presencia que me acompaña mucho. Un abrazo.